Éxodo: el libro más importante de la Biblia.
Continuando la serie en la que vamos explorando Mi Biblia Favorita
llegamos ahora al segundo libro de la Tora: el libro de Éxodo. Para
quienes recién comienzan esta serie les recomiendo leer las siguientes
publicaciones:
En ellas descubrirán que lo que estamos haciendo es sumergirnos en la fusión del estudio académico y la tradición rabínica. La palabra fusión
implica aquí que ninguna aproximación es preferida por encima de la
otra sino que ambas son utilizadas en forma honesta, potenciándose para
descubrir la verdad más sincera en forma racional y emocional. La Biblia
es tan grande, verdadera y profunda que puede tolerar y superar cualquier aproximación. Creer que no podría hacerlo es disminuir su valor como verdad.
Dicho todo esto una vez más, aquí vamos con una nueva traducción e interpretación. Nuestro guía hoy es Jeffrey H. Tigay de quien también compartí hace una semanas “La Verdad sobre Los Códigos Secretos de la Biblia“.
image: http://www.judiosyjudaismo.com/wp-content/uploads/2015/03/%C3%89xodo-el-libro-m%C3%A1s-importante-de-la.png
la traducción griega de la Biblia realizada para la comunidad judía que
vivía en Alejandría (sí, nuestra generación no es la primera que
necesita traducciones al estilo Artscroll ). En la Septuaginta el título completo es Exodos Aigyptou, “Salida de Egipto”. El título hebreo, sefer ve’eleh shemot, “el libro de ‘Estos son los nombres’ ” (abreviado generalmente a Shemot, “Nombres”), está basado en las primeras palabras que abren todo este espectacular libro.
Éxodo pertenece al primer gran libro de la Biblia (la Tora) formando
parte de la narrativa que va desde la Creación hasta la llegada a la
Tierra prometida. La Tora en su forma final esta divida en cinco libros
dentro de uno solo y se encuentra en la actualidad presentado en un
largo y continuo rollo. Pero originalmente cada uno de los libros venía
en rollos separados por el simple hecho que los primeros escribas no
habían logrado desarrollar aún la tecnología necesaria para escribir en
un solo rollo una obra de tal magnitud como la Tora. Desde el punto de
vista académico esta respuesta sobre la existencia de rollos
individuales parece más certera porque (a) muchos otros textos tienen su
propios rollos como por ejemplo las secciones proféticas o el rollo
mismo de Ester que acabamos de leer hace unos días y (b) resulta más
lógico pensar esto que imaginar a Dios diciéndole a Moisés “cuando
lleguemos a esta parte de lo que te estoy dictando deja un espacio
porque ahí termina el primer libro que vamos a llamar Bereshit y comenzar el segundo llamado Shemot“.
De todos modos los libros de la Tora no fueron divididos en forma
arbitraria sino como una transición natural. Éxodo comienza justamente
cuando los hebreos pasan de ser una familia a convertirse en una nación
(1.1-7) y termina en el primer día del año siguiente a la salida de
Egipto mientras el santuario es erigido y la Presencia Divina asume Su
presencia entre los israelitas. Los primeros versículos que recapitulan
Génesis 48.8-27 y los últimos (40.36-38) que anticipan lo que es narrado
en el siguiente libro (ver Números 9.15-23) parecerían haber sido
escritos o agregados al momento que todos estos libros fueron puestos
juntos para servir como un prólogo y epílogo demarcando a Éxodo como un
sub-libro dentro de la Tora. Temáticamente el libro marca la transición
desde las promesas originales de Dios a Abraham y su descendencia hacia
el cumplimiento de las mismas comenzando con el fenomenal crecimiento de
los israelitas, la salida milagrosa de Egipto y el pacto en el Sinai
(Shemot 1.1-7; 12.1-36; capítulos 19-24).
algo así en una colección de libros tan increíbles como los que posee la
Biblia no es poca cosa. Pero es justamente en este libro donde se
presentan los eventos que darán nacimiento a Israel como pueblo
definiendo su historia y destino. El libro contiene las instituciones
religiosas centrales que hacen al judaísmo junto a un mensaje que ha
reverberado por el resto de la historia judía y la civilización mundial.
Este mensaje incluye: la liberación de la esclavitud, el modelo de
liderazgo por excelencia representado en Moisés, los comienzos de la
profecía, la revelación del nombre de Dios (יהוה) a Moisés, las famosas
diez plagas, el origen de Pesaj (“Pascua”), la famosísima
imagen de la partición del mar, la aparición del maná (מן), la
revelación del Decálogo en el Sinai (es decir los Diez Mandamientos que
son más de diez), el pacto formal que constituiría a Israel como el pueblo elegido por Dios,
la primera colección de leyes y reglamentos de la Tora sobre el Shabbat
y el servicio de sacrificios de animales para el Templo y no solo eso
sino que incluye además la historia del becerro de oro y la construcción
del santuario (también traducido como tabernáculo aún cuando el mejor
nombre sigue siendo el original hebreo mishkan).
El libro está divido en cuatro grandes secciones:
acontecen y cómo deben ser celebrados y recordados. Por este motivo el
libro no presenta detalles históricos. Los nombres de los faraones (tan
fundamentales para los historiadores) no son mencionados en ningún lado a
pesar que se preservan los nombres de las parteras que demostraron
“temor a Dios” (1.15). El libro no está escrito con la intencionalidad
que indaguemos en su historia sino en utilizar la narrativa para
impartir sentido. Todo gira en torno a la batalla entre el Faraón que no
conoce a Dios (5.2) y Dios mismo que está decidido a demostrar quién
es, cuál es Su poder y Su nombre frente a Egipto, Israel y todo el
mundo. Dios así despliega su propia definición: es incomparable (8.6),
está presente en el mundo (8.18) y la tierra es Suya (9.29). Como
mencionamos, el libro insiste en comprender las lecciones que debemos
recordar de cada evento e incluso nos explica cómo deberíamos recordarlo
y celebrarlo en las generaciones siguientes (10.2; capítulos 12-13).
historiadores con el trabajo de encontrar cualquier información
incidental por un lado, junto a la búsqueda de evidencias indirectas de
lo que ha sobrevivido del antiguo Egipto por otro lado, con el objetivo
final de fechar el éxodo o verificar si realmente sucedió. Ninguna de
las narrativas que posee la Biblia son contemporáneas con los eventos
que describen aunque tienen sus raíces en tradiciones orales anteriores.
