miércoles, 18 de mayo de 2016

1. El mundo judío y los orígenes del cristianismo

1. El mundo judío y los orígenes del cristianismo
Tema I
EL CRISTIANISMO ANTE EL JUDAÍSMO
Y EL PAGANISMO
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Esquema
1.
El mundo judío y los orígenes del cristianismo
:
1.1.
Situación religiosa del mundo judío
1.2.
La "secta de los nazarenos"
1.3.
La crisis del judeo
-
cristianismo
2.
Difusión del cristianismo en el mundo romano
:
2.1.
Situación político
-
religiosa del mundo romano
2.2.
Penetración cristiana y evangelización apostólica
3.
Confrontación entre el impe
rio romano y el cristianismo
3.1. Difusión del cristianismo en el mundo romano
3.2.
Cristianismo e imperio en los siglos II
1
y III
1
3.2.1. Persecuciones a las comunidades cristianas
3.2.2. Cristianismo e imperio en el pensamiento cristiano
4.
-
Vida cristia
na y organización eclesiástica
:
4.1.
Organización eclesiástica
4.2.
Vida espiritual cristiana
El valor de la revelación dada desde antiguo cuando
A
Dios habló a nuestros padres
@
(Heb 1, 1) constituye la misma entraña
del cristianismo. Por eso la historia
de la Iglesia solamente es comprensible si se entronca con la tradición religiosa judía: "La
salvación viene de los judíos" (Jn 4, 22). Esto quiere decir que la fuente del cristianismo está en la historia del judaísmo.
La
novedad radical
, que se resume en
el acontecimiento Jesucristo con lo que implica de inédito en relación con Dios y con los
demás, surge en esa matriz. Por eso, la cuestión de la herencia judía fue decisiva para la comunidad surgida de la fe en la
pascua de Cristo.
Junto a la herencia judí
a, hay que señalar también el rápido progreso de la misión entre los gentiles. Aquí el fenómeno es
bien diverso. Este mundo se encontraba bien configurado política y religiosamente, con una conciencia de superioridad
basada en la cultura helénica y en la o
rganización política de Roma. Pronto se deja sentir el influjo de esta cultura por obra
de los neófitos provenientes del paganismo, a quienes, después de las reservas iniciales, la Iglesia se abrió con decisión y
confianza. Ahí está el punto de partida de
una religión con vocación universal. Para nuestra historia se asume la continuidad
>
misteriosa
=
entre el evangelio de Jesús y la historia del cristianismo, es decir, la historia de la Iglesia sólo es explicable a
partir de Jesucristo.
1. El mundo judío y l
os orígenes del cristianismo:
Uno de los aspectos más característicos del pueblo judío, forjado en trece siglos, es la fusión del sentimiento religioso y l
a
conciencia histórica de pueblo. Ello da lugar a algunos aspectos originales propios de esta visión
de la vida: monoteísmo, el
culto y la ley y el mesianismo. Esta historia comienza con los relatos del patriarca Abrahán, los hechos del guía y liberado
r
Moisés y se continúan con el período glorioso de los reyes.
Sin embargo, a pesar de los profetas y d
e su culto, fueron deportados por un período de unos cincuenta años. El 538 a. C.
un edicto de Ciro les permite el retorno del exilio. La historia considera como judaísmo las características de este pueblo
