martes, 28 de junio de 2016

Temas de ética judía: Humildad

Temas de ética judía: Humildad










































Humildad


  “A través de la humildad se
intensificará en tu corazón la reverencia a Dios, ya que siempre tendrás
presente de dónde has venido y a dónde estás destinado a ir. Te darás
cuenta de que en la vida eres tan frágil como la larva o el gusano, y
con más razón en la muerte. Es este sentido de la humildad, el que te
recuerda ante Quién serás convocado para el juicio, el Rey
Todopoderoso…”. 






La naturaleza ilusoria de nuestros méritos y logros está perfectamente definida en la sentencia del Kohelet/Eclesiastés "Vanidad de vanidades, todo es vanidad"
(1:2). Es nuestro ego el que no es capaz de discernir que nuestras
potencialidades, cualidades y logros son posibles gracias al Ser.
Presumir de los propios méritos no es más que arrogancia,
envanecimiento. Sé muy muy humilde, puesto que la esperanza del hombre es (ser el pasto de) los gusanos" sentencia Rabí Levitas de Yavné en el Pirké Avot (4:4).
¿Qué nos queda?: La humildad, el despojo de un orgullo cimentado en
cosas vanas. El filósofo y cabalista judeo-español, Rabí Moshé
ben-Maimón (Najmánides, S. XIII) expuso, en una carta remitida desde
Israel a su hijo en Cataluña, uno de los más completos alegatos judíos a
favor de la humildad: “Y ahora hijo
mío, entiende claramente que aquel que tiene arrogancia en su corazón
hacia otros hombres se rebela contra la soberanía del Cielo, porque se
está glorificando a sí mismo con las vestiduras propias de el Hacedor,
ya que está escrito que ‘El Eterno reina, y Él viste el manto de la
grandeza’. Porque en realidad, ¿de qué debería estar orgulloso el
hombre? Si posee riqueza, es Dios quien lo hace próspero. Si ostenta
honores, ¿no pertenece a Dios el honor? Tal como está escrito: ‘La
riqueza y el honor provienen de Ti’, ¿cómo puede alguien glorificarse a
sí mismo con el honor de su Creador? Si se enorgullece de su sabiduría,
hazle entender que Dios puede quitarle el habla a los más competentes y
despojar de la sabiduría a los ancianos. De tal manera, todos los
hombres están en pie de igualdad frente a su Creador
”.



Se cuenta que Rabí Yonatán Aibeshitz (Polonia, S. XVIII) tenía por
costumbre buscar entre todos los concentrados en la sinagoga para las
plegarias de Yom Kipur, a algún piadoso que rezara con el corazón
quebrado, y con toda la concentración e intención posible. Por fin
encontró a un judío que sacudía su cuerpo con exaltación y que con
lágrimas en los ojos repetía: "vasija de barro soy ante Ti en vida y con mayor razón así seré en la muerte". Era
tal su fervor que Rabí Yonatán quedó convencido de su humildad, por lo
que se ubicó a su lado. Al día siguiente, durante las plegarias
matutinas, volvió Rabí Yonatán a colocarse junto al piadoso, que
continuaba con aquella admirable actitud. Cuando llegó la hora de la
lectura de la Torá llamaron a otro judío antes que al “humilde piadoso”
para que subiera a la lectura. En ese instante éste se irguió en cólera,
gritando: ¿Cómo que él antes
que yo?! ¿Acaso él es más importante o más sabio que yo? ¡Mi familia es
más ilustre que la suya!’. A Rabí Yonatán le costaba creer lo que oían
sus oídos. Así que se atrevió a preguntarle: “No entiendo, hace un
instante usted lloraba con humildad por la fragilidad de su existencia
¿cómo es posible que ahora dispute por conseguir honores?” “¿Pero Qué
está diciendo?’, le replicó aquel hombre. “¿Con quién hablaba yo? Con
Dios. ¡A su lado no soy más que tierra, pero comparado con 
ése soy mucho más importante! 



Esta anécdota de la literatura rabínica nos hace comprender, por un
lado, cuán importante es para el Judaísmo la virtud de la humildad y,
por otro, lo difícil que es lograrla. La Biblia, el Talmud, los grandes
sabios del judaísmo, han apreciado siempre el valor de la humildad,
quizás precisamente porque son conscientes de la debilidad humana,
propensa al orgullo, a la soberbia, a la vanidad. Decimos con constancia
que amamos a Dios, que amamos a la Humanidad, pero amar al vecino, eso
ya es otra cosa. Si practico la humildad tengo que descartar parte de mi
personalidad, tratar de anular mi “yo” jactancioso, entonces ¿qué
quedará de mi “ego”? La respuesta, dentro del Judaísmo, está en la
entrega reverencial a Dios. Quien se entrega honestamente al Ser,
entrega su “yo” y sabrá refinar sus defectos de carácter. Además, será
consciente que no hay forma de amar a Dios sin amar y respetar a sus
criaturas, entre los que estamos los seres humanos. El Profeta
Yirmiyahu/Jeremías revela: “Así dice el
Eterno: Que el sabio no se gloríe de su sabiduría, que el fuerte no se
gloríe de su fuerza ni el rico se gloríe de su riqueza. Quien se gloría,
que se gloríe de esto: de comprender y de conocerme. Porque Yo Soy el
Eterno que obra con compasión, justicia y rectitud en la tierra

(9:22-23). A fin de cuentas, tanto la sabiduría, como la fuerza y la
riqueza, provienen de El Creador. Ser humilde nos obliga a elevarnos por
sobre nuestras ambiciones egoístas para obrar correctamente, por
razones justas. ¿Qué nos lo impide? Posiblemente lo que los demás puedan
pensar o creer de nosotros, así como las constantes preocupaciones
materiales e inútiles que nos rodean y que influyen sobre nuestro
carácter, creándonos inseguridad o haciéndonos sentir menos que el
prójimo si no conducimos el coche de moda o no compramos lo que la
publicidad nos hace ver como la panacea para la felicidad. Es la falta
de humildad lo que nos impele a ser y a actuar como los demás.