Tampoco tenemos ninguna mención sobre lo que narra la Biblia en las
fuentes egipcias. Tal ausencia sobre lo que narra la Biblia en las
fuentes egipcias no debería sorprendernos: las inscripciones egipcias no
preservan ninguna derrota a menos que haya sido continuada por una
victoria. Toda la documentación que los académicos concluyen coincidiría
con el momento particular de la historia egipcia en correspondencia con
el éxodo se ha perdido. Aún así poseemos información que nos sugiere
algo de realidad histórica en el núcleo de la narrativa de Éxodo.
Sabemos que varios grupos semitas (los cuales poseen una similitud
etnolingüística con los hebreos, la gente de Canaan, Transjordania y
Siria) ya habían migrado por siglos en la antigüedad a Egipto en
búsqueda de comida y agua durante los períodos de hambruna del modo que
la Biblia misma reporta sobre Abraham y su descendencia. Por las fuentes
egipcias sabemos también que otros semitas no migraban sino que eran
capturados como esclavos por el ejército egipcio. Los documentos
egipcios llaman a estos esclavos “Asiáticos” en lugar de utilizar los
grupos étnicos particulares a los cuales pertenecían (por ejemplo,
hebreos/israelitas, moabitas, fenicios, etc.). Un episodio que ha
llamado la atención de varios académicos es que los documentos mencionan
un grupo llamado Hapiru pero la mayoría de los académicos mismos concluyen que a pesar de la similitud lingüística, este grupo no son los hebreos.
Los documentos egipcios narran como algunos de estos “Asiáticos”
servían como esclavos domésticos y otros como parte del Estado. Según el
relato de la Biblia los esclavos hebreos participaron en la
construcción de la ciudad de Ramses (1.11). Si hay algo de realidad
histórica en esta descripción entonces el Faraón que esclavizó a los
hebreos fue Ramses II (1279-1213 AEC) el más grande constructor en el
antiguo Egipto cuyo nombre lleva no solo la ciudad que el mismo
construyó sino la misma que estableció como su capital. Si bien no
poseemos ninguna otra fuente además de la Biblia que mencione algo sobre
las diez plagas o una la salida masiva de esclavos desde Egipto, los
desastres naturales ocurrían en forma periódica (aunque una sucesión
como la de las diez plagas resulta poco probable) y el escape de un gran
número de esclavos también es narrado en otras fuentes del mundo
antiguo como la revuelta de 100,000 esclavos en Italia liderada por Espartaco.
El hecho que Moises es un nombre egipcio (posee elementos típicos egipcios como Ramses o Tutmosis)
es consistente con la idea que los israelitas habían pasado varios años
en Egipto. Pero si el faraón que los esclavizó fue Ramses II, entonces
el faraón que estaba al mando cuando los israelitas salieron de Egipto
fue su hijo Merenptah (1213-1203 AEC). De este faraón se preserva una estela que menciona una victoria sobre un grupo llamado “Israel”
(¡siendo esta la primera mención extra-bíblica sobre este pueblo!) los
cuales son descriptos como un pueblo no sedentario viviendo en la
proximidad de Canaan. Si la victoria que narra la estela de Merenptah es
históricamente certera entonces hablamos de un episodio que claramente
sucedió mucho tiempo después del éxodo. Todo esto tiene sentido
cronológicamente ya que la evidencia arqueológica encontrada hasta hoy
sugiere que los Israelitas aparecieron por Canaan alrededor de la Edad
del Hierro (ca. 1200 AEC). Sin embargo, nada de todo esto prueba que el
éxodo sucedió tal cual es descripto en la Tora pero sí indica que la
narrativa en términos generales sobre hebreos migrando a Egipto durante
tiempos de hambruna, siendo esclavizados por Ramses II y luego siendo
liberados por Moises bajo el control de Merenptah no es inherentemente
imposible. Es más, si teorizamos que los israelitas se inventaron toda
su historia, es interesante notar que no decidieron presentarse como los
habitantes originales de su territorio sino como un humillante grupo de
esclavos.
Éxodo, al igual que toda la Tora y la literatura bíblica también, fue
compuesta y editada por más de un redactor tejiendo diferentes versiones
sobre los mismos eventos (ver la publicación ¿Qué es la Tora?
para entender esto en detalle). Estas versiones generalmente se
contradicen en lo que respecta a teología, ideología e incluso cómo
sucedieron los eventos que son descriptos. La preservación en el mismo
texto sobre todas estas diferenciaciones han convencido a los académicos
que los redactores de la Biblia eran esencialmente conservadores en su
aproximación. Esto quiere decir que partían de presupuestos muy
diferentes a los que nosotros hoy buscamos en un texto: coherencia y
lógica estructural. Por el contrario los redactores consideraban varias
tradiciones como válidas incluso cuando podían presentar
contradicciones, redundancias o inconsistencias literales. Eran
conservadores en el hecho que conservaban todas las narrativas
existentes. Como hemos explicado cuando analizamos el libro de Génesis, esta
acumulación de versiones diferentes nunca hubiese ocurrido sino fuera
por el hecho que la coexistencia de textos que se contradicen o
presentan diferentes relatos sobre un mismo fenómeno no era visto como
un defecto por los editores finales de la Biblia. Más adelante, en un
tiempo post-bíblico, surgiría la necesidad que el texto posea una sola
manera de entender el relato. Pero, nuevamente lo que tenemos que tener
presente al leer el Éxodo es la funcionalidad que cumplen los episodios
que allí se encuentran: su objetivo es ofrecer un sentimiento
existencial/espiritual, generar pertenencia y establecer un modo de
comportamiento religioso. Los redactores decidieron por este motivo
asumir una aproximación muy diferente a la que muchos buscan hoy.
