lunes, 23 de mayo de 2016

Primera epístola a los corintios - Wikipedia, la enciclopedia libre

Primera epístola a los corintios - Wikipedia, la enciclopedia libre





Pablo de Tarso según una representación en el monasterio de Stavronikita, en el Monte Athos.
La Primera epístola a los corintios (abreviado 1 Co) es un libro del Nuevo Testamento de la Biblia. Es una carta escrita por Pablo de Tarso a la comunidad cristiana o Iglesia de Corinto.


Fue escrita desde Éfeso1 cerca del tiempo de la Pascua en el tercer año del viaje de Pablo allí,2 sobre el año 57 después de Cristo, cuando planeaba visitar Macedonia para más tarde regresar a Corinto.


Este libro trata sobre Pablo, quien mandaba cartas a los lugares que visitaba para recomendarles cosas.



Índice

Autor y datación

La Primera epístola a los Corintios (=1 Co) fue escrita en Éfeso,
donde, según Hechos 20.31, Pablo vivió tres años, probablemente entre el
54 y el 57. Mientras estaba allí, los creyentes de la congregación le
hicieron llegar, posiblemente por conducto de Estéfanas, Fortunato y
Acaico (cf. 16.17), algunas consultas, a las que respondió con la
presente carta (cf. los pasajes que comienzan en 7.1, 25; 8.1, y también
10.23; 11.2; 12.1; 15.1).


La iglesia de Corinto


Corinto en Grecia, lugar de la Iglesia de Corinto.
A pesar de no pertenecer a la Pentarquía,3 la Iglesia de Corinto es una de las más conocidas. Debe su fama a las dos epístolas que le remitió San Pablo y a la que le ha enviado Clemente de Roma.


Contenido

Capítulo I

Comienza la epístola con una extensa salutación. Extensa, se
entiende, en términos actuales pero habitual entre los escritores
antiguos, más proclives a recrearse en los prolegómenos.


Pablo, llamado por la voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús y
Sóstenes, hermano, a la iglesia de Dios en Corinto, a los santificados
en Cristo Jesús, llamados a ser santos..(1:1-3)4


En este saludo, Pablo dice de sí mismo que es apóstol por la voluntad de Dios,
aludiendo a su tardía y atípica conversión. Pablo era un extraño en la
comunidad apostólica ya que no pertenecía a los doce ni a sus discípulos
más inmediatos. Al no recibir de ellos la encomienda apostólica, Pablo
se convirtió en un factor inopinado y decisivo de la expansión del
cristianismo. Después de una alabanza de las virtudes de la comunidad de
Corinto (1:4-9), añade: he sabido por Cloe que hay discordias entre vosotros, señalando así el eje argumental de la epístola.


A continuación, disimulada tras un apunte biográfico, desarrolla una
pieza doctrinal que será un lugar común de la teología posterior. Se
trata de la extrañeza entre la sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios. Al respecto esta es la cita más conocida:


Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes. 1:1-195


Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de
sabiduría, nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado,
escándalo para los judíos y locura para los paganos... 1:1-22 y 236


Capítulo II

Este capítulo hace mención al fundamento de la fe cristiana, y Pablo
enseña donde debe estar basada esta fe. Aunque Pablo era un hombre muy
sabio y elocuente en lo que respecta a la exposición de las sagradas
escrituras, él se propuso no predicar entre los corintios con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino más bien con demostración del
Espíritu y el poder de Dios. Lo que Pablo quería dejar claro, es que la
salvación del hombre no depende de su sabiduría, ni de su habilidad para
alcanzarla, sino que esta ha de obtenerse por el infinito poder de Dios
en su sola soberanía.


Capítulo V

A pesar de mentarse como primera epístola, no debe de ser así, según afirma Pablo: que ya os escribí otra carta (1 Co 5,9).


Capítulo VI

Este capítulo habla de hacer recapacitar que los injustos no entraran
en el reino de los cielos si no recapacitan y dejan el pecado.


1¿Cómo se atreve alguno de vosotros, teniendo un asunto contra otro, a
ir a juicio delante de los injustos y no, más bien, delante de los
santos? 2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el
mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar pleitos
tan pequeños? 3 ¿No sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¡Cuánto
más las cosas de esta vida! 4 Por tanto, en caso de haber pleitos con
respecto a las cosas de esta vida, a los que para la iglesia son de poca
estima, ¿a éstos ponéis para juzgar? 5 Para avergonzaros lo digo. Pues,
¿qué? ¿No hay entre vosotros ni un solo sabio que pueda juzgar entre
sus hermanos? 6 Pero hermano va a juicio contra hermano, ¡y esto ante
los incrédulos! 7 Sin lugar a duda, ya es un fracaso total para vosotros
el que tengáis pleitos entre vosotros. ¿Por qué no sufrir más bien la
injusticia? ¿Por qué no ser más bien defraudados? 8 Sin embargo,
vosotros hacéis injusticia y defraudáis, ¡y esto a los hermanos!


