domingo, 15 de mayo de 2016

Teoría del observador del Génesis - EcuRed

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  • lunes, 16 de mayo de 2016
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    Teoría del observador del Génesis

    Teoría del observador del Génesis
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    Concepto:La
    teoría del observador del Génesis es una de las teorías pro-evolución
    del creacionismo cristiano contemporáneo, -también llamada del
    "observador sobre la superficie de la tierra". Analiza el primer libro
    de la La Biblia -El Génesis-,
    en su Capítulo 1 y el Capítulo 2, versículos del 1 al 4 bajo la premisa
    de que la narración del texto bíblico es realizada por un ser humano
    que se encuentra sobre la superficie del planeta.
    Teoría del observador del Génesis (Creacionismo)



    La teoría del observador del Génesis es una de las teorías pro-evolución[1]
    [2] del creacionismo cristiano contemporáneo. Analiza el primer libro de la La Biblia -El Génesis-,
    en su Capítulo 1 y el Capítulo 2, versículos del 1 al 4 bajo la premisa
    de que la narración del texto bíblico es realizada por un ser humano
    que se encuentra sobre la superficie del planeta.

    Esta perspectiva sería clave para la interpretación de lo descrito en el texto, a la luz del correlato científico-astronómico.

    La teoría en cuestión intenta analizar los seis días creativos bajo la
    suposición de que: primero, el que observa es un hombre y no Dios;
    segundo, lo hace desde la superficie de la tierra[3];
    tercero, este observador ve una visión que Dios le da -ya que es
    imposible que un hombre haya presenciado la evolución del planeta desde
    la nebulosa preplanetaria primigenia -nebulosa solar- hasta la aparición del homo sapiens-.
    Este
    observador sería -durante el tiempo que duró la visión-, el centro de
    la acción. Todo gira a su alrededor, los continentes se acercan o se
    alejan de él, los planetas y las estrellas giran en rededor de su
    posición. Sería como si alguien hubiese podido montar una cámara fija
    clavada en ese lugar durante cuatro mil seiscientos millones de años y
    luego reprodujera la película en unos pocos minutos.

    También tiene vital importancia el apreciar que esta persona -el
    observador-, carecía de los conocimientos científicos y astronómicos
    como para comprender con exactitud de que se trataba lo que estaba
    viendo por lo que lo expresa en sus palabras y dentro de los parámetros
    propios de su época.


    Tradicionalmente se ha sostenido que Moisés
    es el autor de Génesis, inferencias internas en el texto de La Biblia
    favorecen esta conclusión, por lo que el observador bien podría haber
    sido Moisés[4].


    Ésta teoría sería válida para la interpretación del texto en cuestión a
    nivel científico-astronómico, luego se debería ver el aspecto
    trascendental que a los efectos religiosos sería más importante.




    Contenido

    Conceptos principales

    Versos del Génesis:






    El Génesis

    Día primero

    «En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

    «La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.




    Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y
    apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz "día", y a la
    oscuridad la llamó "noche". Y atardeció y amaneció: día primero"»
    (Génesis 1:1-5).
    Posible
    vista desde la superficie de la Tierra en dirección al Sol, el que, se
    vería oculto detrás del polvo residual de la nebulosa original.
    En este primer párrafo -a partir de la premisa de que el observador está ubicado en la posición en la que la Tierra
    va a existir en unos cientos de millones de años más adelante, cuando
    se haya consolidado como planeta-, se realiza la comparación con la
    explicación científica actual, la que asegura que la nebulosa solar que da origen al sistema solar era un cúmulo caótico de polvo y gas, el que se contrajo por las ondas gravitacionales que llegaron a la zona provenientes de alguna supernova
    en las cercanías. Esta contracción hizo que la mayor parte de la
    materia de la nebulosa se acumulara en el centro dando lugar a la
    generación del Sol, la estrella central.



