EL TRICKSTER-BURLADOR Y SUS AVATARES.
PAYASOS SAGRADOS, BUFONES, SABIDURIA DEL TONTO, EL TONTO SANTO, LA RISA
POPULAR CARNAVALESCA, EL HÉROE CÓMICO, EL CLOWN, HOMO LUDENS, LA
ESTUPIDEZ, LA LOCURA,...
PAYASOS SAGRADOS, BUFONES, SABIDURIA DEL TONTO, EL TONTO SANTO, LA RISA
POPULAR CARNAVALESCA, EL HÉROE CÓMICO, EL CLOWN, HOMO LUDENS, LA
ESTUPIDEZ, LA LOCURA,...
RISA CARNAVALESCA
Concepción de la risa en la Antigüedad y en la Edad Media. La cultura de
la risa popular festiva y el espíritu carnavalesco frente a la seriedad
oficial y herencia moderna del sentido trágico griego.
RISA Y CULTURA
En
cualquier cultura, la risa queda condicionada por normas específicas
sobre cómo y cuándo puede expresarse, y por los motivos de los actores
concretos, según los significados y valores de la sociedad. Ciertos usos
del humor y de la risa pueden también institucionalizarse o volverse
más comunes en una sociedad concreta, en un grupo o en un entorno, ya
sea por sencillo accidente histórico, o para obtener algún efecto
especialmente deseable. Una cultura que reconoce los beneficios de la
risa podría fomentar también el empleo del humor por estos motivos. De
hecho, este es el sentido que el psicólogo William Fry atribuye, por
ejemplo, a los festivales de invierno que son habituales en sociedades
que habitan las zonas del planeta con inviernos largos y oscuros (Fry,
2004).
La risa es un signo elemental e inequívoco de lo sagrado
de la vida ante el mundo del trabajo, la discordia o la racionalidad
profanas. Las civilizaciones y culturas tienden a volcarse hacia estas
dimensiones, auspiciando el sentido serio de la vida. Sin embargo,
siempre desde adentro o desde afuera de ellas mismas, renace la risa y
el sentido del humor, el sentido festivo del mundo, como principio
eufórico fundamental e inexcusable de la vida.
Las culturas y
literaturas del mundo conceden, pues, en mayor o menor medida, un
espacio a este rasgo fundamental y elemental de la vida. Ciertamente son
las culturas y literaturas folklóricas, más profundamente ceñidas a las
sabidurías de los pueblos, las que le han concedido mayor
espontaneidad, presencia y estimación (cfr. R. Menéndez Pidal, “Humor en literatura y arte”, en “Gran enciclopedia del mundo”1972).
CONSIDERACIONES ETIMOLÓGICAS DE LA RISA
En
el Antiguo Testamento se establece una diferencia entre dos formas de
risa, por lo que podemos suponer que existía una distinción en su uso
habitual. En la lengua hebrea hay dos palabras distintas para marcar
esta diferencia. La palabra ‘sakhaq’ que significaba ‘risa feliz’, ‘desenfrenada’ e ‘iaag’ que hacía referencia a la ‘risa burlona’, ‘denigrante’
De
este modo hay una risa buena, feliz, que se relaciona con la alegría y
el placer, y una risa burlona, desenfrenada, mediante la que el poderoso
se ríe del débil, el triunfador del perdedor y el sano del enfermo:
Ambas significaciones tuvieron tanto en hebreo como en griego palabras
diferenciadas.
En griego, las palabras para designar ‘risa’ son "γελάω"(gelao)y
"καταγελάω"(katagelao), la primera se utiliza fundamentalmente para el
“reír de alegría”, de hecho es el mismo verbo que se utiliza para
‘brillar’ y ‘resplandecer de alegría’; en cambio la última se usaba
principalmente para la risa en su aspecto negativo, denigrante, aludía a
‘reírse de alguien’ o ‘burlarse de algo o alguien’. En griego se
utiliza el prefijo ‘κατα’ (cata) para hacer referencia a las
cosas que van cayendo, lo que va de arriba abajo, lo que se subvierte y
se utiliza cuando las cosas quedan invertidas o dadas la vuelta, tal es
el caso de ‘catástrofe’, ‘ςτρωφάω’ (strofao) es girar, voltear, volver, y ‘κατα’ (cata) de arriba para abajo, cuando todo queda girado al revés.
Cuando se habla de la primera, tenemos la risa en su vertiente feliz, alegre; en cambio cuando lo que brilla es subvertido ‘καταγελάω’ (katagelao)
y queda al revés podemos decir que tenemos la risa denigrante,
humillante, hiriente. Esta posible interpretación etimológica, guarda
una ideología, como si la verdadera naturaleza de la risa para los
griegos era de matiz positivo, asociada con la alegría y sólo si ese
orden era subvertido, la risa cobraba el sesgo negativo.
Nosotros heredamos la palabra risa del latín ‘rīsŭs’,y tenemos que distinguir entre ‘risa positiva’ y ‘risa negativa’.
La palabra “sǔbrīdēre“(sonreír)
se difundió aunque no sin dificultades. Durante mucho tiempo ‘subrīsŭs’
no significó ‘sonreír’, sino ‘reírse para sus adentros’, o ‘risa
secreta’. Se convirtió en ‘sonrisa’ cuando cambiaron los valores y
comportamientos (quizás en el Siglo XII), por eso cabe pensar que la
sonrisa fue una creación medieval (Le Goff, 1994).
LA RISA EN EL ESPÍRITU TRÁGICO GRIEGO
En
el origen de las creencias y mitologías predominantes de Occidente se
situó el culto a los héroes a través de la seriedad de la tragedia
griega, donde no hay lugar para el sentido del humor.
Una de las
referencias a la risa más antiguas se encuentra en un fragmento
atribuido a Heráclito(h.536 - h.470 a.C.) “No conviene ser tan ridículo
hasta que tu mismo parezcas ridículo”.
En Grecia, en general, la risa fue entendida(McFadden)dentro de la conducta cómica, como un ethos humano, tal como lo usaron Platón y Aristóteles.
La teoría de Platón
(h. 428-347 a.C.) vinculada a la risa, desarrolla la idea de Sócrates:
lo cómico genera un sentimiento mixto en el alma, en el que se funden el
placer y el dolor. Lo ridículo consiste esencialmente en una negación
del precepto conócete a ti mismo, lo que implica una carencia de autoconocimiento; propone tres maneras generales por las
cuales las personas a pueden hacer el ridículo: por extravagancia, por
vanidad personal o pensando que son más sabios de lo que realmente son.
La risa debe ser limitada por la razón.
Aristóteles, cita a un amigo de Zenón que dice: “Sé alegre así puedes ser serio”. Otra sentencia proclamaba “Moderación en la risa y en el vino”. En la Retórica citando a Gorgias, uno de los más famosos sofistas, refiere que este decía que “se debe matar la seriedad del oponente con las bromas y sus chistes con seriedad”.
Aristóteles
reconoce un principio estético en la risa, señala la diferencia entre
la comedia injuriosa y la adecuada; lo risible es una subdivisión de lo
feo, es como un defecto, malformación o fealdad, pero no lo relaciona
con el sufrimiento como Platón. "Los que se exceden en sus gracias
aparecen como bufones y vulgares, perseveran en sus chistes a toda
costa, tratando más de provocar risa que de decir lo correcto y evitar
sufrimiento a sus víctimas. Pero aquellos que no dicen nunca cosas
graciosas y que se fastidian con quienes lo hacen parecen ser salvajes y
rígidos. Mas aquellos cuyos chistes son de buen gusto son llamados
ingeniosos por ser inteligentes y vivaces.”
En su Ética a Nicómaco,
un análisis de la relación del carácter, la virtud y la inteligencia
con la felicidad, en la que se basa la ética occidental y el emsnaje
bíblico judeocristiano. En ella dice que lo serio era lo rector de la
vida y que lo cómico constituía una deficiencia moral o estética, que
la mayoría de las personas experimentan más placer del debido en la
diversión y las bromas, y que éstas son una forma de injuria, que los
legisladores debieran prohibir. “Ahora bien,la risa es una forma de
engaño y desconcierto lo que nos coge desprevenidos tiende a engañarnos,
y esto es también lo que origina la risa” La ironía para
Aristóteles tendría un aspecto despreciativo y otro útil, él conocía el
valor que el humor y la risa tenían en la oratoria, sabía que podía
conquistar y provocar pasiones.
En su “Poética”, donde se propuso
definir las características de la tragedia, terminó diciendo que lo que
incitaba a la risa era lo “feo y deforme”. Los griegos descubrieron
reírse a costa de los defectos ajenos.
Frente a este espíritu
trágico, cabe destacar a Aristófanes(h.445-h.386 a.C.), escritor de
comedias y maestro de la cultuara cómica popular.
LA SERIEDAD MEDIEVAL
En el siglo IV, Basilio,
obispo de Cesarea y fundador del modelo conventual cristiano, prohibió
de modo terminante reír a carcajadas. La risa no entraba en el plan de
la redención cristiana. Era algo propio de los condenados “El Señor ha condenado a los que ríen en esta vida".Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (354-407), aventuró una afirmación que sería capital en el pensamiento medieval: Cristo nunca había reído.
Agustín, obispo de Hipona(356-430), hizo una censura que repetirán
todos los moralistas medievales: apoyar a los histriones equivale a
sacrificar al demonio.
En las primeras Reglas Monásticas del Siglo V, las referencias a la risa se encuentran en el capítulo dedicado al silencio. En las Taciturnitas se lee: “La
forma más terrible y obscena de romper el silencio es la risa, si el
silencio es virtud existencial y fundamental de la vida monástica, la
risa es gravísima violación”.
A partir del Siglo VI, abandonado el ámbito del silencio, San Benito de Nursia,
patriarca del monasticismo occidental, fundador de la orden de los
benedictinos, y el primero en concebir todo el cristianismo como una
religión monacal (480-547), la ubica como algo contrario a la humildad y
caridad cristiana. En el Siglo VI, en la Regula Magistri, en el capítulo en donde se hace referencia al cuerpo humano, se menciona a la risa: “Cuando
la risa está por estallar hay que prevenir, sea como sea, que se
exprese. Entre todas las formas malignas de expresión, la risa es la
peor.”
Esta recreación de la tradición antigua en la Europa medieval eran
los fundamentos de un orden religioso y político particular: una
civilización material conducida monolíticamente por las autoridades de
la Iglesia, donde se consideró necesario excluír en mayor o menor grado
las formas de irreverencia vinculadas al humor. Se estaba construyendo
la seriedad que debió infundir el temor y la intimidación que dominaron
en la Edad Media. En el siglo XIII se realizaron intentos notables por
desterrar, muchas veces sin resultado, los rasgos desenfadados del humor
popular encarnado especialmente en los juglares. Estos fueron
censurados por papas, reyes y concilios (Bonifacio VIII, Alfonso X El
Sabio y las “Partidas”, IV Concilio de Letrán, etc). Los juglares fueron el eco de la propia vida del pueblo, con su libertad, agudeza y alegría.
En
el fondo, el espíritu oficial medieval debió enfrentarse con las
fuerzas singulares de la cultura cómica popular y sus representaciones
carnavalescas de mimos, danzaderas o juglares. Las disposiciones
canónicas no hacían sino resaltar la vida real cómica del pueblo. Hasta
los clérigos hacían de juglares y mimos. Los sermones jocosos eran una
realidad en Toledo en el siglo XV (Concilio de Toledo de 1473).Tomás de Aquino debió conceder cierta licencia a los histriones con tal de moderar sus gestos y palabras(Suma Teológica ). ¿Más ello sería posible? Los juglares tenían otros referentes culturales que el de los doctores medievales.
Hasta
el fin de la Edad Media el espíritu alegre y regocijado del pueblo
debió ser contenido por las autoridades. En 1496 una ley de la Nueva
Recopilación de Castilla prohibió “decir ni cantar, de noche ni de
día, por las calles ni plazas, ni caminos, ningunas palabras sucias ni
deshonestas, que comúnmente llaman ´pullas´...”
UMBERTO ECO: LA CONEXIÓN MEDIEVAL
Aristóteles en su Poetica
nos dice que hablará en su segundo libro de la risa y de la comedia ya
que el primero lo dedicará a la tragedia, pero este segundo libro nunca
ha llegado hasta nosotros, quizá nunca se escribió, se perdió...
Aristóteles
y Platón son los dos filósofos que más influyeron a la cultura
occidental, pero sobre todo Aristóteles, fundamentalmente con el
reingreso de sus obras en Europa, traducidas en los monasterios. Umberto Eco, un medievalista reconocido, escribió en "El nombre de la rosa"
(en el diálogo final entre Guillermo de Baskerville y Jorge el
bibliotecario ciego, cuando el primero descubre las verdades que
escondía el laberinto y la torre de la biblioteca,y el segundo libro de
la Poética de Aristóteles):
“- Hay muchos otros libros que hablan de la comedia, y también muchos otros que
contienen el elogio de la risa. ¿Porqué este te infundía tanto miedo?
-
Porqué era del Filósofo. Cada libro escrito por ese hombre ha destruido
una parte del saber que la cristiandad había acumulado a lo largo de lo
siglos....
- ¿Por qué temes tanto a este discurso sobre la risa? No eliminas la risa eliminando este libro.
-
No, sin duda. La risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de
nuestra carne. Es la distracción del campesino, la licencia del
borracho... la risa sigue siendo algo inferior, amparo de los simples,
misterio vaciado de sacralidad para la plebe... Pero aquí, aquí... –y
Jorge golpeaba la mesa con el dedo, cerca del libro que Guillermo había
estado hojeando- aquí se invierte la función de la risa, se la eleva a
arte... La risa libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la
fiesta de los tontos también el diablo parece pobre y tonto, y, por
tanto, controlable. Cuando ríe... el aldeano se siente amo porque ha
invertido las relaciones de dominación... la risa sería el nuevo arte
capaz de aniquilar el miedo... Y este libro, que presenta como milagrosa
medicina a la comedia, a la sátira y al mimo, afirmando que pueden
producir la purificación de las pasiones a través de la representación
del defecto, del vicio, de la debilidad, induciría a los falsos sabios a
tratar de redimir (diabólica inversión) lo alto a través de la
aceptación de lo bajo.”
CULTURA POPULAR Y ESPÍRITU CARNAVALESCO. LA RISA FESTIVA
El
mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa se oponía a
la cultura oficial, al tono serio, religioso y feudal de la época.
Dentro de su diversidad, estas formas y manifestaciones -las fiestas
públicas carnavalescas, los ritos y cultos cómicos, los bufones y
"bobos", gigantes, enanos y monstruos, payasos de diversos estilos y
categorías, la literatura paródica, vasta y multiforme, etc.-, poseen
una unidad de estilo y constituyen partes y zonas únicas e indivisibles
de la cultura cómica popular, principalmente de la cultura carnavalesca.
(La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. Mijail Bajtin)
Las múltiples manifestaciones de esta cultura pueden subdividirse en tres grandes categorías:
1) Formas v rituales del espectáculo (festejos carnavalescos, obras cómicas representadas en las plazas públicas, etc.);
2) Obras cómicas verbales(incluso las parodias) de diversa naturaleza: orales y escritas, en latín o en lengua vulgar;
3) Diversas formas y tipos del vocabulario familiar y grosero (insultos, juramentos, lemas populares, etc.).
Estas
tres categorías, que reflejan en su heterogeneidad un mismo aspecto
cómico del mundo, están estrechamente interrelacionadas y se combinan
entre sí.
Aristóteles señalaba las siguientes razones del efecto cómico:
- Hay violación de una regla. Código o comportamiento.
- El que transgrede lo hace desde un carácter picaresco o animalesco.
- El que contempla la violación sufre una catarsis en sus pasiones y afectos.
- Se establece una compenetración entre el personaje que viola lo establecido.
- Se disfruta de la violación de la regla y su carácter grotesco.
- Que el código pueda ser violentado produce un placer simbólico.
Esta descripción conecta con lo carnavalesco. En el Carnaval no preocupan las reglas, es un mundo al revés, se libera el temor impuesto por la exigencia de los códigos, se experimenta un libertad por el comportamiento diabólico; la máscara traslada a la risa la dificultad de vivir y ridiculiza la cultura oficial de la seriedad,
se transgrede y no hay sentimiento de culpa ni remordimiento. Este es
el espíritu del Carnaval medieval, el contemporáneo es sólo espectáculo,
como negocio de espectáculo y carnavalización de la vida.
Conectada la vida con el carnaval, el paso siguiente es ligarnos a la fiesta, con ella la sociedad se libera de las normas impuestas, se burla de sus dioses, principios y normas, se niega a sí misma (Octavio Paz).
La fiesta como exceso,
como desperdicio ritual. La fiesta es el advenimiento de lo insólito,
son días de excepción, tiene una lógica, una moral que invierte la del
resto de los días; es el caos original, desaparece la noción de orden;
todo se ridiculiza, se invierten los términos, se unen los contrarios,
se niega la sociedad como conjunto ordenado de normas y se afirma la
creatividad y energía como fuerzas liberadoras.
Esta
inversión subvierte el orden existente o crea una parodia ridícula de
él, establece un mundo al revés, para ello la máscara es fundamental, el
otro de sí mismo. Es una liberación de los instintos vitales que
produce una catarsis, calma las frustraciones de la vida cotidiana,
lleva a un equilibrio simbólico. La risa carnavalesca y cómica crea un igualdad social simbólica con
mundos utópicos sin jerarquías sociales, es el retorno al paraíso
original, que se da al violarse lo establecido y lo prohibido. Sin ley
que transgredir no hay risa ni carnaval.
Eco expone dos
características del carnaval: la ley tiene que ser tan profunda que debe
estar presente en el momento de la violación y el momento de
carnavalización debe ser muy breve y una vez al año (aunque en muchas
ciudades llegaban a durar tres meses); esta es la vitalidad del carnaval
medieval, la fiesta del asno, la coronación del tonto, el risus paschalis... se gozan porque durante el resto del año todas las fiestas son actividades serias, respetuosas y pomposas.
Los festejos del carnaval,
con todos los actos y ritos cómicos que contienen, ocupaban un lugar
muy importante en la vida del hombre medieval. Además de los carnavales
propiamente dichos, que iban acompañados de actos y procesiones
complicadas que llenaban las plazas y las calles durante días enteros,
se celebraban también la "fiesta de los bobos" (Testa stultorum)(ver Fêtes de Fous, en SABIOS TONTOS) y la "fiesta del asno"; existían también una "risa pascual" (risus paschalis) muy singular y libre, consagrada por la tradición. Además, casi todas las fiestas religiosas poseían un aspecto cómico popular y público,
consagrado también por la tradición. Es el caso, por ejemplo, de las
"fiestas del templo", que eran seguidas habitualmente por ferias y por
un rico cortejo de regocijos populares (durante los cuales se exhibían
gigantes, enanos, monstruos, bestias "sabias", etc.). La representación
de los misterios acontecía en un ambiente de carnaval. Lo mismo ocurría
con las fiestas agrícolas, como la vendimia, que se celebraban asimismo
en las ciudades. La risa acompañaba también las ceremonias y los ritos
civiles de la vida cotidiana: así, los bufones y los "tontos" asistían
siempre a las funciones del ceremonial serio, parodiando sus actos
(proclamación de los nombres de los vencedores de los torneos,
ceremonias de entrega del derecho de vasallaje, de los nuevos caballeros
armados, etc.). Ninguna fiesta se desarrollaba sin la intervención de
los elementos de una organización cómica; así, para el desarrollo de una
fiesta, la elección de reinas y reyes de la "risa".
Todos
estos ritos y espectáculos organizados a la manera cómica, presentaban
una diferencia notable, una diferencia de principio, podríamos decir,
con las formas del culto y las ceremonias oficiales serias de la Iglesia
o del Estado feudal. Ofrecían una visión del mundo, del hombre y de las
relaciones humanas totalmente diferente, deliberadamente no-oficial,
exterior a la Iglesia y al Estado; parecían haber construido, al lado
del mundo oficial, un segundo mundo y una segunda vida a la que los
hombres de la Edad Media pertenecían en una proporción mayor o menor y
en la que vivían en fechas determinadas. Esto creaba una especie de dualidad del mundo,
y creemos que sin tomar esto en consideración no se podría comprender
ni la conciencia cultural de la Edad Media ni la civilización
renacentista.
Las fiestas oficiales de la Edad
Media (tanto las de la Iglesia como las del Estado feudal) no sacaban al
pueblo del orden existente, ni eran capaces de crear esta segunda vida.
Al contrario, contribuían a consagrar, sancionar y fortificar el
régimen vigente. La fiesta oficial miraba sólo hacía atrás, hacia el
pasado, del que se servía para consagrar el orden social presente. La
fiesta oficial, incluso a pesar suyo a veces, tendía a consagrar la
estabilidad, la inmutabilidad y la perennidad de las reglas que regían
el mundo: jerarquías, valores, normas y tabúes religiosos, políticos y
morales corrientes.
A diferencia de la fiesta oficial, el carnaval era el triunfo de una especie de liberación transitoria,
más allá de la órbita de la concepción dominante, la abolición
provisional de las relaciones jerárquicas, privilegios, reglas y tabúes.
Se oponía a toda perpetuación, a todo perfeccionamiento y
reglamentación, apuntaba a un porvenir aún incompleto. En las fiestas
oficiales las distinciones jerárquicas se destacaban apropósito, cada
personaje se presentaba con las insignias de sus títulos, grados y
funciones y ocupaba el lugar reservado a su rango. Esta fiesta tenía por
finalidad la consagración de la desigualdad, a diferencia del carnaval
en el que todos eran iguales y donde reinaba una forma especial de contacto libre y familiar
entre individuos normalmente separados en la vida cotidiana por las
barreras infranqueables de su condición, su fortuna, su empleo, su edad y
su situación familiar. Este contacto libre y familiar era vivido
intensamente y constituía una parte esencial de la visión carnavalesca
del mundo.
La dualidad en la percepción del mundo y la vida
humana ya existían en el estadio anterior de la civilización primitiva.
En el folklore de los pueblos primitivos se encuentra, paralelamente a
los cultos serios (por su organización y su tono) la existencia de
cultos cómicos, que convertían a las divinidades en objetos de burla y
blasfemia; paralelamente a los mitos serios, mitos cómicos e injuriosos;
paralelamente a los héroes, sus sosías paródicos.
Pero en las
etapas primitivas, dentro de un régimen social que no conocía todavía ni
las clases ni el Estado, los aspectos serios y cómicos de la divinidad,
del mundo y del hombre eran, según todos los indicios, igualmente
sagrados e igualmente, podríamos decir, "oficiales". Este rasgo persiste
a veces en algunos ritos de épocas posteriores. Así, por ejemplo, en la
Roma antigua, durante la ceremonia del triunfo, se celebraba y se
escarnecía al vencedor en igual proporción; del mismo modo, durante los
funerales se lloraba (o celebraba) y se ridiculizaba al difunto. Pero
cuando se establece el régimen de clases y de Estado, se hace imposible
otorgar a ambos aspectos derechos iguales, de modo que las formas
cómicas -algunas más temprano, otras más tarde-, adquieren un carácter
no oficial, su sentido se modifica, se complica y se profundiza, para
transformarse finalmente en las formas fundamentales de expresión de la
cosmovisión y la cultura populares.
El
principio cómico que preside los ritos carnavalescos los exime
completamente de todo dogmatismo religioso o eclesiástico, del
misticismo, de la piedad, y están por lo demás desprovistos de carácter
mágico o encantatorio (no piden ni exigen nada). Más aún, ciertas formas
carnavalescas son una verdadera parodia del culto religioso. Todas
estas formas son decididamente exteriores a la Iglesia y a la religión.
