lunes, 23 de mayo de 2016

juan jose cortes

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miércoles, 19 de noviembre de 2008






Héroes de la democracia: Juan José Cortés





España
es un país cainita. Ya desde tiempos de Fernando VII “el deseado” y,
luego, traidor hasta las guerras civiles a su pueblo. Pueblo que se
enfrentó al mayor ejército del mundo en su tiempo, el frances, por él.



España
niega envidiosa a quienes destacan, a quienes épicamente superan la
apatía, la abúlia por lo común y la astenia de las centurias, busca mil
recovecos donde discutir lealtades y comportamientos nobles. Niega y
niega y niega y solo tras la muerte reconoce, siempre parco, algo de ese
valor.

España
oculta, oblitera y engaña a aquellos héroes, muchos de ellos
cotidianos, para ensalzar a “heroes contra”, los y las de cada una de
las dos Españas que hasta las rodillas en el fango se dan de palos
torpes e instantáneos. Esa es la España que se ve en los medios y
también en las casas pero no toda la España que existe.




Sin
embargo de cuando en cuando surgen héroes, heroes involuntarios,
algunos trágicos, que elevan la categoría del ser humanos y de la
cultura que manejamos con torpeza a un estadio mejor y superior. Son
aquellos Blas de Lezo, Juan Martín “El empecinado” o Churruca que llenan
pocos libros, que son supeditados siempre a la versión oficial y que se
ahogan en la historia sin conmemoración necesaria.


Hoy
se une otro heroe, Juan José Cortés, el padre de la niña Mariluz Cortés
asesinada por un pederasta. Un héroe de nuestro tiempo, de nuestra
vida, de la democracia y la confianza en la policía, los jueces, el
estado de derecho y las leyes, una persona que con sencillez y la verdad
en la mano, la gran verdad, ha podido modificar las leyes que le
arrebatarón a su hija en manos de un pederasta perverso y alimaña. Nadie
pudo contradecir la flagrancia y fragancia de su razón de hierro
apoyada en más de 500.000 firmas de ciudadanos, ni mercachifles
periodistas, ni trujimanes políticos.


Juan
José Cortés, un héroe que no buscó la venganza, el desasosiego, ni la
sangre, yo lo hubiera entendido, sino el evitar que eso se repita, el no
amilanarse frente a esos poderes que, aunque parezca mentira están a
nuestro servicio. Por eso, por su entereza, por el modelo que sirve para
todos, por romper muchos clichés y ser un ciudadano ejemplar donde
todos hubieramos sidos terribles es por lo que le doy esa categoría:
Héroe.

Lo
es y como tal debería tener estátuas, fiestas, honores y alamares. Sin
duda no será así: los que no los merecen ya están arrogándose el mérito
(aquí y aquí).
Españas en Recuerdos del día de mañana.
Nota:
Actuación temprana en el caso de desaparición de niños, endurecimiento
de penas, registro de pederastas, seguimiento y cumplimiento integro,
verificación de condiciones de encausados y culpables respecto a la ley
son parte de los acuerdos que Juan José Cortés logró para un asunto de
capital importancia, la pederastia, y que le robó probablemente su mayor
tesoro: su hija Mariluz y le abocó a una búsqueda inútil, primero, y a
una campaña que nos lo ha mostrado, muy a su pesar..




El 81% de las familias está a favor de la cadena perpetua








Juan
Jose Cortés exige al Gobierno que las entidades que trabajan con niños
tengan acceso al registro de pederastas.El 81% de las familias está a
favor de la cadena perpetua para estos delincuentes, según un estudio