a
partir del regreso de Babilonia. Dos hechos c
onmovieron al judaísmo después del regreso de este exilio. El primero es la
helenización intentada por Antíoco IV Epifanes entre 175 y 164. La resistencia de los macabeos y la fidelidad a la ley de lo
s
hassidim
o "piadosos" van a quedar como la prueba de
acatamiento a la voluntad de Dios. El segundo es la invasión de
Roma en el 63 a. C. La zozbra producida por estos acontecimientos encuentra en el idumeo Herodes el Grande un astuto
previsor. Como buen aliado de Roma va a ser rey efectivo de los judíos en
tre el 37 y el 4 a. C. A partir del 6 a. C., Augusto
concede la autoridad del país a los procuradores romanos, que tienen su sede oficial en Cesarea. La administración directa
de Roma, hace que la esperanza mesiánica todavía intensa y viva, adquiera al adv
enimiento del cristianismo un significado
marcadamente político.
1.1. Situación religiosa del mundo judío:
Al presentar la situación del judaísmo en este tiempo suele hacerse una distinción entre Palestina y la
diáspora. Éstos se expresaban en la lengu
a llamada κoιvή (común) y traducen en el siglo segundo antes de Cristo
en Alejandría los libros del Antiguo Testamento. Esta traducción es conocida como de los LXX. Del judaísmo de
Palestina se conocen varios movimientos y modos de entender la tradición d
e este pueblo: esenios, zelotes, fariseos,
saduceos. Para completar este mosaico hay que aludir a algunos movimientos marginales, como las sectas baptistas,
y, sobre todo, añadir el clima de expectación y de espera de un Mesías genuinamente religioso, tal
como lo habían
anunciado los profetas. La convocatoria escatológica de Dios era un sentimiento muy difundido en la masa de las
gentes.
1.2. La "secta de los nazarenos":
Algunos datos sirven para dar comienzo a esta historia, pero sin ocultar los problemas
de cronología absoluta (fecha del
nacimiento y comienzo de la predicación de Jesús) y de cronología relativa (número de viajes a Jerusalén y últimos
acontecimientos de su vida). Lo único que cabe señalar ahora es que entre los años 30 y 50 de nuestra era
se colocan
algunos hechos importantes del naciente cristianismo. Ahí se inserta la interpretación teológica de la vida de Jesús, que se
basa en datos históricos avalados por la historia general: Josefo, Tácito, Suetonio, pero en la que se integra el hecho
decisivo de la fe en su resurrección.
Jesús, enraizado en la tradición religiosa judía, pero sin identificarse con alguno de los grupos ya mencionados, da origen a
la primera comunidad. Entorno a Él se forma un grupo que, después de la resurrección, es el
origen de la Iglesia. Por eso, se
dice que la Iglesia es apostólica. Las apariciones de Galilea (Mc 14, 28 y 16, 7) significan que Jesús tenía allí muchos
discípulos, pero fue Jerusalén donde se concentraron los apóstoles, de modo que va a ser el centro de
l nuevo movimiento
religioso (Hech 1, 15
-
26). Este grupo también tenía conciencia de representar la convocatoria escatológica de Israel.
Los judíos llamaban a los seguidores de Cristo:

τ

v Ναζαραι

v α

ρεσις
(la herejía de los nazarenos (Hech 24, 5). Los
judíos fácilmente confundían a ese "grupo=herejía" con otros situados al margen del judaísmo oficial. El grupo de Jesús,
inicialmente aparece como secta del judaísmo, pero la aspiración universal de la Revelación y la fidelidad al mandato
misionero
A
hasta
los confines del mundo
@
, le daba a esta agrupación una dimensión universal, a la cual se mantienen
fieles. Es la primera célula madre de la Iglesia.
Se usa para denominar a este grupo el término genérico de
judeo
-
cristianismo
. Aquí se refiere a los cristi
anos que daban
valor permanente a la Ley mosaica, pero que tienen dificultades para definir los límites de la observancia de las
prescripciones rituales. Eran de origen palestino y se denominan hebreos. Junto a ellos aparece enseguida el grupo de los
helen
istas
: conversos provenientes de la diáspora. Pronto surgen problemas entre estos dos grupos, por relación a la actitud
a mantener ante las observancias judaicas o sobre la asistencia a las viudas (Hech 5, 1).
Las relaciones de esta nueva comunidad con el
mundo judío no parecen contrapuestas, al menos inicialmente. Este
cristianismo no se desliga del judaísmo, de modo que los apóstoles van al templo, pero la novedad de su aspiración
universal va a tener su propia evolución. Pronto se destaca Esteban, que os
aba decir que con Jesús había sido abolida la
antigua alianza. Ello dio lugar a su martirio entre los años 36 ó 37. A esta tensión se suma otro incidente con el judaísmo
hacia los años 42/43. Herodes Agripa, para congraciarse con los judíos, mandó encarcel
ar a Pedro y Santiago. Pedro se
salvó, pero Santiago fue ejecutado (Hech 12, 17).
El período que va desde el 40 hasta el 70 está marcado por dos hechos importantes. De una parte, la exasperación del
nacionalismo judío y sus frecuentes rebeliones contra R
oma. De otra, la difusión del cristianismo en medios paganos va
tomando cada vez más consistencia. La predicación llega a Antioquía, lugar donde muy pronto reciben el nombre de
cristianos
(Hech 11, 26). Hay aquí un tercer grupo del primitivo cristianismo,
que son los fieles provenientes de la gentilidad.
La cuestión de la herencia del judaísmo requería un discernimiento, pues algunas leyes mosaicas contenidas en los libros
sagrados no podían imponerse a todos los miembros.
La dirección de la Iglesia de Je
rusalén, después de la muerte de Santiago el Mayor, pasa a Santiago "el hermano del Señor"
(Gal 1, 19). La identificación de este importante personaje es discutida. Hegesipo lo presenta como un judío convertido, que
conserva un fuerte ascetismo tradicional
. Fuentes judeo
-
cristianas lo presentan como el personaje más destacado y centro
de todos los apóstoles. Su importancia induce a pensar que el grupo más importante de la comunidad de Jerusalén era
adicto a su patria y atraía las simpatías de los fariseos p
or su celo de la ley.
Es el protagonista de las reivindicaciones judías frente a los nuevos planteamientos de los helenistas en la misión. El año
49/50 está marcado por dos hechos muy conocidos, que se sitúan en este ambiente: concilio de Jerusalén e inci
dente de
Antioquía (Hech 15, 1
-
29; Gal 2, 11
-
21). Son la prueba de las tensiones entre los partidarios de abrir la misión a los gentiles
y los que querían mantener el peso de la tradición y de algunas costumbres judías. Santiago permanece al frente de la
c
omunidad hasta el 62, cuando es lapidado por los judíos en ausencia de la autoridad romana. Eusebio dice que Jerusalén
tuvo quince obispos hasta el asedio de Adriano (117
-
132). Todos eran de la circuncisión, es decir, hebreos (Ep de Judas).
1.3. La crisis
del judeo
-
cristianismo:
Las causas históricas de la desaparición de esta Iglesia madre son complejas, pero se pueden fijar así: inicial discrepancia
con la rama cristiano
-
helenística; progresivo enfrentamiento con sus connacionales a causa del escaso ferv
or nacionalista en
la lucha contra los romanos; definitivo alejamiento de los cristianos de cultura helenística, que los acaban considerando una
rama aislada, e incluso herética, del cristianismo.
En el período que va desde la muerte de Santiago, en el 62,
hasta el 135 se acentúan algunas situaciones críticas. El
nacionalismo judío se hace más luchador y su presión afecta también a los judeo
-
cristianos. Al mismo tiempo la nueva fe en
Jesús gana terreno en los ambientes de la cultura helenista y del mundo ro
mano. En el 64 Gessius Florus es procurador de
Judea. Su administración tiránica hace explotar la revolución, ya incubada hacía tiempo. Esto provoca la guerra de los
romanos contra los judíos entre el 66 y el 67. En la primavera del 70 Jerusalén es sitiada
y en septiembre Tito la conquista,
destruyendo el Templo. La comunidad judeocristiana emigra a Pella en Transjordania.
A partir de este momento la comunidad cristiana de Jerusalén también serán hostigada por sus connacionales judíos. La
literatura rabínic
a se hace más violenta contra los judeocristianos: son considerados herejes en el 90 y en el 92 los rabinos
redactan en Jamnia un propio canon bíblico, avalado por el rechazo del naciente cristianismo. La segunda sublevación judía,
entre 132 y 135, contra
los romanos arruina definitivamente al nacionalismo judío, que pierde definitivamente su hogar
nacional.
Con el tiempo esta primera comunidad será acusada de herejía
ebionita
, al no reconocer la plena divinidad de Cristo, y se
fragmenta en otros movimient
os sectarios. Justino da su juicio sobre esta comunidad: "Aquellos, en cambio, Trifón, de
vuestra raza que dicen creer en Cristo, pero que pretenden obligar a todo trance a los que han creído en El de todas las
naciones a vivir conforme a la ley de Moisés,
o que no se deciden a convivir con éstos; a éstos, digo, tampoco yo los acepto
como cristianos" (
Diálogo con Trifón
XLVII, 3).
2. Difusión del cristianismo en el mundo romano:
Eusebio en su
Historia de la Iglesia
III, 1, 1, después de describir la caída
de Jerusalén, refiere que la
o