Pertenecen a una esfera particular de la vida cotidiana.
El carnaval es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa.
Es su vida festiva. La fiesta es el rasgo fundamental de todas las
formas de ritos y espectáculos cómicos de la Edad Media. Todas esas
formas presentaban un lazo exterior con las fiestas religiosas. Incluso
el carnaval, que no coincidía con ningún hecho de la vida sacra, con
ninguna fiesta santa, se desarrollaba durante los últimos días que
precedían a la gran cuaresma (de allí los nombres franceses de Mardi gras o Caremeprenant y, en los países germánicos, de Fastnacht. La cuaresma y la prohibición de comer carne (carnem levare=carnaval?.La
línea genética que une estas formas a las festividades agrícolas
paganas de la Antigüedad, y que incluyen en su ritual el elemento
cómico, es más esencial aún.
Precedentes:
a) Las Bacanalia (tres
días para conmemorar la primavera) en honor a Baco/Dionisos. Se bebía
vino y se proclamaba la alegría de vivir. Un cortejo sacaba a Dionisos
sobre un carro en forma de barco “carrus navalis”(=carnaval?) Su lema
era “no considerar nada vetado a la moral”
b) Las Lupercalia (15
febrero en homenaje al dios Pan y Fauno) se celebraba el goce de la
vida a través del pene y la vagina que, en unión erótica y mística,
reproducía continuamente el flujo vital.
c) Las Saturnalia (17
diciembre, en honor Saturno, símbolo de la edad de oro, igualdad y
fraternidad) Su rey era un personaje disfrazado de sátiro que actuaba
como emperador durante el festival, invirtiendo el orden establecido.
Las fiestas carnavalescas medievales están situadas en las fronteras entre el arte y la vida. En realidad es la vida misma, presentada con los elementos característicos del juego.
El carnaval no era una forma artística de espectáculo teatral, sino más
bien una forma concreta de la vida misma, que no era simplemente
representada sobre un escenario, sino vivida en la duración del
carnaval. Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven, ya
que el carnaval está hecho para todo el pueblo. Durante el carnaval no
hay otra vida más que la del carnaval. Es imposible escapar, porque el
carnaval no tiene ninguna frontera espacial. En el curso de la fiesta
sólo puede vivirse de acuerdo a sus leyes, es decir de acuerdo a las
leyes de la libertad. El carnaval posee un carácter universal,
es un estado peculiar del mundo: su renacimiento y su renovación en los
que cada individuo participa. Esta es la esencia misma del carnaval, y
los que intervienen en el regocijo lo experimenten vivamente.
Los
bufones y payasos son los personajes característicos de la cultura
cómica de la Edad Media. En cierto modo, los vehículos permanentes y
consagrados del principio carnavalesco en la vida cotidiana. No eran
actores que desempeñaban su papel sobre el escenario, sino que seguían
siendo bufones y payasos en todas las circunstancias de su vida. Se
situaban en la frontera entre la vida y el arte (en una esfera
intermedia), ni personajes excéntricos o estúpidos ni actores cómicos.
Esta
eliminación provisional, a la vez ideal y efectiva, de las relaciones
jerárquicas entre los individuos, creaba en la plaza pública un tipo
particular de comunicación inconcebible en situaciones
normales. Se elaboraban formas especiales del lenguaje y de los
ademanes, francas y sin constricciones, que abolían toda distancia entre
los individuos en comunicación, liberados de las normas corrientes de
la etiqueta y las reglas de conducta. Esto produjo el nacimiento de un
lenguaje carnavalesco típico.
Todas las formas y símbolos de la
lengua carnavalesca se caracterizan principalmente por la lógica
original de las cosas "al revés" y "contradictorias", de las
permutaciones constantes de lo alto y lo bajo (la "rueda") del frente y
el revés, y por las diversas formas de parodias, inversiones,
degradaciones, profanaciones, coronamientos y derrocamientos bufonescos.
La segunda vida, el segundo mundo de la cultura popular se construye en
cierto modo como parodia de la vida ordinaria, como un "mundo al
revés".
Esta lengua carnavalesca fue empleada por Rabelais, también, en manera y
proporción diversas, por Erasmo, Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega,
Tirso de Molina, Guevara y Quevedo; y también por la "literatura de los
bufones alemanes" (Narrenliteratur), Hans Sachs, Fischart,
Grimmelshausen y otros.
Una clave importante de la risa en la
fiesta popular es que escarnece a los mismos burladores. El pueblo no se
excluye a sí mismo del mundo en evolución. También él se siente
incompleto; también él renace y se renueva con la muerte.
Esta es una de las diferencias esenciales que separan la risa festiva popular de
la risa puramente satírica de la época moderna. El autor satírico que
sólo emplea el humor negativo, se coloca fuera del objeto aludido y se
le opone, lo cual destruye la integridad del aspecto cómico del mundo;
por lo que la risa popular ambivalente expresa una opinión sobre un
mundo en plena evolución en el que están incluidos los que ríen.
Esta risa festiva tiene un carácter utópico, es igualitaria, su cosmovisión va dirigida contra toda concepción de superioridad.
CULTURA POPULAR MEDIEVAL ORAL Y ESCRITA
Las
obras verbales en latín y en lengua vulgar están imbuidas de la
cosmovisión carnavalesca, utilizaban ampliamente la lengua de las formas
carnavalescas, se desarrollaba al amparo de las osadías legitimadas por
el carnaval y en la mayoría de los casos estaban ligadas a los
regocijos carnavalescos, cuya parte literaria solía representar. En esta
literatura, la risa era ambivalente y festiva. A su vez era una
literatura festiva y recreativa, típica de la Edad Media.
La
influencia de la cosmovisión carnavalesca sobre la concepción y el
pensamiento de los hombres, era radical: les obligaba a renegar en
cierto modo de su condición oficial (como monje, clérigo o sabio) y a
contemplar el mundo desde un punto de vista cómico y carnavalesco. No
sólo los escolares y los clérigos, sino también los eclesiásticos de
alta jerarquía y los doctos teólogos se permitían alegres distracciones
durante las cuales se desprendían de su piadosa gravedad, como en el
caso de los "juegos monacales" (Joca monacorum), título de una
de las obras más apreciadas de la Edad Media. En sus celdas de sabio
escribían tratados más o menos paródicos. Y obras cómicas en latín.
La
literatura latina paródica o semi-paródica está enormemente difundida.
Poseemos una cantidad considerable de manuscritos en los cuales la
ideología oficial de la Iglesia y sus ritos son descritos desde el punto
de vista cómico.
Una de las obras más antiguas y célebres de esta literatura, La Cena de Cipriano (Coena Cypriani),
invirtió con espíritu carnavalesca las Sagradas Escrituras (Biblia y
Evangelios). Esta parodia estaba autorizada por la tradición de la risa
pascual (risus paschalis) libre; en ella encontramos ecos
lejanos de las saturnales romanas. Otra obra antigua del mismo tipo,
Vergilius Maro grammaticus, es un sabihondo tratado semiparódico sobre
la gramática latina, como también una parodia de la sabiduría
escolástica y de los métodos científicos de principios de la Edad Media.
Estas dos obras inauguran la literatura cómica medieval en latín y
ejercen una influencia preponderante sobre sus tradiciones y se sitúan
en la confluencia de la Antigüedad y la Edad Media. Su popularidad ha
persistido casi hasta la época del Renacimiento. Como consecuencia,
surgen dobles paródicos de los elementos del culto y el dogma religioso.
Es la denominada parodia sacra, uno de los fenómenos más originales y
menos comprendidos de la literatura medieva.
Sabemos
que existen numerosas liturgias paródicas (Liturgia de los bebedores,
Liturgia de los jugadores, etc.), parodias de las lecturas evangélicas,
de las plegarias, incluso de las más sagradas (como el Padre Nuestro, el
Ave María, etc.), de las letanías, de los himnos religiosos, de los
salmos, así como imitaciones de las sentencias evangélicas, etc. Se
escribieron testamentos paródicos, resoluciones que parodiaban los
concilios, etc. Este nuevo género literario casi infinito, estaba
consagrado por la tradición y tolerado en cierta medida por la Iglesia.
Había una parte escrita que existía bajo la égida de la "risa pascual" o
"risa navideña" y otra (liturgias y plegarias paródicas) que estaba en
relación directa con la "fiesta de los tontos" y era interpretada en esa
ocasión.
Además, existían otras variedades de la literatura
cómica latina, como, por ejemplo, las disputas y diálogos paródicos, las
crónicas paródicas, etc. Sus autores debían poseer seguramente un
cierto grado de instrucción -en algunos casos muy elevado-. Eran los
ecos de la risa de los carnavales públicos que repercutían en los muros
de los monasterios, universidades y colegios.
La literatura cómica latina de la Edad Media llegó a su apoteosis durante el apogeo del Renacimiento, con el Elogio de la locura de Erasmo (una de las creaciones más eminentes del humor carnavalesca en la literatura mundial) y con las Cartas de hombres oscuros (Epistolae obscurorum virorum).
La
literatura cómica en lengua vulgar era igualmente rica y más variada
aún. Encontramos en esta literatura escritos análogos a la parodia
sacra: plegarias paródicas, homilías (denominados sermones alegres en
Francia), canciones de Navidad, leyendas sagradas, etc. Sin embargo, lo
predominante eran sobre todo las parodias e imitaciones laicas que
escarnecen al régimen feudal y su epopeya heroica.
Es
el caso de las epopeyas paródicas de la Edad Media que ponen en escena
animales, bufones, tramposos y tontos; elementos de la epopeya heroica
paródica que aparecen en los cantators, aparición de dobles cómicos de
los héroes épicos (Rolando cómico), etc. Se escriben novelas de
caballería paródicas, tales como La mula sin brida y Aucassin y Nicolette.
Se
desarrollan diferentes géneros de retórica cómica- varios "debates"
carnavalescos, disputas, diálogos, "elogios" (o "ilustraciones"), etc.
La risa carnaval replica en las fábulas y en las piezas líricas
compuestas por vaguants (escolares vagabundos).Los milagros y
moralejas son "carnavalizados" en mayor o menos grado. La risa se
introduce también en los misterios; las diabluras-misterios, por
ejemplo, poseen un carácter carnavalesco muy marcado. Las gangarillas
son también un género extremadamente "carnavalizado" de fines de la Edad
Media.
Los goliardos y su poesía (XI-XIII), en sus cantos,
alaban el vino, la taberna, el juego, el amor, las mujer, el erotismo
anárquico como quid de la vida. Ellos son parte de la naciente
Universidad de profesores y escolásticos y conocen bien la cultura de
clérigos, monjes, caballeros y campesines y las ponen patas arriba en
sus parodias y poesía. La cultura oficial hace que desaparezcan del
panorama cultural en 1300. Esos textos fueron descubiertos en 1803
impresos más tarde cómo Carmina Burana. Uno de ellos, el himno universitario, es el canto a la vida y al goce Gaudeamos igutur o O Fortuna, disfrutar del presente (carpe diem de Horacio)
Carmina Cantabrigiensa s.XI (de Cambrige), Carmina Rivipulliensa (de Ripoll) s XII, invitan a la ética del placer y uso hedonista de las sentidos y la pasión erótica.
Los fabliaux
-poesia satirica-son breves poemas narrativos (entre 300 y 400 versos)
franceses de los siglos XII y XIV. Su contenido es erótico o humorístico
y son de carácter popular. "Fabliau" (hablilla) es un cuento escrito
con el propósito de provocar la risa; para conseguirlo se centra en
ambientes y personajes reales y vulgares. Lo principal de los fabliaux
es la broma, la diversión y el ingenio. Al reflejar los vicios de la
sociedad, no se pretende dar una lección moral para el vicioso para que
éste se corrija, sino que solamente se busca provocar la risa, burlarse,
lograr un efecto cómico.
El Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita (1330-43) o El Decameron de Bocaccio (1349-51)recoge el mismo espíritu festivo y de burla del carnaval.
VOCABULARIO POPULAR
Durante el carnaval en las plazas públicas, la abolición provisoria de las
diferencias y barreras jerárquicas entre las personas y la eliminación
de ciertas reglas y tabúes vigentes en la vida cotidiana, creaban un
tipo especial de comunicación a la vez ideal y real entre la gente,
imposible de establecer en la vida ordinaria. Era un contacto familiar y
sin restricciones.
El lenguaje familiar de la plaza pública se
caracteriza por el uso frecuente de groserías, de expresiones y palabras
injuriosas, a veces muy largas y complicadas. Desde el punto de vista
gramatical y semántico, las groserías están normalmente aisladas en el
contexto del lenguaje y consideradas como fórmulas fijas del mismo
género del proverbio. Por lo tanto, puede afirmarse que las groserías
son una clase verbal especial del lenguaje familiar.
Las
groserías blasfematorias dirigidas a las divinidades eran ambivalentes:
degradaban y mortificaban a la vez que regeneraban y renovaban. Y son
precisamente estas blasfemias ambivalentes las que determinaron el
carácter verbal típico de las groserías en la comunicación familiar
carnavalesca. En efecto, durante el carnaval estas groserías cambiaban
considerablemente de sentido, para convertirse en un fin en sí mismo y
adquirir así universalidad y profundidad. Gracias a esta metamorfosis,
las palabrotas contribuían a la creación de una atmósfera de libertad
dentro de la vida secundaria carnavalesca.
Los juramentos
inicialmente no tenían ninguna relación con la risa, pero al ser
eliminados de las esferas del lenguaje oficial, pues infringían sus
reglas verbales, no les quedó otro recurso que el de implantarse en la
esfera libre del lenguaje familiar. Sumergidos en el ambiente del
carnaval, adquirieron un valor cómico y se volvieron ambivalentes.
El lenguaje familiar se convirtió en cierto modo en receptáculo donde
se acumularon las expresiones verbales prohibidas y eliminadas de la
comunicación oficial. A pesar de su heterogeneidad originaria, estas
palabras asimilaron la cosmovisión carnavalesca, modificaron sus
antiguas funciones, adquirieron un tono cómico general, y se
convirtieron, por así decirlo, en las chispas de la llama única del
carnaval, llamada a renovar el mundo.
De aquí hemos heredado todos los refranes y dichos populares, a menudo escatológicos y humorísticos.
EL ASCETISMO MODERNO
Se trató de la separación ascética de la vida en sí misma: principio de negatividad y nihilismo que desembocó en la dominación destructiva del universo.
Esta ascesis implicó un renovado desprecio por la risa.
En el siglo XVI este desprecio europeo se manifestó por la acentuación
de la tradición canónica de Occidente desde Castilla a los Países Bajos.
En 1535 Erasmo de Rotterdam (1469-1536), condenó la tradición religiosa
popular medieval del Carnaval y el reformador suizo Oecolampadius la “risa pascual”: “Y
lo más vergonzoso es que, siguiendo el deseo del pueblo, algunos
provocan la risa de la gente en las fiestas pascuales con relatos de tal
calibre, obviamente inventados y en su mayor parte obscenos, que ni
siquiera en un convite un hombre honesto podría repetirlos sin
avergonzarse.”(“Ecclestiastae”, Basilea 1535). En 1596, inspirado
sobre todo en Aristóteles, el literato y médico de la Corte, el español
Alonso López Pinciano, crítico tenaz de la cultura popular de su tiempo,
señaló que “la risa está fundada en un no sé qué de torpe y feo, de
lo cual hay en el mundo más que otra cosa alguna. Sea pues, el
fundamento principal, que la risa tiene su asiento en fealdad y torpeza”. Según él, “las personas graves ríen poco, que el reírse mucho es de comunes”. López Pinciano distinguió,incluso entre sus lectores, las orejas “patricias y trágicas” de las “populares y cómicas"
Cuando
las autoridades civiles y eclesiásticas lograron, por motivos morales o
religiosos, en un proceso iniciado a finales de la Edad Media y que
culminó el siglo XVII, terminar con los carnavales y fiestas de locos,
misas bufas, clérigos vagos, matrimonios dobles o triples, y demás
formas tradicionales de la vida cotidiana, la vida social comenzó a
organizarse según la forma de una incipiente administración racional,
un estado nacional, y unos saberes sistemáticos y disciplinados, es
decir, comenzó lo que denominamos Edad Moderna y lo que hemos llamado Ilustración.
Mientras
que la vida se había desarrollado un tanto desorganizadamente, y Europa
todavía no daba muestras de poder y querer constituirse como un
sistema, la literatura había pintado a pastores que citaban a Ovidio, a
campesinas de cabellos de oro, a valientes caballeros que rivalizaban
con los arcángeles, y suministraba una galería de archiduques del
comportamiento que por lo menos marcaban la pauta y señalaban los
cánones de la existencia humana.
Pero cuando los locos
desaparecieron de la vida cotidiana entonces empezaron a emerger en la
literatura. En primer lugar de la mano de Erasmo de Rotterdam, y en
segundo lugar de la de Miguel de Cervantes con el Quijote y en la de
Mateo Alemán con su Guzmán de Alfarache.
En el siglo XVI español
se institucionalizaron determinados espacios culturales donde podía
tener cabida este mundo cómico popular. Con todo, esas instancias, como
el teatro breve de los llamados entremeses, fueron, al fin,
conservadores, pues dejaban en último término intocadas a las élites del
poder, y la mayoría de las veces tenían un propósito moralizante.
Estas
élites debieron ser, en definitiva, patricias y trágicas. Ese era el
modelo ascético de la cultura moderna temprana ¿Dónde podía reinar a sus
anchas el humor y la risa? En el mundo bajo del pueblo, o en el mundo
de los niños y de los amantes, como expresó el teólogo jesuita Francisco
Suárez.
En
el siglo XVII, y con la Contrarreforma, asistimos al decline del bufón
de corte y una desintegración de las formas populares del humor
(1550-1650),lo que Bajtín denominina "declive de la risa popular",
como consecuenca de lo Norbert Elias define como "proceso civilizador",
más concretamente "una contención social en favor de la
autocontemplación", no sólo como movimiento clerical sino debido a un
cambio generalizado de actitudes (aunque igualemnte en las capas más
altas de la sociedad) hacia una retirada de la cultura popular en las
artes, escrito en términos de un cada vez mayor autocontrol.
Los intelectuales europeos se tornaron aun más desconfiados y recelosos de la risa.
Esa fue la posición del famoso obispo y consejero del rey Luis XIV en
Francia Jacobo Bossuet (1627-1704. El racionalista religioso holandés
Baruch Spinoza (1632-1677) afirmó que el camino de la verdad pasaba por
la liberación de la pena y de la alegría. Su lema era ni llorar ni reír,
sino sólo aprender. Según Thomas Hobbes (1588-1679), siguiendo a
Aristóteles, la risa estaba asociada a los débiles e incapaces que
necesitan reírse de los defectos ajenos, “aquellos que tienen conciencia de lo exiguo de su propia capacidad”.
No es algo propio de los hombres grandes que se comparan sólo con los
más capaces (“Leviathan”, 1651). Finalmente, en España comenzó a abundar
el mal humor o humor negro de autores como Francisco de Quevedo
(1580-1645) o Baltasar Gracián (1601-1658), autor de “El Criticón”
(1651-7). Estos expresaron su visión amarga, sombría y pesimista del mundo. “Al carnaval vitalista, rabelaisiano del pueblo, responde Quevedo con un anti-carnaval, con un carnaval de muerte.”
Con el siglo XVIII, como ha dicho Mijail Bajtin, la risa feliz se convirtió simplemente en algo despreciable y vil (“La cultura popular....”). Voltaire (1694-1778) concibió la risa como una negatividad radical, propia de la ascesis moderna. Se trató de la risa humillante con que se ataca al adversario: “La
risa sarcástica, perfidum ridens, es diferente; es la alegría que nos
causa la humillación de los demás. Perseguimos con risa burlona y
maliciosa al que prometiéndonos maravillas, no hace más que
tonterías;... Nuestro orgullo entonces se burla del orgullo necio de los
demás.” (“Diccionario filosófico”, art. “Risa”, 1764). Por su
parte, Kant (1724-1804), también asoció la risa con la negatividad y en
nihilismo modernos: “La risa es una afección nacida de la transformación súbita de una espera en nada.” (“Kritik der Urteilskraft”).
El siglo XIX constituyó el momento culminante en la seriedad moderna. “La
ciencia experimental y analítica, la filosofía, el utilitarismo y el
reformismo políticos, el manchesterianismo, todas son actividades
profundamente serias... Si alguna vez un siglo se ha tomado a sí mismo y
a toda la existencia en serio, éste es el siglo XIX.” (J. Huizinga, “Homo ludens. El juego y la cultura”).
En este contexto las manifestaciones del humor fueron especialmente
deshumanizadas por los intelectuales de Europa. La risa fue comprendida
sólo como una acción mecánica, irracional, animal. Herbert Spencer
(1820-1903) vio en ella sólo una función aliviante de las tensiones
fisiológicas (“The Phisiology of Laughter”, 1860). Charles
Darwin (1809-1882) degradó la risa, en cualquiera de sus
manifestaciones, a actos reflejos o animales, condicionados por el
placer (“The Expression of the Emotions in Man and Animals”,
1872). Reproduciendo visiones características y arcaicas europeas, la
risa y lo cómico se asoció a lo demoníaco o satánico, como lo planteó
Charles Baudelaire (1821-1867) (“Curiosités esthétiques: De l´essence du rire...”, 1855).
La risa es satánica y por eso es profundamente humana, está íntimamente
ligada al accidente de una antigua caída, de una degradación física y
moral, pues testifica, en efecto, el orgullo desmesurado del hombre,
celebrando en un delirio de poder su voluntad de autoafirmación.
Durante
el siglo XX se desencadenaron las inevitablemente trágicas
consecuencias de la ascesis moderna de Occidente (guerras mundiales,
estados totalitarios, devastación ecológica). Fueron los resultados
nihilistas y autodestructivos de la ascesis de la razón iniciada en el
siglo XVI, culminación de un paradigma que hundió sus raíces en la
antigüedad clásica. Llama la atención que uno de los críticos más
enconados de la ascesis moderna terminara, él mismo, reivindicando el carácter trágico de la vida.
Miguel de Unamuno (1864-1936) vio la contradicción flagrante entre la
razón y la vida humanas. Mas no quiso superarla, y a esa lucha
desesperada la llamó el sentimiento trágico de la vida. Esta imagen del
mundo reprodujo, en sus palabras, la visión del filósofo estoico y
emperador Marco Aurelio, de San Agustín y Pascal, entre otros (“Del sentimiento trágico de la vida”,1912).Otra
forma de degradación moderna de la risa fue entenderla como un
mecanismo de la inteligencia o la razón pura, incompatible con la
emoción, destinado a humillar y corregir. Así, en manos del filósofo, la
risa encierra una “cierta dosis de amargura” (Henry Bergson, “La risa. Ensayo sobre la significación de lo cómico”, 1924).
En
medio de la evolución señalada de la ascesis moderna clásica como
separación nihilista y autodestructiva de la vida no faltaron posiciones
críticas y contradictorias que reflejaron en mayor o menor medida la
importancia y la vigencia del vitalismo de las culturas cómicas
populares. Miguel de Cervantes (1547-1616) se inspiró en el espíritu de
la no-seriedad (M. Kundera). Su obra relativizó el mundo inflexible,
severo, de locura, del “Caballero de la triste figura” desde el horizonte carnavalesco popular de Sancho Panza. (F. Schürr, “Cervantes. Zum 400 Geburtstag des grossen Humoristen”,1947).
Anthony Shaftesbury (1671-1713) reivindicó la relación estrecha entre
buen humor y religión. Sólo el mal humor podía llevar al ateísmo (“Of the Force of Humour in Religion”, en “Characteristics of Men, Manners, Opinions, Times”, 1737-1738).