MADRID,
10 Jun. (EUROPA PRESS) - El padre de Mari Luz Cortés, Juan José Cortés,
exigió hoy al Gobierno que las entidades que trabajan con menores
--colegios, ONG o asociaciones-- tengan acceso al Registro Central de
Penados y Rebeldes, en el que se integrará la información relativa de
los pederastas, que está reservado exclusivamente a los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado.
Asimismo, anunció que el próximo 21 de junio habrá una manifestación en
Madrid para pedir la cadena perpetua para estos delincuentes.Para
Cortés sería una medida "intermedia" entre el acceso público a las
listas de los agresores sexuales y el restringido a la Policía, así como
"imprescindible" para salvaguardar la identidad de los menores y evitar
que los pederastas se encuentren en el entorno de los niños. "Santiago
del Valle estaba inscrito en el colegio de mi hija", recordó el padre de
Mari Luz en la presentación de los resultados de la encuesta 'El
Barómetro de la Familia' sobre el estado de opinión de la sociedad
española frente a los delitos de pederastia, realizado por la Revista
Padres y Colegios.A pesar de reconocer el "cansancio físico y
psicológico" que sufre la familia de la menor muerta, tras recorrer
España para recoger las más de 1.200.000 firmas a favor de la cadena
perpetua para los condenados por acoso sexual a menores, Cortés quiso
manifestar su intención de "proseguir" con su iniciativa para que "la
sociedad exija al Gobierno lo que debe hacer con estos criminales" e
"intentar, con ésto, que Mari Luz sea la última víctima".Asimismo,
calificó de "light" las medidas aprobadas la semana pasada en el pleno
del Congreso, sobre la elevación de las penas de los agresores sexuales
de menores y desvalidos y la integración de estos delincuentes en los
registros de la Policía, ya que, a su juicio, "los políticos quieren que
los pederastas paguen una pena mínima, por encima de los derechos de la
víctima".Sin
embargo, celebró que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba,
le confirmara ayer tras reunirse con él, su compromiso para estudiar la
implantación de un protocolo especial que permita una actuación urgente
en los casos de desaparición de menores.



EL 81%
DE LAS FAMILIAS A FAVOR DE LA CADENA PERPETUASegún el estudio presentado
hoy sobre el estado de la opinión de las familias en relación a la
cadena perpetua para los casos de pederastia, el 81 por ciento se
manifiesta a favor de imponer un castigo "más estricto" para estos
delincuentes con el objetivo de evitar que, tras su puesta en liberad,
reincidan.Si bien no se aprecian diferencias entre aquellos padres que
tienen hijos en edad escolar y quienes no los tienen, esta diferencia es
"significativa según el nivel estudio de los encuestados y el sexo",
señaló el director de la publicación Padres y Colegios, José María
Moya.Aunque el apoyo a esta medida es mayoritario en todos los casos,
son menos (el 70 por ciento) los ciudadanos con estudios universitarios
los que exigen esta medida, frente al 85,5 por ciento de las personas
con estudios de Primaria.Asimismo, la mujeres se muestran más
partidarias de reformar el Código Penal para endurecer las penas a los
pederastas. Así, un 87,8 por ciento de ellas apoyaría la cadena
perpetua, mientras que los hombres son partidarios de esta medida en un
73,8 por ciento de los casos. En este sentido, el director de la ONG
Protégeles, Guillermo Cánovas, subrayó que estos datos "no son
sorprendentes porque nueve de cada diez agresores sexuales son hombres".



LA
APOLOGÍA DE LA PEDERASTIA, "UN DELITO"Asimismo, el presidente de la ONG
Protégeles manifestó la "necesidad" de que se tipifique como delito la
apología de la pederastia, "tal y como se hace con el racismo y la
xenofobia".Según explicó Cánovas "es muy difícil cerrar sus puntos de
reunión en Internet (webs, blogs o foros)", donde, según aseguró, estos
delincuentes "intercambian información, fotografías y vídeos sobre
abusos sexuales a niños".

