lunes, 18 de julio de 2016

Tehilim Diario - Estudio diario de Tora

Tehilim Diario - Estudio diario de Tora























Contáctenos

Visit us on Facebook









Miércoles, 28 Tamuz 5776 / 3 Agosto, 2016



El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

Tehilim Diario

Capítulos 135-139




 E-Mail

Mostrar el texto en:
Capítulo 135
Alabad a Dios. Alabad el Nombre de Adonái; ofreced alabanzas,
vosotros, servidores de Adonái que os halláis en la Casa de Adonái, en
los atrios de la Casa de nuestro Dios. Alabad a Dios porque Adonái es
bueno; cantad a Su Nombre, porque El es grato. Porque Dios ha elegido a
Iaacov para Sí, a Israel como Su preciado tesoro. Porque yo sé que
Adonái es grande, nuestro Amo es más grande que todos los seres
excelsos. Todo lo que Adonái deseó, lo ha hecho, en los cielos y en la
tierra, en los mares y todos los abismos. El eleva las brumas desde los
confines de la tierra; hace relámpagos para la lluvia; extrae el viento
desde Sus bóvedas. Fue El quien golpeó a los primogénitos de Egipto,
desde hombre hasta bestia. El envió señales y prodigios en medio de
Egipto, sobre el Faraón y todos sus siervos. Fue El quien golpeó muchas
naciones y mató reyes poderosos: a Sijón, rey de los amoritas, a Og, rey
de Bashán, y a todos los reinos de Canaán. Y El dio las tierras de
ellos como herencia. Una herencia a Su pueblo Israel. Adonái, Tu Nombre
es eterno; Adonái, el recuerdo de Ti es a través de todas las
generaciones. En efecto, Adonái juzgará en beneficio de Su pueblo, y
tendrá compasión de Sus servidores. Los ídolos de los pueblos son plata y
oro, producto de las manos de los hombres. Tienen boca, mas no pueden
hablar; tienen ojos, mas no pueden ver; tienen oídos, mas no pueden oír;
ni hay aliento en su boca. Aquellos que los hacen se volverán como
ellos — todos los que confían en ellos. Casa de Israel, bendecid a
Adonái; Casa de Aharón, bendecid a Adonái; Casa de Leví, bendecid a
Adonái; vosotros que teméis a Adonái, bendecid a Adonái. Bendito es
Adonái desde Tzión, que mora en Jerusalén, alabad a Dios.


Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana



© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.




Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización
escrita de la Editorial.



Derechos Reservados.
Capítulo 136
Este
Salmo tiene 26 versículos, en correspondencia con las 26 generaciones
desde la creación del mundo hasta la Entrega de la Torá.
Alabad a Adonái pues El es bueno, pues Su bondad es eterna. Alabad al
Dios de los seres excelsos, pues Su bondad es eterna. Alabad al Amo de
las huestes celestiales, pues Su bondad es eterna. Quien obra grandes
maravillas solo, pues Su bondad es eterna. Quien crea los cielos con
entendimiento, pues Su bondad es eterna. Quien extiende la tierra sobre
las aguas, pues Su bondad es eterna. Quien hace las grandes luminarias,
pues Su bondad es eterna. El sol para regir de día, pues Su bondad es
eterna. La luna y estrellas para regir de noche, pues Su bondad es
eterna. Quien golpeó a Egipto a través de sus primogénitos, pues Su
bondad es eterna. Y sacó a Israel de en medio de ellos, pues Su bondad
es eterna. Con mano fuerte y con brazo extendido, pues Su bondad es
eterna. Quien partió el Iam Suf en fracciones, pues Su bondad es eterna.
E hizo pasar a Israel a través de él, pues Su bondad es eterna. Y
zarandeó al Faraón y a su ejército dentro del Iam Suf, pues Su bondad es
eterna. Quien condujo a Su pueblo a través del desierto, pues Su bondad
es eterna. Quien golpeó a grandes reyes, pues Su bondad es eterna. Y
dio muerte a poderosos reyes, pues Su bondad es eterna. A Sijón, rey de
los amoritas, pues Su bondad es eterna. Y a Og, rey de Bashán, pues Su
bondad es eterna. Y dio su tierra como herencia, pues Su bondad es
eterna. Una herencia a Israel Su servidor, pues Su bondad es eterna.
Quien en nuestra humillación nos recordó, pues Su bondad es eterna. Y
nos redimió de nuestros opresores, pues Su bondad es eterna. Quien da
alimento a toda carne, pues Su bondad es eterna. Alabad al Dios del
cielo, pues Su bondad es eterna.


Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana



© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.




Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización
escrita de la Editorial.