Existen varios “midrashim”, esto
es, enseñanzas y comentarios ejemplares que buscan facilitar la
comprensión de la Torá, que nos ilustran sobre el valor de la humildad,
partiendo precisamente de Dios. Uno de ellos explica por qué la Torá
empezó por la letra “Bet” (la segunda letra del alfabeto hebreo) con la palabra “Bereshit” (Al Principio…) y no con la “Alef
(la primera letra). Explica que las letras del alfabeto empezaron a
discutir entre ellas, cada una tratando de ensalzar sus cualidades, para
ser merecedoras de iniciar la Torá. La única letra que se mantuvo en
una postura humilde y silenciosa fue la Bet. Por ello fue escogida por Dios para encabezarla. Siguiendo esta misma línea de pensamiento, el Meam Loez (conjunto
de escritos religiosos recopilados durante el siglo XVIII, obra maestra
de la literatura judeo-española) destaca que es preciso imitar la
virtud humilde que emana del Ser Supremo, quien escogió iniciar la Torá
precisamente con la palabra Bereshit, en vez de con su propio nombre. Afirma, además, que la humildad es la base hacia la obtención de los demás atributos morales.



Otro Midrash similar parte del versículo "Y Dios habló a Moisés en el Desierto de Sinai",
para preguntarse: ¿Por qué la Torá fue entregada en el desierto? La
respuesta está en que el desierto es un lugar vacío, nada llamativo,
silencioso. Esto significa que la Torá no puede ser recibida si no en un
lugar lo suficientemente vacío, igual que el hombre, que debe estar
dispuesto a desocupar espacio interior para albergarla; en un espacio
silencioso, para que pueda escucharse; y en un espacio humilde, sin
pretensiones. Otro tanto se relata del Monte de Sinay, que fue escogido
por Dios, debido también a que no era una montaña que descollaba, sino,
por el contrario, humilde. Con estos Midrashim los
sabios judíos pretenden demostrar que solo a través de la humildad se
adquiere la Torá. Su estudio entero exige modestia y humildad.



¿Por qué fue destruida la Torre de Babel, según nos relata el Génesis? Está escrito: “Entonces
se dijeron entre ellos: Fabriquemos ladrillos cociéndolos al fuego… Y
dijeron: Edifiquemos una ciudad y una torre con la cúspide en los
cielos, y hagámonos un nombre, por si nos desperdigamos por toda la haz
de la tierra."
 (11:3-4). Los sabios judíos interpretan que no fue
la construcción de la ciudad ni la fabricación de ladrillos lo que les
acarreó el castigo (la confusión de las lenguas). Por el contrario, si
Dios entregó al hombre la condición de la inteligencia, fue para que la
utilizara, para que fuera creativo y colaborara en la gran obra de la
Creación. La condena les llegó por su soberbia: quisieron ser famosos,
llegar materialmente a lo más alto. Fue la falta de humildad lo que el
Ser quiso condenar.



Ahora bien, el judaísmo no ve a la humildad como una actitud de
apocamiento y baja autoestima, o una postura sumisa y falta de ánimo. No
es encorvarse de hombros sino ser conscientes de nuestras limitaciones y
carencias; en ser objetivos con uno mismo y con relación a los demás y,
de esta forma, actuar a conciencia. Ello quiere decir que no por ser
humilde debemos rechazar nuestros talentos y capacidades. Si poseo el
potencial de ser líder, mi misión será la de liderar; pero si soy
consciente de que carezco de tales condiciones, o que hay quien posea
mayores capacidades de liderazgo, debo dejar el camino despejado para
que otro tome el lugar que le corresponde. Es decir, la humildad estriba
en ser suficientemente sabios para aceptar nuestro nivel evolutivo y
ser capaces de admitir los errores. Al conocernos a nosotros mismos
rechazamos el temor a sentir que no valemos nada y aprendemos a crecer, a
perdonarnos y a perdonar a nuestros semejantes más rápidamente. Y si
por nuestros méritos estamos llamados a dirigir o crear o inventar,
habremos de hacerlo sin esperar, a cambio, recompensa personal.



Para comprender mejor esta postura en el judaísmo en cuanto a la
humildad, conviene examinar los actos de dos protagonistas fundamentales
de la Torá: del Patriarca Abraham, el primer hebreo, y del gran Guía,
Maestro y Profeta Moshé/Moisés.



El cuarto libro de la Torá (Bemidbar/Números) destaca la humildad como la cualidad más apreciada en Moshé: “Mas el hombre Moisés era muy humilde (modesto), más que todo hombre que hay sobre la faz de la tierra” (12 :3).
¿Por qué esta distinción? Cuando Dios le propone la misión de redimir a
los Hijos de Israel de la esclavitud, Moshé no quiere aceptarla, varias
veces la rechaza, pues no se siente capacitado para llevarla a cabo. “Quién
soy yo para ir al faraón y librar a los Hijos de Israel de Egipto… no
soy hombre con facilidad de palabras… envía, por favor, a quien debas
enviar…
” (Shemot/Éxodo 3-4).
Sin embargo, cuando toma conciencia que la responsabilidad recae sobre
él, Moshé se llena de valor, energía y coraje, y emprende con decisión
una ardua labor de liderazgo como pocas. Aún así reconoce sus
limitaciones, y admite que en esta monumental obra precisará de consejos
y ayuda: escucha las recomendaciones de su suegro Yitró/Jetró;
acepta la autoridad de su hermano Aharón en asuntos del culto y el
sacerdocio; reconoce varias veces su incapacidad de responder a
interrogantes diversas sin la ayuda del Todopoderoso; él, antes que
cualquiera, reconoce que su obra es de tal envergadura, que sería
imposible llevarla a cabo sin la colaboración de un concejo de sabios y
otros dirigentes: “Yo no puedo cargar solo con todo este pueblo. Es demasiada carga para mí
(Bemidbar/Números 11:14). A pesar de ello, cumple con fortaleza e
integridad la misión que se le ha encomendado. Precisamente la humildad
de su corazón es lo que alimentaba su fortaleza espiritual para
conservar sus acciones, pensamientos y emociones de forma equilibrada y
en una continua conexión con la Divinidad. De esta manera la actitud
humilde de Moshé queda como paradigma para generaciones venideras.



La exégesis y literatura rabínica están llenas de midrashim que interpretan y complementa la humildad de Moisés. Así, por ejemplo, en el Baal Haturim se comenta que cuando Moshé escribió los dictados del Pentateuco, quiso omitir la letra "Alef" al final de la palabra Vayikrá (nombre
en hebreo del tercer libro, Levítico, y que significa ‘y llamó’). ¿Por
qué? Porque al prescindir de esta letra, la palabra se leería “Vaikar”,
que podría significar fortuito, esto es, que Dios se le apareció y lo
llamó de manera casual, no por sus méritos. Finalmente, para no omitir
letra alguna dictada por el Todopoderoso, escribió la Alef más pequeña que el resto de las letras, y así aparece en la Biblia hebrea hasta el día de hoy. Otro ejemplo de humildad.