miércoles, 12 de noviembre de 2008






Dicho por quien lo ha demostrado, cargando con su cruz










¿Alguien
recuerda las enseñanzas del santo Job? El hombre que lo perdió todo, la
salud, la familia, las riquezas materiales, todo, menos su fe en Dios y
la alegría y paz que ello supone para quienes tienen esa fe. Juan José
Cortés, padre de Mari Luz, la niña secuestrada y muerta a manos de un
pederasta, ha perdido lo que nadie está preparado para perder: un hijo;
peor aún que eso, una hija pequeña. Sobrevivir a un hijo es algo
antinatural, contra lo que el cuerpo, la mente y el corazón se rebelan.
Juan José, sin embargo, ha convertido su tragedia en enseñanza. Su dolor
en fuerza. Su tristeza en paz. Enseñanza, fuerza y paz que derrocha a
manos llenas entre quienes le rodean. No es que la muerte de la pequeña
Mari Luz le haya hecho grande. La tragedia simplemente ha arrojado luz
sobre un hombre que ya era, que sigue siendo, inmenso.Juan José Cortés
visita Palma. Viene invitado por el Foro de EL MUNDO de Baleares para
hablar del dolor y del amor. Aprovechará su visita. El Foro será el
miércoles 21, a las 20.00. Además, en su visita a Palma, participará en
varios oficios protestantes en Son Banya, epicentro del dolor y la
desesperación de muchas personas. Y recogerá firmas.
Pero vayamos por partes. ¿Quién es Juan José Cortés? El pasado 6 se
abril, domingo, Ana María Ortiz trazaba en la edición de Crónica un
perfil estremecedor de este hombre. Gitano, en el mejor de los sentidos
de la palabra, si es que ésta tiene alguno malo. Esposo, se casó en 1993
con Irene Suárez. Ella tenía 16 años, él 24. Y religioso. Pero con una
fe que mueve montañas.La muerte de su hija Mari Luz no le ha hecho
abdicar de su fe ni de su bonhomía. Probablemente porque sabe que desde
el día en que la pequeña murió hay un ángel en el Cielo que lo mira con
ojos especialmente enamorados. ¿Qué amor es comparable al de una nena
por su papá? De Juan José Cortés, escribe Ana María Ortiz, gitano nacido
en Huelva en 1969, "se ha alabado la cordura para gestionar el drama
con una templanza insólita dadas las circunstancias. Se ha aplaudido su
integridad. Su civismo. Su mesura. Su prudencia. Su misericordia".
Misericordia. ¿Quién puede ser misericorde cuando le secuestran y matan a
una niña de cinco años y el sospechoso es un pederasta que debería
estar en prisión? Sólo un ángel. Creíamos que ya no quedaban, pero
resulta que aún hay alguno pisando este valle de lágrimas donde las
pasiones llegan a ser tan bajas que ha habido que inventar palabras como
pederasta o pedófilo para nombrar cosas innombrables.Cuando Ana María
Ortiz lo entrevistó, su mujer Irene sufría en silencio, sentada en una
butaca. Su marido, con ese sexto sentido que tienen los ángeles, contaba
su vida a la periodista de Crónica, pero de un modo que supo redirigir
para consolar a su mujer: contó cómo hizo la prestación social
sustitutoria en la ONCE, cómo aprendió el lenguaje Braille, cómo en
aquella época comenzó a cartearse con Irene. Su mujer le oye. Recuerda.
Sonríe. Una gota de rocío en medio de la tragedia. Ha vuelto a pasar un
ángel. Juan José Cortés ha rechazado con dulzura a quienes le ha
parecido que habrían podido distorsionar el devenir de los
acontecimientos. Una asociación gitana: "A Mari Luz no la mataron por
ser gitana". Un abogado de casos famosos que quería sacarle millones al
Estado: "No quiero un circo. Ni sirvo para ambicionar dinero. Me he
conformado con lo justo para mantener mi casa y ser feliz". Videntes,
cazafortunas y otros buitres han salido volando de su casa, en la que no
les dio tiempo ni a aterrizar.¿Cómo puede ser tan entero un hombre tan
herido? El origen de su entereza, escribe Ortiz, hay que buscarlo en los
tres pilares que lo cimentan. El deporte, el fútbol más concretamente,
que le ha forjado una personalidad combativa. La fe, que practica
activamente desde su condición de pastor de la Iglesia Evangélica de
Filadelfia. Y una filosofía de vida orquestada en torno a su piedra
angular: "Hacer felices a los que me rodean. Nunca he sido feliz si los
ellos no lo son".Dicho por cualquiera, suena a milonga. Dicho por quien
lo ha demostrado, cargando con su cruz, es un ejemplo, un ejemplo
inmenso.

viernes, 7 de noviembre de 2008






Ejemplo de coraje y valentía







Este
es el nombre que desgraciadamente es actualidad por el asesinato de su
hija, Mari Luz Cortés. A buen seguro que le hubiera gustado mantenerse
en el anonimato teniendo en cuenta el motivo por el cual es portada de
todos los medios de comunicación nacionales. No es momento para hablar
de negligencias, responsabilidades y fallos de nuestro sistema judicial
que, visto lo visto, son obvios y escandalosos.Mi comentario pretende
analizar el aspecto humano de un cabeza de familia que tiene que
enfrentarse a la mayor desgracia que le puede ocurrir, enterrar a un
hijo asesinado por un abyecto personaje que despierta en la opinión
pública los más bajos instintos y el deseo, más que de justicia, de
venganza. Juan José, haciendo un admirable ejercicio de entereza,
contención y sentido común, el menos común de los sentidos, ha
sorprendido y conmovido con una lección de humanidad y de congruencia
con sus propias creencias éticas y religiosas. La mayoría, en estos
casos, nos hubiéramos alineado con aquéllos que, clamando justicia,
hubieran optado por tomársela por su mano, pero nos hemos encontrado con
un modelo de comportamiento a seguir, inédito en nuestros días. Juan
José Cortés es un espejo en el que muchos deberíamos mirarnos para ver
la forma de actuar que, en numerosas ocasiones, aplicamos en casos de
muchísima menor gravedad. Ejemplo de coraje y valentía, no abandona la
convicción de aquel que se sabe asistido por la razón y la justicia, que
tarde o temprano habrá de hacerse en éste y en otros muchos casos
similares en el que, además de la propia víctima sus familias,
destrozadas, son depositarias últimas de tan dolorosos lastres. Desde
este humilde rincón, toda mi solidaridad para esta familia y el deseo
que nunca más se vuelvan a repetir hechos tan execrables e inhumanos por
dejación de los que deben administrar seguridad y la justicia.