    La teoría implica analizar estos acontecimientos desde la perspectiva de la superficie terrestre[5], por lo cual se deduce:



    Si un ser humano hubiese podido estar en esa posición (en este
    caso el observador), en esa ubicación, lo que habría visto es: primero,
    el caos del polvo flotando en el abismo espacial. Luego el nacimiento de
    luz proveniente de alguna parte que iluminaría desde atrás al polvo
    remanente de la nebulosa original -que aún no habría caído al Sol ni
    habría formado aún parte de los planetas-, ya que el Sol -se supone- se encendió antes de que todo el polvo de la nebulosa se depositara o fuera barrido por el viento solar.



    La lógica de la línea de pensamiento base de la teoría, es pensar
    que el observador gira con el planeta que se está consolidando, -ya que
    la Tierra desde sus primeros momentos tiene que haber estado en
    rotación-, por lo que el observador un momento estaría de frente al
    resplandor y al siguiente de espalda, con lo cual -para él- se iniciaría
    una sucesión de días y noches.




    Día segundo

    Los
    primeros hebreos concebían el universo como un conjunto, una Tierra en
    forma de disco centro del cosmos. El cielo consistía en un domo apoyado
    en pilares celestiales. (The religious ideas of the Old Testament)
    (Londres: Duckworth 1913)
    «Dijo Dios:

    «"Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas
    de otras". E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo
    del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue.



    Y llamó Dios al firmamento "cielos". Y atardeció y amaneció: día segundo"» (Génesis 1:6-8).
    Teniendo como base la teoría de un observador fijo, se conjetura que
    en ese momento esa persona estaría relatando los primeros momentos de la
    consolidación del planeta en los cuales la incipiente atmósfera estaría
    saturada de agua, vapores, y cenizas volcánicas, productos de la época de enfriamiento y generación de la atmósfera primigenia.



    En esa época del planeta el agua de la atmósfera
    no llegaba a acumularse en la superficie debido a la temperatura del
    suelo, por lo que es probable que la humedad del aire fuese del cien por
    ciento. La lluvia que se precipitaba se volvía a evaporar antes de
    tocar el suelo. Luego, al continuar enfriándose el planeta, al fin el
    agua se mantendría en estado líquido por más tiempo y formaría los
    océanos, dejando al descubierto los continentes secos. También el polvo
    de la atmósfera, cenizas volcánicas, polvo de los impactos de los planetoides y meteoritos
    que seguían cayendo tendría que haberse asentado, -ya que los impactos
    se habrán ido espaciando-. Cómo resultado de todo ello el aire tendría
    que haberse hecho más diáfano permitiendo la visibilidad a largas
    distancias.



    El texto del Génesis estaría expresando que el observador vería
    ésta separación del agua del aire. El aire dando lugar a la atmósfera y
    al agua como mares.

    Él cree que la lluvia cae de las aguas que quedaron arriba -según su concepción cultural-[6]. Ya que puede ver el aire en el "medio" y los mares "abajo", pero no comprende el origen de la lluvia.




    Día tercero

    «Dijo Dios:

    «"Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo
    conjunto, y déjese ver lo seco"; y así fue. Y llamó Dios a lo seco
    "tierra", y al conjunto de las aguas lo llamó "mares"; y vio Dios que
    estaba bien.

    «Dijo Dios:




    «"Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles
    frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la
    tierra". Y así fue. La tierra produjo vegetación: hierbas que dan
    semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla
    dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. Y atardeció y
    amaneció: día tercero"» (Génesis 1:9-13).
    Avanza la visión del observador y con ella la evolución del planeta.
    Se perciben las primeras plantas, los primeros vegetales, posiblemente
    algas de ese mar primigenio.

    La ciencia asegura que el desarrollo de la vegetación se produjo con
    plantas acuáticas luego bosques de helechos y coníferas con líquenes y
    hongos.

    Esta persona ahora ve la aparición de formas de vida que él reconoce,
    formas de vida que él asocia con lo que existe en su época.