Información tomada de:
“La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: El contexto de François Rabelais” Mijail Bajtin
La risa y el humor en la antigüedad” Javier Martín Camacho
“Universalidad y variabilidad cultural de la risa y el humor“ Eduardo Jaúregui
"Filosofía medieval" Gonzalo Soto Posada
“Humanismo y locura” Jacinto Choza
"Fronteras de lo cómico en Italia(1350-1750)" Peter Burke
“Risa y cultura en Chile” Maximiliano Salinas C.
la risa popular festiva y el espíritu carnavalesco frente a la seriedad
oficial y herencia moderna del sentido trágico griego.
RISA Y CULTURA
En
cualquier cultura, la risa queda condicionada por normas específicas
sobre cómo y cuándo puede expresarse, y por los motivos de los actores
concretos, según los significados y valores de la sociedad. Ciertos usos
del humor y de la risa pueden también institucionalizarse o volverse
más comunes en una sociedad concreta, en un grupo o en un entorno, ya
sea por sencillo accidente histórico, o para obtener algún efecto
especialmente deseable. Una cultura que reconoce los beneficios de la
risa podría fomentar también el empleo del humor por estos motivos. De
hecho, este es el sentido que el psicólogo William Fry atribuye, por
ejemplo, a los festivales de invierno que son habituales en sociedades
que habitan las zonas del planeta con inviernos largos y oscuros (Fry,
2004).
La risa es un signo elemental e inequívoco de lo sagrado
de la vida ante el mundo del trabajo, la discordia o la racionalidad
profanas. Las civilizaciones y culturas tienden a volcarse hacia estas
dimensiones, auspiciando el sentido serio de la vida. Sin embargo,
siempre desde adentro o desde afuera de ellas mismas, renace la risa y
el sentido del humor, el sentido festivo del mundo, como principio
eufórico fundamental e inexcusable de la vida.
Las culturas y
literaturas del mundo conceden, pues, en mayor o menor medida, un
espacio a este rasgo fundamental y elemental de la vida. Ciertamente son
las culturas y literaturas folklóricas, más profundamente ceñidas a las
sabidurías de los pueblos, las que le han concedido mayor
espontaneidad, presencia y estimación (cfr. R. Menéndez Pidal, “Humor en literatura y arte”, en “Gran enciclopedia del mundo”1972).
CONSIDERACIONES ETIMOLÓGICAS DE LA RISA
En
el Antiguo Testamento se establece una diferencia entre dos formas de
risa, por lo que podemos suponer que existía una distinción en su uso
habitual. En la lengua hebrea hay dos palabras distintas para marcar
esta diferencia. La palabra ‘sakhaq’ que significaba ‘risa feliz’, ‘desenfrenada’ e ‘iaag’ que hacía referencia a la ‘risa burlona’, ‘denigrante’
De
este modo hay una risa buena, feliz, que se relaciona con la alegría y
el placer, y una risa burlona, desenfrenada, mediante la que el poderoso
se ríe del débil, el triunfador del perdedor y el sano del enfermo:
Ambas significaciones tuvieron tanto en hebreo como en griego palabras
diferenciadas.
En griego, las palabras para designar ‘risa’ son "γελάω"(gelao)y
"καταγελάω"(katagelao), la primera se utiliza fundamentalmente para el
“reír de alegría”, de hecho es el mismo verbo que se utiliza para
‘brillar’ y ‘resplandecer de alegría’; en cambio la última se usaba
principalmente para la risa en su aspecto negativo, denigrante, aludía a
‘reírse de alguien’ o ‘burlarse de algo o alguien’. En griego se
utiliza el prefijo ‘κατα’ (cata) para hacer referencia a las
cosas que van cayendo, lo que va de arriba abajo, lo que se subvierte y
se utiliza cuando las cosas quedan invertidas o dadas la vuelta, tal es
el caso de ‘catástrofe’, ‘ςτρωφάω’ (strofao) es girar, voltear, volver, y ‘κατα’ (cata) de arriba para abajo, cuando todo queda girado al revés.
Cuando se habla de la primera, tenemos la risa en su vertiente feliz, alegre; en cambio cuando lo que brilla es subvertido ‘καταγελάω’ (katagelao)
y queda al revés podemos decir que tenemos la risa denigrante,
humillante, hiriente. Esta posible interpretación etimológica, guarda
una ideología, como si la verdadera naturaleza de la risa para los
griegos era de matiz positivo, asociada con la alegría y sólo si ese
orden era subvertido, la risa cobraba el sesgo negativo.
Nosotros heredamos la palabra risa del latín ‘rīsŭs’,y tenemos que distinguir entre ‘risa positiva’ y ‘risa negativa’.
La palabra “sǔbrīdēre“(sonreír)
se difundió aunque no sin dificultades. Durante mucho tiempo ‘subrīsŭs’
no significó ‘sonreír’, sino ‘reírse para sus adentros’, o ‘risa
secreta’. Se convirtió en ‘sonrisa’ cuando cambiaron los valores y
comportamientos (quizás en el Siglo XII), por eso cabe pensar que la
sonrisa fue una creación medieval (Le Goff, 1994).
LA RISA EN EL ESPÍRITU TRÁGICO GRIEGO
En
el origen de las creencias y mitologías predominantes de Occidente se
situó el culto a los héroes a través de la seriedad de la tragedia
griega, donde no hay lugar para el sentido del humor.
Una de las
referencias a la risa más antiguas se encuentra en un fragmento
atribuido a Heráclito(h.536 - h.470 a.C.) “No conviene ser tan ridículo
hasta que tu mismo parezcas ridículo”.
En Grecia, en general, la risa fue entendida(McFadden)dentro de la conducta cómica, como un ethos humano, tal como lo usaron Platón y Aristóteles.
La teoría de Platón
(h. 428-347 a.C.) vinculada a la risa, desarrolla la idea de Sócrates:
lo cómico genera un sentimiento mixto en el alma, en el que se funden el
placer y el dolor. Lo ridículo consiste esencialmente en una negación
del precepto conócete a ti mismo, lo que implica una carencia de autoconocimiento; propone tres maneras generales por las
cuales las personas a pueden hacer el ridículo: por extravagancia, por
vanidad personal o pensando que son más sabios de lo que realmente son.
La risa debe ser limitada por la razón.
Aristóteles, cita a un amigo de Zenón que dice: “Sé alegre así puedes ser serio”. Otra sentencia proclamaba “Moderación en la risa y en el vino”. En la Retórica citando a Gorgias, uno de los más famosos sofistas, refiere que este decía que “se debe matar la seriedad del oponente con las bromas y sus chistes con seriedad”.
Aristóteles
reconoce un principio estético en la risa, señala la diferencia entre
la comedia injuriosa y la adecuada; lo risible es una subdivisión de lo
feo, es como un defecto, malformación o fealdad, pero no lo relaciona
con el sufrimiento como Platón. "Los que se exceden en sus gracias
aparecen como bufones y vulgares, perseveran en sus chistes a toda
costa, tratando más de provocar risa que de decir lo correcto y evitar
sufrimiento a sus víctimas. Pero aquellos que no dicen nunca cosas
graciosas y que se fastidian con quienes lo hacen parecen ser salvajes y
rígidos. Mas aquellos cuyos chistes son de buen gusto son llamados
ingeniosos por ser inteligentes y vivaces.”
En su Ética a Nicómaco,
un análisis de la relación del carácter, la virtud y la inteligencia
con la felicidad, en la que se basa la ética occidental y el emsnaje
bíblico judeocristiano. En ella dice que lo serio era lo rector de la
vida y que lo cómico constituía una deficiencia moral o estética, que
la mayoría de las personas experimentan más placer del debido en la
diversión y las bromas, y que éstas son una forma de injuria, que los
legisladores debieran prohibir. “Ahora bien,la risa es una forma de
engaño y desconcierto lo que nos coge desprevenidos tiende a engañarnos,
y esto es también lo que origina la risa” La ironía para
Aristóteles tendría un aspecto despreciativo y otro útil, él conocía el
valor que el humor y la risa tenían en la oratoria, sabía que podía
conquistar y provocar pasiones.
En su “Poética”, donde se propuso
definir las características de la tragedia, terminó diciendo que lo que
incitaba a la risa era lo “feo y deforme”. Los griegos descubrieron
reírse a costa de los defectos ajenos.
Frente a este espíritu
trágico, cabe destacar a Aristófanes(h.445-h.386 a.C.), escritor de
comedias y maestro de la cultuara cómica popular.
LA SERIEDAD MEDIEVAL
En el siglo IV, Basilio,
obispo de Cesarea y fundador del modelo conventual cristiano, prohibió
de modo terminante reír a carcajadas. La risa no entraba en el plan de
la redención cristiana. Era algo propio de los condenados “El Señor ha condenado a los que ríen en esta vida".Juan Crisóstomo, patriarca de Constantinopla (354-407), aventuró una afirmación que sería capital en el pensamiento medieval: Cristo nunca había reído.
Agustín, obispo de Hipona(356-430), hizo una censura que repetirán
todos los moralistas medievales: apoyar a los histriones equivale a
sacrificar al demonio.
En las primeras Reglas Monásticas del Siglo V, las referencias a la risa se encuentran en el capítulo dedicado al silencio. En las Taciturnitas se lee: “La
forma más terrible y obscena de romper el silencio es la risa, si el
silencio es virtud existencial y fundamental de la vida monástica, la
risa es gravísima violación”.
A partir del Siglo VI, abandonado el ámbito del silencio, San Benito de Nursia,
patriarca del monasticismo occidental, fundador de la orden de los
benedictinos, y el primero en concebir todo el cristianismo como una
religión monacal (480-547), la ubica como algo contrario a la humildad y
caridad cristiana. En el Siglo VI, en la Regula Magistri, en el capítulo en donde se hace referencia al cuerpo humano, se menciona a la risa: “Cuando
la risa está por estallar hay que prevenir, sea como sea, que se
exprese. Entre todas las formas malignas de expresión, la risa es la
peor.”
Esta recreación de la tradición antigua en la Europa medieval eran
los fundamentos de un orden religioso y político particular: una
civilización material conducida monolíticamente por las autoridades de
la Iglesia, donde se consideró necesario excluír en mayor o menor grado
las formas de irreverencia vinculadas al humor. Se estaba construyendo
la seriedad que debió infundir el temor y la intimidación que dominaron
en la Edad Media. En el siglo XIII se realizaron intentos notables por
desterrar, muchas veces sin resultado, los rasgos desenfadados del humor
popular encarnado especialmente en los juglares. Estos fueron
censurados por papas, reyes y concilios (Bonifacio VIII, Alfonso X El
Sabio y las “Partidas”, IV Concilio de Letrán, etc). Los juglares fueron el eco de la propia vida del pueblo, con su libertad, agudeza y alegría.
En
el fondo, el espíritu oficial medieval debió enfrentarse con las
fuerzas singulares de la cultura cómica popular y sus representaciones
carnavalescas de mimos, danzaderas o juglares. Las disposiciones
canónicas no hacían sino resaltar la vida real cómica del pueblo. Hasta
los clérigos hacían de juglares y mimos. Los sermones jocosos eran una
realidad en Toledo en el siglo XV (Concilio de Toledo de 1473).Tomás de Aquino debió conceder cierta licencia a los histriones con tal de moderar sus gestos y palabras(Suma Teológica ). ¿Más ello sería posible? Los juglares tenían otros referentes culturales que el de los doctores medievales.
Hasta
el fin de la Edad Media el espíritu alegre y regocijado del pueblo
debió ser contenido por las autoridades. En 1496 una ley de la Nueva
Recopilación de Castilla prohibió “decir ni cantar, de noche ni de
día, por las calles ni plazas, ni caminos, ningunas palabras sucias ni
deshonestas, que comúnmente llaman ´pullas´...”
UMBERTO ECO: LA CONEXIÓN MEDIEVAL
Aristóteles en su Poetica
nos dice que hablará en su segundo libro de la risa y de la comedia ya
que el primero lo dedicará a la tragedia, pero este segundo libro nunca
ha llegado hasta nosotros, quizá nunca se escribió, se perdió...
Aristóteles
y Platón son los dos filósofos que más influyeron a la cultura
occidental, pero sobre todo Aristóteles, fundamentalmente con el
reingreso de sus obras en Europa, traducidas en los monasterios. Umberto Eco, un medievalista reconocido, escribió en "El nombre de la rosa"
(en el diálogo final entre Guillermo de Baskerville y Jorge el
bibliotecario ciego, cuando el primero descubre las verdades que
escondía el laberinto y la torre de la biblioteca,y el segundo libro de
la Poética de Aristóteles):
“- Hay muchos otros libros que hablan de la comedia, y también muchos otros que
contienen el elogio de la risa. ¿Porqué este te infundía tanto miedo?
-
Porqué era del Filósofo. Cada libro escrito por ese hombre ha destruido
una parte del saber que la cristiandad había acumulado a lo largo de lo
siglos....
- ¿Por qué temes tanto a este discurso sobre la risa? No eliminas la risa eliminando este libro.
-
No, sin duda. La risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de
nuestra carne. Es la distracción del campesino, la licencia del
borracho... la risa sigue siendo algo inferior, amparo de los simples,
misterio vaciado de sacralidad para la plebe... Pero aquí, aquí... –y
Jorge golpeaba la mesa con el dedo, cerca del libro que Guillermo había
estado hojeando- aquí se invierte la función de la risa, se la eleva a
arte... La risa libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la
fiesta de los tontos también el diablo parece pobre y tonto, y, por
tanto, controlable. Cuando ríe... el aldeano se siente amo porque ha
invertido las relaciones de dominación... la risa sería el nuevo arte
capaz de aniquilar el miedo... Y este libro, que presenta como milagrosa
medicina a la comedia, a la sátira y al mimo, afirmando que pueden
producir la purificación de las pasiones a través de la representación
del defecto, del vicio, de la debilidad, induciría a los falsos sabios a
tratar de redimir (diabólica inversión) lo alto a través de la
aceptación de lo bajo.”
CULTURA POPULAR Y ESPÍRITU CARNAVALESCO. LA RISA FESTIVA
El
mundo infinito de las formas y manifestaciones de la risa se oponía a
la cultura oficial, al tono serio, religioso y feudal de la época.
Dentro de su diversidad, estas formas y manifestaciones -las fiestas
públicas carnavalescas, los ritos y cultos cómicos, los bufones y
"bobos", gigantes, enanos y monstruos, payasos de diversos estilos y
categorías, la literatura paródica, vasta y multiforme, etc.-, poseen
una unidad de estilo y constituyen partes y zonas únicas e indivisibles
de la cultura cómica popular, principalmente de la cultura carnavalesca.
(La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. Mijail Bajtin)
Las múltiples manifestaciones de esta cultura pueden subdividirse en tres grandes categorías:
1) Formas v rituales del espectáculo (festejos carnavalescos, obras cómicas representadas en las plazas públicas, etc.);
2) Obras cómicas verbales(incluso las parodias) de diversa naturaleza: orales y escritas, en latín o en lengua vulgar;
3) Diversas formas y tipos del vocabulario familiar y grosero (insultos, juramentos, lemas populares, etc.).
Estas
tres categorías, que reflejan en su heterogeneidad un mismo aspecto
cómico del mundo, están estrechamente interrelacionadas y se combinan
entre sí.
Aristóteles señalaba las siguientes razones del efecto cómico:
- Hay violación de una regla. Código o comportamiento.
- El que transgrede lo hace desde un carácter picaresco o animalesco.
- El que contempla la violación sufre una catarsis en sus pasiones y afectos.
- Se establece una compenetración entre el personaje que viola lo establecido.
- Se disfruta de la violación de la regla y su carácter grotesco.
- Que el código pueda ser violentado produce un placer simbólico.
Esta descripción conecta con lo carnavalesco. En el Carnaval no preocupan las reglas, es un mundo al revés, se libera el temor impuesto por la exigencia de los códigos, se experimenta un libertad por el comportamiento diabólico; la máscara traslada a la risa la dificultad de vivir y ridiculiza la cultura oficial de la seriedad,
se transgrede y no hay sentimiento de culpa ni remordimiento. Este es
el espíritu del Carnaval medieval, el contemporáneo es sólo espectáculo,
como negocio de espectáculo y carnavalización de la vida.
Conectada la vida con el carnaval, el paso siguiente es ligarnos a la fiesta, con ella la sociedad se libera de las normas impuestas, se burla de sus dioses, principios y normas, se niega a sí misma (Octavio Paz).
La fiesta como exceso,
como desperdicio ritual. La fiesta es el advenimiento de lo insólito,
son días de excepción, tiene una lógica, una moral que invierte la del
resto de los días; es el caos original, desaparece la noción de orden;
todo se ridiculiza, se invierten los términos, se unen los contrarios,
se niega la sociedad como conjunto ordenado de normas y se afirma la
creatividad y energía como fuerzas liberadoras.
Esta
inversión subvierte el orden existente o crea una parodia ridícula de
él, establece un mundo al revés, para ello la máscara es fundamental, el
otro de sí mismo. Es una liberación de los instintos vitales que
produce una catarsis, calma las frustraciones de la vida cotidiana,
lleva a un equilibrio simbólico. La risa carnavalesca y cómica crea un igualdad social simbólica con
mundos utópicos sin jerarquías sociales, es el retorno al paraíso
original, que se da al violarse lo establecido y lo prohibido. Sin ley
que transgredir no hay risa ni carnaval.
Eco expone dos
características del carnaval: la ley tiene que ser tan profunda que debe
estar presente en el momento de la violación y el momento de
carnavalización debe ser muy breve y una vez al año (aunque en muchas
ciudades llegaban a durar tres meses); esta es la vitalidad del carnaval
medieval, la fiesta del asno, la coronación del tonto, el risus paschalis... se gozan porque durante el resto del año todas las fiestas son actividades serias, respetuosas y pomposas.
Los festejos del carnaval,
con todos los actos y ritos cómicos que contienen, ocupaban un lugar
muy importante en la vida del hombre medieval. Además de los carnavales
propiamente dichos, que iban acompañados de actos y procesiones
complicadas que llenaban las plazas y las calles durante días enteros,
se celebraban también la "fiesta de los bobos" (Testa stultorum)(ver Fêtes de Fous, en SABIOS TONTOS) y la "fiesta del asno"; existían también una "risa pascual" (risus paschalis) muy singular y libre, consagrada por la tradición. Además, casi todas las fiestas religiosas poseían un aspecto cómico popular y público,
consagrado también por la tradición. Es el caso, por ejemplo, de las
"fiestas del templo", que eran seguidas habitualmente por ferias y por
un rico cortejo de regocijos populares (durante los cuales se exhibían
gigantes, enanos, monstruos, bestias "sabias", etc.). La representación
de los misterios acontecía en un ambiente de carnaval. Lo mismo ocurría
con las fiestas agrícolas, como la vendimia, que se celebraban asimismo
en las ciudades. La risa acompañaba también las ceremonias y los ritos
civiles de la vida cotidiana: así, los bufones y los "tontos" asistían
siempre a las funciones del ceremonial serio, parodiando sus actos
(proclamación de los nombres de los vencedores de los torneos,
ceremonias de entrega del derecho de vasallaje, de los nuevos caballeros
armados, etc.). Ninguna fiesta se desarrollaba sin la intervención de
los elementos de una organización cómica; así, para el desarrollo de una
fiesta, la elección de reinas y reyes de la "risa".
Todos
estos ritos y espectáculos organizados a la manera cómica, presentaban
una diferencia notable, una diferencia de principio, podríamos decir,
con las formas del culto y las ceremonias oficiales serias de la Iglesia
o del Estado feudal. Ofrecían una visión del mundo, del hombre y de las
relaciones humanas totalmente diferente, deliberadamente no-oficial,
exterior a la Iglesia y al Estado; parecían haber construido, al lado
del mundo oficial, un segundo mundo y una segunda vida a la que los
hombres de la Edad Media pertenecían en una proporción mayor o menor y
en la que vivían en fechas determinadas. Esto creaba una especie de dualidad del mundo,
y creemos que sin tomar esto en consideración no se podría comprender
ni la conciencia cultural de la Edad Media ni la civilización
renacentista.
Las fiestas oficiales de la Edad
Media (tanto las de la Iglesia como las del Estado feudal) no sacaban al
pueblo del orden existente, ni eran capaces de crear esta segunda vida.
Al contrario, contribuían a consagrar, sancionar y fortificar el
régimen vigente. La fiesta oficial miraba sólo hacía atrás, hacia el
pasado, del que se servía para consagrar el orden social presente. La
fiesta oficial, incluso a pesar suyo a veces, tendía a consagrar la
estabilidad, la inmutabilidad y la perennidad de las reglas que regían
el mundo: jerarquías, valores, normas y tabúes religiosos, políticos y
morales corrientes.
A diferencia de la fiesta oficial, el carnaval era el triunfo de una especie de liberación transitoria,
más allá de la órbita de la concepción dominante, la abolición
provisional de las relaciones jerárquicas, privilegios, reglas y tabúes.
Se oponía a toda perpetuación, a todo perfeccionamiento y
reglamentación, apuntaba a un porvenir aún incompleto. En las fiestas
oficiales las distinciones jerárquicas se destacaban apropósito, cada
personaje se presentaba con las insignias de sus títulos, grados y
funciones y ocupaba el lugar reservado a su rango. Esta fiesta tenía por
finalidad la consagración de la desigualdad, a diferencia del carnaval
en el que todos eran iguales y donde reinaba una forma especial de contacto libre y familiar
entre individuos normalmente separados en la vida cotidiana por las
barreras infranqueables de su condición, su fortuna, su empleo, su edad y
su situación familiar. Este contacto libre y familiar era vivido
intensamente y constituía una parte esencial de la visión carnavalesca
del mundo.
La dualidad en la percepción del mundo y la vida
humana ya existían en el estadio anterior de la civilización primitiva.
En el folklore de los pueblos primitivos se encuentra, paralelamente a
los cultos serios (por su organización y su tono) la existencia de
cultos cómicos, que convertían a las divinidades en objetos de burla y
blasfemia; paralelamente a los mitos serios, mitos cómicos e injuriosos;
paralelamente a los héroes, sus sosías paródicos.
Pero en las
etapas primitivas, dentro de un régimen social que no conocía todavía ni
las clases ni el Estado, los aspectos serios y cómicos de la divinidad,
del mundo y del hombre eran, según todos los indicios, igualmente
sagrados e igualmente, podríamos decir, "oficiales". Este rasgo persiste
a veces en algunos ritos de épocas posteriores. Así, por ejemplo, en la
Roma antigua, durante la ceremonia del triunfo, se celebraba y se
escarnecía al vencedor en igual proporción; del mismo modo, durante los
funerales se lloraba (o celebraba) y se ridiculizaba al difunto. Pero
cuando se establece el régimen de clases y de Estado, se hace imposible
otorgar a ambos aspectos derechos iguales, de modo que las formas
cómicas -algunas más temprano, otras más tarde-, adquieren un carácter
no oficial, su sentido se modifica, se complica y se profundiza, para
transformarse finalmente en las formas fundamentales de expresión de la
cosmovisión y la cultura populares.
El
principio cómico que preside los ritos carnavalescos los exime
completamente de todo dogmatismo religioso o eclesiástico, del
misticismo, de la piedad, y están por lo demás desprovistos de carácter
mágico o encantatorio (no piden ni exigen nada). Más aún, ciertas formas
carnavalescas son una verdadera parodia del culto religioso. Todas
estas formas son decididamente exteriores a la Iglesia y a la religión.