También Abraham se ha convertido para las generaciones en símbolo de
humildad. Frente a Dios su conducta humilde puede ser comprensible. Pero
también frente a los hombres Abraham mantiene su modesta actitud.
Cuando en el Bereshit/Génesis
aparecen frente a sus tiendas tres hombres, al calor del día, éste deja
lo que está haciendo, que es precisamente conversar con El Ser Supremo,
para salir apresuradamente a recibirlos (en tres versículos se utilizan
cuatro veces vocablos que indican presteza, rapidez). ¿Y cómo lo hace?
Postrándose rostro a tierra ante ellos, y mas que diciéndoles,
rogándoles: “Señores míos, si he hallado gracia a vuestros ojos, os ruego no paséis de largo de vuestro servidor
(18:3). ¿Quién sirve a quién? Su humildad le hace comprender que servir
a extraños y ser hospitalario es una misión ineluctable (más aún cuando
estos personajes vendrían de una larga caminata por el desierto, en
cuya entrada Abraham plantó encinas y estableció sus tiendas). El Pirké Avot enfatiza esta virtud de Abraham al expresar: “Todo
el que posea las siguientes cualidades es discípulo de Abraham y el que
posea los defectos contrarios, discípulo de Bilham": ojo benevolente,
humildad y sencillez…
” (Capítulo 5, Mishná 19).
Rabí Obadia de Bartenura (comentarista de la Mishná en Jerusalem, siglo
XV) explica que “con buenos ojos” significa no envidiar la propiedad
ajena, puesto que así exclamó Abraham después de liberar al rey de Sedom/Sodoma: "Ni un hilo ni un cordón tomaré de todo lo que es tuyo". La Humildad queda patente en Abraham cuando así se expresó ante Dios al intentar evitar la destrucción de Sodoma: "…Y yo soy polvo y ceniza". Sencillez y prudencia se hacen evidentes cuando le dijo a su mujer Saray (Sará): “He aquí que ahora sé que eres una mujer de hermoso aspecto”. Por el contrario, la envidia, la soberbia y la codicia son opuestas al legado de Abraham el Patriarca.



Además de la Biblia, la liturgia, la literatura rabínica y en especial el Talmud(*),
subrayan la virtud de la humildad. Constantemente se advierte al ser
humano que no confíe demasiado en sus propios éxitos o méritos, puesto
que ello da pie a actitudes de engreimiento y soberbia. Las mismas
plegarias matutinas judías lo pone en evidencia: “Soberano
de los mundos, no son nuestros méritos ni actos de justicia por lo que
podemos alegar piedad ante Ti, sino por tu infinita misericordia… ¿Qué
somos? ¿Cuál es nuestra vida, nuestra compasión, cuál nuestra justicia,
nuestro poder, nuestra valentía?... En verdad hasta los más poderosos
son como la nada ante Ti, y los hombres de fama son como si nunca
hubieran existido, y los sabios, vacíos de conocimiento; los
inteligentes, sin entendimiento. Sus acciones son nulas, y su existencia
vana ante Ti. El hombre no tiene ventaja ni siquiera sobre el animal,
porque todo es vanidad
”. El Talmud puntualiza que entre los diez grados de perfección moral, la humildad se sitúa lo más alto (Avodá Zará 20b). Es la mayor expresión de Reverencia. Rambam/Maimónides, por ejemplo, enseña que "La humildad, esta pura cualidad, es la más sublime de todas las virtudes admirables".
Incluso él, que busca y promueve el “sendero del medio” para todos los
actos, en cuanto a la humildad especifica que no puede haber término
medio. No existe la modestia parcial; o se es o no se es humilde. Sólo
quien haya adquirido un cúmulo de conocimientos, afirma, es capaz de
reconocer la magnitud de lo que aún le queda por conocer, como un
horizonte que se ve más lejano con cada paso recorrido. Por el
contrario, el falso orgullo es el enemigo mortal del aprendizaje.



Con relación al estudio toda la exégesis judía deja claro que el
auténtico sabio es aquél que reconoce que no sabe y está sediento de más
estudio, más conocimiento y reflexión. Es más, quien quiere aprender
debe ser por necesidad humilde, ya que la humildad le hace entender en
perspectiva su falta de conocimientos. Solo si abre su corazón y su
mente a ese “vacío”, lo podrá llenar con la mejor de las enseñanzas. Más
aún, la humildad es requisito indispensable del verdadero aprendiz, del
verdadero discípulo, pues mucha de la disciplina de éste deberá estar
basada en la conciencia de lo limitado de su conocimiento para,
precisamente, en razón de esta carencia, buscar activamente llenarse de
él. “El que aprende de su prójimo un solo capítulo, una sola sentencia, … o incluso una sola letra”, dice Pirké Avot, “debe
honrarle. Éste es el caso de David, Rey de Israel, que no aprendió más
de dos cosas de Ajitofel, y sin embargo lo llamó maestro, consejero y
amigo
” (6:mishná 3).



Terminemos estas reflexiones con otra anécdota ejemplar: El Rav/Rabino
Simja Bunim de Pshisja (Europa siglo XIX) siempre llevaba consigo dos
papelitos - uno en el bolsillo derecho y otro en el izquierdo. Uno tenía
impresa la frase Talmúdica, "El mundo entero fue creado sólo para mí" (Sanedrín 38a). En el otro estaban grabadas las palabras de Abraham, "Soy tan sólo polvo y cenizas"
(Bereshit/Génesis 18:27). Eso le ayudaba a reflexionar que hay momentos
para dar un paso hacia delante, y otros en los que hay que dar un paso
hacia atrás.