Evitaron descartar variaciones en las historias porque creían que un
sólo relato no era posible a la hora de intentar contener la revelación
de Dios (entre tantos episodios que posee este libro). Lo que hicieron
en esencia estos redactores fue asumir diferentes versiones como un
largo y complejo relato que no podía ser contenido desde una sola mirada
o perspectiva.
Veamos algunos ejemplos de esto en el libro de Éxodo. En 6.3 Dios le
dice a Moisés que no se hizo conocer como יהוה a ninguno de sus
antepasados lo cual no es verdad puesto que en Génesis 15.7 ya lo había
hecho (debo contarles que la interpretación rabínica de esta
inconsistencia es preciosa: los rabinos declararán que Dios es siempre
el mismo pero no es igual ante la experiencia que diferentes personas
tienen de su Presencia; es decir que יהוה no era igual para Abraham que
para Moisés ni para ninguno de nosotros). Dentro del Éxodo mismo el
suegro de Moisés tiene diferente nombres en 2.18; 3.1 y 4.18. La
descripción de la tienda de renunión (el ohel moed)
en 33.7 es inconsistente con la descripción de los capítulos 25-31 y
35-40. Pero es a partir de aquí que todas las fuentes J, E , P (e
incluso D según algunos) se mezclan haciendo muy complejo desmantelar el
hilo narrativo. Por favor hagan un esfuerzo y concéntrense en lo que
sigue porque no es tan simple de comprender (nuevamente para quienes no
saben a que me refiero con J, E, P y D les recomiendo lean ¿Qué es la Tora? o simplemente vean el siguiente artículo en Wikipedia para una explicación breve: Hipótesis Documentaria).
En el libro de Éxodo J declara que los israelitas vivían en Goshen,
separados de los egipcios (9.22) mientras que E declara que vivían uno
al lado del otro (3.22). P (6.22) y E (3.13-15) argumentan que el nombre
de Dios como יהוה fue revelado por primera vez a Moisés mientras que J
cree que era conocido desde antes (Génesis 15.7). Todas las fuentes
presentan en forma muy diferente lo que ocurrió en el Sinai. P no dice
nada de una revelación pública, la conclusión de un pacto ni el episodio
del becerro de oro. Para esta fuente todo lo que ocurrió en Sinai fue
que la Presencia de Dios descendió en una nube y Moisés entró solo
dentro de esta nube y recibió en forma privada las instrucciones para la
construcción del santuario (19.1-2a; 24.15-31.18a). Todo el resto de la
ley sucedió luego dentro del tabernáculo comenzando en Levítico
capítulo 1. Para los académicos fueron las fuentes J y E las que
reportan el pacto, la manifestación visual (J) y auditiva (E) de Dios,
la proclamación del Decálogo y las otras leyes y también el episodio del
becerro de oro que se encuentra mezclado en el medio. Justamente la
maestría de los redactores se hace evidente en la locación del episodio
sobre el becerro de oro entre la construcción del santuario y su
utilización (31.18-32.35). Si los redactores pensaron que todas estas
inconsistencias iban a poder ser armonizadas no queda claro. Las
contradicciones y las redundancias tendrían de todos modos un efecto muy
importante en el judaísmo posterior incentivando (de hecho, forzando) a
los lectores a crear distinciones muy finas e interpretaciones que no
sean literales para permitir la coexistencia de todas estas narrativas
abriendo el camino hacia las innovaciones en materia de teología y ley
en el judaísmo (ver la regla número 13 de Rabbi Ishmael sobre los 13
Reglamentos de la Interpretación; la número 15 de Rabbi Eliezer sobre
las 32 Reglas de la Interpretación; y el Capítulo 7 del Libro de las
Creencias y las Opiniones de Saadia Gaón).
la actualidad están enraizadas en el libro de Éxodo. Dos de las tres
ideas centrales en la tríada “Creación, Revelación, Redención” que
forman parte de la experiencia mitológica del rezo diario judío se
encuentran presenten en Éxodo (la Redención de Egipto y la Revelación).
No solo todos los días estas ideas son recordadas sino que dos
festividades giran en torno a estas mismas ideas:
una cuenta regresiva de 50 días hacia Shavuot (ver Levítico 23.15-21)
enseñándonos que nos fuimos liberados para hacer lo que queremos sino
para cerrar el ciclo aceptando la Tora como forma de vida (quizás por
este motivo Pesaj sea más popular que Shavuot puesto que es más divertido festejar que somos libres a recordar que somos responsables de la Presencia de Dios y la justicia en este mundo). Estas dos festividades junto con Sukkot forman las tres fiestas de peregrinaje (shalosh regalim) dentro
del calendario judío. Otros dos rituales que conmemoran la salida de
Egipto se basan también en el Éxodo: la utilización diaria de tefilín
(13.9-10) y la redención del primer hijo (pidion haben 13.13).
El Éxodo logró aumentar la presencia de un solo Dios en la conciencia
histórica en contraste a las festividades politeístas que se enfocaban
en las acciones de dioses independientes en la naturaleza. Es decir que
el rol de Pesaj y la Fiesta del Pan Acimo como conmemoración del éxodo logró eclipsar el significado anterior de fiestas primaverales (12.6-14). Si bien Sukkot también
es una fiesta esencialmente agrícola, la misma conmemora el deambular
de los israelitas luego del éxodo (Levítico 23.43). Teológicamente, la
manifestación de Dios como el Redentor o Salvador de los antiguos
esclavos en la Biblia logró proyectar el ideal mesiánico de una
Redención o Salvación final (ver la publicación Socios con Dios en la Redención ¿qué debemos hacer para reparar el mundo?).