Pertenecen a una esfera particular de la vida cotidiana.
El carnaval es la segunda vida del pueblo, basada en el principio de la risa.
Es su vida festiva. La fiesta es el rasgo fundamental de todas las
formas de ritos y espectáculos cómicos de la Edad Media. Todas esas
formas presentaban un lazo exterior con las fiestas religiosas. Incluso
el carnaval, que no coincidía con ningún hecho de la vida sacra, con
ninguna fiesta santa, se desarrollaba durante los últimos días que
precedían a la gran cuaresma (de allí los nombres franceses de Mardi gras o Caremeprenant y, en los países germánicos, de Fastnacht. La cuaresma y la prohibición de comer carne (carnem levare=carnaval?.La
línea genética que une estas formas a las festividades agrícolas
paganas de la Antigüedad, y que incluyen en su ritual el elemento
cómico, es más esencial aún.
Precedentes:
a) Las Bacanalia (tres
días para conmemorar la primavera) en honor a Baco/Dionisos. Se bebía
vino y se proclamaba la alegría de vivir. Un cortejo sacaba a Dionisos
sobre un carro en forma de barco “carrus navalis”(=carnaval?) Su lema
era “no considerar nada vetado a la moral”
b) Las Lupercalia (15
febrero en homenaje al dios Pan y Fauno) se celebraba el goce de la
vida a través del pene y la vagina que, en unión erótica y mística,
reproducía continuamente el flujo vital.
c) Las Saturnalia (17
diciembre, en honor Saturno, símbolo de la edad de oro, igualdad y
fraternidad) Su rey era un personaje disfrazado de sátiro que actuaba
como emperador durante el festival, invirtiendo el orden establecido.
Las fiestas carnavalescas medievales están situadas en las fronteras entre el arte y la vida. En realidad es la vida misma, presentada con los elementos característicos del juego.
El carnaval no era una forma artística de espectáculo teatral, sino más
bien una forma concreta de la vida misma, que no era simplemente
representada sobre un escenario, sino vivida en la duración del
carnaval. Los espectadores no asisten al carnaval, sino que lo viven, ya
que el carnaval está hecho para todo el pueblo. Durante el carnaval no
hay otra vida más que la del carnaval. Es imposible escapar, porque el
carnaval no tiene ninguna frontera espacial. En el curso de la fiesta
sólo puede vivirse de acuerdo a sus leyes, es decir de acuerdo a las
leyes de la libertad. El carnaval posee un carácter universal,
es un estado peculiar del mundo: su renacimiento y su renovación en los
que cada individuo participa. Esta es la esencia misma del carnaval, y
los que intervienen en el regocijo lo experimenten vivamente.
Los
bufones y payasos son los personajes característicos de la cultura
cómica de la Edad Media. En cierto modo, los vehículos permanentes y
consagrados del principio carnavalesco en la vida cotidiana. No eran
actores que desempeñaban su papel sobre el escenario, sino que seguían
siendo bufones y payasos en todas las circunstancias de su vida. Se
situaban en la frontera entre la vida y el arte (en una esfera
intermedia), ni personajes excéntricos o estúpidos ni actores cómicos.
Esta
eliminación provisional, a la vez ideal y efectiva, de las relaciones
jerárquicas entre los individuos, creaba en la plaza pública un tipo
particular de comunicación inconcebible en situaciones
normales. Se elaboraban formas especiales del lenguaje y de los
ademanes, francas y sin constricciones, que abolían toda distancia entre
los individuos en comunicación, liberados de las normas corrientes de
la etiqueta y las reglas de conducta. Esto produjo el nacimiento de un
lenguaje carnavalesco típico.
Todas las formas y símbolos de la
lengua carnavalesca se caracterizan principalmente por la lógica
original de las cosas "al revés" y "contradictorias", de las
permutaciones constantes de lo alto y lo bajo (la "rueda") del frente y
el revés, y por las diversas formas de parodias, inversiones,
degradaciones, profanaciones, coronamientos y derrocamientos bufonescos.
La segunda vida, el segundo mundo de la cultura popular se construye en
cierto modo como parodia de la vida ordinaria, como un "mundo al
revés".
Esta lengua carnavalesca fue empleada por Rabelais, también, en manera y
proporción diversas, por Erasmo, Shakespeare, Cervantes, Lope de Vega,
Tirso de Molina, Guevara y Quevedo; y también por la "literatura de los
bufones alemanes" (Narrenliteratur), Hans Sachs, Fischart,
Grimmelshausen y otros.
Una clave importante de la risa en la
fiesta popular es que escarnece a los mismos burladores. El pueblo no se
excluye a sí mismo del mundo en evolución. También él se siente
incompleto; también él renace y se renueva con la muerte.
Esta es una de las diferencias esenciales que separan la risa festiva popular de
la risa puramente satírica de la época moderna. El autor satírico que
sólo emplea el humor negativo, se coloca fuera del objeto aludido y se
le opone, lo cual destruye la integridad del aspecto cómico del mundo;
por lo que la risa popular ambivalente expresa una opinión sobre un
mundo en plena evolución en el que están incluidos los que ríen.
Esta risa festiva tiene un carácter utópico, es igualitaria, su cosmovisión va dirigida contra toda concepción de superioridad.
CULTURA POPULAR MEDIEVAL ORAL Y ESCRITA
Las
obras verbales en latín y en lengua vulgar están imbuidas de la
cosmovisión carnavalesca, utilizaban ampliamente la lengua de las formas
carnavalescas, se desarrollaba al amparo de las osadías legitimadas por
el carnaval y en la mayoría de los casos estaban ligadas a los
regocijos carnavalescos, cuya parte literaria solía representar. En esta
literatura, la risa era ambivalente y festiva. A su vez era una
literatura festiva y recreativa, típica de la Edad Media.
La
influencia de la cosmovisión carnavalesca sobre la concepción y el
pensamiento de los hombres, era radical: les obligaba a renegar en
cierto modo de su condición oficial (como monje, clérigo o sabio) y a
contemplar el mundo desde un punto de vista cómico y carnavalesco. No
sólo los escolares y los clérigos, sino también los eclesiásticos de
alta jerarquía y los doctos teólogos se permitían alegres distracciones
durante las cuales se desprendían de su piadosa gravedad, como en el
caso de los "juegos monacales" (Joca monacorum), título de una
de las obras más apreciadas de la Edad Media. En sus celdas de sabio
escribían tratados más o menos paródicos. Y obras cómicas en latín.
La
literatura latina paródica o semi-paródica está enormemente difundida.
Poseemos una cantidad considerable de manuscritos en los cuales la
ideología oficial de la Iglesia y sus ritos son descritos desde el punto
de vista cómico.
Una de las obras más antiguas y célebres de esta literatura, La Cena de Cipriano (Coena Cypriani),
invirtió con espíritu carnavalesca las Sagradas Escrituras (Biblia y
Evangelios). Esta parodia estaba autorizada por la tradición de la risa
pascual (risus paschalis) libre; en ella encontramos ecos
lejanos de las saturnales romanas. Otra obra antigua del mismo tipo,
Vergilius Maro grammaticus, es un sabihondo tratado semiparódico sobre
la gramática latina, como también una parodia de la sabiduría
escolástica y de los métodos científicos de principios de la Edad Media.
Estas dos obras inauguran la literatura cómica medieval en latín y
ejercen una influencia preponderante sobre sus tradiciones y se sitúan
en la confluencia de la Antigüedad y la Edad Media. Su popularidad ha
persistido casi hasta la época del Renacimiento. Como consecuencia,
surgen dobles paródicos de los elementos del culto y el dogma religioso.
Es la denominada parodia sacra, uno de los fenómenos más originales y
menos comprendidos de la literatura medieva.
Sabemos
que existen numerosas liturgias paródicas (Liturgia de los bebedores,
Liturgia de los jugadores, etc.), parodias de las lecturas evangélicas,
de las plegarias, incluso de las más sagradas (como el Padre Nuestro, el
Ave María, etc.), de las letanías, de los himnos religiosos, de los
salmos, así como imitaciones de las sentencias evangélicas, etc. Se
escribieron testamentos paródicos, resoluciones que parodiaban los
concilios, etc. Este nuevo género literario casi infinito, estaba
consagrado por la tradición y tolerado en cierta medida por la Iglesia.
Había una parte escrita que existía bajo la égida de la "risa pascual" o
"risa navideña" y otra (liturgias y plegarias paródicas) que estaba en
relación directa con la "fiesta de los tontos" y era interpretada en esa
ocasión.
Además, existían otras variedades de la literatura
cómica latina, como, por ejemplo, las disputas y diálogos paródicos, las
crónicas paródicas, etc. Sus autores debían poseer seguramente un
cierto grado de instrucción -en algunos casos muy elevado-. Eran los
ecos de la risa de los carnavales públicos que repercutían en los muros
de los monasterios, universidades y colegios.
La literatura cómica latina de la Edad Media llegó a su apoteosis durante el apogeo del Renacimiento, con el Elogio de la locura de Erasmo (una de las creaciones más eminentes del humor carnavalesca en la literatura mundial) y con las Cartas de hombres oscuros (Epistolae obscurorum virorum).
La
literatura cómica en lengua vulgar era igualmente rica y más variada
aún. Encontramos en esta literatura escritos análogos a la parodia
sacra: plegarias paródicas, homilías (denominados sermones alegres en
Francia), canciones de Navidad, leyendas sagradas, etc. Sin embargo, lo
predominante eran sobre todo las parodias e imitaciones laicas que
escarnecen al régimen feudal y su epopeya heroica.
Es
el caso de las epopeyas paródicas de la Edad Media que ponen en escena
animales, bufones, tramposos y tontos; elementos de la epopeya heroica
paródica que aparecen en los cantators, aparición de dobles cómicos de
los héroes épicos (Rolando cómico), etc. Se escriben novelas de
caballería paródicas, tales como La mula sin brida y Aucassin y Nicolette.
Se
desarrollan diferentes géneros de retórica cómica- varios "debates"
carnavalescos, disputas, diálogos, "elogios" (o "ilustraciones"), etc.
La risa carnaval replica en las fábulas y en las piezas líricas
compuestas por vaguants (escolares vagabundos).Los milagros y
moralejas son "carnavalizados" en mayor o menos grado. La risa se
introduce también en los misterios; las diabluras-misterios, por
ejemplo, poseen un carácter carnavalesco muy marcado. Las gangarillas
son también un género extremadamente "carnavalizado" de fines de la Edad
Media.
Los goliardos y su poesía (XI-XIII), en sus cantos,
alaban el vino, la taberna, el juego, el amor, las mujer, el erotismo
anárquico como quid de la vida. Ellos son parte de la naciente
Universidad de profesores y escolásticos y conocen bien la cultura de
clérigos, monjes, caballeros y campesines y las ponen patas arriba en
sus parodias y poesía. La cultura oficial hace que desaparezcan del
panorama cultural en 1300. Esos textos fueron descubiertos en 1803
impresos más tarde cómo Carmina Burana. Uno de ellos, el himno universitario, es el canto a la vida y al goce Gaudeamos igutur o O Fortuna, disfrutar del presente (carpe diem de Horacio)
Carmina Cantabrigiensa s.XI (de Cambrige), Carmina Rivipulliensa (de Ripoll) s XII, invitan a la ética del placer y uso hedonista de las sentidos y la pasión erótica.
Los fabliaux
-poesia satirica-son breves poemas narrativos (entre 300 y 400 versos)
franceses de los siglos XII y XIV. Su contenido es erótico o humorístico
y son de carácter popular. "Fabliau" (hablilla) es un cuento escrito
con el propósito de provocar la risa; para conseguirlo se centra en
ambientes y personajes reales y vulgares. Lo principal de los fabliaux
es la broma, la diversión y el ingenio. Al reflejar los vicios de la
sociedad, no se pretende dar una lección moral para el vicioso para que
éste se corrija, sino que solamente se busca provocar la risa, burlarse,
lograr un efecto cómico.
El Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita (1330-43) o El Decameron de Bocaccio (1349-51)recoge el mismo espíritu festivo y de burla del carnaval.
VOCABULARIO POPULAR
Durante el carnaval en las plazas públicas, la abolición provisoria de las
diferencias y barreras jerárquicas entre las personas y la eliminación
de ciertas reglas y tabúes vigentes en la vida cotidiana, creaban un
tipo especial de comunicación a la vez ideal y real entre la gente,
imposible de establecer en la vida ordinaria. Era un contacto familiar y
sin restricciones.
El lenguaje familiar de la plaza pública se
caracteriza por el uso frecuente de groserías, de expresiones y palabras
injuriosas, a veces muy largas y complicadas. Desde el punto de vista
gramatical y semántico, las groserías están normalmente aisladas en el
contexto del lenguaje y consideradas como fórmulas fijas del mismo
género del proverbio. Por lo tanto, puede afirmarse que las groserías
son una clase verbal especial del lenguaje familiar.
Las
groserías blasfematorias dirigidas a las divinidades eran ambivalentes:
degradaban y mortificaban a la vez que regeneraban y renovaban. Y son
precisamente estas blasfemias ambivalentes las que determinaron el
carácter verbal típico de las groserías en la comunicación familiar
carnavalesca. En efecto, durante el carnaval estas groserías cambiaban
considerablemente de sentido, para convertirse en un fin en sí mismo y
adquirir así universalidad y profundidad. Gracias a esta metamorfosis,
las palabrotas contribuían a la creación de una atmósfera de libertad
dentro de la vida secundaria carnavalesca.
Los juramentos
inicialmente no tenían ninguna relación con la risa, pero al ser
eliminados de las esferas del lenguaje oficial, pues infringían sus
reglas verbales, no les quedó otro recurso que el de implantarse en la
esfera libre del lenguaje familiar. Sumergidos en el ambiente del
carnaval, adquirieron un valor cómico y se volvieron ambivalentes.
El lenguaje familiar se convirtió en cierto modo en receptáculo donde
se acumularon las expresiones verbales prohibidas y eliminadas de la
comunicación oficial. A pesar de su heterogeneidad originaria, estas
palabras asimilaron la cosmovisión carnavalesca, modificaron sus
antiguas funciones, adquirieron un tono cómico general, y se
convirtieron, por así decirlo, en las chispas de la llama única del
carnaval, llamada a renovar el mundo.
De aquí hemos heredado todos los refranes y dichos populares, a menudo escatológicos y humorísticos.
EL ASCETISMO MODERNO
Se trató de la separación ascética de la vida en sí misma: principio de negatividad y nihilismo que desembocó en la dominación destructiva del universo.
Esta ascesis implicó un renovado desprecio por la risa.
En el siglo XVI este desprecio europeo se manifestó por la acentuación
de la tradición canónica de Occidente desde Castilla a los Países Bajos.
En 1535 Erasmo de Rotterdam (1469-1536), condenó la tradición religiosa
popular medieval del Carnaval y el reformador suizo Oecolampadius la “risa pascual”: “Y
lo más vergonzoso es que, siguiendo el deseo del pueblo, algunos
provocan la risa de la gente en las fiestas pascuales con relatos de tal
calibre, obviamente inventados y en su mayor parte obscenos, que ni
siquiera en un convite un hombre honesto podría repetirlos sin
avergonzarse.”(“Ecclestiastae”, Basilea 1535). En 1596, inspirado
sobre todo en Aristóteles, el literato y médico de la Corte, el español
Alonso López Pinciano, crítico tenaz de la cultura popular de su tiempo,
señaló que “la risa está fundada en un no sé qué de torpe y feo, de
lo cual hay en el mundo más que otra cosa alguna. Sea pues, el
fundamento principal, que la risa tiene su asiento en fealdad y torpeza”. Según él, “las personas graves ríen poco, que el reírse mucho es de comunes”. López Pinciano distinguió,incluso entre sus lectores, las orejas “patricias y trágicas” de las “populares y cómicas"
Cuando
las autoridades civiles y eclesiásticas lograron, por motivos morales o
religiosos, en un proceso iniciado a finales de la Edad Media y que
culminó el siglo XVII, terminar con los carnavales y fiestas de locos,
misas bufas, clérigos vagos, matrimonios dobles o triples, y demás
formas tradicionales de la vida cotidiana, la vida social comenzó a
organizarse según la forma de una incipiente administración racional,
un estado nacional, y unos saberes sistemáticos y disciplinados, es
decir, comenzó lo que denominamos Edad Moderna y lo que hemos llamado Ilustración.
Mientras
que la vida se había desarrollado un tanto desorganizadamente, y Europa
todavía no daba muestras de poder y querer constituirse como un
sistema, la literatura había pintado a pastores que citaban a Ovidio, a
campesinas de cabellos de oro, a valientes caballeros que rivalizaban
con los arcángeles, y suministraba una galería de archiduques del
comportamiento que por lo menos marcaban la pauta y señalaban los
cánones de la existencia humana.
Pero cuando los locos
desaparecieron de la vida cotidiana entonces empezaron a emerger en la
literatura. En primer lugar de la mano de Erasmo de Rotterdam, y en
segundo lugar de la de Miguel de Cervantes con el Quijote y en la de
Mateo Alemán con su Guzmán de Alfarache.
En el siglo XVI español
se institucionalizaron determinados espacios culturales donde podía
tener cabida este mundo cómico popular. Con todo, esas instancias, como
el teatro breve de los llamados entremeses, fueron, al fin,
conservadores, pues dejaban en último término intocadas a las élites del
poder, y la mayoría de las veces tenían un propósito moralizante.
Estas
élites debieron ser, en definitiva, patricias y trágicas. Ese era el
modelo ascético de la cultura moderna temprana ¿Dónde podía reinar a sus
anchas el humor y la risa? En el mundo bajo del pueblo, o en el mundo
de los niños y de los amantes, como expresó el teólogo jesuita Francisco
Suárez.
En
el siglo XVII, y con la Contrarreforma, asistimos al decline del bufón
de corte y una desintegración de las formas populares del humor
(1550-1650),lo que Bajtín denominina "declive de la risa popular",
como consecuenca de lo Norbert Elias define como "proceso civilizador",
más concretamente "una contención social en favor de la
autocontemplación", no sólo como movimiento clerical sino debido a un
cambio generalizado de actitudes (aunque igualemnte en las capas más
altas de la sociedad) hacia una retirada de la cultura popular en las
artes, escrito en términos de un cada vez mayor autocontrol.
Los intelectuales europeos se tornaron aun más desconfiados y recelosos de la risa.
Esa fue la posición del famoso obispo y consejero del rey Luis XIV en
Francia Jacobo Bossuet (1627-1704. El racionalista religioso holandés
Baruch Spinoza (1632-1677) afirmó que el camino de la verdad pasaba por
la liberación de la pena y de la alegría. Su lema era ni llorar ni reír,
sino sólo aprender. Según Thomas Hobbes (1588-1679), siguiendo a
Aristóteles, la risa estaba asociada a los débiles e incapaces que
necesitan reírse de los defectos ajenos, “aquellos que tienen conciencia de lo exiguo de su propia capacidad”.
No es algo propio de los hombres grandes que se comparan sólo con los
más capaces (“Leviathan”, 1651). Finalmente, en España comenzó a abundar
el mal humor o humor negro de autores como Francisco de Quevedo
(1580-1645) o Baltasar Gracián (1601-1658), autor de “El Criticón”
(1651-7). Estos expresaron su visión amarga, sombría y pesimista del mundo. “Al carnaval vitalista, rabelaisiano del pueblo, responde Quevedo con un anti-carnaval, con un carnaval de muerte.”
Con el siglo XVIII, como ha dicho Mijail Bajtin, la risa feliz se convirtió simplemente en algo despreciable y vil (“La cultura popular....”). Voltaire (1694-1778) concibió la risa como una negatividad radical, propia de la ascesis moderna. Se trató de la risa humillante con que se ataca al adversario: “La
risa sarcástica, perfidum ridens, es diferente; es la alegría que nos
causa la humillación de los demás. Perseguimos con risa burlona y
maliciosa al que prometiéndonos maravillas, no hace más que
tonterías;... Nuestro orgullo entonces se burla del orgullo necio de los
demás.” (“Diccionario filosófico”, art. “Risa”, 1764). Por su
parte, Kant (1724-1804), también asoció la risa con la negatividad y en
nihilismo modernos: “La risa es una afección nacida de la transformación súbita de una espera en nada.” (“Kritik der Urteilskraft”).
El siglo XIX constituyó el momento culminante en la seriedad moderna. “La
ciencia experimental y analítica, la filosofía, el utilitarismo y el
reformismo políticos, el manchesterianismo, todas son actividades
profundamente serias... Si alguna vez un siglo se ha tomado a sí mismo y
a toda la existencia en serio, éste es el siglo XIX.” (J. Huizinga, “Homo ludens. El juego y la cultura”).
En este contexto las manifestaciones del humor fueron especialmente
deshumanizadas por los intelectuales de Europa. La risa fue comprendida
sólo como una acción mecánica, irracional, animal. Herbert Spencer
(1820-1903) vio en ella sólo una función aliviante de las tensiones
fisiológicas (“The Phisiology of Laughter”, 1860). Charles
Darwin (1809-1882) degradó la risa, en cualquiera de sus
manifestaciones, a actos reflejos o animales, condicionados por el
placer (“The Expression of the Emotions in Man and Animals”,
1872). Reproduciendo visiones características y arcaicas europeas, la
risa y lo cómico se asoció a lo demoníaco o satánico, como lo planteó
Charles Baudelaire (1821-1867) (“Curiosités esthétiques: De l´essence du rire...”, 1855).
La risa es satánica y por eso es profundamente humana, está íntimamente
ligada al accidente de una antigua caída, de una degradación física y
moral, pues testifica, en efecto, el orgullo desmesurado del hombre,
celebrando en un delirio de poder su voluntad de autoafirmación.
Durante
el siglo XX se desencadenaron las inevitablemente trágicas
consecuencias de la ascesis moderna de Occidente (guerras mundiales,
estados totalitarios, devastación ecológica). Fueron los resultados
nihilistas y autodestructivos de la ascesis de la razón iniciada en el
siglo XVI, culminación de un paradigma que hundió sus raíces en la
antigüedad clásica. Llama la atención que uno de los críticos más
enconados de la ascesis moderna terminara, él mismo, reivindicando el carácter trágico de la vida.
Miguel de Unamuno (1864-1936) vio la contradicción flagrante entre la
razón y la vida humanas. Mas no quiso superarla, y a esa lucha
desesperada la llamó el sentimiento trágico de la vida. Esta imagen del
mundo reprodujo, en sus palabras, la visión del filósofo estoico y
emperador Marco Aurelio, de San Agustín y Pascal, entre otros (“Del sentimiento trágico de la vida”,1912).Otra
forma de degradación moderna de la risa fue entenderla como un
mecanismo de la inteligencia o la razón pura, incompatible con la
emoción, destinado a humillar y corregir. Así, en manos del filósofo, la
risa encierra una “cierta dosis de amargura” (Henry Bergson, “La risa. Ensayo sobre la significación de lo cómico”, 1924).
En
medio de la evolución señalada de la ascesis moderna clásica como
separación nihilista y autodestructiva de la vida no faltaron posiciones
críticas y contradictorias que reflejaron en mayor o menor medida la
importancia y la vigencia del vitalismo de las culturas cómicas
populares. Miguel de Cervantes (1547-1616) se inspiró en el espíritu de
la no-seriedad (M. Kundera). Su obra relativizó el mundo inflexible,
severo, de locura, del “Caballero de la triste figura” desde el horizonte carnavalesco popular de Sancho Panza. (F. Schürr, “Cervantes. Zum 400 Geburtstag des grossen Humoristen”,1947).