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(*)Tanto
el TANAJ/Biblia como el Talmud enuncian numerosas referencias en torno a
la virtud de la humildad y a las consecuencias del orgullo y la
vanidad. Me referiré a dos textos bíblicos en los que algunos
comentaristas rabínicos aprecian alusiones directas a la humildad y a
las consecuencias que surgen por su omisión. Uno es el relato referente
Yiftaj/Jefté,
en el libro de Shoftim/Juces (11:1-40). Yiftaj, hijo de prostituta y
repudiado por su familia, se convirtió en Juez y defensor de Israel,
inspirado por el espíritu Divino. En su lucha contra los amonitas, hizo
un voto a Dios: “
Si
me das la victoria sobre los hijos de Amón, lo que salga de las puertas
de mi casa a recibirme cuando yo regrese en paz de la batalla, te lo
ofreceré en holocausto
.
(30-31)”. Fue su única hija la que salió a recibirlo. El desgarró
entonces sus vestiduras y cumplió su promesa, entregándola en
sacrificio, luego de de permitirle que fuera a llorar la desgracia de
morir virgen. Fuera de la terrible imprudencia de pronunciar un
juramento sin pensar en las consecuencias y de la incongruencia de dar
prioridad a un juramento por sobre la preservación de la vida, los
sabios rabinos se preguntan el por qué tuvo que morir la hija de Yiftaj,
si existía la posibilidad de que el 
Cohén/Sacerdote
anulara el voto. He aquí las conclusiones a las que llegan: por la
falta de humildad, tanto de Yiftaj, el Juez, como de Pinjás, el Cohén.
La arrogancia paralizó a ambos. Para Yiftaj, el Juez de Israel, sería
una humillación tener que rebajarse pidiendo clemencia ante Pinjás. Y
otro tanto ocurrió con éste que, siendo Sumo Sacerdote, creyó que no le
correspondía “humillarse” dando él el primer paso. El Midrash condena a
ambos por igual: Pinjás fue despojado del espíritu Divino, y el otro
tuvo que soportar una muerte lenta. Éste es el corolario al que quieren
llegar los exégetas: Un dirigente debe tener en cuenta el sentido de la
proporción, reconocer sus carencias, y trabajar comprometidamente y con
humildad, junto con los otros responsables. Poder y humildad no son
incompatibles, son complementarios.




El relato de Yov/Job,
en los Hagiógrafos, aunque con otro sentido, posee también
connotaciones relativas a la humildad. En este argumento definitivamente
didáctico, Yov es un hombre justo y temeroso de Dios, quien lo había
bendecido con numerosa descendencia y cuantiosos bienes. A fin de poner a
prueba su espíritu virtuoso, el Eterno permite a Satán que lo abrume
con infortunios y aflicciones. Así, Yov pierde a sus hijos, a sus bienes
y queda sumido en la miseria y con terribles enfermedades. Pero Yov
acepta resignadamente su infortunio (Le contesta a su mujer: “
Si aceptamos los bienes que Dios nos envía, ¿por qué no vamos a aceptar también los males?
(2:10)) . Sus amigos le dan a entender que éste habrá tenido que
cometer alguna grave transgresión, pues Dios premia y castiga según los
actos cometidos en vida. Finalmente Yov se defiende y se queja
apesadumbradamente de sus desgracias, que no comprende, pues sabe que
sus actos siempre han sido los correctos. Pero Elihu le quiere hacer ver
el valor educativo y disciplinario de los sufrimientos, ya que la
misión de éstos es la de fortalecer la virtud y, por tanto, instruir a
los hombres. No es el ser humano quien decide el tiempo y la forma en
que Dios debe manifestar su justicia. Ante el Ser Supremo no le queda al
hombre más que postrarse en sumisión, pues no puede pedirle cuentas;
las acciones Divinas son un misterio para la mente humana. A pesar de
todo Yov manifiesta su última confianza en el Ser, a quien ve, a pesar
de todos los sufrimientos, como su amigo y defensor. Finalmente el
propio Eterno aparece en escena, reprendiendo a Yov por sus quejas y por
no haber aceptado su voluntad. Le recrimina el que haya querido
atribuirse el papel de Juez, que le corresponde a Dios: “…
pero
tú estás saturado del juicio del inicuo, a quien hostigan el juicio y
la justicia. Ten cuidado de la ira, no sea que te pierda tu soberbia y
no te pueda librar ningún rescate. ¿Te servirán de algo tus riquezas que
no tienen límites¿ ¿O todos los recursos de tu poder?”
 (36:17-19).
Le hace ver que también los alegatos de sus amigos son impropios, pues
Él, en su infinita omnipresencia, pone a prueba el corazón de sus hijos
para otorgarle aún más bendiciones. Por tanto, restituye a Yov su
antigua felicidad y lo colma grandemente de bendiciones. 




¿Cuál es la lección sobre la humildad
que se podría aprender con este relato? Que Yov tuvo que pasar por la
más grande humillación para que aprendiera la humildad. En el capítulo
40 está escrito: “
Arroja
de ti los furores de tu ira. Mira a todo engreído de soberbia y
abátele. Observa a cada uno que exhibe arrogancia y póstrale; y
quebranta a los orgullosos y malvados allí donde estén”
 (11-13)Y en el capítulo 5 se puntualiza claramente: “(Dios) eleva a las alturas a quienes están abajo (los humildes) y los afligidos son exaltados a lugar seguro” (11).



Sirvan también estos ejemplos de versículos o máximas extraídos de los textos judíos:



Del Talmud:



La razón por la cual al Cohén
Gadol/Sumo Sacerdote no se le permitía oficiar con sus prendas de oro en
Yom Kipur/Día de la Expiación era para que fuera evocada la humildad
(Yoma VII). 




A través de la humildad se alejará la calumnia. (Ar.15a)



Cinco hombres fueron grandemente
dotados por la Gracia Divina, pero el orgullo fue su ruina: Sansón la
padeció por su fuerza; Saúl, por su estatura; Absalom, a través de sus
cabellos; Asa, a través de sus pies, y Zedekias, a través de los ojos
(So
ah 10 bis).



Hillel dijo: "Mi humildad es mi grandeza, y mi grandeza es mi humildad" (Lev. R. i.).



No vendrá el Mashiaj/Mesías hasta que no haya cesado el orgullo en Israel (Sanh. 98).



El hombre altivo, aunque sabio, perderá su poder de la profecía (Pes. 6b). 



El envanecimiento contamina la tierra (Sotah 4b).



La humildad es tan importante como la sabiduría y el temor a Dios (Derek Erez, Ammán VIII).



No se debe olvidar que la mosca fue creada antes que el hombre (Sanh. 38; Tan., Shemini, 9).



Jojanán ben Zakkai solía decir: "Si
has adquirido mucho conocimiento de la Torá, no debes adjudicarte a ti
mismo el orgullo" (ii Ab.. 8; Sanh).




Sé flexible como la caña, porque el conocimiento sólo se logra con humildad" (Derek Erez Zua viii. 1). 



Quien se humilla por cuenta de la Torá, en última instancia será elevado a través de ella (Derej Erets).



Así como las aguas en su curso tienen
por objeto las tierras bajas y no el terreno elevado, también las
palabras de la Torá se realizarán sólo entre aquellos dotados de un
espíritu humilde (Ta'an. 7).




De los Tehilim/Salmos:



18: 27: Tú salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos.



147: 6: El Señor levanta a los humildes, pero humilla por completo a los malvados. 



149: 4: Porque el Señor se complace en su pueblo; da a los humildes el honor de la victoria. 