Los principios más fundamentales del judaísmo están basados en el libro de Éxodo como por ejemplo el pacto (brit)
entre Dios e Israel en los capítulos 19 al 24 y la creencia que Dios
entregó allí la Tora ordenando cómo vivir la vida judía. El encuentro
con Dios en el Sinai es realmente el episodio fundamental y
constituyente de todo lo que se desplegará en el resto de la historia
judía representando el momento en el que Dios “bajo” y “habló” con todos
los judíos presentes y futuros entregándoles la ley, el sentido y la
dirección que aceptaron en forma entusiasta (20.16; 24.3). Estas leyes
(según los rabinos tanto la Ley Escrita como la interpretación oral
fueron entregadas al mismo tiempo) se convirtieron en la base en la que
se apoya todo el judaísmo: “Moisés recibió la Tora -escrita y oral- en
el Sinai y la paso a” todas las generaciones siguientes (Pirkei Avot
1.1). Como estas leyes fueron presentadas a todos por igual (21.1) se
convirtieron en un deber para cada judío de asumir hasta el día de hoy y
no solo para una determinada elite intelectual. Finalmente, Los Trece Atributos de Misericordia Divina (la
publicación más leída de este blog) que son recitados varias veces por
año dentro de la liturgia judía fueron revelados por Dios a Moises en
34.6-7.
Las primeras leyes proclamadas por Dios para los Israelitas como
pueblo aparecen en el Decálogo (20.2-14) ordenando tanto una conducta
entre la humanidad y Dios y la humanidad consigo misma.
Tres de estas leyes en el primer grupo caracterizan lo que los judíos
hemos defendido por miles de años incluso a veces con nuestras propias
vidas: el requisito de adorar solo a יהוה y no tener otros dioses, el
requisito de no tener ídolos y el requisito de observar el Shabbat.
Sobre el Shabbat mismo Ajad Ha-am (Asher Ginzberg 1856-1927) dijo que
“más que haber preservado los judíos Shabbat, Shabbat preservó a los
judíos”.
Las historias del éxodo (¡tan solo uno de los tantos espectaculares
libros que posee la Biblia!) han resonado a lo largo de toda la historia
mundial. Muchos esclavos oprimidos por diferentes contextos han
encontrado en este libro la inspiración para volver a pelear una y otra
vez por los valores de una humanidad más libre, más justa y más humana.
En más de una oportunidad pueblos y personas separadas por el tiempo y
el espacio se han identificado con los esclavos que son rescatados
gracias a un líder que los guía bajo la inspiración divina. Sin ninguna
duda la Biblia no es tan solo uno de los mejores libros de la historia
sino que Éxodo es además el libro más importante de la Biblia
llegamos ahora al segundo libro de la Tora: el libro de Éxodo. Para
quienes recién comienzan esta serie les recomiendo leer las siguientes
publicaciones:
En ellas descubrirán que lo que estamos haciendo es sumergirnos en la fusión del estudio académico y la tradición rabínica. La palabra fusión
implica aquí que ninguna aproximación es preferida por encima de la
otra sino que ambas son utilizadas en forma honesta, potenciándose para
descubrir la verdad más sincera en forma racional y emocional. La Biblia
es tan grande, verdadera y profunda que puede tolerar y superar cualquier aproximación. Creer que no podría hacerlo es disminuir su valor como verdad.
Dicho todo esto una vez más, aquí vamos con una nueva traducción e interpretación. Nuestro guía hoy es Jeffrey H. Tigay de quien también compartí hace una semanas “La Verdad sobre Los Códigos Secretos de la Biblia“.
image: http://www.judiosyjudaismo.com/wp-content/uploads/2015/03/%C3%89xodo-el-libro-m%C3%A1s-importante-de-la.png
El libro del destino
El título Éxodo es una abreviatura del título original que lleva este libro en la Septuaginta,la traducción griega de la Biblia realizada para la comunidad judía que
vivía en Alejandría (sí, nuestra generación no es la primera que
necesita traducciones al estilo Artscroll ). En la Septuaginta el título completo es Exodos Aigyptou, “Salida de Egipto”. El título hebreo, sefer ve’eleh shemot, “el libro de ‘Estos son los nombres’ ” (abreviado generalmente a Shemot, “Nombres”), está basado en las primeras palabras que abren todo este espectacular libro.
Éxodo pertenece al primer gran libro de la Biblia (la Tora) formando
parte de la narrativa que va desde la Creación hasta la llegada a la
Tierra prometida. La Tora en su forma final esta divida en cinco libros
dentro de uno solo y se encuentra en la actualidad presentado en un
largo y continuo rollo. Pero originalmente cada uno de los libros venía
en rollos separados por el simple hecho que los primeros escribas no
habían logrado desarrollar aún la tecnología necesaria para escribir en
un solo rollo una obra de tal magnitud como la Tora. Desde el punto de
vista académico esta respuesta sobre la existencia de rollos
individuales parece más certera porque (a) muchos otros textos tienen su
propios rollos como por ejemplo las secciones proféticas o el rollo
mismo de Ester que acabamos de leer hace unos días y (b) resulta más
lógico pensar esto que imaginar a Dios diciéndole a Moisés “cuando
lleguemos a esta parte de lo que te estoy dictando deja un espacio
porque ahí termina el primer libro que vamos a llamar Bereshit y comenzar el segundo llamado Shemot“.
De todos modos los libros de la Tora no fueron divididos en forma
arbitraria sino como una transición natural. Éxodo comienza justamente
cuando los hebreos pasan de ser una familia a convertirse en una nación
(1.1-7) y termina en el primer día del año siguiente a la salida de
Egipto mientras el santuario es erigido y la Presencia Divina asume Su
presencia entre los israelitas. Los primeros versículos que recapitulan
Génesis 48.8-27 y los últimos (40.36-38) que anticipan lo que es narrado
en el siguiente libro (ver Números 9.15-23) parecerían haber sido
escritos o agregados al momento que todos estos libros fueron puestos
juntos para servir como un prólogo y epílogo demarcando a Éxodo como un
sub-libro dentro de la Tora. Temáticamente el libro marca la transición
desde las promesas originales de Dios a Abraham y su descendencia hacia
el cumplimiento de las mismas comenzando con el fenomenal crecimiento de
los israelitas, la salida milagrosa de Egipto y el pacto en el Sinai
(Shemot 1.1-7; 12.1-36; capítulos 19-24).