Anthony Shaftesbury (1671-1713) reivindicó la relación estrecha entre
buen humor y religión. Sólo el mal humor podía llevar al ateísmo (“Of the Force of Humour in Religion”, en “Characteristics of Men, Manners, Opinions, Times”, 1737-1738).
Información tomada de:
“La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: El contexto de François Rabelais” Mijail Bajtin
La risa y el humor en la antigüedad” Javier Martín Camacho
“Universalidad y variabilidad cultural de la risa y el humor“ Eduardo Jaúregui
"Filosofía medieval" Gonzalo Soto Posada
“Humanismo y locura” Jacinto Choza
"Fronteras de lo cómico en Italia(1350-1750)" Peter Burke
“Risa y cultura en Chile” Maximiliano Salinas C.
SANTOS TONTOS
Los santos tontos o santos locos por (el bien de)Cristo son virtuosos
religiosos (profestas, monjes, ermitaños, anacoretas) que practican una
vida en imitación a Dios (imitatio Dei), se comportan y actúan al margen
de las normas sociales y al margen de la Iglesia. Por ello, como la
figura del trickster, es un personaje ambiguo, atrapado entre la
sociedad y la Iglesia, y ambivalente, un hombre que " quiere lograr
autotransformarse en divinidad (ser ángel) pareciendo ser una
bestia.Cuestionan las identidades. Borran las diferencias de sexo
(¿hombres o mujeres?) y las del logos (¿sabios o locos?)(Madness and Divinization in Early Christian Monasticism, Guy C. Stroumsa, incluído en "Self and Self-transformation in the History of Religions" David Dean)
MOTIVACIONES Y EXPRESIONES PREVIAS
"Cada
hombre que está loco se hace él mismo un profeta” (Jeremías 29:26), y
Oseas, refiere “al profeta como tonto y al hombre espiritual como
loco”. Pero también la sabiduría de Sócrates era visto por Platón como
opuesta a la humana.
El frenesí religioso en el cristianismo
primitivo manifestaba unos rasgos distintivos, que surgía sobre todo del
Nuevo Testamento. El rechazo radical a los medios mundanos, la casi
contraposición entre sabiduría divina que fue expresada por San Pablo:
“Destruiré la sabiduría del sabio y no daré nada al entendimiento del
prudente. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿No ha hecho Dios
tonta la sabiduría de este mundo? Porque la tontería de Dios es más
sabia que el hombre, y la debilidad de Dios es más fuerte que el hombre”
(I Corintios I: 19-26) Y también: “Porque la palabra de la cruz es
locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a
nosotros, es poder de Dios“. (1 Corintios 1:18) “Pues ya que en la
sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,
agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación“.
(1 Corintios 1:21)La nueva escala de valores de San Pablo es que la
sabiduría a los ojos del hombre se ha convertido en tontería porque la
sabiduría de Dios se ha vuelto locura para el hombre “Somos tontos en el
bien de Cristo, pero vosotros sois sabios en Cristo. Vosotros en el
honor, nosotros en el oprobio” (I Corintios 4:10)Uno debería quizás
darse cuenta que el éxtasis aquí es simplemente locura“.
En la
última antigüedad, los ascetas cristianos conocieron bien las poderosas
palabras de San Pablo en su corazón. Metafóricamente ellos reforzarían
primero la demanda de humildad: nadie debería clamar su propia
sabiduría. En palabras de San Agustín “si te llamas a ti mismo sabio, te
conviertes en tonto; llámate tonto y te conviertes en sabio” Las
palabras de San Pablo podrían justificar una oposición radical de los
medios del mundo, como en la Norma de Basilio de Cesarea: “ ¿Cómo puede
uno convertirse en tonto para el mundo? Además estas palabras podrían
percibirse como una inducción a tal conducta. Aunque el pasaje de San
Pablo sobre la sabiduría divina que parece tontería o locura a los
extraños no es por sí sólo suficiente para explicar la conducta
espantosa de los salos(locos,idiotas santos)
Antiguo
Testamento: el Profeta Isaías anduvo desnudo y descalzo aproximadamente
tres años prediciendo un próximo cautiverio en Egipto Isaías 20:2,3; el
profeta Ezequiel está ante una piedra, que simbolizaba Jerusalén
asediado, y comió pan horneado con excrementos (Ezequiel 4); Oseas se
casó con una prostituta para simbolizar la infidelidad de Israel ante
Dios (Oseas 3). Los profetas no fueron considerados como tontos, cuando
ellos hicieron acciones asisladas para llamar la atención de la gente y
despertar su arrepentimiento. Todas estas acciones fueron según se
relatan inspiradas por Dios y correspondían a Su voluntad como servicios
de profeta.
Nuevo testamento: Según ideas cristianas, "la
tontería" incluyó el rechazo consecuente del propio cuidado mundano y la
imitación a Cristo, que soportó burlas y humillación de la muchedumbre.
Por eso, el sentido espiritual "de la tontería" de los
años tempranos del cristianismo estaba cerca de la no aceptación de
reglas sociales comunes de hipocresía, brutalidad, sed de poder,
ganancias y honores.
Por las palabras de San Antonio el Grande
o Antonio Abad (251-356), fundador del movimiento eremítico: "aquí
viene el tiempo, cuando la gente se comportará como locos, y si ellos
ven a alguien que no se comporta así, ellos se rebelarán contra él y
dirán: "usted es loco", - porque él no se parece a ellos. "
Los
anacoretas cristianos cuando optan por la retirada al desierto, no sólo
rompen los lazos que les unían con su familia, con su aldea o ciudad,
sino también con la organización eclesiástica imperante, optan por una
búsqueda directa de Dios, sin intermediarios de ningún tipo, Iglesia
incluida. la recomendación evangélica «si quieres ser perfecto, vende
cuanto tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos, y
ven y sigueme» tomaron éste como el precepto supremo y la base de la
auténtica concepción cristiana.
Pero de todas las fuentes se
deduce claramente que el fenómeno alcanzó un carácter masivo, y que los
monjes anacoretas se podían contar por miles en el siglo IV.
El
anacoretismo se convirtió en una forma de rebelión y de protesta social y
religiosa y el ejemplo se trasplantó a otros muchos lugares del Imperio
Pero nunca fue un movimiento organizado Era el tiempo del
individualismo, de la protesta individual, que no aspiraba a transformar
ni a crear algo nuevo que reemplazase aquello de lo que se huía.
Representó la concepción del cristianismo como salvación del individuo
El anacoreta lucha solo y los enemigos que tiene que vencer son enemigos
personales, el cuerpo y su expresión más cuajada, la sexualidad, y el
demonio.
LOCOS, IDIOTAS Y EXTRAVAGANTES
A partir del
siglo III surge una compleja tradición de excentricidad religiosa y
liderazgo carismático en las primeras comunidades del cristianismo
primitivo, del medio Egipto, Palestina y Siria. Los monjes, y más
particularmente los anacoretas, gozaban de una gran libertad para
organizar su vida. En general, vivían libres sin reglamento de vida, ni
superior.Cada solitario consultaba sus fuerzas y, siguiendo el carisma
que le dictaba la conciencia, se comportaba como le parecía, surgiendo
pintorescos y variados ejemplos. A fines del siglo III los ascetas
empezaron a retirarse al desierto, practicaron austeridades que
conducían a la más alta mortificación.
En las provincias orientales del Imperio Bizantino, eran comunes
prácticas ascéticas que empujaban al creyente a llevar una vida
radicalmente diferente de la que se suponía norma. El alejamiento de la
sociedad como actividad religiosa para pasar a un estado de armonía con
la divinidad, fue una constante en el ámbito geográfico de Oriente
Próximo. La Historia religiosa de Teodoreto, escrita hacia el año 444 y la De mendanda vita monástica
de Eustaquio de Tesalónica (s.XII) o Juan Mosco en su obra "El
Prado"(550-619)se enumeran y describen los excéntricos ejercicios
particulares de ascesis monástica, tendencias todas que reflejan
comportamientos anómalos.
- Los stáois o estacionarios monjes que se condenaban a la statio
o inmovilización absoluta. Se imponían como regla estar siempre de pie,
sin hablar ni alzar los ojos, sin extenderse para dormir.
- Los dendrítai, dendritas. Eran anacoretas que vivían en los árboles. Construían sobre las ramas una especie de cabaña y allí pasaban su vida.
- Los akemetoi, acemetas «los que no duermen». Los sirios les llamaban chahore o los que vigilan.
- los reclusos
o recluidos voluntarios. Eran ascetas que, para evitar el mundanal
ruido, se encerraban en celdas estrechas, donde no hablaban más que con
Dios.
- Los hipetros, o monjes viviendo a la intemperie. Dos
grupos: los que se encerraban en recintos no cubiertos, hechos de piedra
sin argamasa, en donde el sol les tostaba en verano y el hielo les
torturaba en invierno y los que, despreciando el más modesto recinto, se
exponían, inmóviles, a la curiosidad general, de tal manera que la
gente podía verles y palparles.
- los stelítai,
estilitas, del griego stylos (columna), que para evitar el vagabundeo,
vivían sobre columnas, en una inmovilidad casi absoluta durante largas
temporadas e incluso toda la vida, sin bajar para nada, que requiere
bastante locura y un grado alto de apatheia(abandono de las pasiones). El estilita San Simeón el Grande (390-422) alcanzó gran fama y era motivo de peregrianje y devoción.
(Luis Buñuel filmó en su inspiración "Simón del desierto")
- Los boskoí
o monjes-pastores ascetas de costumbres salvajes. Vivían a la
intemperie, en la campaña, caminando a cuatro patas como los animales y
alimentándose de hierbas que pacían a la manera de las ovejas.
-
Los vagabundos. Eran monjes que, abusando de la virtud de los otros,
vagaban de pueblo en pueblo, de casa en casa, perturbando la paz de la
Iglesia y del Estado. Así manifestaban su condición de extranjeros y
advenedizos en este mundo. Sustrayéndose a toda disciplina, se imponían a
la más rigurosa ociosidad. “Por su conducta no son monjes”.
- Además estaban: los monjes que no se cortaban los cabellos, que dormían sobre el duro suelo (jamaieynai), los descalzos, los desnudos (gymnetai), los cubiertos de barro (rypontes), los que no se lavaban (aniptoi), que no se lavaban los pies (aniptópodes), los silenciosos, los habitantes de grutas (stelítotai), los que llevaban cadenas (sideróforoi), los peregrinos, los sepultados bajo tierra (jostoi)y como advierte Eustacio, aquellos que de "mil modos diversos renunciaron al mundo".
LOS SALOS
Los más desconcertantes anacoretas fueron los dementes, dementes por Cristo,saloi,
necios o tontos por el amor de Cristo. Estos, para practicar la
humildad y el desprecio de sí mismos, vagabundeaban de día por los
pueblos, haciéndose pasar por débiles mentales o poseídos del demonio.
La noche la consagraban a la oración solitaria e intensa.
El
término salos es tardío y bastante raro y aparece casi sólo en la
literatura monástica.Por algún tiempo se creyó que provenía del sirio sakla, estúpido.
El origen del término probablemente es popular. Solía usarse como imbécil, tonto, simple.
Primeros santos idiotas
El caso más temprano de tonto en Cristo, proviene del s. IV del monacato egipcio. Apopthtegmata Patrum nos cuenta que el Padre Ammonas
estuvo catorce años en el desierto de Scete buscando constantemente a
través del rezo para dominar la cólera y conseguir deshacerse de su
propia voluntad y pensamientos, en el bien de Dios. Cuando la gente le
preguntaba para arbitrar entre ellos, el hacía el tonto. Una mujer dijo a
otra “éste monje está loco”, a lo que él contestó “¿cuánto tiempo he
sufrido en el desierto para adquirir esta locura, y por ti debería
perderla hoy? Este ejemplo muestra al monje como un loco para no ser
molestado por ninguna responsabilidad social. Esto lo hace así para
concentrarse en conseguir el dominio de sus pasiones, aphateia, el ideal
del sabio estoico.
El otro caso del siglo IV es de una monja anónima de Tabennesis, Egipto, recogida en Historia Lausiaca
de Paladio. Lejos de estar loca, esta monja, disimulaba locura y el
demonio. Inconsciente de su estado real de salud, las otras monjas la
llamaron salé, nombre referido a los que están mentalmente enfermos.
Como ninguna de las 400 monjas comía con ella, nunca se la vio comer en
su vida y se le asignaron todo tipo de tareas serviles, en particular la
cocina, siendo la “esponja del monasterio”.Paladio añade así que ella
estaba concluyendo el dicho del apóstol “si alguien quiere ser sabio
entre nosotros, déjenle volverse loco en este mundo, para ser sabio”
Piterum, un anacoreta de Porfirita escuchó a un angel sobre la mujer
santa y fue a verla. Ella salió un rato de la cocina con sus trapos. El
le pidió que le bendijera, las monjas exclamaron que era una salé.”Sois
vosotras las locas” dijo el santo. “Ella es nuestra amma (madre
espiritual) tanto mía como vuestra” Las monjas le pidieron que las
perdonara por sus insultos y mal comportamiento en el pasado, y después
de unos días, ella desapareció para siempre, incapaz de soportar la
estima y el honor.
Aunque éste es el único caso de mujer en el
cristianismo nos dice que el salos puede ser tanto hombre como mujer,
que la existencia de los salos enfatiza el hecho de que los verdaderos
tontos son aquellos que lo desprecian, que este comportamiento puede
ocurrir entre una comunidad monástica y puede reflejar la actitud de una
vida: la
revelación de la identidad de su secreto puede literalmente
matar al santo, que no puede sobrevivir al reconocimiento público de su
santidad. En un sentido pues, pero sólo en un sentido, los salos son la
oposición exacta de aquel santo estilita Simeón
de la antigua Siria, que proclama constantemente su vida en la cima de un pilar, cada
vez más alto, su santidad y sus poderes, como un virtuoso carismático.
Historia Eclesiástica
de Evragio Póntico (s. VI)describe dos tipos de vida monacales en
Palestina. Algunos monjes viven como en manadas sin tener ningunos
eslabones terrenales en absoluto, incluso sus ropas no les pertenecían y
pasaban e uno a otro monje; comen juntos pero sólo lo justo para
sobrevivir, ayunando durante largos periodos que parecían esqueletos en
movimiento. Otros monjes, seguían el camino opuesto, viviendo solos en
sus pequeñas cuevas.
Un
tercer tipo de monje, tanto hombres como mujeres, “inventaron un tipo
de vida (politeia) que va más allá en términos de coraje y resistencia“.
Vagaban por el desierto casi desnudos, ocultando sólo sus genitales,
tanto en verano como en invierno. Se convirtieron en compañeros de las
bestias y se les llamaba boskoi, comedores de
hierba. Ello comían sólo lo que encontraban en el desierto,
eventualmente eran como animales, perdiendo la forma y los sentimientos
humanos, huyendo siempre que alguien tratara de acercarse a ellos.
Para el más pequeño pero más impresionante grupo de monjes, los salos,añade Evragio,eran los que habían alcanzado la impasibiliidad, apatheia,
volvían al mundo pretendiendo ser locos (paraphorous) Se comportaban
sin vergüenza, comían lo que encontraban, incluso entraban desnudos a
los baños de las mujeres y estaban entre ellas, habiendo dominado sus
pasiones y sin ninguna excitación sexual. Evragio explica esta
perplejidad de falta de normal sexualidad al añadir que ellos son
hombres entre hombres y mujeres entre mujeres, ya que ellos desean
participar en la naturaleza de los dos sexos. En pocas palabra, esta
excelente y teofórica politeia tiene sus propias leyes que va en contra
de aquellos de la naturaleza. Estos atletas sin cuerpo, como eran,
llevan una doble vida, ya que ellos también traen remedios a los cuerpos
de aquellos que viven en la carne.
la búsqueda subliminal entre los monjes de la androginia,
esto es por lo que Evragio llama carácter teoforico a esta conducta,
una conducta que implica cruzar los límites entre la naturaleza humana y
divina. Habiendo completamente dominado sus pasiones y venciendo su
género, estos monjes se han convertido de hecho en ángeles, no en
bestias. Ahora hay criaturas divinas que han vuelto al Adán andrógino
antes de la caída.
La vida del Padre Daniel de Scete, texto del s.V ofrece otro ejemplo de salos - Marco el Locoque
vivió en Alejandría,sobrevivió robando en el mercado que repartía entre
otros saloi, conocido por sus extravagancias. Cuando es descrito como
un loco, Daniel les responde “Eres tú el loco (saloi)”el santo enmascara
como salos funciones que revelan una locura común, y el carácter
inhumano de la vida común.
Conocemos otros ejemplos de saloi en
los ss. VI y principios del VII. Juan de Amida (Diarbékyr), payaso.
Prisco Vitalio, un pobre extranjero, está rodeado por el fuego y es
feliz en la ciudad donde vive precisamente porque la gente deja en paz a
los que consideran locos. Otro salos, Vitalios vive en el convento de
Abba Seridon, cerca de Gaza. Otro ejemplo de un salos en Alejandría lo
encontramos en “El Prado espiritual” de Juan Mosco (s. VII).
SIMEÓN DE EMESA (522-590)
La obra de Leontio, obispo de Neapolis “Vida de Simeón el Loco”,escrita
en el siglo VII, convierte a Simeón en el más famoso tonto por Cristo.
Simeón de Emes(hoy Homs)vivió en Siria y Palestina.
Excéntrico,
desaliñado,jovial, brutal, provocador, irrita, divierte, atrae la
admiración o los golpes. Simeón hacía el loco en el ágora, pero ante sus
amigos cercanos no actuaba, Acentuando la sima entre sus actitudes
privadas y públicas, Simeón solía permanecer casi siempre solo, nadie
sabía cómo rezaba o qué comía. Es el último actor, un santo secreto que,
en una radical transformación cristiana del teatro grecorromano,
interpreta al villano. Los cristianos desconfiaban de él y les
desagradaba la escena; pero en este nuevo modo de tragicomedia, Simeón
lleva el teatro a la calle. Su nombre se vincula a escándalos sexuales.
Una vez, una sirvienta embarazada lo acusa de ser el padre. Otra
historia cuenta que Simeón estuvo en una cabina de un prostíbulo durante
un buen rato.Pero las sospechas y acusaciones sobre su conducta
inconformista eran infundadas, ya que nunca rompió las normas éticas o
religiosas.
Llevó primero una vida de prácticas ascéticas como
monje cenóbico y después como anacoreta en el desierto, un completo
vagabundo que comen lo que encuentran, un comedor de hierba o boskoi.Veintinueve años de esta experiencia, alcanzó la apatehia, la impasibilidad o insensibilidad a las pasiones,y poder hacerse el idiota en Emesa.
“Me marcho en el poder de Cristo, me burlaré del mundo” Esta
frase ofrece la clave para el comportamiento posterior de Simeón como
salos. el remordimiento es una de las mayores virtudes cultivadas en
Bizancio y la vida monástica del este era un continuo arrepentimiento de
una naturaleza pecadora. En este contexto cultural, la risa era un arma
de choque, el porte de un carácter demoníaco. Sorprendentemente, Simeón
decide usar precisamente tales medios para afrontar la amenaza de
Satán: entra al mundo, en guardia, bajo el disfraz de la risa,
burlándose del mundo y del diablo,que no lo reconoce como amargo enemigo
bajo el disfraz de un loco riendo. La risa ridiculiza al enemigo,
transformándole en una reserva risueña, eventualmente, desarmándolo.
Como
santo es un excéntrico que hace lo que sea para atraer la atención
tanto en la calle como sobre un pilar, como un ateo loco, se comporta
mal en las iglesias, dejándose acusar de ser un violador, comiendo carne
en fechas prohibidas, camina
desnudo, evacúa en público.Hay
relatados dos diferencies aspectos en la conducta de Simeón como un
salos. Por un lado aparece totalmente carente de decencia humana, como
cuando aparece con total descaro corporal. Por otro lado el parece
bastante fuera de su mente y todos, incluso niños, le llaman loco o
idiota. Su contestación normal a esto era “ Sois vosotros los idiotas”
El
objetivo de Simeón con todas estas acciones es doble, por un lado
salvar almas, con actos extraños y palabras perplejas, y por otro,
espera, a través de la máscara de salos, salvar su propia alma.Para eso
debe mantenerse anónimo, pasar de incógnito o mantener su virtud oculta,
para evitar corromperse por el respeto y el honor. Esta actitud de los
salos refleja una especie de anacoresis o separación del mundo.
En
la idiotez de Simeón, el cambio de conocimiento a salos es sólo una
autotransformación funcional. La forma ascética ha tenido éxito
poniéndose la máscara antinómica de pecador y estúpido sin abandonar su
personalidad real, no por una santidad ascética, De hecho esta estupidez
es sólo en público. “Por otra parte el se comportaba así ante la gente”
dice el texto en una clara imitativo Christi. Con su amigo Juan él
retiene su conducta ascética, ayunando y rezando intensamente. Para sus
rezos y prácticas acéticas, normalmente se retira a un sitio apartado,
que nadie excepto Juan conoce.
CARACTERÍSTICAS DEL SANTO LOCO
Los
santos locos vienen a la ciudad a provocar con su locura una especie de
contra cultura. En este sentido, conservan el carácter crítico del
primer movimiento monástico cristiano (el monaquismo del Desierto). Los
santos locos moderan el extremismo ascético pero radicalizan sus
teatralidades espirituales quedando atrapados o sujetos a una percepción
ambigua en la sociedad y en la Iglesia.
Elena Volkova nos dice
que El Santo Tonto tiene un común denominador que debe ser la voluntaria
renuncia a la razón, a la cordura, en su sentido mundano. Tienen la
apariencia y el comportamiento del provocador. Provoca a
las personas a reírse de él, que se indignan, y le arrojan piedras,
insultan, etc De esta manera se convierte en el objeto de la persecución
y el ostracismo, como fue el mismo Cristo. Hacerse pasar por loco es un
suplicio que serviría para expiar culpas y demostrar ante Dios la
capacidad de entrega.
- El Loco se pone una máscara de locura, y deja el mundo de la razón a los seres humanos. Por ello se encuentra en el exterior, es un outsider,está
en el borde de la sociedad humana y, así, queda libre de todas las
normas, obligaciones y sabiduría del mundo. En la máscara de la locura,
el Santo Loco logra su independencia de un mundo
atrapado en el mal y, vestido en la locura, le dice la verdad a la cara
al mundo. La máscara de la locura por lo tanto trae la independencia de
los males del mundo y es un vehículo de la verdad.
- Eran los únicos dramaturgos y actores entre los santos cristianos, la presentación de un actor de teatro.
Buscan la reacción en los otros, en su "público" en aquellos ante los
que se representa el papel de loco. En formas extravagantes, ridículas e
incluso agresivas del loco. Obra sabiéndose observado y convertido en
centro de atención gracias a sus extrañas actitudes.
- Aquí nos
encontramos con la típica ambigüedad en el carácter del tonto: él parece
ser el poseído por el demonio y, al mismo tiempo el que lucha contra
él.El santo tonto muestra en sí mismo el control total del cuerpo: él es
capaz de mantenerse cercano al pecado, pero sin sucumbir, esta forma de
monacato es un comportamiento paradójico que impulsa al asceta en
muchos momentos a acercarse al pecado para alejarlo, de hecho fue
prohíbido por la Iglesia en el s.VII.
El santo loco asceta
representa la negación del mundo y la imitación de Cristo. Creen que
tener la fe es amar el deshonor, la gloria mundana.
- El salos
(loco o tonto por Cristo) es en realidad un asceta que se hace pasar por
demente ocultando que el verdadero hecho que lo empuja a actuar de tal
forma es la devoción.