De Mishlei/Proverbios:



15:33: El honrar al Señor instruye en la sabiduría; para recibir honores, primero hay que ser humilde.



18:12: Tras el orgullo viene el fracaso; tras la humildad, la prosperidad.



De los Profetas:



Shemuel/Samuel 1, 2:7 7: El Eterno da la pobreza y la riqueza, humilla y también enaltece.



Yishayahu/Isaías 2: 11-12: Los
orgullosos tendrán que bajar la vista; los altaneros se verán
humillados. Tan sólo el Eterno mostrará su grandeza en aquel día, el día
en que el Señor Todopoderoso actúe contra todo hombre orgulloso y
soberbio, contra todo hombre altanero, para someterlo. 




Yishayahu/Isaías 5:15: La gente quedará totalmente humillada; los orgullosos tendrán que bajar los ojos. 



Yishayahu/Isaías 13:11: El Señor dice: …“ Voy a terminar con la altanería de los orgullosos, y a humillar a los soberbios e insolentes”. 



Yishayahu/Isaías 26:5-6:  Él
hace caer a los orgullosos y humilla a la ciudad soberbia derribándola
hasta el suelo, para que los humildes y los pobres la pisoteen con sus
pies.




Yishayahu/Isaías 57:15: Yo
habito en una altura santa, pero estoy con el contrito y humillado,
para reavivar los espíritus de los humildes, para reavivar los corazones
contritos.




De la Torá:



Vayicrá/Levítico 26:19: Haré pedazos vuestro necio orgullo.



Devarim/Deuteronomio 8:12-14: Cuando
hayáis comido y estéis satisfechos, y viváis en las buenas casas que
hayáis construido, y veáis que vuestras vacas y ovejas han aumentado, lo
mismo que vuestro oro y vuestra plata y todas vuestros propiedades, no
os llenéis de orgullo ni os olvidéis del Señor vuestro Dios, que os sacó
de Egipto, donde erais esclavos.
               










Tratado de los Padres - Capítulo 1 Mishná 1

Tratado de los Padres - Capítulo 1 Mishná 1



   
Tópicos del Pensamiento Místico Judío
Importancia del Estudio de Pirkei Avot
01- TRATADO DE LOS PADRES – 1-01

CAPITULO 1 MISHNÁ 1

"Moshé recibió la Torá de Sinai y la
transmitió a Iehoshúa, Iehoshúa a los Ancianos; los Ancianos a los
Profetas; y los Profetas la transmitió a los Hombres de la Magna
Asamblea".
  1. "Moshé recibió la Torá en el Sinaí" - Torá con humildad
Moshé recibió la Torá del Atributo de Humildad

"Moshé recibió la Torá del Sinaí". Esto se refiere al nivel del
monte Sinaí, que es la montaña más baja, una cuestión de humildad, que
es el nivel característico de Moshé, de quien se dice: "Y el varón Moshé
era muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la faz de la
tierra."


Una chispa de Moshé - la humildad en cada alma judía

Esto también es cierto de la chispa de Moshé en cada judío, según lo expuesto en el Tania1
en relación con el versículo: "¿Qué demanda Havaiá tu Dios de ti, sino
el temor a Havaiá tu Dios?" Los sabios preguntan: "¿Puede el temor a
Dios ser considerado algo insignificante?”, y responden: "Sí, para Moshé
fue algo insignificante." Rabí Shneur Zalman de Liadi, el Alter Rebe,
explicó que esto realmente se puede afirmar con referencia a cualquier
judío, debido a la chispa de Moshé que se encuentra en cada uno de
nosotros.

El tema completo del versículo "¿Qué demanda
Havaiá tu Dios de ti, sino temer [a Él]" se refiere a la humildad. Esto
se puede aprender de la palabra "qué" (מַה , ), que alude al atributo de Moshé de la abnegación, como él mismo dijo, "Y nosotros qué somos"2. El temor a Dios es una cuestión de altruismo, la palabra aramea para "si" (אִין , in) alude al atributo de la “nada” (אַיִן , ain); "algo insignificante" se refiere al hecho de que a nuestros ojos ellos son "algo insignificante."

Un ser individual que se considera "despreciable",
se relaciona con el secreto de "quien es pequeño es un rabino3".
Alguien pequeño es especialmente apropiado para ser un maestro de la
Torá en quien brilla el alma de Moshé, como se nos enseña en Cábala que
existe una "extensión de Moshé en cada generación." Esta es también la
idea cabalística en cuanto a la expresión "humildad [es decir, ser
‘despreciable’] es más grande que todo”, referido por Rabí Iehoshúa ben
Levi, que alude a Iehoshúa quien recibió la Torá de Moshé, fue un
Levita [ben Levi], como afirma la Mishná: "Moshé recibió la Torá en el
Sinaí y la transmitió a Iehoshúa".


Los Secretos de la Humildad en el Sinaí

La guematria de "Sinaí" (סִינַי ) más uno (el kolel) es igual a "humildad" (עַנָוָה , anavá).
Como cada una de estas palabras tiene cuatro letras, cada letra se
puede multiplicar por la letra correspondiente en la otra palabra (un
procedimiento llamado Haka´a pratit, multiplicación individual).
El producto de esta multiplicación es 5050, que es el número triangular
de 100, (la suma de los número desde 1 hasta 100) aludiendo a la
belleza perfecta (יֹפִי , de valor numérico100), y también es igual a 10 veces 505, el valor numérico de Sará (שָׂרָה ),
conocida por su belleza. Por otra parte 100 alude al versículo "¿Qué
demanda Havaiá tu Dios de ti?" en referencia a la interpretación de los
sabios: “No leas ‘qué’ (מַה , ), sino 'cien' (מֵאָה , meá)". Esta letra adicional en esta nueva interpretación del versículo, la alef, lleva a 100 el número total de letras en el verso! La nueva interpretación del versículo alude a la mitzvá de decir cien bendiciones cada día.


Humildad – el séptimo y más querido atributo con el cual se adquiere la Torá

El capítulo final del Tratado de Avot, conocido como "Kinián Torá",
lit. “adquisición de la Torá”, enumera cuarenta y ocho cosas con que
se adquiere la Torá. “... La Torá se adquiere con cuarenta y ocho cosas.
Ellos son: estudio, oír, articulación, comprensión, temor
disciplinado, temor reverencial, humildad...”

El atributo de la humildad es el séptimo de los
cuarenta y ocho atributos que se enumeran, y "Todos los séptimos son
queridos." Moshé es también la séptima generación desde Abraham. Esto
concuerda con el hecho de que "Moshé recibió la Torá en el Sinaí", es
decir, por el atributo de la humildad.