Estructura y enfoque de la narrativa
Éxodo es sin dudas el libro más importante de la Biblia. Declararalgo así en una colección de libros tan increíbles como los que posee la
Biblia no es poca cosa. Pero es justamente en este libro donde se
presentan los eventos que darán nacimiento a Israel como pueblo
definiendo su historia y destino. El libro contiene las instituciones
religiosas centrales que hacen al judaísmo junto a un mensaje que ha
reverberado por el resto de la historia judía y la civilización mundial.
Este mensaje incluye: la liberación de la esclavitud, el modelo de
liderazgo por excelencia representado en Moisés, los comienzos de la
profecía, la revelación del nombre de Dios (יהוה) a Moisés, las famosas
diez plagas, el origen de Pesaj (“Pascua”), la famosísima
imagen de la partición del mar, la aparición del maná (מן), la
revelación del Decálogo en el Sinai (es decir los Diez Mandamientos que
son más de diez), el pacto formal que constituiría a Israel como el pueblo elegido por Dios,
la primera colección de leyes y reglamentos de la Tora sobre el Shabbat
y el servicio de sacrificios de animales para el Templo y no solo eso
sino que incluye además la historia del becerro de oro y la construcción
del santuario (también traducido como tabernáculo aún cuando el mejor
nombre sigue siendo el original hebreo mishkan).
El libro está divido en cuatro grandes secciones:
- Esclavitud y liberación (1.1-15.21) en la cual tanto Israel como Egipto “descubren” a Dios y Su nombre.
- El viaje hacía el Sinai (15.22-17.16) el cual está
constituido por una serie de peligros, las quejas de los ex-esclavos
hebreos y la salvación y protección continua de Dios. - El pacto y la entrega de la ley en Sinai (18.1-28.18) conteniendo una descripción de la revelación pública de Dios.
- El santuario y el becerro de oro (capítulos 25-40) en donde leemos sobre los modos permitidos y prohibidos de adorar a Dios.
acontecen y cómo deben ser celebrados y recordados. Por este motivo el
libro no presenta detalles históricos. Los nombres de los faraones (tan
fundamentales para los historiadores) no son mencionados en ningún lado a
pesar que se preservan los nombres de las parteras que demostraron
“temor a Dios” (1.15). El libro no está escrito con la intencionalidad
que indaguemos en su historia sino en utilizar la narrativa para
impartir sentido. Todo gira en torno a la batalla entre el Faraón que no
conoce a Dios (5.2) y Dios mismo que está decidido a demostrar quién
es, cuál es Su poder y Su nombre frente a Egipto, Israel y todo el
mundo. Dios así despliega su propia definición: es incomparable (8.6),
está presente en el mundo (8.18) y la tierra es Suya (9.29). Como
mencionamos, el libro insiste en comprender las lecciones que debemos
recordar de cada evento e incluso nos explica cómo deberíamos recordarlo
y celebrarlo en las generaciones siguientes (10.2; capítulos 12-13).
La Historicidad de Éxodo (¿Sucedió realmente esta historia?)
La falta de atención sobre los detalles históricos ha dejado a loshistoriadores con el trabajo de encontrar cualquier información
incidental por un lado, junto a la búsqueda de evidencias indirectas de
lo que ha sobrevivido del antiguo Egipto por otro lado, con el objetivo
final de fechar el éxodo o verificar si realmente sucedió. Ninguna de
las narrativas que posee la Biblia son contemporáneas con los eventos
que describen aunque tienen sus raíces en tradiciones orales anteriores.
Tampoco tenemos ninguna mención sobre lo que narra la Biblia en las
fuentes egipcias. Tal ausencia sobre lo que narra la Biblia en las
fuentes egipcias no debería sorprendernos: las inscripciones egipcias no
preservan ninguna derrota a menos que haya sido continuada por una
victoria. Toda la documentación que los académicos concluyen coincidiría
con el momento particular de la historia egipcia en correspondencia con
el éxodo se ha perdido. Aún así poseemos información que nos sugiere
algo de realidad histórica en el núcleo de la narrativa de Éxodo.
Sabemos que varios grupos semitas (los cuales poseen una similitud
etnolingüística con los hebreos, la gente de Canaan, Transjordania y
Siria) ya habían migrado por siglos en la antigüedad a Egipto en
búsqueda de comida y agua durante los períodos de hambruna del modo que
la Biblia misma reporta sobre Abraham y su descendencia. Por las fuentes
egipcias sabemos también que otros semitas no migraban sino que eran
capturados como esclavos por el ejército egipcio. Los documentos
egipcios llaman a estos esclavos “Asiáticos” en lugar de utilizar los
grupos étnicos particulares a los cuales pertenecían (por ejemplo,
hebreos/israelitas, moabitas, fenicios, etc.). Un episodio que ha
llamado la atención de varios académicos es que los documentos mencionan
un grupo llamado Hapiru pero la mayoría de los académicos mismos concluyen que a pesar de la similitud lingüística, este grupo no son los hebreos.
Los documentos egipcios narran como algunos de estos “Asiáticos”
servían como esclavos domésticos y otros como parte del Estado. Según el
relato de la Biblia los esclavos hebreos participaron en la
construcción de la ciudad de Ramses (1.11). Si hay algo de realidad
histórica en esta descripción entonces el Faraón que esclavizó a los
hebreos fue Ramses II (1279-1213 AEC) el más grande constructor en el
antiguo Egipto cuyo nombre lleva no solo la ciudad que el mismo
construyó sino la misma que estableció como su capital. Si bien no
poseemos ninguna otra fuente además de la Biblia que mencione algo sobre
las diez plagas o una la salida masiva de esclavos desde Egipto, los
desastres naturales ocurrían en forma periódica (aunque una sucesión
como la de las diez plagas resulta poco probable) y el escape de un gran
número de esclavos también es narrado en otras fuentes del mundo
antiguo como la revuelta de 100,000 esclavos en Italia liderada por Espartaco.