- Se empeñan en eliminar toda sospecha de
santidad que puedan sospechar los observadores para los que el santo
actúa. Actúa de modo artificial en su vida normal, como si interpretara
un papel.
- Utiliza la locura como "camuflaje" para rechazar el pecado del orgullo.
-
La ausencia de determinadas "pasiones" humanas (apatheia) en el salós,
explica también determinados comportamientos alejados de toda convención
social, sin sentir vergüenza o asco.
- Causan rechazo en los demás: son insultados o golpeados y ellos lo aceptan como
una forma más de penitencia.
SANTOS LOCOS Y CÍNICOS
Los
monjes locos son reconocidos por su humor ácido y su crítica rebelde y
radical, y seguidores fieles de la naturaleza, que se mofan de las penas
y preocupaciones ajenas con total desvergüenza, liberados de toda
sujeción institucional, que predican la autosuficiencia, la austeridad
extrema y la extravagancia para alcanzar la tranquilidad de ánimo y la
vida feliz. Los cínicos son "perros" (kúon), símbolos para los
griegos de una vida expresiva propia y soberana y de la risa sabia ante
los vaivenes de la fortuna. (Utopías de sabiduría y santa locura : Ensayo sobre la mística cristiana de raíz bizantina primitiva* Jorge Osorio Vargas)
Se ha comparado a los santos locos con el cinismo griego, cuyo origen
está en Diogenes de Sínope o Diógenes el Cínico(412-323 a.C). Vivió
como un vagabundo forastero en las calles de Atenas, convirtiendo la
pobreza extrema en una virtud.
La idea cínica de autosuficiencia: una
vida natural e independiente a los lujos de la sociedad. Según él la
virtud es el soberano bien. La ciencia, los honores y las riquezas son
falsos bienes que hay que despreciar. El principio de su filosofía
consiste en denunciar por todas partes lo convencional y oponer a ello
su naturaleza. El sabio debe tender a liberarse de sus deseos y reducir
al máximo sus necesidades.
El cínico es el hombre auténtico y que
rechaza la ética impuesta, valorando lo "esencial" y rechazando los
usos comunes como sospechosos de una mala manera de vivir. Por ello,
construyen sus vidas fuera de las normas , son anormales (e-normes) y
alitúrgicos. Ellos elaboran su propia escenografía de vida para hacer
visible la verdad, que se manifiesta principalmente en el cuerpo, lo que
se vincularía con la tradición ascética cristiana monástica que ha
colocado el cuerpo en el centro de su fábula mística.
Ambos son
actos de enfrentamiento y rechazo profundo a lo establecido. La pobreza
buscada, o al menos no rechazada, es una de las marcadas similitudes.El
loco era austero por voluntad propia y por devoción a Dios. Diógenes
vivía como mendigo. Sin embargo cuando se presentaba la ocasión comían
como leones,
La santa locura es un pensamiento de choque, esto es
que se produce contra las acciones de los demás y parece buscar una
reacción en aquel que observa al loco
El cínico hace lo que predica y con sus palabras y sus obras denuncia la falsedad del mundo que le rodea.
El
santo rechaza todo bien material en imitación a Cristo y a lo que éste
hizo, Diógenes critica desde su raíz el dinero y el lujo que considera
engaños de la sociedad que le rodeaba, desprecio o inconformismo hacia
el dinero. Desprecian todo bien por considerarlo algo material que sólo
puede satisfacer al cuerpo en el pecado,o por considerar lo material
como que esclaviza al hombre.
La denostación era un arte que manejaban a la perfección.
La impasibilidad y la no atención a las convenciones sociales: para los saloí,
el control de cuerpo les motivaba a realizar cosas que aparentemente
resultaban pecaminosas a los demás, la actitud general de Diógenes viene
dada más bien por estar más allá de todo aquello que él consideraba
falso y antinatural.
Realmente el cínico es un asceta a su modo. Como consecuencia de una forma de
pensar
y entender el mundo, Diógenes decide llevar a cabo lo que su razón le
dice. Su ascesis particular consiste en ejercitar la virtud mediante la
filosofía y a la vez en ir despojándose de aquello que entiende
superfluo.
Dos tendencias diferentes pero con algunos rasgos
paralelos. De hecho no se puede denominar escuela filosófica, al cinismo
que era más bien la antiescuela, y por ello no paraba de meterse con
las enseñanzas de Platón. La locura por causa de Cristo tiene igualmente
poco de costumbre monacal oficial, sino que se produce de modo
esporádico en otras ciudades a imitación de Simeón. debió haber un gran
numero de seguidores de estas “doctrinas” anónimos que repetían las
anécdotas de sus inspiradores.
LOS YURODIVI
Con la pérdida
de Egipto, Siria y Palestina, tras las invasiones islámicas en el siglo
VII, el ascetismo perdió en Bizancio su frescura e ímpetu. No apareció
otro Simeón salos, solo hombres pios que se comportaban como locos por
cortos periodos y x razones especiales. Basilio el joven s X en
Constantinopla, loco a tiempo parcial; Simeon Eulabes, Cirilo de Fileas
(m 1110) en ocasiones se hacia el loco. Además de esos anónimos casos de
dudosa certeza.
San Sabas el joven (s.XIV) último salos bizantino.
Asceta itinerante, iba desnudo, en silencio y haciéndose pasar por
tonto. Su locura no era agresiva, fundamentalmente mímica, la gente
pensaba que era estúpido más que loco; en vez de burlarse del mundo y
los demonios, dejó al mundo y al demonio burlarse de él.
En el s.X, apareció "La vida y conducta de S. Andrés" de Nicéforo, otra de las más famosas vidas de saloí
que la literatura Bizantina nos ha dado. En este caso, se trata de un
personaje inventado en la que se emulan las hazañas de San Simeón de
Émesa. Se da perfecta cuenta del escándalo que provoca y pide a Dios que
perdoone a los que como él, a su vez, había provocado para que le
maltratasen.
San Andrés es el salós que más influye en la "santa
locura rusa". Este fenómeno ascético emiga de BIzancio a Rusia y alcanza
su máximo a partir del siglo XIV y hasta el XIX. La Iglesia rusa tiene
una palabra especial para tales santos, yurodivi, ascetas ortodoxos, (tontos santos o tontos por Cristo).El yurodivi, que significa algo entre loco y mostrenco,
solían peregrinar de pueblo en pueblo imitando la realidad del poderoso
y parodiándola con conclusiones absurdas. A menudo intentan
sobresaltar, comportamiento de choque poco convencional para desafiar
normas aceptadas, entregar profecías o enmascarar su piedad.
Ana Volkova señala que el gran descubrimiento de las primeras generaciones cristianas en Rusia: la kenotic en Cristo de los santos de Rusia". La región oriental de la Iglesia hablan de seguir
(no imitar) a Cristo. Así como Cristo se humilló, el Santo Loco se
humilla jugando el papel de un loco, como animal repugnante criatura. "
Isaak, el primer santo tonto de Rusia, tomó sobre sí la locura de un
simulacro salos griego, y "no querer la gloria empezó a hacer tonterías y
de molestar, ahora el abad, ya los hermanos." . El Santo asceta Loco
representa la negación del mundo y kenosis. " Él cree que "quien tiene
la fe ama deshonra", porque "Si la gloria de este mundo estaban cerca de
la gloria del cielo, los hijos de este mundo no habrían crucificado al
Señor de la Gloria, ¿qué esclavo se atreve a habitar en la casa donde su
Señor no fue reconocido?
Una humillación casi siempre voluntaria, a veces enfermiza (entre los «yurodivi»
ha habido, sin duda, verdaderos enfermos), de la razón natural, la
muerte radical a la sabiduría humana, tal es la característica esencial
de la «locura por Cristo». El objeto de dicha locura es la humillación,
tratándose de una locura simulada por razones ascéticas, o,
sencillamente, la consecuencia de ser auténticos «pobres de espíritu».
En ambos casos, el resultado es idéntico: la aspiración de una sabiduría
nueva, sobrenatural, de una «sabiduría de corazón» que se manifiesta
por la paz del alma, el amor de los enemigos, el don de la oración
ferviente y, a veces, por un conocimiento profético del porvenir o de
los pensamientos secretos del hombre.
Los
famosos «locos» del siglo XVI, cuyo profetismo político y social les
asemejaba a los profetas del antiguo testamento, se servían de la
«locura» para fustigar el «buen sentido» y la moral farisaica de los
«justos», y se atrevían a humillar al Zar, a los ricos y los poderosos. San Basilio
el «yurodivi» (en cuya memoria está edificada –en su tiempo– la más
famosa catedral de Moscú), proclamando la paradoja cristiana del amor de
Dios para los pecadores, besaba los muros de las casas impías. Otros
subrayaban su «amistad» con la mujeres de mala nota, y, al contrario,
públicamente insultaban a los celadores de la moral y a los
representantes de la fuerza pública. San Basilio "se hace el loco" para
denunciar en nombre de Cristo la crueldad inhumana de la autocracia
zarista, frente a la cual la Iglesia oficial, cada vez más esclerotizada
en un conformismo oficial y ritual, guarda silencio.
Para el
pueblo ruso, los «locos por Cristo» han sido siempre (y son hasta hoy
día) la imagen viva de aquellos pequeños, de aquellos «pobres de
espíritu» de aquellos «niños», a quienes están revelados los misterios
del reino de Dios. Son portadores de la sabiduría sobrenatural, que
aparece solamente después de haber humillado lo que se llama la «razón
natural». La «locura de la Cruz» predicada por San Pablo, la sabiduría
misteriosa y oculta en Dios, es eso lo que venera el cristiano ruso en
sus «locos por Cristo», acordándose de que «antes eligió Dios la necedad
del mundo para confundir a los sabios...» (I Cor I, 27-29.)
El
tonto sabio en Rusia era la única figura de la cultura cristiana a la
que se le permitía crear imágenes, interpretar papeles, hacer burlas.
Era la única permitida para usasr el poder de su imaginación, por eso el
Santo Tonto ha sido comparado al actor e incluso es visto como
prototipo del artista.
En la literarura rusa se encuentra en
páginas de Pushkin y Dostoievski, Andrés Biely y Mijail Zoshchenko. En
todas ellas el “loco santo” es portador de una verdad.
religiosos (profestas, monjes, ermitaños, anacoretas) que practican una
vida en imitación a Dios (imitatio Dei), se comportan y actúan al margen
de las normas sociales y al margen de la Iglesia. Por ello, como la
figura del trickster, es un personaje ambiguo, atrapado entre la
sociedad y la Iglesia, y ambivalente, un hombre que " quiere lograr
autotransformarse en divinidad (ser ángel) pareciendo ser una
bestia.Cuestionan las identidades. Borran las diferencias de sexo
(¿hombres o mujeres?) y las del logos (¿sabios o locos?)(Madness and Divinization in Early Christian Monasticism, Guy C. Stroumsa, incluído en "Self and Self-transformation in the History of Religions" David Dean)
MOTIVACIONES Y EXPRESIONES PREVIAS
"Cada
hombre que está loco se hace él mismo un profeta” (Jeremías 29:26), y
Oseas, refiere “al profeta como tonto y al hombre espiritual como
loco”. Pero también la sabiduría de Sócrates era visto por Platón como
opuesta a la humana.
El frenesí religioso en el cristianismo
primitivo manifestaba unos rasgos distintivos, que surgía sobre todo del
Nuevo Testamento. El rechazo radical a los medios mundanos, la casi
contraposición entre sabiduría divina que fue expresada por San Pablo:
“Destruiré la sabiduría del sabio y no daré nada al entendimiento del
prudente. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿No ha hecho Dios
tonta la sabiduría de este mundo? Porque la tontería de Dios es más
sabia que el hombre, y la debilidad de Dios es más fuerte que el hombre”
(I Corintios I: 19-26) Y también: “Porque la palabra de la cruz es
locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a
nosotros, es poder de Dios“. (1 Corintios 1:18) “Pues ya que en la
sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría,
agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación“.
(1 Corintios 1:21)La nueva escala de valores de San Pablo es que la
sabiduría a los ojos del hombre se ha convertido en tontería porque la
sabiduría de Dios se ha vuelto locura para el hombre “Somos tontos en el
bien de Cristo, pero vosotros sois sabios en Cristo. Vosotros en el
honor, nosotros en el oprobio” (I Corintios 4:10)Uno debería quizás
darse cuenta que el éxtasis aquí es simplemente locura“.
En la
última antigüedad, los ascetas cristianos conocieron bien las poderosas
palabras de San Pablo en su corazón. Metafóricamente ellos reforzarían
primero la demanda de humildad: nadie debería clamar su propia
sabiduría. En palabras de San Agustín “si te llamas a ti mismo sabio, te
conviertes en tonto; llámate tonto y te conviertes en sabio” Las
palabras de San Pablo podrían justificar una oposición radical de los
medios del mundo, como en la Norma de Basilio de Cesarea: “ ¿Cómo puede
uno convertirse en tonto para el mundo? Además estas palabras podrían
percibirse como una inducción a tal conducta. Aunque el pasaje de San
Pablo sobre la sabiduría divina que parece tontería o locura a los
extraños no es por sí sólo suficiente para explicar la conducta
espantosa de los salos(locos,idiotas santos)
Antiguo
Testamento: el Profeta Isaías anduvo desnudo y descalzo aproximadamente
tres años prediciendo un próximo cautiverio en Egipto Isaías 20:2,3; el
profeta Ezequiel está ante una piedra, que simbolizaba Jerusalén
asediado, y comió pan horneado con excrementos (Ezequiel 4); Oseas se
casó con una prostituta para simbolizar la infidelidad de Israel ante
Dios (Oseas 3). Los profetas no fueron considerados como tontos, cuando
ellos hicieron acciones asisladas para llamar la atención de la gente y
despertar su arrepentimiento. Todas estas acciones fueron según se
relatan inspiradas por Dios y correspondían a Su voluntad como servicios
de profeta.
Nuevo testamento: Según ideas cristianas, "la
tontería" incluyó el rechazo consecuente del propio cuidado mundano y la
imitación a Cristo, que soportó burlas y humillación de la muchedumbre.
Por eso, el sentido espiritual "de la tontería" de los
años tempranos del cristianismo estaba cerca de la no aceptación de
reglas sociales comunes de hipocresía, brutalidad, sed de poder,
ganancias y honores.
Por las palabras de San Antonio el Grande
o Antonio Abad (251-356), fundador del movimiento eremítico: "aquí
viene el tiempo, cuando la gente se comportará como locos, y si ellos
ven a alguien que no se comporta así, ellos se rebelarán contra él y
dirán: "usted es loco", - porque él no se parece a ellos. "
Los
anacoretas cristianos cuando optan por la retirada al desierto, no sólo
rompen los lazos que les unían con su familia, con su aldea o ciudad,
sino también con la organización eclesiástica imperante, optan por una
búsqueda directa de Dios, sin intermediarios de ningún tipo, Iglesia
incluida. la recomendación evangélica «si quieres ser perfecto, vende
cuanto tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en los cielos, y
ven y sigueme» tomaron éste como el precepto supremo y la base de la
auténtica concepción cristiana.
Pero de todas las fuentes se
deduce claramente que el fenómeno alcanzó un carácter masivo, y que los
monjes anacoretas se podían contar por miles en el siglo IV.
El
anacoretismo se convirtió en una forma de rebelión y de protesta social y
religiosa y el ejemplo se trasplantó a otros muchos lugares del Imperio
Pero nunca fue un movimiento organizado Era el tiempo del
individualismo, de la protesta individual, que no aspiraba a transformar
ni a crear algo nuevo que reemplazase aquello de lo que se huía.
Representó la concepción del cristianismo como salvación del individuo
El anacoreta lucha solo y los enemigos que tiene que vencer son enemigos
personales, el cuerpo y su expresión más cuajada, la sexualidad, y el
demonio.
LOCOS, IDIOTAS Y EXTRAVAGANTES
A partir del
siglo III surge una compleja tradición de excentricidad religiosa y
liderazgo carismático en las primeras comunidades del cristianismo
primitivo, del medio Egipto, Palestina y Siria. Los monjes, y más
particularmente los anacoretas, gozaban de una gran libertad para
organizar su vida. En general, vivían libres sin reglamento de vida, ni
superior.Cada solitario consultaba sus fuerzas y, siguiendo el carisma
que le dictaba la conciencia, se comportaba como le parecía, surgiendo
pintorescos y variados ejemplos. A fines del siglo III los ascetas
empezaron a retirarse al desierto, practicaron austeridades que
conducían a la más alta mortificación.
En las provincias orientales del Imperio Bizantino, eran comunes
prácticas ascéticas que empujaban al creyente a llevar una vida
radicalmente diferente de la que se suponía norma. El alejamiento de la
sociedad como actividad religiosa para pasar a un estado de armonía con
la divinidad, fue una constante en el ámbito geográfico de Oriente
Próximo. La Historia religiosa de Teodoreto, escrita hacia el año 444 y la De mendanda vita monástica
de Eustaquio de Tesalónica (s.XII) o Juan Mosco en su obra "El
Prado"(550-619)se enumeran y describen los excéntricos ejercicios
particulares de ascesis monástica, tendencias todas que reflejan
comportamientos anómalos.
- Los stáois o estacionarios monjes que se condenaban a la statio
o inmovilización absoluta. Se imponían como regla estar siempre de pie,
sin hablar ni alzar los ojos, sin extenderse para dormir.
- Los dendrítai, dendritas. Eran anacoretas que vivían en los árboles. Construían sobre las ramas una especie de cabaña y allí pasaban su vida.
- Los akemetoi, acemetas «los que no duermen». Los sirios les llamaban chahore o los que vigilan.
- los reclusos
o recluidos voluntarios. Eran ascetas que, para evitar el mundanal
ruido, se encerraban en celdas estrechas, donde no hablaban más que con
Dios.
- Los hipetros, o monjes viviendo a la intemperie. Dos
grupos: los que se encerraban en recintos no cubiertos, hechos de piedra
sin argamasa, en donde el sol les tostaba en verano y el hielo les
torturaba en invierno y los que, despreciando el más modesto recinto, se
exponían, inmóviles, a la curiosidad general, de tal manera que la
gente podía verles y palparles.
- los stelítai,
estilitas, del griego stylos (columna), que para evitar el vagabundeo,
vivían sobre columnas, en una inmovilidad casi absoluta durante largas
temporadas e incluso toda la vida, sin bajar para nada, que requiere
bastante locura y un grado alto de apatheia(abandono de las pasiones). El estilita San Simeón el Grande (390-422) alcanzó gran fama y era motivo de peregrianje y devoción.
(Luis Buñuel filmó en su inspiración "Simón del desierto")
- Los boskoí
o monjes-pastores ascetas de costumbres salvajes. Vivían a la
intemperie, en la campaña, caminando a cuatro patas como los animales y
alimentándose de hierbas que pacían a la manera de las ovejas.
-
Los vagabundos. Eran monjes que, abusando de la virtud de los otros,
vagaban de pueblo en pueblo, de casa en casa, perturbando la paz de la
Iglesia y del Estado. Así manifestaban su condición de extranjeros y
advenedizos en este mundo. Sustrayéndose a toda disciplina, se imponían a
la más rigurosa ociosidad. “Por su conducta no son monjes”.
- Además estaban: los monjes que no se cortaban los cabellos, que dormían sobre el duro suelo (jamaieynai), los descalzos, los desnudos (gymnetai), los cubiertos de barro (rypontes), los que no se lavaban (aniptoi), que no se lavaban los pies (aniptópodes), los silenciosos, los habitantes de grutas (stelítotai), los que llevaban cadenas (sideróforoi), los peregrinos, los sepultados bajo tierra (jostoi)y como advierte Eustacio, aquellos que de "mil modos diversos renunciaron al mundo".
LOS SALOS
Los más desconcertantes anacoretas fueron los dementes, dementes por Cristo,saloi,
necios o tontos por el amor de Cristo. Estos, para practicar la
humildad y el desprecio de sí mismos, vagabundeaban de día por los
pueblos, haciéndose pasar por débiles mentales o poseídos del demonio.
La noche la consagraban a la oración solitaria e intensa.
El
término salos es tardío y bastante raro y aparece casi sólo en la
literatura monástica.Por algún tiempo se creyó que provenía del sirio sakla, estúpido.
El origen del término probablemente es popular. Solía usarse como imbécil, tonto, simple.
Primeros santos idiotas
El caso más temprano de tonto en Cristo, proviene del s. IV del monacato egipcio. Apopthtegmata Patrum nos cuenta que el Padre Ammonas
estuvo catorce años en el desierto de Scete buscando constantemente a
través del rezo para dominar la cólera y conseguir deshacerse de su
propia voluntad y pensamientos, en el bien de Dios. Cuando la gente le
preguntaba para arbitrar entre ellos, el hacía el tonto. Una mujer dijo a
otra “éste monje está loco”, a lo que él contestó “¿cuánto tiempo he
sufrido en el desierto para adquirir esta locura, y por ti debería
perderla hoy? Este ejemplo muestra al monje como un loco para no ser
molestado por ninguna responsabilidad social. Esto lo hace así para
concentrarse en conseguir el dominio de sus pasiones, aphateia, el ideal
del sabio estoico.
El otro caso del siglo IV es de una monja anónima de Tabennesis, Egipto, recogida en Historia Lausiaca
de Paladio. Lejos de estar loca, esta monja, disimulaba locura y el
demonio. Inconsciente de su estado real de salud, las otras monjas la
llamaron salé, nombre referido a los que están mentalmente enfermos.
Como ninguna de las 400 monjas comía con ella, nunca se la vio comer en
su vida y se le asignaron todo tipo de tareas serviles, en particular la
cocina, siendo la “esponja del monasterio”.Paladio añade así que ella
estaba concluyendo el dicho del apóstol “si alguien quiere ser sabio
entre nosotros, déjenle volverse loco en este mundo, para ser sabio”
Piterum, un anacoreta de Porfirita escuchó a un angel sobre la mujer
santa y fue a verla. Ella salió un rato de la cocina con sus trapos. El
le pidió que le bendijera, las monjas exclamaron que era una salé.”Sois
vosotras las locas” dijo el santo. “Ella es nuestra amma (madre
espiritual) tanto mía como vuestra” Las monjas le pidieron que las
perdonara por sus insultos y mal comportamiento en el pasado, y después
de unos días, ella desapareció para siempre, incapaz de soportar la
estima y el honor.
Aunque éste es el único caso de mujer en el
cristianismo nos dice que el salos puede ser tanto hombre como mujer,
que la existencia de los salos enfatiza el hecho de que los verdaderos
tontos son aquellos que lo desprecian, que este comportamiento puede
ocurrir entre una comunidad monástica y puede reflejar la actitud de una
vida: la
revelación de la identidad de su secreto puede literalmente
matar al santo, que no puede sobrevivir al reconocimiento público de su
santidad. En un sentido pues, pero sólo en un sentido, los salos son la
oposición exacta de aquel santo estilita Simeón
de la antigua Siria, que proclama constantemente su vida en la cima de un pilar, cada
vez más alto, su santidad y sus poderes, como un virtuoso carismático.
Historia Eclesiástica
de Evragio Póntico (s. VI)describe dos tipos de vida monacales en
Palestina. Algunos monjes viven como en manadas sin tener ningunos
eslabones terrenales en absoluto, incluso sus ropas no les pertenecían y
pasaban e uno a otro monje; comen juntos pero sólo lo justo para
sobrevivir, ayunando durante largos periodos que parecían esqueletos en
movimiento. Otros monjes, seguían el camino opuesto, viviendo solos en
sus pequeñas cuevas.
Un
tercer tipo de monje, tanto hombres como mujeres, “inventaron un tipo
de vida (politeia) que va más allá en términos de coraje y resistencia“.