La explicación dada por el Avodat Israel

En su interpretación de la Ética de los Padres del “Avodat Israel"
[Rabi Israel Hopshtein de Koshnitz], escribe: "de acuerdo a nuestro
grado de humildad, uno recibe santidad del Creador... Si una persona es
modesta y humilde, entonces causa que Dios descienda y se contraiga a
Si Mismo, por así decirlo, hacia esa persona."

Continúa explicando que Moshé sembró el atributo
de la humildad -el recipiente a través del cual se pueden integrar la
santidad y las innovaciones de la Torá en nuestras almas- en todas las
generaciones que le siguieron, como dice el versículo: “Luz es sembrada
para los justos y para los honestos de corazón, alegría.” Las letras
finales de las palabras en este versículo (אוֹר זָרֻעַ לַצַדִיק וּלְיִשְׁרֵי לֵב שִׂמְחָה ) forma: Rev Akiva (ר’ עַקִיבָה ),4 escrito con la letra hei al final en lugar de la habitual alef). El midrash
nos enseña que Moshé pidió que la Torá fuera entregada a través de Rabí
Akiva, pero le oyó decir que todo lo que se enseña y se innova fue
entregado como halajá a Moshé en el Sinaí ("Todo lo que un
sabio veterano innovará en el futuro ya se le dijo a Moshé en el
Sinaí”), lo que significa que todo llegó a Rabí Akiva a partir del
atributo de humildad de Moshé.


Preservar la Juventud

Luego, el autor de AvodatIsrael
escribe que quien tiene humildad es llamado “un joven”. Moshé fue
llamado joven cuando lloró como bebé en su cuna en el río Nilo: “Y he
aquí que el joven estaba llorando". Iehoshúa (quien recibió la Torá de
Moshé en mérito de su humildad) fue conocido como joven cuando servía
como ayudante de Moshé "y Iehoshúa ben Nun era un joven"; del mismo
modo, Shmuel, que es tan valioso como Moshé y Aarón juntos, es llamado
un joven: “Y el joven era todavía un joven."

En la frase refiriéndose a Shmuel, la palabra
"juventud" aparece dos veces, lo que nos enseña que permaneció sin
pretensiones y humilde como un joven durante toda su vida. La humildad
de Shmuel comenzó con el hecho de que su madre le hizo una "pequeña
capa", de tal manera que siempre se vestiera con el atributo de la
"pequeñez". Por eso tenemos la costumbre de vestir una pequeña prenda
con cuatro puntas en todo momento (incluso cuando dormimos).

Este es el tema del verso "Porque Israel es un joven y lo amo y desde Egipto le he llamado Mi hijo".5


2. Pregunta a tu padre y él te relatará, a tus ancianos y ellos te dirán

Ética de los Padres - Un libro para Educar al Joven

De la explicación ofrecida por el autor de AvodatIsrael,
aprendemos que quien estudia Torá con humildad -del aspecto de "Moshé
recibió la Torá en el Sinaí", donde el Sinaí es la humildad, como vimos-
es llamado un "joven" (como se indica con referencia a Moshé, Ieoshúa y
el profeta Shmuel). En este caso, las dos palabras "juventud" (נַעַר , naar) y "anciano" (זָקֵן , zakén)
forman una pareja que a menudo aparece junta en la Torá. Por ejemplo,
con referencia a la salida de Egipto el versío dice: “Con nuestros
jóvenes y nuestros ancianos iremos" (con los jóvenes mencionados antes
de los ancianos, siguiendo el orden de madurez). Del mismo modo, la
frase "de menor a mayor" aparece una vez en cada una de las tres
partes de la Biblia, Torá, Profetas y Crónicas.

Afirma el versículo: "Pregunta a tu padre y él te
relatará, a tus ancianos y ellos te dirán." En el tratado de Avot,
el padre anciano -quien ha adquirido la sabiduría- enseña a su hijo –el
joven- el conocimiento. Quien estudie la Ética de los Padres se siente
como si fuera un joven que está aprendiendo moralidad de sus
antepasados. Esta idea es aludida en la frase: "Escucha hijo mío, la
ética tu padre".6

Así como el libro de Proverbios es el principal
libro de educación en la Torá Escrita, así también y más aún, la Ética
de los Padres es el principal libro de educación en la Torá Oral, que es
conocido por ser aún más precioso para Dios que la Torá, como
establecen los sabios: "Son para Mí más preciadas las palabras de los
escribas que el vino de la Torá." En el versículo, "Educa al joven de
acuerdo a su manera, incluso cuando envejezca se alejará de ella” hay 34
letras, ó 2 veces 17, que alude a los dos tipos de “bien” (טוֹב , tov;
de guematria 17), mencionado en la frase: “Bueno para los Cielos y
bueno para las criaturas,” como se explicó anteriormente que el
principio más importante que debemos aprender de la Ética de los Padres
es cómo ser bueno.


Orientar a la Juventud a elegir el Bien

Los comentaristas explican que “joven” (נַעַר , naar) está relacionado con "despierto" (נֵעוֹר , naor), como en la expresión "volver a despertar" (חוֹזֵר וְנֵעוֹר , jozer venaor), que es la interpretación cabalística de la frase: "Mi corazón está despierto" (לִבִּי עֵר , liví er).

Otra explicación de la palabra "joven" (נַעַר , naar) es como en la raíz que aparece en la frase: "Sacúdete, levántate del polvo” (הִתְנַעֲרִי מֵעָפָר קוּמִי , hitnaari meafar kumi).7

La primera vez que aparece la raíz נ-ע-ר
en la Torá es en el verso: "porque el instinto del corazón del hombre
es malvado desde su juventud." De este verso los sabios enseñan que
incluso un bebé recién nacido es llamado "joven" (נַעַר ), desde el momento en que es "sacudido" (נִנְעַר , ninar) afuera del vientre de su madre.

Con referencia a la frase: "Y el joven fue un joven,” el Radak
explica que un "joven" se refiere a alguien con inteligencia y
fortaleza mental para distinguir entre el bien y el mal. Esta
explicación es el fundamento para el midrash de los sabios
sobre el versículo siguiente: "y sacrificaron el buey y llevaron al
joven a Elí", que describe cómo Shmuel, a la edad de dos años de edad,
enseñó una instrucción contraria a las enseñanzas de Eli, que sacrificar
el animal para ofrendarlo en sacrificio es kosher incluso cuando se lleva a cabo por un laico (es decir, no por un cohen).