El hecho que Moises es un nombre egipcio (posee elementos típicos egipcios como Ramses o Tutmosis)
es consistente con la idea que los israelitas habían pasado varios años
en Egipto. Pero si el faraón que los esclavizó fue Ramses II, entonces
el faraón que estaba al mando cuando los israelitas salieron de Egipto
fue su hijo Merenptah (1213-1203 AEC). De este faraón se preserva una estela que menciona una victoria sobre un grupo llamado “Israel”
(¡siendo esta la primera mención extra-bíblica sobre este pueblo!) los
cuales son descriptos como un pueblo no sedentario viviendo en la
proximidad de Canaan. Si la victoria que narra la estela de Merenptah es
históricamente certera entonces hablamos de un episodio que claramente
sucedió mucho tiempo después del éxodo. Todo esto tiene sentido
cronológicamente ya que la evidencia arqueológica encontrada hasta hoy
sugiere que los Israelitas aparecieron por Canaan alrededor de la Edad
del Hierro (ca. 1200 AEC). Sin embargo, nada de todo esto prueba que el
éxodo sucedió tal cual es descripto en la Tora pero sí indica que la
narrativa en términos generales sobre hebreos migrando a Egipto durante
tiempos de hambruna, siendo esclavizados por Ramses II y luego siendo
liberados por Moises bajo el control de Merenptah no es inherentemente
imposible. Es más, si teorizamos que los israelitas se inventaron toda
su historia, es interesante notar que no decidieron presentarse como los
habitantes originales de su territorio sino como un humillante grupo de
esclavos.
¿Qué dicen los académicos?
El estudio académico de la Biblia ha demostrado que el libro delÉxodo, al igual que toda la Tora y la literatura bíblica también, fue
compuesta y editada por más de un redactor tejiendo diferentes versiones
sobre los mismos eventos (ver la publicación ¿Qué es la Tora?
para entender esto en detalle). Estas versiones generalmente se
contradicen en lo que respecta a teología, ideología e incluso cómo
sucedieron los eventos que son descriptos. La preservación en el mismo
texto sobre todas estas diferenciaciones han convencido a los académicos
que los redactores de la Biblia eran esencialmente conservadores en su
aproximación. Esto quiere decir que partían de presupuestos muy
diferentes a los que nosotros hoy buscamos en un texto: coherencia y
lógica estructural. Por el contrario los redactores consideraban varias
tradiciones como válidas incluso cuando podían presentar
contradicciones, redundancias o inconsistencias literales. Eran
conservadores en el hecho que conservaban todas las narrativas
existentes. Como hemos explicado cuando analizamos el libro de Génesis, esta
acumulación de versiones diferentes nunca hubiese ocurrido sino fuera
por el hecho que la coexistencia de textos que se contradicen o
presentan diferentes relatos sobre un mismo fenómeno no era visto como
un defecto por los editores finales de la Biblia. Más adelante, en un
tiempo post-bíblico, surgiría la necesidad que el texto posea una sola
manera de entender el relato. Pero, nuevamente lo que tenemos que tener
presente al leer el Éxodo es la funcionalidad que cumplen los episodios
que allí se encuentran: su objetivo es ofrecer un sentimiento
existencial/espiritual, generar pertenencia y establecer un modo de
comportamiento religioso. Los redactores decidieron por este motivo
asumir una aproximación muy diferente a la que muchos buscan hoy.
Evitaron descartar variaciones en las historias porque creían que un
sólo relato no era posible a la hora de intentar contener la revelación
de Dios (entre tantos episodios que posee este libro). Lo que hicieron
en esencia estos redactores fue asumir diferentes versiones como un
largo y complejo relato que no podía ser contenido desde una sola mirada
o perspectiva.
Veamos algunos ejemplos de esto en el libro de Éxodo. En 6.3 Dios le
dice a Moisés que no se hizo conocer como יהוה a ninguno de sus
antepasados lo cual no es verdad puesto que en Génesis 15.7 ya lo había
hecho (debo contarles que la interpretación rabínica de esta
inconsistencia es preciosa: los rabinos declararán que Dios es siempre
el mismo pero no es igual ante la experiencia que diferentes personas
tienen de su Presencia; es decir que יהוה no era igual para Abraham que
para Moisés ni para ninguno de nosotros). Dentro del Éxodo mismo el
suegro de Moisés tiene diferente nombres en 2.18; 3.1 y 4.18. La
descripción de la tienda de renunión (el ohel moed)
en 33.7 es inconsistente con la descripción de los capítulos 25-31 y
35-40. Pero es a partir de aquí que todas las fuentes J, E , P (e
incluso D según algunos) se mezclan haciendo muy complejo desmantelar el
hilo narrativo. Por favor hagan un esfuerzo y concéntrense en lo que
sigue porque no es tan simple de comprender (nuevamente para quienes no
saben a que me refiero con J, E, P y D les recomiendo lean ¿Qué es la Tora? o simplemente vean el siguiente artículo en Wikipedia para una explicación breve: Hipótesis Documentaria).