Dios les bendiga y que sigamos creyendo en Dios



Que
sean felices, que Dios les bendiga y que sigamos creyendo en Dios y en
la justicia. Estas palabras que se escuchaban hace minutos por la radio
no provienen de un creyente o de un buen ciudadano cualquiera. Sino de
un padre que acaba de saber que el asesino de su hija perpetró el crimen
por un espantoso error del aparato judicial. Así se despedía de la
entrevista que le hacía Jesús Cintora en el informativo Hora 25.No sabe
uno qué es más asombroso, si el grado de indolencia al que, en su
obsesión por no penalizar en exceso al delincuente, puede llegar nuestro
estado de derecho, o la lección de sentido común, de temple y de
nobleza de espíritu de Juan José Cortés. Así lo hace constar el Duende: a
partir de este momento, este padre inconsolable es uno de sus
héroes.Siempre son admirables aquellos que, habiendo visto morir a
alguno de sus hijos, mantienen el ánimo y tratan de salir adelante sin
humillarse al destino. El Duende conoce a varios, y siempre ha pensado
que deberían de sentar cátedra para enseñar a vivir reprimiendo el
llanto. Son terapia inexcusable ante cualquier aflicción que pueda uno
sufrir.Pero en este caso la lección va más lejos. No ha sido el azar,
sino la mano del criminal y la torpeza del juez. Y, a la postre, la
negligencia de un sistema que, confesaba Cortés, he respetado siempre y
quiero seguir respetando. Sin embargo agradecía la llamada del
presidente Zapatero, y sigue proclamando su fe en la convivencia y en el
estado de derecho como si en lugar de un humilde trabajador fuera un
doctor en leyes o un padre de la patria. Sencillamente increíble.Creía
el Duende que las circunstancias del crimen y la ira popular que ha
levantado el presunto asesino harían mella en él. Pero sin duda, además
de ser tan cortés como dice su apellido, este hombre es generoso, noble y
a todas luces ejemplar. El Duende le ha escuchado emocionado y está
convencido de que es un santo. http://www.cadenaser.com/actualidad/audios/padre-mari-luz-hora-25/csrcsrpor/20080331csrcsr_1/Aes/

sábado, 1 de noviembre de 2008






Luis
Molina, quien ha ejercido todo este tiempo como portavoz de la
familia.- Este hombre tiene ahora mismo más credibilidad que Zapatero.