κoυμέvη
, es decir,
la tierra habitada por los romanos, fue repartida entre los apóstoles en zonas de influencia. Cada apóstol fundó iglesias en
las regiones que le tocaron en suerte. Esta piadosa leyenda de la dispersión de los apóstoles recoge el carácte
r peregrino y
misionero de la primitiva comunidad. Esta aspiración universal hace que la Iglesia se abra al mundo y rompa con los
estrechos límites de la sinagoga. De hecho la difusión del cristianismo en el mundo antiguo se extiende fundamentalmente
en lo
s territorios ocupados por el imperio romano, aunque haya algunas comunidades fuera de este ámbito. Sin embargo, a
estos hechos no hay que atribuirles especiales causas providenciales.
2.1. Situación político
-
religiosa del mundo romano:
Roma, que había ext
endido su dominio por el mar Mediterráneo (medium terrae o mare nostrum), tenía ocho siglos de
historia, cuando nace Jesús. Este espacio sometido a los romanos por voluntad de los dioses se denomina
o

κoυμέvη
(orbis
terrarum), es decir, no hay más mundo qu
e el que habitan los romanos. Así, pues, Roma era
caput mundi
(cabeza del
mundo). Roma encarnaba la idea inmutable de un imperio eterno, cuyo influjo fue notable en la antigüedad y en el
medievo. En el año 27 a. C. el Senado otorga el poder absoluto Octavi
o con el nombre de Augusto. Así se convierte en
fundador de un imperio por su moderación y su conciencia de la
pax romana
. El imperio romano es la realidad política más
importante de la edad antigua.
1
1
)
La "religio licita" u oficial
:
La religión había sid
o un factor importante en la gestación de Roma. En efecto, había un cónsul encargado de las
celebraciones religiosas, pero con el paso de la república al imperio, la religión se convierte más abiertamente en un factor
político. La lenta decadencia del pol
iteísmo griego y de la antigua religión romana exigen la introducción del culto al
emperador. Entonces este culto se convierte en
religio licita
, es decir, religión oficial.
La religión, cuya práctica garantizaba la grandeza y la fuerza del imperio, atrib
uye el título y los deberes del
pontifex
maximus
(sumo pontífice) a Augusto. Los calificativos de
señor
,
salvador
,
protector
, que se le daban al mperador,
expresaban el agradecimiento de la plebe a su benevolencia. De este modo el culto al emperador se po
nía al servicio de la
reorganización política y hacía del mismo la base de la religión oficial. El respeto a las leyes imperiales es un factor de
bienestar público (
salus publica
) para la sociedad. Por eso, no obedecer estas normas significa cometer un cr
imen de ofensa
a la majestad imperial, lo cual implicaba la pena de muerte. Los excesos e intemperancias de algunos emperadores, por su
desmesurada manía de grandezas, hizo que este culto fuera controlado por el Senado y que no fuera muy popular.
2
1
)
Los c
ultos mistéricos u orientales
:
Juntamente con el cristianismo se difunden en el mundo romano los llamados "cultos orientales" o "religiones mistéricas".
Este nombre genérico deriva del origen oriental de las mismas o de su condición de religiones de inicia
ción, es decir, que
captaban y formaban en un largo proceso a los candidatos. Frente a la decadencia de los cultos tradicionales, en parte por
obra del racionalismo filosófico y en parte por el sincretismo consecuencia de la situación política, se difunden
en aquel
mundo este tipo de religiones. Alcanzan gran difusión y se extienden por todo el imperio a la par que el cristianismo.
Tienen orígenes diversos: Isis y Osiris son egipcios; Demeter (Cibeles) es asiática; iraniano es el culto de Mitra y el orfi
sm
o
en honor de Orfeo es griego. Se trata de grupos religiosos que ofrecían una salvación. Se caracterizan por la creencia en la
ultratumba, la metempsicosis y un peculiar régimen de vida, al que debían someterse los que se iniciaban en ellas. El éxito
de es
tas religiones mistéricas estriba en el pretendido poder de dar al iniciado una respuesta satisfactoria a la pregunta
existencial por el propio destino, librándose así de todo inicuo fatalismo.
3
1
)
La religiosidad popular
:
Hay que aludir, para describir es
te ambiente, a toda esa gama de manifestaciones religiosas como la superstición, la magia,
la astrología, los oráculos y los aurispicios (adivinaciones especiales), que seguían teniendo gran importancia. De ese modo