En el libro de Éxodo J declara que los israelitas vivían en Goshen,
separados de los egipcios (9.22) mientras que E declara que vivían uno
al lado del otro (3.22). P (6.22) y E (3.13-15) argumentan que el nombre
de Dios como יהוה fue revelado por primera vez a Moisés mientras que J
cree que era conocido desde antes (Génesis 15.7). Todas las fuentes
presentan en forma muy diferente lo que ocurrió en el Sinai. P no dice
nada de una revelación pública, la conclusión de un pacto ni el episodio
del becerro de oro. Para esta fuente todo lo que ocurrió en Sinai fue
que la Presencia de Dios descendió en una nube y Moisés entró solo
dentro de esta nube y recibió en forma privada las instrucciones para la
construcción del santuario (19.1-2a; 24.15-31.18a). Todo el resto de la
ley sucedió luego dentro del tabernáculo comenzando en Levítico
capítulo 1. Para los académicos fueron las fuentes J y E las que
reportan el pacto, la manifestación visual (J) y auditiva (E) de Dios,
la proclamación del Decálogo y las otras leyes y también el episodio del
becerro de oro que se encuentra mezclado en el medio. Justamente la
maestría de los redactores se hace evidente en la locación del episodio
sobre el becerro de oro entre la construcción del santuario y su
utilización (31.18-32.35). Si los redactores pensaron que todas estas
inconsistencias iban a poder ser armonizadas no queda claro. Las
contradicciones y las redundancias tendrían de todos modos un efecto muy
importante en el judaísmo posterior incentivando (de hecho, forzando) a
los lectores a crear distinciones muy finas e interpretaciones que no
sean literales para permitir la coexistencia de todas estas narrativas
abriendo el camino hacia las innovaciones en materia de teología y ley
en el judaísmo (ver la regla número 13 de Rabbi Ishmael sobre los 13
Reglamentos de la Interpretación; la número 15 de Rabbi Eliezer sobre
las 32 Reglas de la Interpretación; y el Capítulo 7 del Libro de las
Creencias y las Opiniones de Saadia Gaón).
La importancia de Éxodo para la tradición judía
Muchas de las creencias y prácticas fundamentales del judaísmo hastala actualidad están enraizadas en el libro de Éxodo. Dos de las tres
ideas centrales en la tríada “Creación, Revelación, Redención” que
forman parte de la experiencia mitológica del rezo diario judío se
encuentran presenten en Éxodo (la Redención de Egipto y la Revelación).
No solo todos los días estas ideas son recordadas sino que dos
festividades giran en torno a estas mismas ideas:
- Pesaj, cuyos rituales incluyendo el Seder están basados en las reglas que aparecen en los capítulos 12 y 13.
- Shavuot en dónde simbólicamente volvemos a experimentar en
forma mitológica la Revelación leyendo el Decálogo (capitulo 20) como si
estuviéramos recibiéndolo por primera vez.
una cuenta regresiva de 50 días hacia Shavuot (ver Levítico 23.15-21)
enseñándonos que nos fuimos liberados para hacer lo que queremos sino
para cerrar el ciclo aceptando la Tora como forma de vida (quizás por
este motivo Pesaj sea más popular que Shavuot puesto que es más divertido festejar que somos libres a recordar que somos responsables de la Presencia de Dios y la justicia en este mundo). Estas dos festividades junto con Sukkot forman las tres fiestas de peregrinaje (shalosh regalim) dentro
del calendario judío. Otros dos rituales que conmemoran la salida de
Egipto se basan también en el Éxodo: la utilización diaria de tefilín
(13.9-10) y la redención del primer hijo (pidion haben 13.13).
El Éxodo logró aumentar la presencia de un solo Dios en la conciencia
histórica en contraste a las festividades politeístas que se enfocaban
en las acciones de dioses independientes en la naturaleza. Es decir que
el rol de Pesaj y la Fiesta del Pan Acimo como conmemoración del éxodo logró eclipsar el significado anterior de fiestas primaverales (12.6-14). Si bien Sukkot también
es una fiesta esencialmente agrícola, la misma conmemora el deambular
de los israelitas luego del éxodo (Levítico 23.43). Teológicamente, la
manifestación de Dios como el Redentor o Salvador de los antiguos
esclavos en la Biblia logró proyectar el ideal mesiánico de una
Redención o Salvación final (ver la publicación Socios con Dios en la Redención ¿qué debemos hacer para reparar el mundo?).
Los principios más fundamentales del judaísmo están basados en el libro de Éxodo como por ejemplo el pacto (brit)
entre Dios e Israel en los capítulos 19 al 24 y la creencia que Dios
entregó allí la Tora ordenando cómo vivir la vida judía. El encuentro
con Dios en el Sinai es realmente el episodio fundamental y
constituyente de todo lo que se desplegará en el resto de la historia
judía representando el momento en el que Dios “bajo” y “habló” con todos
los judíos presentes y futuros entregándoles la ley, el sentido y la
dirección que aceptaron en forma entusiasta (20.16; 24.3). Estas leyes
(según los rabinos tanto la Ley Escrita como la interpretación oral
fueron entregadas al mismo tiempo) se convirtieron en la base en la que
se apoya todo el judaísmo: “Moisés recibió la Tora -escrita y oral- en
el Sinai y la paso a” todas las generaciones siguientes (Pirkei Avot
1.1). Como estas leyes fueron presentadas a todos por igual (21.1) se
convirtieron en un deber para cada judío de asumir hasta el día de hoy y
no solo para una determinada elite intelectual. Finalmente, Los Trece Atributos de Misericordia Divina (la
publicación más leída de este blog) que son recitados varias veces por
año dentro de la liturgia judía fueron revelados por Dios a Moises en
34.6-7.
Las primeras leyes proclamadas por Dios para los Israelitas como
pueblo aparecen en el Decálogo (20.2-14) ordenando tanto una conducta
entre la humanidad y Dios y la humanidad consigo misma.
Tres de estas leyes en el primer grupo caracterizan lo que los judíos
hemos defendido por miles de años incluso a veces con nuestras propias
vidas: el requisito de adorar solo a יהוה y no tener otros dioses, el
requisito de no tener ídolos y el requisito de observar el Shabbat.
Sobre el Shabbat mismo Ajad Ha-am (Asher Ginzberg 1856-1927) dijo que
“más que haber preservado los judíos Shabbat, Shabbat preservó a los
judíos”.
Las historias del éxodo (¡tan solo uno de los tantos espectaculares
libros que posee la Biblia!) han resonado a lo largo de toda la historia
mundial. Muchos esclavos oprimidos por diferentes contextos han
encontrado en este libro la inspiración para volver a pelear una y otra
vez por los valores de una humanidad más libre, más justa y más humana.