La
otra vida del padre de Mariluz La tragedia destapó a un hombre de
cualidades extraordinarias. La fe, el deporte y hacer felices a los
suyos son sus pilares. Juan José nos cuenta que quiere entrenar en
Primera. Aunque su meta, sin odio, es que se apruebe la cadena perpetua.
Juan José Cortés, 38 años, piensa vender su piso y abandonar huelva.
"Aquí ya nunca podremos ser felices", afirma. Su cuerpo está recostado
sobre el lateral del coche pero a saber dónde anda su mente. Hace
minutos que Juan José Cortés ha desconectado de la conferencia sobre
cetrería que su hermano Diego imparte entusiasmado al equipo de Crónica.
El halconero detalla las peculiaridades de su águila harry, de nombre
Paco. Miércoles tarde.-Es
musulmán, no come cerdo -bromea mientras le sirve el almuerzo al
bicho.La rapaz, colocada sobre una mesa de bar en la acera del edificio
donde viven los Cortés, en el barrio onubense de El Torrejón, tarda
segundos en devorar un par de pollitos importados ex profeso de
Francia.Juan José asiste ausente a la voraz escena. Se muestra más
abatido que de costumbre. El día le pesa. Hace sólo unas horas que ha
fallecido su abuelo materno, Antonio, y la familia lo está velando en el
mismo tanatorio donde lloraron a su hija Mari Luz. Viene de allí. Los
recuerdos le escocían demasiado y se ha excusado pronto. El abuelo había
cumplido ya 80 años pero era un roble doblado de golpe por la pena.
"Empezó a enfermar cuatro días después del entierro de Mari Luz y se fue
consumiendo poco a poco. Ha sido otro duro mazazo", musita.Juan José
sigue circunspecto, digiriendo el nuevo mal trago y meditando si accede a
la petición de Crónica, que le ha solicitado una entrevista en la que
se hable de él más que del caso Mari Luz. En medio de la tragedia más
atroz y lacerante -¿qué horror mayor que una hija de cinco años
asesinada por un pederasta que debía estar en prisión?- se ha destapado
ante la opinión pública como un hombre de cualidades extraordinarias. De
Juan José Cortés Fernández -gitano nacido en Huelva, el 28 de octubre
de 1969- se ha alabado la cordura para gestionar el drama con una
templanza insólita dadas las circunstancias. Se ha aplaudido su
integridad. Su civismo. Su mesura. Su prudencia. Su misericordia.En su
entorno no son muy partidarios de que nos atienda. El calibra si debe
erigirse en protagonista.-Juan José Cortés es el hombre del momento,
-dice el recién llegado al corro en torno al águila, Luis Molina, quien
ha ejercido todo este tiempo como portavoz de la familia.- Este hombre
tiene ahora mismo más credibilidad que Zapatero. Su testimonio vale
mucho.Juan José escucha con interés la diatriba hasta que se
pronuncia.-Venga, vamos a hacerlo, que han venido desde Madrid.-¿Y
cuánto tiempo les vas a dedicar? A las diez viene la tele -lo apremia
Luis.-El tiempo que necesiten, que hagan su trabajo.El trabajo
básicamente consiste en tratar de contar qué mimbres han trenzado su
coraza.Ya en faena, en el salón de su casa, se reafirma como hombre de
discurso cabal, muy cercano y cordial. Es generoso en detalles y
anécdotas. Como cuando cuenta lo del braille. Juan José Cortés no prestó
el servicio militar porque se declaró objetor de conciencia -«siempre
he estado en contra de la violencia»- y tuvo que hacer la prestación
social sustitutoria en la ONCE, donde aprendió el lenguaje de los
ciegos.-En aquel tiempo comencé a cartearme con Irene [hoy su mujer] y
para que nadie leyera nuestras cartas se las escribía en braille. A ella
le di una tablilla para que pudiera entenderlas y responderme.El
recuerdo hace que la esposa, hundida en un sillón en la otra diagonal
del salón, esboce un amago de sonrisa. Hacía tiempo que no emitía muecas
de dicha. Irene Suárez, 30 años, departe con un par de vecinas que
suelen consolarla por las tardes.El hogar de los Cortés es casa de
puertas abiertas. La noche anterior, los mismos asientos estaban copados
por varios emisarios de la asociación gitana Yerba-buena, que pretende
personarse en el juicio como acusación popular. Juan José no es
partidario de que lo hagan. «A Mari Luz no la han matado por ser
gitana», dice. No quiere, además, que la condición racial distorsione la
esencia de su demanda, que es universal: Justicia.Lo visitaba también