se podían explayar los instintos humanos
así como el temor ante lo desconocido o el gusto por lo sensacional y el espanto
ante lo horroroso. Los apologistas cristianos se encargarán de desacreditar todas estas manifestaciones politeístas. Sin
extenderse ahora más en estos temas al hacer un balan
ce del encuentro entre cristianismo y paganismo no debe hacerse
solamente en beneficio de uno de ellos.
2.2. Penetración cristiana y evangelización apostólica:
Como refiere Mateo 24, 14 el evangelio debía ser predicado en toda la tierra habitada, expresión
de un ideal universal.
Centro político de este espacio era Roma, que los cristianos, en razón de su antipaganismo, primero califican de Babilonia (I
Ped 5, 13), pero que, al hacerse cristiana, unen sus voces a la alabanza generalizada. El encuentro del cr
istianismo con el
mundo romano fue el de dos fuerzas dispares. El mundo romano tenía una organización fuerte y una cultura estructurada.
En cambio, la debilidad del cristianismo era evidente. En la difusión primera no hay que abandonarse a visiones
provide
nciales, aunque no haya que descartarlas. Aunque el cristianismo se presenta como una fuerza unificadora distinta
de la filosofía helenista o de la idea imperial de Roma, sin embargo encontró en aquel mundo factores que favorecieron su
difusión. A esta dis
posición los cristianos la denominan como
preparación evangélica
o disposiciones positivas hacia el
evangelio de los hombres y de las culturas.
La referencia a la persona del fundador, es decir Jesucristo, es siempre un dato fundamental para la difusión de
l
cristianismo. Sin embargo, también se pueden mencionar algunos factores históricos, a modo de la
preparación evangélica
.
Así, en primer lugar, la κoιvή cultural o
cultura común
, que era un hecho desde Alejandro Magno. Este vehículo favorece al
cristianismo, que tenía vocación universal. Además,
la movilidad y las comunicaciones
hacían posibles los viajes por esa red
viaria
. Por eso, la primera predicación cristiana sigue el curso de las grandes comunicaciones y es fundamentalmente
urbana. En tercer lugar,
la tolerancia religiosa
, que permitía un cierto sincretismo entre las instituciones políticas romanas y
las propias rel
igiones. Este sincretismo plantea al cristianismo la cuestión de sus señas de identidad. Al lado de este
ambiente hay que señalar, todavía, la tendencia al
asociacionismo
. En ese momento funcionaban los "collegia", que
permitían reuniones de diversas categ
orías de personas. Por fin,
el judaísmo de la diáspora
, que fue otro vehículo
importante de la misión cristiana.
Sobre la evangelización apostólica hay subrayar la presencia de Juan en Asia Menor, donde arraiga un cristianismo que
limita a lo imprescindibl
e su renuncia al judaísmo. Por otra parte hay que mencionar la obra fundamental de Pablo. Bernabé,
ya versado en la difusión del cristianismo entre los gentiles, entra en contacto con Pablo, convertido y retirado a su patria
Cilicia. Por fin, la estancia d
e Pedro en Roma. En el discurso de Pentecostés (Hech 2, 10) se cita a "forasteros romanos".
Aunque existan lagunas sobre la llegada del cristianismo a Roma, sin embargo pronto hay allí una comunidad, que
conservará como título de honor la estancia de Pedro
y su martirio. Los argumentos en favor de este hecho son suficientes y
positivos.
3. Confrontación entre el imperio romano y el
cristianismo
Las comunidades cristianas se le presentaban a un observador externo como un conglomerado de grupos religiosos
pre
sentes en algunas ciudades. El número de adeptos no significaba una preocupación especial para Roma, pero el creciente
desarrollo de la Iglesia hace que despierte interés por parte del paganismo. Se asiste en el curso del siglo II a un proceso
de
propagand
a contra los cristianos, aunque el imperio no tenga una clara línea política sobre la conducta a seguir.
3.1. Difusión del cristianismo en el mundo romano:
Los apologistas del siglo II magnifican los datos sobre el número de cristianos. Pero lo que para el
los era simple previsión,
sin embargo estaba llamado a convertirse en realidad. Las noticias de los paganos también son polémicas. Aquí se hace un
análisis pormenorizado de la geografía cristiana de la difusión del cristianismo en los siglos II y III..

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