    Día cuarto

    «Dijo Dios:

    «"Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la
    noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de
    luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra". Y así
    fue.



    Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del
    día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y
    los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y
    para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la
    oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día
    cuarto"» (Génesis 1:14-19).
    Este es un punto crucial, en cuanto a que es un hecho científico
    irrefutable el que los astros estuvieron desde la consolidación de los
    planetas, consolidación que posiblemente ocurrió a la par del planeta
    Tierra, por lo que es imposible que haya sido en ese momento en que
    hayan aparecido por primera vez, pero, como la observación se plantea
    -según la teoría-, desde una ubicación terrestre permanente sobre la
    superficie, entonces, se debe pensar cómo esa persona -que vivía al
    menos mil años a.C.-, interpreta ver aparecer en un cielo despejado de
    polvo cósmico interplanetario y nubes de vapor (dentro de la atmósfera),
    a los astros[7].

    Él cree que es en ese momento en que estos son creados ya que antes no los había visto, y lo escribe de esa manera.

    Él había visto un caos de polvo, había visto vapores y niebla, nubes,
    lluvias torrenciales, pero hasta ese momento no había visto el cielo
    limpio y el espacio estrellado con el Sol y la Luna. Ahora al fin los ve
    -dentro de su visión, al fin, en su línea de tiempo-, y cree que es en
    ese momento que son creados por Dios.




    Día quinto

    «Dijo Dios:

    «"Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la
    tierra contra el firmamento celeste". Y creó Dios los grandes monstruos
    marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las
    aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio
    Dios que estaba bien; y los bendijo Dios diciendo: "sean fecundos y
    multiplíquense, y llenen las aguas en los mares, y las aves crezcan en
    la tierra". Y atardeció y amaneció: día quinto"» (Génesis 1:20-23).
    Los monstruos marinos. Posiblemente ancestros de las ballenas actuales[8].
    La teoría del observador plantea que este "observador" tuvo una
    ubicación sobre la superficie terrestre. Esta persona fue parte del
    pueblo hebreo -posiblemente Moisés-, por lo tanto su ubicación se
    circunscribe a la Mesopotamia, en algún lugar entre Egipto y el río Éufrates.




    Secuencia de la deriva continental. La flecha indica la ubicación del observador
    Éste lugar en particular -el bloque de Arabia-, asegura la ciencia actual, que durante la deriva continental (ver Pangea)
    pudo haber sido una playa. Una playa que se habría sumergido y emergido
    en varias oportunidades a través del desplazamiento de los continentes y
    de las glaciaciones, hasta que impacta con India y se transforma en terreno seco.



    Ahora se estaría frente a la situación de que "el observador" presenciaría los dinosaurios en el mar ("monstruos marinos"), serpientes y peces, y a las aves marinas, que en ese momento deberían haber sido Pterosaurios o similares, dinosaurios voladores que él a la distancia los interpreta según algo conocido: aves.



    Al mantenerse dentro de los parámetros fijados por la ubicación
    (teórica) es necesario recordar que ese lugar es una playa semisumergida[9] por lo cual no se han observado -aún- animales terrestres.




    Día sexto

    «Dijo Dios:

    «"Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias,
    sierpes y alimañas terrestres de cada especie". Y así fue. Hizo Dios las
    alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y
    toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien.

    «Y dijo Dios:

    «"Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y
    manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las
    bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que
    serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a
    imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y
    les dijo Dios:

    «"Sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla; manden
    en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que
    serpea sobre la tierra".

    «Dijo Dios:

    «"Vean que les he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de
    toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para
    ustedes será de alimento. Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los
    cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la
    hierba verde les doy de alimento". Y así fue. Vio Dios cuanto había
    hecho, y todo estaba muy bien. Y atardeció y amaneció: día sexto"»



    (Génesis 1:24-31).
    Según la ciencia, para el momento en que el bloque de Arabia impacta
    con India transcurrieron sesenta millones de años de la desaparición de
    los dinosaurios.