el mediático abogado Marcos García-Montes -caso Rocío Wanninkhof,
asesino de la Baraja, Fago-, quien quería ofrecerle sus servicios para
una posible demanda millonaria contra el Estado. Juan José declinó la
invitación educadamente. "No quiero que el caso se convierta en un
circo", argumenta. "Y no sirvo para ambicionar dinero. Nunca ha sido un
pilar fundamental en mi vida. Me he conformado con tener lo justo para
mantener mi casa y ser feliz".Con la misma elegancia despachó a videntes
y demás caza fortunas sin escrúpulos que quisieron sacar unto de su
desesperación. "En esto he descubierto que hay mucha gente buena y poca
gente muy mala", dice con benevolencia, dando prioridad a la cara más
amable de la desgracia. Llegaron a llamarlo un puñado de falsos
secuestradores que reclamaban entre 50.000 euros y dos millones. "Decían
que tenían a Mari Luz y cuando pedía que me la pusieran imitaban voz de
niña. Simplemente querían recochinearse".Juan José viste ropa holgada.
Entre él e Irene fácilmente han perdido medio centenar de kilos en los
últimos dos meses. Ambos aún precisan de somníferos para dormir. El
desmoronamiento es evidente en ella, siempre abatida y callada. El, sin
embargo, se mantiene erguido.El origen de su entereza, dice, hay que
buscarlo en los tres pilares que lo cimentan. El deporte, el fútbol más
concretamente, que le ha forjado una personalidad combativa. La fe, que
práctica activamente desde su condición de pastor de la iglesia
evangélica Filadelfia. Y una filosofía de vida orquestada en torno a su
piedra angular: "Hacer felices a los que me rodean. Nunca he sido feliz
si los ellos no lo son".El chándal azul No fue casual que durante las
ruedas de prensa que celebró mientras duró la búsqueda de Mari Luz -54,
tantas como días estuvo desaparecida, siempre a las 16.30, en la puerta
de su casa-, Juan José vistiera recurrentemente la chaqueta del
Recreativo de Huelva. De color azul, que simboliza la libertad. "Ponerme
el chándal era el modo de enfrentarme a aquello. Me transmitía el
espíritu deportivo al que tenía que aferrarme para seguir. 'Tengo que
luchar, tengo que luchar, tengo que luchar...', me decía».Cortés
llegó a ser un central sólido parado en seco por una mala caída. Con 20
años, recién su debut con el primer equipo del Recre, se fracturó las
dos muñecas. Encaminó entonces su carrera deportiva hacia el puesto de
entrenador y está a un solo curso de obtener el carné para trabajar en
Primera. Sería el sueño cumplido. El mueble del salón está repleto de
trofeos a su nombre.Esta temporada dirige al Pinzón, un equipo de
Regional Preferente al que cogió en la octava jornada con cero puntos.
El día que desapareció Mari Luz -domingo, 13 de enero- habían escalado
en la tabla y rozaban la salvación. Esa tarde se enfrentaron al líder.
«No sé por qué, pero quise cambiar el encuentro al sábado. El equipo
contrario no accedió. Fue un partido de coraje. Nos hicieron un gol,
empatamos y a falta de tres minutos y con un jugador menos marcamos el
tanto de la victoria. Lo celebraba con los jugadores en el campo cuando
mi mujer llamó. Pasé del cielo al infierno. Volví a casa temblando como
un niño. "Mi hija ya no vuelve", me dije.Rompe la tensión del momento el
timbre del móvil. Llaman de la revista alemana Stern. Los atiende. Las
interrupciones son constantes. Hablará también con un portavoz del CGPJ,
con la concejala de un ayuntamiento tinerfeño, con un espontáneo que
quiere hacer una escultura de Mari Luz (se le han ofrecido también para
escribir un libro) y con varios periodistas. "¿Un directo o un falso
directo?", se le oye decir, ducho en la terminología de los medios. A
los de Stern les pide que le envíen el artículo en alemán. Lo traducirá
con ayuda del ordenador.Juan José Cortés tiene una curiosidad innata que
le ha llevado a cultivarse en decenas de materias sin conexión
aparente. Aparte de sus conocimientos informáticos -suma más de 500
horas en cursos-, tiene el título de FP de auxiliar de automoción, un
diploma que lo acredita como animador sociocultural y estudios de
fotografía.Si de pequeño faltaba alguna vez al colegio no era por falta
de interés. Muchos días quedaba al cargo de sus tres hermanos pequeños