9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os
engañéis: que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni
los afeminados, ni los homosexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros,
ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores, heredarán
el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis
sido lavados, pero ya sois santificados, pero ya habéis sido
justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de
nuestro Dios.


Capítulo VII

Expone la doctrina del matrimonio. En los versículos del 1 al 9
diríamos que los temas son: la responsabilidad conyugal mutua, se deja
en claro que cada uno le pertenece al otro, y que ambos no pueden
negarse a no ser por mutuo consentimiento y con algún propósito
específico. El otro tema es el celibato, lo trata a nivel de consejo,
aquellos que no se han casado que puedan permanecer así, y los que
enviudaron que no busquen casarse nuevamente; siempre y cuando puedan
permanecer de esa manera sin pecar.


Es bueno para el hombre no tocar a una mujer, por lo tanto, digo a
los solteros y a las viudas que es bueno para ellos soportarlo así como
yo. Pero si no pueden contenerse, que se casen, porque es mejor casarse
que arder


Algunos afirman que el apóstol Pablo era de esta idea porque tenía el
regreso del Señor Jesucristo como inminente, por tanto era mejor
concentrarse en asuntos del Evangelio en esos «últimos tiempos» antes
que en asuntos de pareja.


Del versículo 10 al 24 se trata el tema del divorcio. Este siempre ha
sido un tema bastante conflictivo. En los versos 10 y 11 es claro que
lo que el Apóstol aconseja es permanecer juntos, aún afirma que aquel
que sufrió una separación debe permanecer sin casarse; en este caso
ambos son creyentes. El conflicto está en el versículo 15, donde el
matrimonio es mixto, uno creyente y otro no. Pablo ha dejado claro que
el creyente debe procurar no separarse en los matrimonios mixtos. El
asunto está cuando es el no creyente el que decide divorciarse, sin
lugar a dudas esta persona se divorcia para volverse a casar, ¿qué debe
hacer el creyente divorciado?, ¿es para él el mandato de Pablo de I Co.
7:11 "y si se separa, quédese sin casar". Algunos pensadores bíblicos no nos dicen nada y enrumban sus comentarios por la posición conservadora... quédese sin casar, otros toman el texto de I Co. 7:15 pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre y se interpreta que esto abre la puerta a volverse a casar si el cónyuge no creyente lo hace.


Capítulo VIII

El capítulo VIII trata una cuestión que preocupaba en las comunidades
cristianas. Era dicha cuestión si se podía comer carne sacrificada a
los ídolos. Casi en todas las comunidades se notaba la tensión entre sus
miembros pagano-cristianos y sus miembros judeo-cristianos. Por el sólo
hecho de provenir de culturas diferentes tenían ya perspectivas
diferentes. Comer carne sacrificada a los ídolos era para los paganos
una cuestión cotidiana y nada problemática. No así para los afectos al
judaísmo a quienes su ley se los prohibía expresamente.


Capítulo XIII

Se trata de uno de los capítulos más populares de la biblia a causa
de la encendida defensa del amor como fuerza fundamental del
cristianismo. Es una lectura de referencia en la celebración del
matrimonio cristiano.


«El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace
alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio
interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra
de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo
disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.»


1 Corintios 13,4-7.

Capítulo XIV

En este capítulo el apóstol Pablo aborda un tema tan controvertido
como la profecía así como el orden del desarrollo de la reunión de
culto. Desde el primer versículo Pablo sirve la polémica tras darle un
grado de importancia ( μᾶλλον mayor grado en griego) superior, al
menos en este momento, a lo profético que incluso al amor o a los dones
espirituales, temas que casualmente ha tratado en capítulos anteriores.


En el transcurso del capítulo el escritor intenta esclarecer la
importancia de la profecía, así como establecer una clara diferencia de
propósitos entre el profetizar y el hablar en lenguas. Tras abordar
estos temas místicos, el apóstol decide enmarcar el funcionamiento de
estos, en un fluir ordenado para que sea de provecho y no para confusión
para la iglesia.


Pablo acaba el texto haciendo una mención a la actitud de las mujeres
en la reunión de los santos 14:33-35 allí, le indica a las mujeres
"guarden silencio en las congregaciones" "si quieren aprender algo,
interroguen a sus esposos". Los versículos restantes son un resumen de
todo el capítulo.


Capítulo XV

Notas


  • 1Corintios 16:8

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    Bibliografía

    • Den Heyer, C.J.: Pablo, un hombre de dos mundos. Ediciones El Almendro. ISBN 84-8005-061-6.
    • Bart D. Ehrman: Simón Pedro, Pablo de Tarso y María Magdalena. Editorial Crítica. Barcelona 2007. ISBN 978-84-8432-889-6

    Véase también

    Enlaces externos


  • Hechos 19:10, Hechos 20:31


  • La pentarquía estaba formada por las Iglesias de Roma, Jerusalén, Antioquía, Alejandría y Constantinopla.


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