Vagaban por el desierto casi desnudos, ocultando sólo sus genitales,
tanto en verano como en invierno. Se convirtieron en compañeros de las
bestias y se les llamaba boskoi, comedores de
hierba. Ello comían sólo lo que encontraban en el desierto,
eventualmente eran como animales, perdiendo la forma y los sentimientos
humanos, huyendo siempre que alguien tratara de acercarse a ellos.
Para el más pequeño pero más impresionante grupo de monjes, los salos,añade Evragio,eran los que habían alcanzado la impasibiliidad, apatheia,
volvían al mundo pretendiendo ser locos (paraphorous) Se comportaban
sin vergüenza, comían lo que encontraban, incluso entraban desnudos a
los baños de las mujeres y estaban entre ellas, habiendo dominado sus
pasiones y sin ninguna excitación sexual. Evragio explica esta
perplejidad de falta de normal sexualidad al añadir que ellos son
hombres entre hombres y mujeres entre mujeres, ya que ellos desean
participar en la naturaleza de los dos sexos. En pocas palabra, esta
excelente y teofórica politeia tiene sus propias leyes que va en contra
de aquellos de la naturaleza. Estos atletas sin cuerpo, como eran,
llevan una doble vida, ya que ellos también traen remedios a los cuerpos
de aquellos que viven en la carne.
la búsqueda subliminal entre los monjes de la androginia,
esto es por lo que Evragio llama carácter teoforico a esta conducta,
una conducta que implica cruzar los límites entre la naturaleza humana y
divina. Habiendo completamente dominado sus pasiones y venciendo su
género, estos monjes se han convertido de hecho en ángeles, no en
bestias. Ahora hay criaturas divinas que han vuelto al Adán andrógino
antes de la caída.
La vida del Padre Daniel de Scete, texto del s.V ofrece otro ejemplo de salos - Marco el Locoque
vivió en Alejandría,sobrevivió robando en el mercado que repartía entre
otros saloi, conocido por sus extravagancias. Cuando es descrito como
un loco, Daniel les responde “Eres tú el loco (saloi)”el santo enmascara
como salos funciones que revelan una locura común, y el carácter
inhumano de la vida común.
Conocemos otros ejemplos de saloi en
los ss. VI y principios del VII. Juan de Amida (Diarbékyr), payaso.
Prisco Vitalio, un pobre extranjero, está rodeado por el fuego y es
feliz en la ciudad donde vive precisamente porque la gente deja en paz a
los que consideran locos. Otro salos, Vitalios vive en el convento de
Abba Seridon, cerca de Gaza. Otro ejemplo de un salos en Alejandría lo
encontramos en “El Prado espiritual” de Juan Mosco (s. VII).
SIMEÓN DE EMESA (522-590)
La obra de Leontio, obispo de Neapolis “Vida de Simeón el Loco”,escrita
en el siglo VII, convierte a Simeón en el más famoso tonto por Cristo.
Simeón de Emes(hoy Homs)vivió en Siria y Palestina.
Excéntrico,
desaliñado,jovial, brutal, provocador, irrita, divierte, atrae la
admiración o los golpes. Simeón hacía el loco en el ágora, pero ante sus
amigos cercanos no actuaba, Acentuando la sima entre sus actitudes
privadas y públicas, Simeón solía permanecer casi siempre solo, nadie
sabía cómo rezaba o qué comía. Es el último actor, un santo secreto que,
en una radical transformación cristiana del teatro grecorromano,
interpreta al villano. Los cristianos desconfiaban de él y les
desagradaba la escena; pero en este nuevo modo de tragicomedia, Simeón
lleva el teatro a la calle. Su nombre se vincula a escándalos sexuales.
Una vez, una sirvienta embarazada lo acusa de ser el padre. Otra
historia cuenta que Simeón estuvo en una cabina de un prostíbulo durante
un buen rato.Pero las sospechas y acusaciones sobre su conducta
inconformista eran infundadas, ya que nunca rompió las normas éticas o
religiosas.
Llevó primero una vida de prácticas ascéticas como
monje cenóbico y después como anacoreta en el desierto, un completo
vagabundo que comen lo que encuentran, un comedor de hierba o boskoi.Veintinueve años de esta experiencia, alcanzó la apatehia, la impasibilidad o insensibilidad a las pasiones,y poder hacerse el idiota en Emesa.
“Me marcho en el poder de Cristo, me burlaré del mundo” Esta
frase ofrece la clave para el comportamiento posterior de Simeón como
salos. el remordimiento es una de las mayores virtudes cultivadas en
Bizancio y la vida monástica del este era un continuo arrepentimiento de
una naturaleza pecadora. En este contexto cultural, la risa era un arma
de choque, el porte de un carácter demoníaco. Sorprendentemente, Simeón
decide usar precisamente tales medios para afrontar la amenaza de
Satán: entra al mundo, en guardia, bajo el disfraz de la risa,
burlándose del mundo y del diablo,que no lo reconoce como amargo enemigo
bajo el disfraz de un loco riendo. La risa ridiculiza al enemigo,
transformándole en una reserva risueña, eventualmente, desarmándolo.
Como
santo es un excéntrico que hace lo que sea para atraer la atención
tanto en la calle como sobre un pilar, como un ateo loco, se comporta
mal en las iglesias, dejándose acusar de ser un violador, comiendo carne
en fechas prohibidas, camina
desnudo, evacúa en público.Hay
relatados dos diferencies aspectos en la conducta de Simeón como un
salos. Por un lado aparece totalmente carente de decencia humana, como
cuando aparece con total descaro corporal. Por otro lado el parece
bastante fuera de su mente y todos, incluso niños, le llaman loco o
idiota. Su contestación normal a esto era “ Sois vosotros los idiotas”
El
objetivo de Simeón con todas estas acciones es doble, por un lado
salvar almas, con actos extraños y palabras perplejas, y por otro,
espera, a través de la máscara de salos, salvar su propia alma.Para eso
debe mantenerse anónimo, pasar de incógnito o mantener su virtud oculta,
para evitar corromperse por el respeto y el honor. Esta actitud de los
salos refleja una especie de anacoresis o separación del mundo.
En
la idiotez de Simeón, el cambio de conocimiento a salos es sólo una
autotransformación funcional. La forma ascética ha tenido éxito
poniéndose la máscara antinómica de pecador y estúpido sin abandonar su
personalidad real, no por una santidad ascética, De hecho esta estupidez
es sólo en público. “Por otra parte el se comportaba así ante la gente”
dice el texto en una clara imitativo Christi. Con su amigo Juan él
retiene su conducta ascética, ayunando y rezando intensamente. Para sus
rezos y prácticas acéticas, normalmente se retira a un sitio apartado,
que nadie excepto Juan conoce.
CARACTERÍSTICAS DEL SANTO LOCO
Los
santos locos vienen a la ciudad a provocar con su locura una especie de
contra cultura. En este sentido, conservan el carácter crítico del
primer movimiento monástico cristiano (el monaquismo del Desierto). Los
santos locos moderan el extremismo ascético pero radicalizan sus
teatralidades espirituales quedando atrapados o sujetos a una percepción
ambigua en la sociedad y en la Iglesia.
Elena Volkova nos dice
que El Santo Tonto tiene un común denominador que debe ser la voluntaria
renuncia a la razón, a la cordura, en su sentido mundano. Tienen la
apariencia y el comportamiento del provocador. Provoca a
las personas a reírse de él, que se indignan, y le arrojan piedras,
insultan, etc De esta manera se convierte en el objeto de la persecución
y el ostracismo, como fue el mismo Cristo. Hacerse pasar por loco es un
suplicio que serviría para expiar culpas y demostrar ante Dios la
capacidad de entrega.
- El Loco se pone una máscara de locura, y deja el mundo de la razón a los seres humanos. Por ello se encuentra en el exterior, es un outsider,está
en el borde de la sociedad humana y, así, queda libre de todas las
normas, obligaciones y sabiduría del mundo. En la máscara de la locura,
el Santo Loco logra su independencia de un mundo
atrapado en el mal y, vestido en la locura, le dice la verdad a la cara
al mundo. La máscara de la locura por lo tanto trae la independencia de
los males del mundo y es un vehículo de la verdad.
- Eran los únicos dramaturgos y actores entre los santos cristianos, la presentación de un actor de teatro.
Buscan la reacción en los otros, en su "público" en aquellos ante los
que se representa el papel de loco. En formas extravagantes, ridículas e
incluso agresivas del loco. Obra sabiéndose observado y convertido en
centro de atención gracias a sus extrañas actitudes.
- Aquí nos
encontramos con la típica ambigüedad en el carácter del tonto: él parece
ser el poseído por el demonio y, al mismo tiempo el que lucha contra
él.El santo tonto muestra en sí mismo el control total del cuerpo: él es
capaz de mantenerse cercano al pecado, pero sin sucumbir, esta forma de
monacato es un comportamiento paradójico que impulsa al asceta en
muchos momentos a acercarse al pecado para alejarlo, de hecho fue
prohíbido por la Iglesia en el s.VII.
El santo loco asceta
representa la negación del mundo y la imitación de Cristo. Creen que
tener la fe es amar el deshonor, la gloria mundana.
- El salos
(loco o tonto por Cristo) es en realidad un asceta que se hace pasar por
demente ocultando que el verdadero hecho que lo empuja a actuar de tal
forma es la devoción.
- Se empeñan en eliminar toda sospecha de
santidad que puedan sospechar los observadores para los que el santo
actúa. Actúa de modo artificial en su vida normal, como si interpretara
un papel.
- Utiliza la locura como "camuflaje" para rechazar el pecado del orgullo.
-
La ausencia de determinadas "pasiones" humanas (apatheia) en el salós,
explica también determinados comportamientos alejados de toda convención
social, sin sentir vergüenza o asco.
- Causan rechazo en los demás: son insultados o golpeados y ellos lo aceptan como
una forma más de penitencia.
SANTOS LOCOS Y CÍNICOS
Los
monjes locos son reconocidos por su humor ácido y su crítica rebelde y
radical, y seguidores fieles de la naturaleza, que se mofan de las penas
y preocupaciones ajenas con total desvergüenza, liberados de toda
sujeción institucional, que predican la autosuficiencia, la austeridad
extrema y la extravagancia para alcanzar la tranquilidad de ánimo y la
vida feliz. Los cínicos son "perros" (kúon), símbolos para los
griegos de una vida expresiva propia y soberana y de la risa sabia ante
los vaivenes de la fortuna. (Utopías de sabiduría y santa locura : Ensayo sobre la mística cristiana de raíz bizantina primitiva* Jorge Osorio Vargas)
Se ha comparado a los santos locos con el cinismo griego, cuyo origen
está en Diogenes de Sínope o Diógenes el Cínico(412-323 a.C). Vivió
como un vagabundo forastero en las calles de Atenas, convirtiendo la
pobreza extrema en una virtud.
La idea cínica de autosuficiencia: una
vida natural e independiente a los lujos de la sociedad. Según él la
virtud es el soberano bien. La ciencia, los honores y las riquezas son
falsos bienes que hay que despreciar. El principio de su filosofía
consiste en denunciar por todas partes lo convencional y oponer a ello
su naturaleza. El sabio debe tender a liberarse de sus deseos y reducir
al máximo sus necesidades.
El cínico es el hombre auténtico y que
rechaza la ética impuesta, valorando lo "esencial" y rechazando los
usos comunes como sospechosos de una mala manera de vivir. Por ello,
construyen sus vidas fuera de las normas , son anormales (e-normes) y
alitúrgicos. Ellos elaboran su propia escenografía de vida para hacer
visible la verdad, que se manifiesta principalmente en el cuerpo, lo que
se vincularía con la tradición ascética cristiana monástica que ha
colocado el cuerpo en el centro de su fábula mística.
Ambos son
actos de enfrentamiento y rechazo profundo a lo establecido. La pobreza
buscada, o al menos no rechazada, es una de las marcadas similitudes.El
loco era austero por voluntad propia y por devoción a Dios. Diógenes
vivía como mendigo. Sin embargo cuando se presentaba la ocasión comían
como leones,
La santa locura es un pensamiento de choque, esto es
que se produce contra las acciones de los demás y parece buscar una
reacción en aquel que observa al loco
El cínico hace lo que predica y con sus palabras y sus obras denuncia la falsedad del mundo que le rodea.
El
santo rechaza todo bien material en imitación a Cristo y a lo que éste
hizo, Diógenes critica desde su raíz el dinero y el lujo que considera
engaños de la sociedad que le rodeaba, desprecio o inconformismo hacia
el dinero. Desprecian todo bien por considerarlo algo material que sólo
puede satisfacer al cuerpo en el pecado,o por considerar lo material
como que esclaviza al hombre.
La denostación era un arte que manejaban a la perfección.
La impasibilidad y la no atención a las convenciones sociales: para los saloí,
el control de cuerpo les motivaba a realizar cosas que aparentemente
resultaban pecaminosas a los demás, la actitud general de Diógenes viene
dada más bien por estar más allá de todo aquello que él consideraba
falso y antinatural.
Realmente el cínico es un asceta a su modo. Como consecuencia de una forma de
pensar
y entender el mundo, Diógenes decide llevar a cabo lo que su razón le
dice. Su ascesis particular consiste en ejercitar la virtud mediante la
filosofía y a la vez en ir despojándose de aquello que entiende
superfluo.
Dos tendencias diferentes pero con algunos rasgos
paralelos. De hecho no se puede denominar escuela filosófica, al cinismo
que era más bien la antiescuela, y por ello no paraba de meterse con
las enseñanzas de Platón. La locura por causa de Cristo tiene igualmente
poco de costumbre monacal oficial, sino que se produce de modo
esporádico en otras ciudades a imitación de Simeón. debió haber un gran
numero de seguidores de estas “doctrinas” anónimos que repetían las
anécdotas de sus inspiradores.
LOS YURODIVI
Con la pérdida
de Egipto, Siria y Palestina, tras las invasiones islámicas en el siglo
VII, el ascetismo perdió en Bizancio su frescura e ímpetu. No apareció
otro Simeón salos, solo hombres pios que se comportaban como locos por
cortos periodos y x razones especiales. Basilio el joven s X en
Constantinopla, loco a tiempo parcial; Simeon Eulabes, Cirilo de Fileas
(m 1110) en ocasiones se hacia el loco. Además de esos anónimos casos de
dudosa certeza.
San Sabas el joven (s.XIV) último salos bizantino.
Asceta itinerante, iba desnudo, en silencio y haciéndose pasar por
tonto. Su locura no era agresiva, fundamentalmente mímica, la gente
pensaba que era estúpido más que loco; en vez de burlarse del mundo y
los demonios, dejó al mundo y al demonio burlarse de él.
En el s.X, apareció "La vida y conducta de S. Andrés" de Nicéforo, otra de las más famosas vidas de saloí
que la literatura Bizantina nos ha dado. En este caso, se trata de un
personaje inventado en la que se emulan las hazañas de San Simeón de
Émesa. Se da perfecta cuenta del escándalo que provoca y pide a Dios que
perdoone a los que como él, a su vez, había provocado para que le
maltratasen.
San Andrés es el salós que más influye en la "santa
locura rusa". Este fenómeno ascético emiga de BIzancio a Rusia y alcanza
su máximo a partir del siglo XIV y hasta el XIX. La Iglesia rusa tiene
una palabra especial para tales santos, yurodivi, ascetas ortodoxos, (tontos santos o tontos por Cristo).El yurodivi, que significa algo entre loco y mostrenco,
solían peregrinar de pueblo en pueblo imitando la realidad del poderoso
y parodiándola con conclusiones absurdas. A menudo intentan
sobresaltar, comportamiento de choque poco convencional para desafiar
normas aceptadas, entregar profecías o enmascarar su piedad.
Ana Volkova señala que el gran descubrimiento de las primeras generaciones cristianas en Rusia: la kenotic en Cristo de los santos de Rusia". La región oriental de la Iglesia hablan de seguir
(no imitar) a Cristo. Así como Cristo se humilló, el Santo Loco se
humilla jugando el papel de un loco, como animal repugnante criatura. "
Isaak, el primer santo tonto de Rusia, tomó sobre sí la locura de un
simulacro salos griego, y "no querer la gloria empezó a hacer tonterías y
de molestar, ahora el abad, ya los hermanos." . El Santo asceta Loco
representa la negación del mundo y kenosis. " Él cree que "quien tiene
la fe ama deshonra", porque "Si la gloria de este mundo estaban cerca de
la gloria del cielo, los hijos de este mundo no habrían crucificado al
Señor de la Gloria, ¿qué esclavo se atreve a habitar en la casa donde su
Señor no fue reconocido?
Una humillación casi siempre voluntaria, a veces enfermiza (entre los «yurodivi»
ha habido, sin duda, verdaderos enfermos), de la razón natural, la
muerte radical a la sabiduría humana, tal es la característica esencial
de la «locura por Cristo». El objeto de dicha locura es la humillación,
tratándose de una locura simulada por razones ascéticas, o,
sencillamente, la consecuencia de ser auténticos «pobres de espíritu».
En ambos casos, el resultado es idéntico: la aspiración de una sabiduría
nueva, sobrenatural, de una «sabiduría de corazón» que se manifiesta
por la paz del alma, el amor de los enemigos, el don de la oración
ferviente y, a veces, por un conocimiento profético del porvenir o de
los pensamientos secretos del hombre.
Los
famosos «locos» del siglo XVI, cuyo profetismo político y social les
asemejaba a los profetas del antiguo testamento, se servían de la
«locura» para fustigar el «buen sentido» y la moral farisaica de los
«justos», y se atrevían a humillar al Zar, a los ricos y los poderosos. San Basilio
el «yurodivi» (en cuya memoria está edificada –en su tiempo– la más
famosa catedral de Moscú), proclamando la paradoja cristiana del amor de
Dios para los pecadores, besaba los muros de las casas impías. Otros
subrayaban su «amistad» con la mujeres de mala nota, y, al contrario,
públicamente insultaban a los celadores de la moral y a los
representantes de la fuerza pública. San Basilio "se hace el loco" para
denunciar en nombre de Cristo la crueldad inhumana de la autocracia
zarista, frente a la cual la Iglesia oficial, cada vez más esclerotizada
en un conformismo oficial y ritual, guarda silencio.
Para el
pueblo ruso, los «locos por Cristo» han sido siempre (y son hasta hoy
día) la imagen viva de aquellos pequeños, de aquellos «pobres de
espíritu» de aquellos «niños», a quienes están revelados los misterios
del reino de Dios. Son portadores de la sabiduría sobrenatural, que
aparece solamente después de haber humillado lo que se llama la «razón
natural». La «locura de la Cruz» predicada por San Pablo, la sabiduría
misteriosa y oculta en Dios, es eso lo que venera el cristiano ruso en
sus «locos por Cristo», acordándose de que «antes eligió Dios la necedad
del mundo para confundir a los sabios...» (I Cor I, 27-29.)
El
tonto sabio en Rusia era la única figura de la cultura cristiana a la
que se le permitía crear imágenes, interpretar papeles, hacer burlas.
Era la única permitida para usasr el poder de su imaginación, por eso el
Santo Tonto ha sido comparado al actor e incluso es visto como
prototipo del artista.
En la literarura rusa se encuentra en
páginas de Pushkin y Dostoievski, Andrés Biely y Mijail Zoshchenko. En
todas ellas el “loco santo” es portador de una verdad.
BUFONES DE CORTE
El
personaje del bufón profesional se popularizó en la Edad Media y
Renacimiento europeo. Aquí trataremos del personaje real no el del
folklore o del bufón literario (trickster y tontos sabios).
Siempre
se piensa en los bufones llevando ropa de colores alegres y sombreros
excéntricos de modelos variopinto. Sus sombreros distintivo era una
gorra con campanas en cresta de gallo; hecho de la tela, tenían tres
puntos flojos cada uno con una campana de tintineo al final. Los tres
puntos del sombrero representan los oídos del burro y se llevaban puesto
en tiempos tempranos. Otras elementos distintivos eran su risa
sardónica y su cetro fingido, bastón o en francés marotte.
Esta
es la imagen que tenemos del bufón y el de mayor influencia es el bufón
de corte europeo, pero estos personaejes extraños y raros resultan ser
una figura universal, aunque con otra imagen, ya que los hubo en la
Antigua China, el Antiguo Egipto, el Imperio mogol de la India, Oriente
Próximo, Imperio Romano, Africa, América precolombina, incluso Australia
tuvieron diferentes personajes como bufones.
ANTIGUA CHINA
En China, al bufón, se les denominaba paiyou, youren, youling, changyou, lingren, linglun.
El elemento de bufón a menudo tiene que ser seleccionado según el
contexto, aunque el carácter clave parezca realmente referirse
expresamente a bufones, uno de los términos principales que al principio
fue usado para significar 'al bufón' también puede significar 'a
actor', pero el drama chino empezó mas tarde por ello el significado
original era alguien que usaba el humor para burlarse y bromear, quién
podría hablar sin ofender, y quién también tenía la capacidad de cantar o
bailar.
Con purgas imperiales periódicas contra actores por su
franqueza, muchos de ellos tomaron los caminos y se dispersaron a través
del Imperio en busca de nuevos auditorios y mayor libertad. Las ondas
sucesivas de tales cómicos errantes pueden haber puesto las fundaciones
para la bufonería medieval y del Renacimiento, posiblemente
contribuyendo a la marea alta de la adoración de locura que barrió a
través del Continente a partir de la última Edad Media.
China
tiene indudablemente el más largo y rico y la más profunda historia
documentada de bufones de corte y fue durante un perído mucho más amplio
del tiempo que en Europa. La decadencia del bufón comenzó con la subida
del actor al teatro chino, totalmente establecido durante la dinastía
de Yuan, pero no se extinguió. En muchos aspectos los actores parecen
haber tomado la batuta del bufón no sólo en el divertir a sus patrones,
sino también en el ofrecimiento de crítica y consejo expresados con
ingenio.Quizás sólo en la Roma antigua los bufones y los actores se
superponen tanto.
EL BUFÓN DE CORTE
Características
Debían
de ser de alguna manera exagerados o extraños, con deformidades físicas
o mentales aunque no necesariamente ya que éstas podían ser naturales o
fingidas, jorobados o enanos, con cuya sóla presencia era motivo de
jocosidad; contar con habilidades especiales, ser muy torpes o sumemente
ágiles; ser graciosos, el uso del humor es la base de su trabajo:
acciones, bromas, chistes, imitaciones; su función es el entretenimiento
y la diversión de los poderosos a cuyo servicio están; además de ser
una especie de "actor", muchas veces resultaba ser consejero y crítico.
“Los
bufones son creativos, innovadores, flexibles, y desafiantes - estas
calidades están en el corazón de su ser, y el humor es a menudo
simplemente la envoltura que ellos usan para disfrazarlo y hacerlo
aceptable”(Fools Are Everywhere: The Court Jester Around the World By Otto, Beatrice K.)
SIGNIFICADO POLÍTICO Y FUNCIÓN SOCIAL
Llamados
fool, buffoon, clown, jongleur, jogleor, joculator, sot, stultor,
scurra, fou, fol, truhan, mimus, histrio, moriojester, joker, payaso,o
cosas menos honorables, la posición del bufón oscilaba entre el
entretenimiento y el de consejero, se movían en medio de una delgada
línea entre lo correcto y lo profano. Esto era, sin embargo, porque
podían decir cosas que nadie más se atrevería a decir en la corte del
rey.