En más de una oportunidad pueblos y personas separadas por el tiempo y
el espacio se han identificado con los esclavos que son rescatados
gracias a un líder que los guía bajo la inspiración divina. Sin ninguna
duda la Biblia no es tan solo uno de los mejores libros de la historia
sino que Éxodo es además el libro más importante de la Biblia
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Mi Revelación, Rebelión, Reconciliación y Revolución Bíblica
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Rafa dice
Diego, me ha encantado todo el texto. Si tuviera que hablar de dos temas, serian:
1.- “Pesaj inicia una cuenta regresiva de 50 días hacia Shavuot (ver
Levítico 23.15-21) enseñándonos que nos fuimos liberados para hacer lo
que queremos sino para cerrar el ciclo aceptando la Tora como forma de
vida”:
*** Nosotros también tenemos la Pascua y a los 50 días Pentecostés:
– Nos han liberado
– Nos han enseñado que Amar significa: hasta dar la vida por los demás
– Nos viene el Espíritu, para con sus Dones y Carismas, ayudarnos a
superar la travesía de la vida. No para solo buscar cosas placenteras,
si no para cumplir el propósito para el que Dios nos creó.
2.-“Si los redactores pensaron que todas estas inconsistencias iban a
poder ser armonizadas no queda claro. Las contradicciones y las
redundancias tendrían de todos modos un efecto muy importante en el
judaísmo posterior incentivando (de hecho, forzando) a los lectores a
crear distinciones muy finas e interpretaciones que no sean literales
para permitir la coexistencia de todas estas narrativas abriendo el
camino hacia las innovaciones en materia de teología y ley en el
judaísmo”:
*** 1.- Dentro de una sola religión hay inconsistencias que pueden ser armonizadas.
2.- En el mundo, comparando las religiones, también hay inconsistencias que deben ser armonizadas: quizás eso se consiga:
– Disponiendo de información y trasparencia
– Siendo empáticos y asertivos: poniéndonos en los zapatos de los demás
– Siendo tolerantes y estando abiertos a los demás
– Teniendo un espíritu de Unión
– Siendo responsables: porque son muchas las muertes que causan las diferencias religiosas en el mundo.
Todos lo sabemos, lo importante es actuar, y poner cada uno nuestro granito de arena.
Un abrazo.
Rafa.
Diego Edelberg dice
Rafa,
Como siempre agradezco tus comentarios ya que miles de los que se
acercan al blog no son judíos y muchas veces buscan una interpretación
cristiana que yo por ignorancia no puedo proveer. Por eso agradezco los
comentarios de lectores que no son judíos para aprender más los unos de
los otros y descubrir en qué nos parecemos y estamos de acuerdo y en qué
nos diferenciamos.
Como celebro la diferencia y la multiplicidad de interpretaciones
puesto que ninguna puede agotar la Tora, una vez más te agradezco tus
comentario.
Abrazo
horacio lizardo dice
Ciertamente existen muchas interrogantes en exodo, por ejemplo
moises no ve el rostro de dios pero tampoco dice si tenia alguna forma
ni tampoco la razon porq moriria el q viera su rostro
Diego Edelberg dice
Así es, Éxodo es un libro fascinante cargado de misterios…pero eso es lo que lo hace más divino que ningún otro, ¿verdad?
Mauricio Pinto (Moshé Ben Eliahu) dice
Diego, el Libro Éxodo (Sefer Shemot) es super interesante, porque
relata la historia del primer pueblo que cuestionó la esclavitud y peleo
por la libertad. Aunque no tengamos exactitudes arqueológicas de este
relato, el mensaje que deja es importantísimo.
El Faraón era considerado el hombre más poderoso de la tierra y aún así
nos recuerda que D’os está por encima de todos, incluyendo al Faraón.
Esto es un mensaje de optimismo para todos los que sufrieron o sufren de
alguna esclavitud.
Moisés (Moshé) conocía las dos culturas y eligió servirlo a D’os!
La precisión histórica del éxodo eso ya es otro tema de conversación,
porque no hace a la Emuná (Fe) que uno pueda sentir. Igual es
interesante que se hagan estudios históricos y arqueológicos en Egipto y
en el Desierto, y lo que se descubra no me va a sorprender ni a cambiar
mi Emuná, ya que la riqueza de la Torá, entre otros valores y
sabidurías, es su valor cabalístico y no un libro de historia.
Por eso, estoy dispuesto a seguir estudiando Torá, aumentar mis
conocimientos de hebreo, y también a leer e investigar libros de
historia, ya que mi Emuná no va a desaparecer sino se va a incrementar.
Abrazo para todos
Mauri
Diego Edelberg dice
Como siempre Mauri, gracias por tus comentarios.
Coincido mucho, muchísimo con tus palabras.
Abrazo para vos!
Julio Alexis Jiron Santiago dice
Todos tenemos nuestro Éxodo donde debemos libéranos de nuestras
malas costumbres que nos esclavizan nos hacen hacer lo que no deseamos.
Hay costumbres muy bonitas que se pueden practicar por judíos o
estudiosos del judaísmo como la de prender las velas el sábado. Mi
hermana me llamo desde Pensilvania para pedirme que orara por la
familia, me llamo a la hora de celebrar el Sabbat, le dije enciende tu
también la vela Di-s hizo que me llamaras para que tu familia también
encendiera la vela y orara, es costumbre de la familia materna los De
Santiago encender velas y orar pero lo hacen cualquier día, gracias a
mis estudios de judaísmo lo hago como se debe.
FREDDY ALONZO dice
. Hola Sr EDELBERG,muy pero que muy agradecido de haber encontrado
su inf. He decidido salir de mi confusion y adentrarme en las raices
HEBREAS de la TORAH, nuestro HERMOSISIMO LIBRO (ENCICLOPEDIA?)NO ES UN
COMENTARIO,ES LA SOLICITUD A SUS PALABRAS.
He encontrado que muchisimas personas diciernen que TODO es parte del PROPOSITO del ETERNO,
yo pienso que entonces si esta el proposito donde esta mi
RESPONSABILIDAD de retomar el camino al PADRE CREADOR. Hitler fue el
proposito para un HOLOCAUSTO.
2° que el MASHIA compartia la creacion.
Por favor me ayuda en esta IGNORANCIA.