    Para el relato del observador[10], él recién allí puede ver animales terrestres, y por supuesto, cree que es en ese momento en que son creados por Dios.



    Luego ve la aparición de la especie humana y la intención de fondo de lo que Dios reserva para ella.




    Día séptimo

    «Concluyéronse, pues,
    los cielos y la tierra y todo su aparato, y dio por concluida Dios en el
    séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda
    la labor que hiciera. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó;
    porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.

    «Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados.




    «El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos"» (Génesis 2:1-4).
    En éste -el séptimo día-, se cerraría el relato de La Creación con la
    frase inicial clave fundamental para descifrar el relato: "los cielos y
    la tierra", esta frase reflejaría el hecho de que sólo un hombre se
    referiría de esa forma "cielos y tierra", cielos arriba de él, y tierra a
    sus pies.




    Formalismos de la teoría del observador

    • El Génesis habría dejado "guardado" en el propio texto la clave
      para comprenderlo. Ésta clave sería la mención de la frase "los cielos y
      la tierra", al principio y al final de los versos de La Creación,
      dejando entrever que la perspectiva del narrador es absolutamente humana
      y terrestre, ya que sin tener en cuenta la ubicación exacta de este
      "observador" sobre la superficie del planeta el relato no concordaría
      con el correlato científico.

    • La ubicación del observador es -para él- el centro del universo.

    • Los siete días pueden haber sido los días en que esa persona
      recibió ésta visión de La Creación en algo así como siete capítulos, uno
      por día, y de esa manera los plasmó en el relato.

    Historia

    Las teorías creacionistas (ver Creacionismo) han intentado congeniar el relato bíblico con el correlato científico durante siglos. Los distintos autores y exégetas
    habían analizado los hechos narrados en los versos de La Biblia a la
    par de los descubrimientos o conocimientos de cada época. Cada
    descubrimiento científico llevó a que los estudiosos de la materia
    reanalizaran sus postulados y buscaran una nueva explicación, de allí
    las distintas corrientes creacionistas.

    Es importante comprender cómo se ha pasado -en la historia de la
    humanidad-, de una tierra plana y de ser el centro del universo, a la
    compresión de la mecánica celeste, la evolución de las especies y a
    medir la evolución estelar y universal en miles de millones de años.

    Entre las corrientes principales de creacionismo cristiano podemos nombrar:




    • Creacionismo clásico: en el que supone que Dios habría realizado la
      creación de todo lo existente en siete días de veinticuatro horas, por
      lo que la tierra tendría unos diez mil años de antigüedad.

    • Creacionismo anti-evolución: este movimiento intenta utilizar la
      pruebas y descubrimientos científicos para negar la evolución de las
      especies.

    • Diseño inteligente: considera que la naturaleza, y el universo en
      su totalidad tiene su origen y evolución en la intervención directa de
      Dios.

    • Creacionismo pro-evolución: rama que considera verdaderos los
      descubrimientos científicos y que no cree que porque existan mecanismos
      para la evolución -tanto de los seres vivos cómo del universo en
      general-, eso vaya en contra de la existencia de Dios.

    La teoría del observador terrestre ha congeniado de manera más
    cercana ciencia y religión, haciendo que el creacionismo que planteaba
    -en el pasado reciente- una tierra de 10.000 años de antigüedad evaluara
    cifras del orden de miles de millones de años. Esta corriente también
    se enrola dentro del Creacionismo pro-evolución ya que asume que detrás
    de la evolución darwiniana existe un propósito y un creador.

    Los movimientos creacionistas cristianos son mayoritariamente
    protestantes, contando con aquellos más activos y conocidos en los Estados Unidos.




    El Creacionismo en la educación

    El creacionismo no forma parte de la currícula obligatoria en la
    educación tradicional en ningún país del mundo debido a que no se basa
    en evidencia científica comprobable.