En otra parte, se hace una referencia al hecho de
que los jóvenes judíos son buenos jóvenes que nunca han probado el sabor
del pecado (que nunca han tenido relaciones con una mujer, como una
virgen).

El deber del padre en la educación de su hijo es
dirigir sus instintos naturales hacia salidas positivas. Una alusión a
esta idea es que "Padre-joven" (אָב נַעַר , av naar) es igual a 17 (טוֹב , bueno) veces 19 = 323, que es el valor medio de las dos palabras antes mencionadas, "malo desde su juventud" (רַע מִנְעֻרָיו ).


Juventud - la Sefirá de Fundamento

El Zohar explica que "joven" (נַעַר ) se refiere a la sefirá
de fundamento, la señal del pacto sagrado. Por lo general, esto
significa cuidar el pacto, es decir, la pureza de la juventud, como se
mencionó anteriormente. Sin embargo, a veces se refiere mancillar el
pacto (en cuyo caso, la rectificación de los "pecados de juventud" se
produce mediante el estudio de la Ética de los Padres en profundidad,
por sí mismo). Fundamento se conoce como la "pequeña extremidad" de un
hombre, en la que su pureza se refiere una vez más al sentimiento de
pequeñez mencionado anteriormente.

El fundamento propaga la abundancia y la
transfiere al reinado (que es el sentimiento que tiene la juventud de la
humildad). Por otra parte, el que merece ser llamado "joven" en
santidad, su atributo de fundamento se eleva para ser inter-incluido en
las dos sefirot de victoria y reconocimiento, que propaga y vacía su abundancia en el fundamento (a fin de ser transferido al reinado).

En muchos lugares, "joven" (נַעַר )
se refiere a un asistente, como se afirma explícitamente en referencia a
Iehoshúa: "Y su asistente era Iehoshúa ben Nun, un joven etc", que se
refiere al secreto de la sefirá de fundamento (Iehoshúa era de la tribu de Efraím, el hijo de Iosef, que es el alma arquetípica asociada a la sefirá de fundamento) que sirve a las sefirot que están por encima de ella (victoria y reconocimiento; victoria en particular, como el final de la línea derecha de las sefirot,
por recibir de la sabiduría superior, el principio de la línea derecha)
y también el reinado que está debajo de ella (todo su propósito es
servir como mensajero, como en Cábala que todo emisario se asocia con la
sefirá de fundamento, un "mensajero"). En referencia a la potencia de la sefirá de fundamento (virilidad) se dice: "Su arco fue despertado y agitado [es decir, 'Su fuerza fue por cierto revelada']" (עֶרְיָה תֵעוֹר קַשְׁתֶּךָ ), una frase que incorpora el "portal” de dos letras ["despierto" (עֵר , er)] de "joven" (נַעַר , naar) dos veces. Esta frase se refiere a la alegoría de un arco que dispara flechas al blanco (reinado) sin desviarse nunca.


La Ética de los Padres el Poder de Atracción de Fundamento en el Padre, al Fundamento en el Hijo

De acuerdo con esta idea, estudiar la Ética de los
Padres -el padre educando al joven– hace realidad el secreto
cabalístico de "el fundamento del Padre [es decir, la sabiduría] es
largo y termina en el fundamento del pequeño rostro [es decir, los
poderes emotivos del alma]. "Esto significa dirigiendo hacia abajo la
auto-{anulación de la sabiduría para iluminar al fundamento del pequeño
rostro, que es el poder del alma para ser estimulada (la luz de la
sabiduría se despierta en el fundamento) con el fin de verificar el
consejo de los dos riñones, es decir, victoria y reconocimiento, en la
realidad (el reinado).

Esta expansión de las energías es el secreto
cabalístico de "Moshé recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió a
Iehoshúa". En este caso, Moshé representa el fundamento del padre y
Iehoshúa personifica a "Shaul de RejovotHanahar" (el sexto de los ocho reyes del "caos"), el fundamento que recibe en su raíz en la figura de la madre (la sefirá
de entendimiento, como se explicará más adelante que la relación entre
Moshé y Iehoshúa representa la relación entre sabiduría y entendimiento,
es decir, el sabio y el erudito de la Torá).


La Aparición de la Juventud en los Siete Poderes Emotivos del Alma

Así, hemos encontrado "un joven" en cada una de las siete sefirot inferiores:

En bondad, "Porque Israel es un joven y yo lo amo" –el joven que se despertó8
al servicio a Dios a través de que el amor de su Creador despierta el
amor desde Arriba: "Como [al mira en] el agua, el rostro refleja el
rostro”.9

En poder: "Juventud" (נַעַר , naar), que significa "agitado", como en la frase "Sacúdete, del polvo levántate " (הִתנַעֲרִי מֵעָפָר קוּמִי ) en relación con el secreto cabalístico del poder que construye el reinado.

En belleza: "Porque el instinto del corazón del hombre es malvado desde su juventud"10
convirtiendo a la razón del despertar del atributo de juicio (poder) en
la causa del despertar del atributo de misericordia (la fuerza
motivadora interior de belleza), como se explica en Cabalá y Jasidut
en referencia al hecho de que inicialmente: "Porque el instinto del
corazón del hombre es malvado desde su juventud", fue la razón de la
destrucción del mundo y después se convirtió en la base del pacto que
Dios hizo para nunca más destruir el mundo de nuevo.

En victoria y reconocimiento ("las dos caras de un
mismo cuerpo"), el "consejo de los riñones", un joven es un niño
inteligente y sagaz, capaz de distinguir entre el bien y el mal.

En fundamento, el joven es un mozo preciado que es
puro y limpio de todo pecado (guardando el pacto). También en
fundamento, el joven es un asistente devoto a su maestro [como en el
secreto cabalístico de "más grande es servir a la Torá (en fundamento)
que su estudio (en victoria y reconocimiento)]."

En reinado, la juventud es el asunto de sentirse
pequeño y humilde, como se explica en la interpretación mencionada por
el autor de AvodatIsrael.


Los Jóvenes en la Torá

Antes mencionamos que Moshé, Iehoshúa y Shmuel son llamados "un joven" en la Torá (el autor de Avodat Israel
enfatiza Iehoshúa y Shmuel, en particular, porque Iehoshúa fue llamado
"un joven", cuando él era un adulto y con referencia a Shmuel, la
interpretación es que él siguió siendo "un joven" pequeño y humilde toda
su vida).


Sin embargo, en los cinco libros de la Torá, hay trece personas que se conocen como "un joven":

Eliezer, siervo de Abraham: "Excluyendo sólo lo que comieron los jóvenes, etc", tal como Rashi
interpreta cómo éstos eran alumnos de Abraham que salieron con él a la
guerra contra los reyes, pero en realidad se refiere sólo a Eliezer;
como interpretan los sabios y lo menciona Rashi.