Actor, consejero y crítico. Está en la
naturaleza de los bufones lo que les viene en gana llevados por el
humor, sin tener en cuenta las consecuencias. Llevadas al extremo de la
broma podrían decir verdades serias. Podía aconsejar al rey como nadie
osaría. Aunque no le daba inmunidad total ya que una crítica demasiado
dura podría llevarlo al mismo destino que un opositor al rey, hasta
perder su trabajo y ser condenado al ostracismo.
Como los
bufones son generalmente de estado social y político inferior raramente
están en una posición (y raramente inclinados) para plantear una amenaza
al poder. Ellos tienen poco que ganar por la precaución y poco perder
por la franqueza —aparte de libertad, sustento, y de vez en cuando hasta
la vida, que apenas parece haber sido una fuerza disuasoria. Ellos son
periféricos al juego político, y esto puede tranquilizar a un rey de que
sus palabras con poca probabilidad serán consideradas como un ataque.
Los bufones no están por adulación o para adular. La regla puede ser
diferente a la des sus cortesanos y ministros, que podrían confabular
contra él y adular. El bufón también puede ser una figura aislada y
periférica, de alguna manera separada de las intrigas de la corte, y
esto le permite actuar como una especie de confidente.
Podían
hablar la verdad al poder pero no eran una amenaza al poder. Raramente
los bufones trataban de robar poder para su propia ventaja, aunque no
estuvieran en contra de la ganancia de regalos y golosinas aquí y allí.
Esta carencia de amenaza para el poder actual también podría ser
reflejada en su presencia de aspecto raro o su tenencia de alguna
anormalidad mental. También trabajaron dentro del status quo;
ya que podrían arriesgar su vida por decir una cosa o dos, pero no eran
el revolucionario en el sentido de tratar de destruir la estructura de
poder existente, prefiriendo cambiar el comportamiento como un
"outsider" que funciona dentro del sistema. Ellos podrían ser
tricksters, dañosos, e irreverentes, pero generalmente no tramaban o
eran conspiradores. Aparte de esto, eran sólo claros graciosos, y sabían
hacer cosas entretenidas o como desactivar situaciones con su lógica
ingeniosa.
El bufón tenía el humor
a su disposición. Con él podría ablandar el golpe de un comentario
crítico de modo que pueda impedir a un personaje solemne perder la
cabeza. El humor difumina situaciones tensas. Entre la tribu Murngin de
Australia esto es el deber del payaso, actuar de manera escandalosa y
absurda imitando una lucha si los hombres comienzan a pelearse. Al
reírse de él, distrae la atención de su propia lucha y disipa su
agresión.
Algunos eran verdaderos atletas, gimnastas y
malabaristas, magos en un modo simple, tocaban instrumentos... No había
que tomarlos en serio, ya que su oficio era hacer reír. Pero los bufones
expertos eran mucho más, ya que eran tan eruditos como los consejeros
reales. Eran sumamente ingeniosos.
Aunque bufón
y sabiduría parecen antitéticos, en esta época existía la noción del
"tonto sabio". Se pensaba que todos los bufones y tontos eran casos
especiales a quien Dios había tocado con un regalo de locura infantil, o
quizás una maldición. La gente mentalmente discapacitada a veces
encontraba empleo brincando y comportándose de un modo divertido. En el
mundo áspero de la Europa medieval, la gente que no podría ser capaz de
sobrevivir cualquier otro camino así encontró un lugar social.
Sus
orígenes eran modestos, incluso podrían ser un monje, erudito o
aprendiz de comerciante. A menudo eran empleados por nobles y de allí
pasaban a la corte si eran conocidos, por ello eran de los pocos que
tenía movilidad social, ya que podían ascender en la
rígida sociedad estamental del medievo, llegando incluso a ser figuras
de renombre, y obteniendo títulos de nobleza o cualidades de hidalgo
como favoritos de grandes y reyes. El bufón era un gemelo simbólico del
rey.
Erasmo de Rotterdam subraya la importancia de los bufones cerca de los reyes en “Elogio de la locura“ XXXVI:
"Los
reyes más grandes los aprueban tanto o más que, sin ellos, no sabrían
sentarse en la mesa o dar un paso, ni pasarse sin ellos durante una
hora. Ellos aprecian a los tontos más que a los sabios austeros,
teniendo la costumbre de mantener por ostentación a los bufones, y
ellos, proporcionan lo que los príncipes buscan por todas partes y
cueste lo que cueste: el entretenimiento, la sonrisa, la carcajada, el
placer." Pero Erasmo también hace unas alusiones a un segundo papel que
corresponde al bufón: la de revelador, ser espejo grotesco: "Los reyes
no sólo acogen con placer las verdades, sino también hasta las injurias
directas, y se da el caso de que aquello que dicho por un sabio se
habría castigado con la muerte, produzca en labios de un tonto un
incréible contento ".
Una
de las técnicas más eficaces en los usos del bufón para indicar la
estupidez de su maestro era permitir verla por si mismo. Más que
contradecir al rey, el bufón estará de acuerdo con un esquema
irreflexivo tan incondicionalmente que la sugerencia se lleva a un
extremo lógico, destacando su estupidez. El rey puede decidir entonces
para él mismo que tal vez esto no era una idea tan buena después de
todo. El bufón está en cierto modo del lado de la regla. La relación era
a menudo muy cercana y afable, y el bufón era casi invariablemente más
bien un ser apreciado que una presencia tolerada. Esto conduce a la
bondad de los bufones: podrían ser cortantes en sus ataques, pero hay
por lo general una subcorriente de buen corazón y de comprensión a sus
palabras. Si ellos hablan al rey de procesar a unos inocentes, no es
sólo para salvarlos de la ira del rey sino también para salvar al rey de
él mismo— ellos pueden ser los únicos que le dirán que sufre “halitosis moral”
Esto
hace que el bufón sea percibido como estando al lado de la gente, como
el pequeño hombre que lucha contra la opresión del poderoso. Bromeando
sabiamente el bufón a menudo se ganaba el favor de la gente.
Tomo este texto del prólogo del libro "Les bouffons" de M. A.Gazeau, (1882)en la versión española de Cecilio Navarro (1885):
"Desde
Esopo, que puede pasar por el primer bufón, hasta los farsantes y
gesteros del Directorio de la Revolución Francesa, hay una serie de
reidores de profesión que se tomaban el trabajo de divertir a sus
contemporáneos, o tenían la obligación pagada de hacer reír a sus
malhumorados señores. Algunos tuvieron miras más altas y desempeñaron un
papel más noble prevaliéndose de la impunidad asegurada a sus chistes
para hacer oír amargas verdades a los poderosos del día o, aunque más
rara vez, para llevar a los pies del trono un buen consejo o las quejas
de los oprimidos. Con su derecho de poder decirlo todo, derecho del que
usaban y abusaban, los bufones de corte fueron a veces como las bocinas
de la verdad. Bajo una forma burlesca o cínica, la verdad llegaba así a
los oídos del amo y señor, a quien de otra manera no hubiera llegado
nunca".
Por tanto, en una sociedad sumamente cerrada y
carente de derechos, los bufones llegaron a ser los que transgredieron
las barreras, como el trickster, moverse en el umbral de la razón y la
insensatez, de las altas esferas y orígenes humildes, de la verdad y la
burla... hizo que tuvieran la mayor libertad de palabra y de influencia,
además de ascensión social.
PERÍODO HISTÓRICO
El orígen
inmediato del bufón está en el trovador cuya función era contar
historias, cantar y tocar instrumentos. El uso y mantenimietno de los
bufones en la corte o por señores surgió en la Edad Media, ya en el
siglo V Atila llevaba uno. Vivían en sus castillos actuando en banquetes
y fiestas como cómicos. Su esplendor fue a finales del medievo y
durante el Renacimiento. Coincide en la época en que la idea del "tonto
sabio" y la cutura popular carnavalesca estan en pleno auge.(Ver TONTOS
SABIOS y RISA CARNAVALESCA)
Participaron en guerra,
conspiraciones y fiestas. En Alemania ,Capadoxo fue el bufón de Rodolfo
de Habsburgo; Kurtz van den Rosen, uno de los cómicos de Maximiliano
(1493-1579).
Famoso fue en la Francia de Francisco I (1494-1547)el bufón Triboulet, que sirvió de inspiración a Victor Hugo "Le roi s´amuse" (El rey se divierte), de que Verdi se inspiró para su ópera Rigoletto
En
Inglaterra, Henry VIII(1491-1549) empleó a un bufón llamado a Will
Somers.Durante el reinado de Isabel I (1533-1603) las obras de
Shakespeare eran prolijas en bufones. James I empleó a un bufón llamado
Archibald Armstrong, expulsado por insultar a demasiada gente. Carlos I d
Inglaterra(1600-1649)empleó a un bufón llamado Jeffrey Hudson que tenía
el título del Enano Real
En
España fueron vistos con el desafecto natural a una profesión que
muchas veces conducía a un favoritismo de baja estofa, espías
públicos,germen de malas acciones y hasta de crímenes. Velasquillo fue
el bufón enano preferido de Felipe II(1556-98, el bufón Don Antonio "el
Inglés" fue regalado a Felipe III por el duque de Windsor.Los retratos
de los bufones reales de Felipe IV (1605-1665)fueron pintados por
Velazquez, a pesar de denominarlos "sabandijas de palacio".
Aunque
el bufón muriera como institución de corte (si no como una función),
sobre el siglo XVI o XVII en China y el XVIII temprano en Europa, hubo
bolsillos resistentes a su fallecimiento. Las casas europeas menos
magníficas que aquellos de príncipes, reyes y prelados abrigaron a
bufones durante un siglo o dos más largo que las cortes. Se conoce de un
bufón doméstico registrado en el Castillo Hilton en el condado Durham
en el siglo XVIII y un bufón escocés, Shemus Anderson (m. 1833), en
Castillo Murthley, Perthshire. La familia de la Reina Madre, el
Bowes-Lyón, era "la última familia escocesa que mantuvo a un bufón a
jornada completa.
personaje del bufón profesional se popularizó en la Edad Media y
Renacimiento europeo. Aquí trataremos del personaje real no el del
folklore o del bufón literario (trickster y tontos sabios).
Siempre
se piensa en los bufones llevando ropa de colores alegres y sombreros
excéntricos de modelos variopinto. Sus sombreros distintivo era una
gorra con campanas en cresta de gallo; hecho de la tela, tenían tres
puntos flojos cada uno con una campana de tintineo al final. Los tres
puntos del sombrero representan los oídos del burro y se llevaban puesto
en tiempos tempranos. Otras elementos distintivos eran su risa
sardónica y su cetro fingido, bastón o en francés marotte.
Esta
es la imagen que tenemos del bufón y el de mayor influencia es el bufón
de corte europeo, pero estos personaejes extraños y raros resultan ser
una figura universal, aunque con otra imagen, ya que los hubo en la
Antigua China, el Antiguo Egipto, el Imperio mogol de la India, Oriente
Próximo, Imperio Romano, Africa, América precolombina, incluso Australia
tuvieron diferentes personajes como bufones.
ANTIGUA CHINA
En China, al bufón, se les denominaba paiyou, youren, youling, changyou, lingren, linglun.
El elemento de bufón a menudo tiene que ser seleccionado según el
contexto, aunque el carácter clave parezca realmente referirse
expresamente a bufones, uno de los términos principales que al principio
fue usado para significar 'al bufón' también puede significar 'a
actor', pero el drama chino empezó mas tarde por ello el significado
original era alguien que usaba el humor para burlarse y bromear, quién
podría hablar sin ofender, y quién también tenía la capacidad de cantar o
bailar.
Con purgas imperiales periódicas contra actores por su
franqueza, muchos de ellos tomaron los caminos y se dispersaron a través
del Imperio en busca de nuevos auditorios y mayor libertad. Las ondas
sucesivas de tales cómicos errantes pueden haber puesto las fundaciones
para la bufonería medieval y del Renacimiento, posiblemente
contribuyendo a la marea alta de la adoración de locura que barrió a
través del Continente a partir de la última Edad Media.
China
tiene indudablemente el más largo y rico y la más profunda historia
documentada de bufones de corte y fue durante un perído mucho más amplio
del tiempo que en Europa. La decadencia del bufón comenzó con la subida
del actor al teatro chino, totalmente establecido durante la dinastía
de Yuan, pero no se extinguió. En muchos aspectos los actores parecen
haber tomado la batuta del bufón no sólo en el divertir a sus patrones,
sino también en el ofrecimiento de crítica y consejo expresados con
ingenio.Quizás sólo en la Roma antigua los bufones y los actores se
superponen tanto.
EL BUFÓN DE CORTE
Características
Debían
de ser de alguna manera exagerados o extraños, con deformidades físicas
o mentales aunque no necesariamente ya que éstas podían ser naturales o
fingidas, jorobados o enanos, con cuya sóla presencia era motivo de
jocosidad; contar con habilidades especiales, ser muy torpes o sumemente
ágiles; ser graciosos, el uso del humor es la base de su trabajo:
acciones, bromas, chistes, imitaciones; su función es el entretenimiento
y la diversión de los poderosos a cuyo servicio están; además de ser
una especie de "actor", muchas veces resultaba ser consejero y crítico.
“Los
bufones son creativos, innovadores, flexibles, y desafiantes - estas
calidades están en el corazón de su ser, y el humor es a menudo
simplemente la envoltura que ellos usan para disfrazarlo y hacerlo
aceptable”(Fools Are Everywhere: The Court Jester Around the World By Otto, Beatrice K.)
SIGNIFICADO POLÍTICO Y FUNCIÓN SOCIAL
Llamados
fool, buffoon, clown, jongleur, jogleor, joculator, sot, stultor,
scurra, fou, fol, truhan, mimus, histrio, moriojester, joker, payaso,o
cosas menos honorables, la posición del bufón oscilaba entre el
entretenimiento y el de consejero, se movían en medio de una delgada
línea entre lo correcto y lo profano. Esto era, sin embargo, porque
podían decir cosas que nadie más se atrevería a decir en la corte del
rey.
Actor, consejero y crítico. Está en la
naturaleza de los bufones lo que les viene en gana llevados por el
humor, sin tener en cuenta las consecuencias. Llevadas al extremo de la
broma podrían decir verdades serias. Podía aconsejar al rey como nadie
osaría. Aunque no le daba inmunidad total ya que una crítica demasiado
dura podría llevarlo al mismo destino que un opositor al rey, hasta
perder su trabajo y ser condenado al ostracismo.
Como los
bufones son generalmente de estado social y político inferior raramente
están en una posición (y raramente inclinados) para plantear una amenaza
al poder. Ellos tienen poco que ganar por la precaución y poco perder
por la franqueza —aparte de libertad, sustento, y de vez en cuando hasta
la vida, que apenas parece haber sido una fuerza disuasoria. Ellos son
periféricos al juego político, y esto puede tranquilizar a un rey de que
sus palabras con poca probabilidad serán consideradas como un ataque.
Los bufones no están por adulación o para adular. La regla puede ser
diferente a la des sus cortesanos y ministros, que podrían confabular
contra él y adular. El bufón también puede ser una figura aislada y
periférica, de alguna manera separada de las intrigas de la corte, y
esto le permite actuar como una especie de confidente.
Podían
hablar la verdad al poder pero no eran una amenaza al poder. Raramente
los bufones trataban de robar poder para su propia ventaja, aunque no
estuvieran en contra de la ganancia de regalos y golosinas aquí y allí.
Esta carencia de amenaza para el poder actual también podría ser
reflejada en su presencia de aspecto raro o su tenencia de alguna
anormalidad mental. También trabajaron dentro del status quo;
ya que podrían arriesgar su vida por decir una cosa o dos, pero no eran
el revolucionario en el sentido de tratar de destruir la estructura de
poder existente, prefiriendo cambiar el comportamiento como un
"outsider" que funciona dentro del sistema. Ellos podrían ser
tricksters, dañosos, e irreverentes, pero generalmente no tramaban o
eran conspiradores. Aparte de esto, eran sólo claros graciosos, y sabían
hacer cosas entretenidas o como desactivar situaciones con su lógica
ingeniosa.
El bufón tenía el humor
a su disposición. Con él podría ablandar el golpe de un comentario
crítico de modo que pueda impedir a un personaje solemne perder la
cabeza. El humor difumina situaciones tensas. Entre la tribu Murngin de
Australia esto es el deber del payaso, actuar de manera escandalosa y
absurda imitando una lucha si los hombres comienzan a pelearse. Al
reírse de él, distrae la atención de su propia lucha y disipa su
agresión.
Algunos eran verdaderos atletas, gimnastas y
malabaristas, magos en un modo simple, tocaban instrumentos... No había
que tomarlos en serio, ya que su oficio era hacer reír. Pero los bufones
expertos eran mucho más, ya que eran tan eruditos como los consejeros
reales. Eran sumamente ingeniosos.
Aunque bufón
y sabiduría parecen antitéticos, en esta época existía la noción del
"tonto sabio". Se pensaba que todos los bufones y tontos eran casos
especiales a quien Dios había tocado con un regalo de locura infantil, o
quizás una maldición. La gente mentalmente discapacitada a veces
encontraba empleo brincando y comportándose de un modo divertido. En el
mundo áspero de la Europa medieval, la gente que no podría ser capaz de
sobrevivir cualquier otro camino así encontró un lugar social.
Sus
orígenes eran modestos, incluso podrían ser un monje, erudito o
aprendiz de comerciante. A menudo eran empleados por nobles y de allí
pasaban a la corte si eran conocidos, por ello eran de los pocos que
tenía movilidad social, ya que podían ascender en la
rígida sociedad estamental del medievo, llegando incluso a ser figuras
de renombre, y obteniendo títulos de nobleza o cualidades de hidalgo
como favoritos de grandes y reyes. El bufón era un gemelo simbólico del
rey.
Erasmo de Rotterdam subraya la importancia de los bufones cerca de los reyes en “Elogio de la locura“ XXXVI:
"Los
reyes más grandes los aprueban tanto o más que, sin ellos, no sabrían
sentarse en la mesa o dar un paso, ni pasarse sin ellos durante una
hora. Ellos aprecian a los tontos más que a los sabios austeros,
teniendo la costumbre de mantener por ostentación a los bufones, y
ellos, proporcionan lo que los príncipes buscan por todas partes y
cueste lo que cueste: el entretenimiento, la sonrisa, la carcajada, el
placer." Pero Erasmo también hace unas alusiones a un segundo papel que
corresponde al bufón: la de revelador, ser espejo grotesco: "Los reyes
no sólo acogen con placer las verdades, sino también hasta las injurias
directas, y se da el caso de que aquello que dicho por un sabio se
habría castigado con la muerte, produzca en labios de un tonto un
incréible contento ".
Una
de las técnicas más eficaces en los usos del bufón para indicar la
estupidez de su maestro era permitir verla por si mismo. Más que
contradecir al rey, el bufón estará de acuerdo con un esquema
irreflexivo tan incondicionalmente que la sugerencia se lleva a un
extremo lógico, destacando su estupidez. El rey puede decidir entonces
para él mismo que tal vez esto no era una idea tan buena después de
todo. El bufón está en cierto modo del lado de la regla. La relación era
a menudo muy cercana y afable, y el bufón era casi invariablemente más
bien un ser apreciado que una presencia tolerada. Esto conduce a la
bondad de los bufones: podrían ser cortantes en sus ataques, pero hay
por lo general una subcorriente de buen corazón y de comprensión a sus
palabras. Si ellos hablan al rey de procesar a unos inocentes, no es
sólo para salvarlos de la ira del rey sino también para salvar al rey de
él mismo— ellos pueden ser los únicos que le dirán que sufre “halitosis moral”
Esto
hace que el bufón sea percibido como estando al lado de la gente, como
el pequeño hombre que lucha contra la opresión del poderoso. Bromeando
sabiamente el bufón a menudo se ganaba el favor de la gente.
Tomo este texto del prólogo del libro "Les bouffons" de M. A.Gazeau, (1882)en la versión española de Cecilio Navarro (1885):
"Desde
Esopo, que puede pasar por el primer bufón, hasta los farsantes y
gesteros del Directorio de la Revolución Francesa, hay una serie de
reidores de profesión que se tomaban el trabajo de divertir a sus
contemporáneos, o tenían la obligación pagada de hacer reír a sus
malhumorados señores. Algunos tuvieron miras más altas y desempeñaron un
papel más noble prevaliéndose de la impunidad asegurada a sus chistes
para hacer oír amargas verdades a los poderosos del día o, aunque más
rara vez, para llevar a los pies del trono un buen consejo o las quejas
de los oprimidos. Con su derecho de poder decirlo todo, derecho del que
usaban y abusaban, los bufones de corte fueron a veces como las bocinas
de la verdad. Bajo una forma burlesca o cínica, la verdad llegaba así a
los oídos del amo y señor, a quien de otra manera no hubiera llegado
nunca".
Por tanto, en una sociedad sumamente cerrada y
carente de derechos, los bufones llegaron a ser los que transgredieron
las barreras, como el trickster, moverse en el umbral de la razón y la
insensatez, de las altas esferas y orígenes humildes, de la verdad y la
burla... hizo que tuvieran la mayor libertad de palabra y de influencia,
además de ascensión social.
PERÍODO HISTÓRICO
El orígen
inmediato del bufón está en el trovador cuya función era contar
historias, cantar y tocar instrumentos. El uso y mantenimietno de los
bufones en la corte o por señores surgió en la Edad Media, ya en el
siglo V Atila llevaba uno. Vivían en sus castillos actuando en banquetes
y fiestas como cómicos. Su esplendor fue a finales del medievo y
durante el Renacimiento. Coincide en la época en que la idea del "tonto
sabio" y la cutura popular carnavalesca estan en pleno auge.(Ver TONTOS
SABIOS y RISA CARNAVALESCA)
Participaron en guerra,
conspiraciones y fiestas. En Alemania ,Capadoxo fue el bufón de Rodolfo
de Habsburgo; Kurtz van den Rosen, uno de los cómicos de Maximiliano
(1493-1579).
Famoso fue en la Francia de Francisco I (1494-1547)el bufón Triboulet, que sirvió de inspiración a Victor Hugo "Le roi s´amuse" (El rey se divierte), de que Verdi se inspiró para su ópera Rigoletto
En
Inglaterra, Henry VIII(1491-1549) empleó a un bufón llamado a Will
Somers.Durante el reinado de Isabel I (1533-1603) las obras de
Shakespeare eran prolijas en bufones. James I empleó a un bufón llamado
Archibald Armstrong, expulsado por insultar a demasiada gente. Carlos I d
Inglaterra(1600-1649)empleó a un bufón llamado Jeffrey Hudson que tenía
el título del Enano Real
En
España fueron vistos con el desafecto natural a una profesión que
muchas veces conducía a un favoritismo de baja estofa, espías
públicos,germen de malas acciones y hasta de crímenes. Velasquillo fue
el bufón enano preferido de Felipe II(1556-98, el bufón Don Antonio "el
Inglés" fue regalado a Felipe III por el duque de Windsor.Los retratos
de los bufones reales de Felipe IV (1605-1665)fueron pintados por
Velazquez, a pesar de denominarlos "sabandijas de palacio".
Aunque
el bufón muriera como institución de corte (si no como una función),
sobre el siglo XVI o XVII en China y el XVIII temprano en Europa, hubo
bolsillos resistentes a su fallecimiento. Las casas europeas menos
magníficas que aquellos de príncipes, reyes y prelados abrigaron a
bufones durante un siglo o dos más largo que las cortes. Se conoce de un
bufón doméstico registrado en el Castillo Hilton en el condado Durham
en el siglo XVIII y un bufón escocés, Shemus Anderson (m. 1833), en
Castillo Murthley, Perthshire. La familia de la Reina Madre, el
Bowes-Lyón, era "la última familia escocesa que mantuvo a un bufón a
jornada completa.
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