Derechos Reservados.
Capítulo 137
Alidiendo
a la época de la destrucción del Templo, este Salmo cuenta de cuando
Nabucodonosor pidió a los Levitas cantar en cautiverio como lo hacían en
el Templo; estos replicaron: "¿Cómo podemos entonar la canción de Dios
en suelo foráneo?" Entonces fueron consolados por la Inspiración Divina.
Junto a los ríos de Babilonia, allí nos sentamos y lloramos al
recordar a Tzión. Allí, sobre los sauces colgamos nuestras arpas. Pues
allí nuestros captores nos exigieron canciones, y aquellos que se
mofaron de nosotros, regocijándose, [diciendo,] "Cantad para nosotros de
las canciones de Tzión". ¿Cómo hemos de cantar la canción de Adonái
sobre suelo extraño? Si te olvidare, Jerusalén, que mi mano derecha
olvide su destreza. ¡Que mi lengua se adhiera a mi paladar sino te
recordare, si no he de traer a la mente a Jerusalén durante mi mayor
alegría! Recuerda, Adonái, en contra de los edomitas, en el día de la
destrucción de Jerusalén, cuando dijeron: "¡Arrasadla, arrasadla hasta
sus mismos cimientos!" Oh Babilonia, destinada a ser desolada, dichoso
Aquel que te retribuya por lo que nos has infligido. Dichoso Aquel que
tome y estrelle a tus infantes contra el peñasco.


Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana



© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.




Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización
escrita de la Editorial.



Derechos Reservados.
Capítulo 138
David ofrece portentosas alabanzas a Dios por su bondad hacia él, y por cumplir Su promesa de concederle el reinado.
Por David: Te agradeceré con todo mi corazón, en presencia de
príncipes Te alabaré. Me prosternaré hacia Tu santo Santuario, y loaré
Tu Nombre por Tu bondad y por Tu verdad; pues has enaltecido Tu palabra
por sobre todos Tus Nombres. En el día en que Te llamé me contestaste,
Tú me has embravecido, [poniendo] fortaleza en mi alma. Adonái, todos
los reyes de la tierra Te agradecerán cuando oyen las palabras de Tu
boca. Y cantarán de los caminos de Adonái, pues la gloria de Adonái es
grande. Pues aunque Adonái es excelso, ve al humilde; el Altísimo
reprende desde lo lejos. Si camino en medio de la angustia, mantenme
vivo; contra la cólera de mis enemigos estira Tu mano, y que Tu diestra
me salve. Adonái, completa [Tu bondad] por mí. Adonái, Tu bondad es para
siempre, no abandones la obra de Tus manos.


Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana



© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.




Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización
escrita de la Editorial.



Derechos Reservados.
Capítulo 139
Una
Salmo muy prominente que orienta al hombre en las sendas de Dios como
ningún otro en todo el libro. Afortunado quien lo recita a diario.
Para el Director del Coro, por David, un Salmo: Adonái, me has
sondeado, y Tú sabes. Conociste mi estar sentado y mi estar de pie;
percibes mi pensamiento de lejos. Tú circundas mi andar y yacer; Todos
mis caminos Te son familiares. Pues aún no había una palabra sobre mi
lengua, y he aquí, Adonái, Tú lo supiste todo. Tú me rodeaste por
delante y por detrás, has colocado Tu mano sobre mí. El conocimiento
[para huir de Ti] está más allá de mí; es excelso, no puedo saberlo.
)Dónde puedo ir [para escapar] de Tu espíritu? )Y dónde puedo huir de Tu
presencia? Si asciendo a los cielos, estás allí; si tiendo mi lecho en
la sepultura, allí estás. De tomar yo alas como el amanecer y morar en
lo más remoto del mar, allí, también, Tu mano me orientaría; Tu diestra
me sostendría. Si yo dijera: "Ciertamente la oscuridad me oscurecerá",
entonces la noche sería como luz para mí. Hasta la oscuridad nada
oscurece de Ti; y la noche brilla como el día, la oscuridad es como luz.
Pues Tú creaste mi mente; me cubriste en la matriz de mi madre. Te
agradeceré, pues fui formado de manera maravillosa e imponente;
insondables son Sus obras, aunque mi alma percibe mucho. Mi esencia no
estaba oculta a Ti incluso mientras nací en ocultamiento, formado en las
profundidades de la tierra. Tus ojos contemplaron mi forma cruda; todas
[las ocurrencias] están inscriptas en Tu libro; aun ésas a formarse en
días futuros, a El le son lo mismo. (Cuán preciosos me son Tus
pensamientos, Dios! (Cuán imponentes, [incluso] sus principios! Si los
contara, superarían a la arena, aun si yo permaneciera despierto y
siempre contigo. Si aniquilaras al malvado, Dios, y los hombres de
sangre [a quienes digo:] "(Apártense de mí!" Ellos Te enaltecen por
planes malvados, Tus enemigos [Te] alzan para falsedad. Por cierto, odio
a quienes Te odian, Adonái; pelearé con quienes se alzan contra Ti. Los
odio con odio extremo; los considero como mis propios enemigos.
Examíname, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis
pensamientos. Mira si hay conducta torcida en mí, y entonces condúceme
en la manera del mundo.


Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana



© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.




Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización
escrita de la Editorial.



Derechos Reservados.








Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana



© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.




Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización
escrita de la Editorial.



Derechos Reservados.
© Copyright, todos
los derechos reservados. Si te ha gustado este artículo, te animamos a
distribuirlo, siempre y cuando cumpla con la política de derechos de autor de Chabad.org.




Esta pagina en otros idiomas

No hay comentarios:

Publicar un comentario