    Casos de excepción son Estados Unidos, dónde existe mayoría protestante,
    y en el que se intentó incluir en el 2005 en lo libros de texto
    -reemplazando la evolución- y fue prohibido por sentencia judicial. Otro
    caso es el creacionismo islámico en países donde se profesa dicha
    religión.




    La Iglesia católica ante el creacionismo

    La Iglesia católica no está de acuerdo con la interpretación literal del texto de los días creativos del libro del Génesis.

    La ciencia no es parte del magisterio de la iglesia
    por lo tanto no se opone al evolucionismo. El creyente católico debe
    considerar como parte fundamental de su doctrina que el ser humano ha
    sido creado a imagen y semejanza de Dios, su alma es creación de la
    voluntad de Dios y aceptar la causalidad divina.

    Por lo expresado anteriormente algunos autores argumentan que la
    doctrina católica no estaría en contradicción con el Big Bang, ni con la
    teoría darwiniana de la evolución de las especies y por lo tanto podría
    encolumnarse en el creacionismo pro-evolución.




    Nota

    Esta forma de interpretación del texto bíblico del Génesis, que toma
    como premisa la visión de un observador terrestre, se enmarca dentro de
    las teorías creacionistas de lo que se llama la Tierra antigua. También
    dentro de la corriente de la Creación progresiva, la que evalúa que la
    creación de Dios no es necesariamente instantánea, y que la misma bien
    podría ser progresiva (de allí su nombre). Por lo tanto estaría de
    acuerdo con las teorías evolutivas de la biología.

    Por el mismo motivo también estaría de acuerdo con las cifras de
    millones de años que maneja la astronomía en cuanto a la edad del
    universo, las estrellas y el sistema solar en particular.

    Las citas de la Biblia pertenecen a la Biblia de Jerusalén Ilustrada,
    Éditions du Cerf, París, 1973, bajo la dirección de la Escuela Bíblica
    de Jerusalén.




    Enlaces externos

    Referencias adicionales


    1. Alberto Canen (2012). «El observador de Génesis, La ciencia detrás del relato de la creación» (en español).
      Editorial creativa. «"El relato de un observador. Alguien que
      observa, alguien que narra y un lugar desde el cual observa. La
      ubicación (...)"».






























































  • Miller, Kenneth R. (1999): Finding Darwin's God: A Scientist's Search for Common Ground Between God and Evolution.: ISBN 0-06-017593-1


  • Luis A. Portillo (2013): Historia de la Fe Cristiana, de la Biblia y la Iglesia. EE. UU.: NazarethBooks, ISBN 978-1-62407-380-9


  • Dr Jonathan Sarfati. «Exposé of The Genesis Question, Serious biblical and scientific errors deceive evangelicals». creation.com.


  • Ernesto H. Trenchard (1998): El Libro de Génesis.: ISBN ISBN 0-8254-1738-4 : "(...) podemos reconocer a Moisés como el autor substancial del Génesis (...)"


  • «Creation
    Science Rebuttals - Light During the First Three Days of Creation:
    "(...) Genesis Chapter 1 is. It is an account of the creation, from the
    point of view of an observer, standing on the surface of the planet"
    ». oldearth.org by Greg Neyman.



  • Aune, David E. (2003). «Westminster Dictionary of the New Testament and Early Christian Literature». Westminster John Knox Press.


  • Antonio Cruz (15/04/2015). «Los días de la Creación» (en español).
    protestantedigital.com. «"El relato nos introduce en el cuarto día
    creacional, descorriendo el oscuro telón atmosférico, para que podamos
    ver el Sol, la Luna y las innumerables estrellas (...)"».



  • Arqueocetos Wikipedia


  • «Eoceno - Wadi Al-Hitan: "(...)
    durante el Eoceno, lo que hoy en día es el desierto del Sahara por
    aquel entonces era un mar superficial del océano Tetis (...)"
    ». Wikipedia.



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