-Diego, Antonia y Francisco Valentín- mientras sus padres montaban el
tenderete ambulante del que comía la familia. El también compró una
furgoneta cuando se casó y se dedicó a vender textil en varios
rastrillos de Huelva. Luego cedió el negocio a sus suegros y fichó como
encargado de una constructora. El último apunte en su currículo es la
contratación de 10 obreros con los que montó su propia empresa, ahora
descabezada.500.000 firmasJuan José Cortés sólo tiene un trabajo en
mente: encargarse personalmente de que se le haga Justicia a su hija;
lograr un ley que sea implacable con los pederastas; y asegurarse de que
quienes tan estrepitosamente han fallado permitiendo que el asesino
residiera (libre) a 50 metros de su casa paguen por ello. Las primeras
responsabilidades comenzaron a depurarse el viernes, cuando los
inspectores del CGPJ que investigan el caso señalaron al juez sevillano
Rafael Tirado Márquez como culpable del despropósito judicial.
Propusieron que se le expedientara por falta muy grave.Los Cortés, tan
singulares que cuentan con novillero frustrado y una bailaora en sus
filas, ya a acomcluido a dias de hoy la recogida de firmas porque ya se
entregaron en su tiempo. Necesitan 500.000 rúbricas para pedir que se
condene de por vida a quienes abusen sexualmente de un menor. "Sé que
lucho por algo muy peliagudo, que la expresión 'cadena perpetua' asusta.
Llamémosle de otra manera, 'privación de libertad indefinida' si se
quiere, pero hay que evitar que gente como este asesino esté en la
calle".Desde que detuvieron al presunto asesino de su hija, Juan José no
ha vuelto a acudir a la iglesia. No es que la rabia o la imposibilidad
de comprender la pérdida hayan resquebrajado su fe. "Dios está por
encima de las circunstancias y no tiene culpa de las cosas que pasan en
la vida", dice. Si no asiste todos los días al culto de las 19.30 es
porque la agenda no le da más de sí. Toda la familia es devota de la
iglesia Evangélica Filadelfia, con mucho predicamento entre los gitanos.
En el barrio de El Torrejón abundan los vehículos con la silueta del
pez -símbolo evangélico- pegada en la luna trasera.Juan José ingresó en
la comunidad a los 21 años en una ceremonia bautismal colectiva que se
materializó con la inmersión de los principiantes en una piscina. Quiso
implicarse aún más con el culto y durante cinco años se preparó a
conciencia en una escuela bíblica de la que salió con la titulación de
predicador. Durante años ejerció de pastor en varios pueblos de Huelva,
pero ahora se encuentra en la reserva.Por los niñosEntre otros motivos,
decidió tomarse esta especie de excedencia para poder dedicarle más
tiempo a sus tres hijos: Juan José, Daniel y Mari Luz. "Hacerlos felices
a ellos, es lo que más feliz me ha hecho a mí", insiste en su doctrina
altruista. Por darles gusto, el verano pasado dispuso que ya era hora de
que los Cortés se tomaran las primeras vacaciones de su vida. Se
marcharon dos días al Algarve portugués, recién desaparecida Madeleine
McCann. "Fuimos con cierto recelo. A medida que nos acercábamos a Faro
pensaba: '¿Y si nos pasa a nosotros?'. Pero me decía que no, que en la
vida nos se pueden tener esos miedos, que no te puedes dejar llevar por
la histeria colectiva. Y disfrutamos de unos días muy hermosos que no se
volverán a repetir".El pequeño de los Cortés, Daniel, de nueve años,
merodea continuamente por el salón. Alumno de sobresalientes, pide ayuda
con los ejercicios de inglés o ensaya para el examen de flauta. El
mayor, Juan José también, 13 años, llega del entrenamiento con los
juveniles del Recreativo de Huelva y se dirige directamente a su cuarto.
No vuelve a salir de allí. El padre no ahorra en elogios cuando habla
de sus cualidades como central y de su proyección futura como
futbolista. El Sevilla se ha interesado por él.El fichaje podría ser la
excusa a la que se agarre la familia para dejar Huelva. Piensan irse. La
casa del pederasta está demasiado cerca: "Dar la vuelta a la esquina es
pasar todos los días por una cuchilla", dice. "Aquí ya nunca seremos
felices".Finalizada la entrevista, a punto de entrar los de la tele, es
él quien lanza la última pregunta:-Bueno, decidme la verdad, ¿qué os ha
parecido Juan José Cortés?