Ishmael: "Y corrió Abraham hacia el buey... y se lo dio al joven y rápidamente se hizo", como Rashi interpreta: "Este fue Ishmael [que deseaba Abraham] para educarle en realizar mitzvot." Más adelante en la Torá Ishmael es referido un número de veces como un "joven".

Itzjak: en el sacrificio de
Itzjak dice el verso: "Y yo y el joven iremos allí" y después, "No
arrojes tu mano sobre el joven" (antes el versículo dice que Abraham
tomó consigo a sus dos jóvenes y Rashi explica que se trataba de Eliezer e Ishmael, los dos jóvenes que se mencionan previamente en la Torá.

Eisav y Iaacov: "Y los jóvenes crecieron, y Eisav… y Iaacov...”

Shejem ben Jamor: "Y el joven no demoró en llevar a cabo el asunto" Por otra parte, en hebreo, "Jamor" (חֲמוֹר ) significa "burro" y "rebuzno" (נְעִירָה ), [es decir, el sonido de un burro] es de la misma raíz que "joven" (נַעַר ).

Iosef: "Y él era un joven con los
hijos de Bilhá, etc" (Iosef es el séptimo de los jóvenes en la Torá, y
"Todos los séptimos son queridos, este es el punto medio de los trece
jóvenes, en relación con el secreto de la rectificación de la "verdad",
el séptimo atributo de los trece atributos de la fe, que es el asunto
principal de la juventud que guardando su "verdad".

Biniamín: "Envía al joven
conmigo", "El joven no puede dejar a su padre", etc, (Biniamín es
nombrado como "un joven" siete veces en la Torá).

Efraín y Menashé: "El
ángel que me redime de todo mal [una referencia a 'el instinto del
corazón del hombre es malvado desde su juventud"] bendiga a los
jóvenes."

Moshé: como dice el versículo: "Y he aquí, había un joven llorando."

Iehoshía: "Y su asistente, Iehoshúa ben Nun era un joven."

Gershom: "Y los jóvenes corrieron a decirle a Moshé, etc", como interpreta Rashi: "Hay quienes dicen que se trataba de Gershóm hijo de Moshé."

Además, hay dos mujeres que son llamadas "doncella",11
Rivká (​​"Y la doncella era de muy buena apariencia") y Diná ("Y él
amaba a la doncella"). Toma en cuenta que la pareja de cada una de estas
"doncellas", también es conocida como "un joven".


Alusiones juveniles

Aquí vemos que el primer "joven" en la Torá
("Todo sigue de acuerdo al principio") es Eliezer (que en la mayoría de
sus reencarnaciones sale de su estado cananeo de "maldito" y se
convierte en "bendito", y finalmente llega a la raíz del Mashíaj, hijo
de David, como se menciona en las obras del Arizal). Eliezer (אֱלִיעֶזֶר ) tiene la misma guematria que "Y mi corazón está despierto" (וְלִבִּי עֵר ), que se refiere a "despertar" el significado principal de "joven" (נַעַר ), como se mencionó anteriormente.12

El último "joven" en la Torá es Guershom ("Todo
sigue de acuerdo al final"). Puesto que Eliezer también es el nombre del
segundo hijo de Moshé, vemos que Gershom y Eliezer -"el final se
inserta en el principio"- son hermanos ["hermano" en hebreo (אַח ) es de la misma raíz que "unión" (אִיחוּי )].13

Todos los jóvenes y doncellas antes mencionados
deben estudiar Ética de los Padres de sus padres-ancianos [despertando
así los trece atributos de misericordia, con los dos Nombres de Dios
que les preceden, que se refieren a la misericordia simple por los
justos y los baaleiteshuvá (retornantes al judaísmo),
correspondientes a Rebeca y Dina. Esto se relaciona con el secreto
cabalístico de "La mujer virtuosa es la corona de su marido".]


1 Tania, cap. 42.
2 En el nombre "Moshé" (מֹשֶׁה ) la letra del medio es שׁ , (300), que también es igual a "espíritu de Dios" (רוּחַ אֶֿלֹהִים , Ruaj Elokim) y la primera y la última letra de su nombre forman la palabra "qué" (מַה , ).


3 El significado literal de esta frase es "Quien es pequeño es grande." Sin embargo, la palabra "grande" (רַב , rav) (es decir, lo contrario de pequeño) en arameo es idéntica a la palabra "rabino".


4 Las letras de "Akiva" (עַקִיבָה ) cuando es deletreado de esta manera, se pueden reorganizar para leer עקב יה , ekev Kiá, que alude a la frase: "A raíz de la humildad viene el temor de Dios" (עֵקֶב עֲנָוָה יִרְאַת הוי ').


5 Las letras de la palabra "mi hijo" (בְּנִי , bení) son las letras iniciales de las tres palabras, "hijo" (בֶּן , ben), "juventud" (נַעַר , naar), "Israel" (יִשְׂרָאֵל ). El valor numérico total de estas tres palabras es igual al valor numérico de "En el principio" (בְּרֵאשִׁית ), que alude al propósito final de la creación del mundo.


6 Donde las letras de la palabra "mi hijo" (בְּנִי ) son las letras iniciales de las tres palabras, "hijo" (בֶּן , ben), "juventud" (נַעַר , naar), "Israel" (יִשְׂרָאֵל ), como en la nota previa.


7 Las letras iniciales de las tres palabras en esta frase forman kama (קמה ), el nombre Divino relacionado con el establecimiento de un rey.


8 "Despertar" מִתעוֹרֵר tiene la misma raíz que "joven" (נַעַר ).


9 Proverbios 27:19.


10 Génesis 8:21.


11 La forma femenina de "joven" es נַעֲרָה , neará, pero en los dos casos antes mencionados la palabra está en una forma no convencional, escrito sin la hei final (נַעֲרָ ).


12"Eliezer joven" (אֱלִיעֶזֶר נַעַר ) es igual a "Abraham Itzjak Iaacov" (אַבְרָהָם יִצְחָק יַעֲקֹב ) los tres patriarcas, que son los "padres" de la Ética de los Padres, que educa a los niños-jóvenes.


13 "Gershom Eliezer" (גֵרְשׁוֹם אֱלִיעֶזֶר) = 861 [el triángulo de 41 - "madre" (אֵם )] = "Israel es un joven" (נַעַר יִשְׂרָאֵל ) como en el versículo: "Porque Israel es un joven y Yo lo amo.





     
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