viernes, 31 de octubre de 2008






Primero está Ghandi y después viene Juanjo





Juan
José Cortés, el padre, tiene 38 años y el porte noble de los hombres
que nunca levantan la voz. Ni siquiera con una hija, víctima de un
depredador sexual. Sus cuatro hermanos -Diego, Antonia y Francisco
Valentín- alucinan con él. En estos dos meses y medio le han visto
cargar con todo y tragárselo. No para guisar una venganza a fuego lento,
no. Juanjo, como todos le llaman en la familia, no es de esos. "Lo he
pensado mucho estos días y creo que primero está Ghandi y después viene
Juanjo", dice Diego, que cumple 36 años el domingo que viene y vive un
piso por debajo de su hermano. Por respeto, por esa militante e
inflexible devoción a la "espiral familiar", como él llama al sentido de
clan de los gitanos, Diego, "bastante menos ‘santo' que Juanjo", no se
ha tomado la justicia por su mano.Impune pederasta "Me debo a un
sometimiento a mi hermano mayor. Si él dice que es blanco, es blanco.
Ese respeto ha sido el impedimento para que yo no actúe, dice alto y
claro sobre Santiago del Valle, el impune pederasta que campó a sus
anchas por varias provincias españolas desde 2001. Nunca pisó la cárcel
pese a estar implicado en cinco procedimientos judiciales por abusos
sexuales a niñas.Me debo a un sometimiento a mi hermano mayor. Por mí,
lo mataría. Iba a por él y lo matabaCon el tono profundo que ha sacudido
al país entero, sin perder las formas, Juan José contesta con una sola
palabra cuando se le pregunta cómo se siente. "Sorprendido. Trato de
entender y dejar que pase el tiempo, pero sé que nunca más volveré a ser
el que era". Cámbiame, Señor, hazme fiel / Eres el alfarero, yo soy el
barro, dice uno de los himnos de la Iglesia de Filadelfia, la doctrina
evangelista en la que Cortés ejerce como pastor desde hace años. Es uno
de los 200.000 gitanos españoles que han decidido entregarse a esta
confesión pentecostalista, a la que popularmente se conoce, no siempre
con el respeto debido, como Los Aleluyas.Sus creencias ¿Sirve la fe para
esconderse, para refugiarse? Juan José lo niega: "Las cosas pasan y
cuando uno acepta la fe que profesa es imposible volver atrás. La fe no
se mueve a nuestro gusto y mis creencias nunca han sido un refugio en
estos días de tanto dolor. Son una realidad, algo que está por encima de
mí".Las cosas pasan y cuando uno acepta la fe que profesa es imposible
volver atrás. Mis creencias nunca han sido un refugio en estos días de
tanto dolorDiego Cortés, descreído y doliente ("A mí que nadie me hable
de Dios") cree que su hermano va por el mundo, incluso en estos días
opacos, con el paso formidable de los especiales. "Aunque Dios no
existiese tendrían que inventar un cielo para mi hermano. Me pregunto
una y otra vez quién le da a este hombre el control y la mesura para
impedirnos, con su dolor por delante, que nos busquemos una ruina
tomándonos la justicia por nuestra mano". Una infancia feliz Pero se
equivoca quien piense que hablamos de un beato alejado del asfalto y con
los pies en el cielo. Criado en El Muro, un suburbio de chabolas y
casuchas de la barriada onubense de Navidad, Cortés se confiesa
propietario de "una infancia feliz, con mucha libertad y en un ambiente
en el que...", y aquí se detiene para tomar aire, "no ocurrían cosas
extrañas en la calles". Bregó con la vida desde chico. Se le daba bien
la mecánica, que estudió en un centro de Formación Profesional, pero
tuvo que ayudar pronto a su madre en la venta ambulante de ropa porque
el padre hacía turnos de 9 meses en la marina. El mercadeo aún es lo
suyo, aunque ha encontrado tiempo para entrenar a futbolistas (los
juveniles del Recretivo de Huelva y últimamente los del Pinzón, de una
liga regional), oficiar como pastor y militar en el PSOE.Ideología
desgastada La ideología la lleva bastante desgastada ahora, tras esperar
en vano que alguien encontrase viva a Mari Luz y enterarse de que Del
Valle debería estar en la cárcel de no ser por la impericia y desidia de
los jueces y sus superiores. "En las cosas se puede creer parcial o
totalmente. En mi fe creo totalmente. Hubo un tiempo en que creía que el
socialismo era quien debía velar por nuestra seguridad. Ahora sólo lo
creo parcialmente". La mujer de Juan José no está para hablar. Se llama
Irene Suárez y lleva peor el dolor. Está tomando tranquilizantes y la
cuidan con mimo algunos de los muchos familiares (los Cortés son una
saga de 200 personas sólo en Huelva) que se acercan a la casa del barrio
El Torrejón (1.500 viviendas sociales y 7.000 vecinos), al noroeste de
la ciudad.Intenso dolorDicen que Irene no puede sacudirse el sentimiento
de culpa, porque fue ella quien dejó a Mari Luz bajar sola al quiosco,
como otras tantas veces, a comprar unas chucherías el domingo 13 de
enero, a eso de las cinco de la tarde. Fue en el puesto donde vieron a
la cría por última vez. El otro hijo del matrimonio, Juan José, de 13
años, no habla demasiado y los padres no quieren forzar la salida de las
emociones. "Preferimos no hurgar en su interior y que él encuentre la
forma de ir sanando la herida poco a poco. El tiempo hará lo demás",
dice Juan José. Cuando está solo, en las noches en que las pastillas le
ayudan a caer en el sueño, el padre de Mari Luz recibe la mejor de la
visitas. Mari Luz ("la niña más dulce y tierna de la Tierra") ha venido a
verle dos veces. En la primera, la cría corría y se le echaba al
cuello. "No pasa nada, no pasa nada", le decía. En la segunda, los
detalles eran más claros: "Fue un sueño muy bonito. Yo llevaba a
arreglar sus botas favoritas, unas de color rosa que le quedaban grandes
y estaban rotas de tanto como se las ponía. Cuando se las traía ya
reparadas ella se me echaba al cuello de lo contenta que estaba. Me
gratificaba con una sonrisa".

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