lunes, 23 de mayo de 2016

Keter le Israel | Difusión de la Sagrada Torah desde el punto de vista ortodoxo

Keter le Israel | Difusión de la Sagrada Torah desde el punto de vista ortodoxo









YOM KIPPUR


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YOM KIPPUR


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YOM KIPPUR


Que, BH, pasemos un buen ayuno de Kippur y seamos confirmados y
sellados en los libros de la vida, la salud, la felicidad, la paz y la
prosperidad. Amén


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SHANA TOBA UMETUKA


A TODOS SHANA TOBA UMETUKA, QUE TENGAMOS UN AÑO DULCE Y FAVORABLE Y
QUE EN EL DÍA DE YOM HADDIN (Día de Juicio), HASHEM NOS JUZGUE CON
BENEVOLENCIA Y QUE SEAMOS INSCRITOS EN LOS LIBROS DE LA VIDA, LA SALUD,
LA ALEGRÍA, LA PAZ, EL AMOR A TODOS Y LA PROSPERIDAD. AMENfeli




Rosh HaShaná: ¡Todo lo que necesitas saber!


TLQNSRoshHashana230x150-SPPrevio a Rosh Hashaná


Un componente clave en la preparación de
Rosh Hashaná es pedir disculpas a toda persona a quien le pudiésemos
haber hecho un mal durante el año anterior. En lo posible, queremos
comenzar el año con una tablilla limpia — sin que nadie abrigue rencor
contra nosotros. También hay que ser rápidos para perdonar a aquellos
que nos han hecho mal.
Mucha gente tiene la costumbre de ir a la
mikve antes de Rosh Hashaná después del mediodía. La mikve, que tiene
el poder de purificar ciertos tipos de impurezas espirituales, puede ser
una parte importante del proceso de teshuvá (retorno a Dios).
Otros tienen la costumbre de visitar un
cementerio en la mañana previa a Rosh Hashaná y rezar ante las tumbas de
los justos. Por supuesto, no le rezamos a los justos, sino que sólo a
Dios, que oye nuestros rezos en mérito de los justos.
En la mañana antes de Rosh Hashaná, realizamos “Hatarat Nedarim”
la anulación de promesas. En términos de la Torá, decir algo tan simple
como “me niego a volver a comer dulces” puede ser considerado una
promesa legal. Es por esto que, antes de Rosh Hashaná, anulamos nuestras
promesas, tanto si fueron realizadas intencionalmente o no. Esto se
realiza de pie frente a tres hombres adultos, ante ellos solicitamos ser
liberados de las promesas que realizamos. El texto completo puede ser
encontrado en un Sidur o en un Majzor de Rosh Hashaná.
La cena festiva


Durante las Altas Fiestas, se utiliza una
jalá redonda – simbolizando plenitud y finalización. Después de haber
hecho la bendición de “Hamotzi”, es costumbre untar el pan en miel –
simbolizando nuestro rezo por un nuevo año dulce.
Luego, después de que la mayoría del pan
ha sido comido, tome una manzana y úntela en miel. Haga la bendición
sobre la manzana (ya que “Hamotzi” no cubrió la manzana) y coma un
pedacito de manzana. Luego diga, “Que sea Tú voluntad, Dios, renovarnos
para un año nuevo bueno y dulce”.
¿Por qué pedimos por un año “bueno” y “dulce”? ¿No es que la palabra “bueno” automáticamente incluye “dulce”?
El judaísmo nos enseña que todo lo que
sucede es para bien. Todo es parte de la voluntad divina. Incluso cosas
que pueden parecer “malas” a nuestros ojos, son en realidad “buenas”.
Por eso cuando pedimos a Dios que el año sea “dulce” (además de bueno),
es porque sabemos que todo será para bien. Pero también pedimos que sea
un bien “revelado” – es decir, que sepa “dulce” para nosotros.
En Rosh Hashaná, agregamos el párrafo Ya’aleh V’yavo en el rezo de Agradecimiento Después de la Comida.
Comidas simbólicas


En Rosh Hashaná comemos alimentos que simbolizan cosas buenas que
deseamos para el siguiente año. Contemplamos lo que estas comidas
simbolizan, y las conectamos con la Fuente de todas las cosas buenas.


Las comidas simbólicas están basadas en un juego de palabras que
conecta el nombre de ciertas comidas con una esperanza en particular que
tenemos para el nuevo año. Aquí veremos una lista del Talmud de comidas
simbólicas que se acostumbra a comer en Rosh Hashaná. (La comida y su
significado relacionado están escritos en letras mayúsculas).


Después de comer PUERRO o COL, diga: “Sea Tu voluntad, Dios, que nuestros enemigos sean DIEZMADOS”.


Después de comer REMOLACHA, diga: “Sea Tu voluntad, Dios, que nuestros adversarios sean ELIMINADOS”.


Después de comer DÁTILES, diga: “Sea Tu voluntad, Dios, que nuestros enemigos sean DESTRUIDOS”.


Después de comer CALABAZA, diga: “Sea Tu voluntad, Dios, que el
decreto de nuestra sentencia sea ROTO, y que nuestros méritos sean
PROCLAMADOS ante Ti”.


Después de comer GRANADA, diga: “Sea Tu voluntad, Dios, que nuestros méritos aumenten como las semillas de la GRANADA”.


Después de comer la CABEZA de un cordero o pescado, diga: “Sea Tu voluntad, Dios, que seamos como CABEZA y no como cola”.


Los rezos de Rosh HaShaná


Como en Rosh Hashaná hay tantos rezos especiales, utilizamos un libro especial de rezos llamado “Majzor”.


En la “Amidá” y en el “Kidush” para Rosh Hashaná, decimos la fraseIom Teruá. Sin embargo, si Rosh Hashaná cae en Shabat, decimosZijrón Teruá. (Si una persona dice inadvertidamente la frase equivocada, no necesita repetir el rezo).


La súplica “Avinu Malkeinu” debe decirse en Rosh Hashaná, excepto
cuando Rosh Hashaná coincide con Shabat, debido a que en Shabat no se
dicen súplicas. Si Rosh Hashaná cae en viernes, no se dice “Avinu
Malkeinu” en Minjá.


Durante las Altas Fiestas, la cortina del arca se cambia por una
blanca, para simbolizar que “nuestros errores serán blanqueados como la
nieve”.


El jazán (cantor) para las Grandes Festividades no debe ser elegido
por su talento vocal solamente. Idealmente, el jazan debe tener más de
30 años, ser temeroso de Dios, erudito de la Torá, humilde, y casado. Un
hombre erudito menor de 30 con otras condiciones es aceptable. Sin
embargo es preferible permitir que un jazan inadecuado guíe el servicio,
antes que causar conflicto sobre el tema en la comunidad.


Como existe la pregunta de si la bendición de She’hejianu debe
ser recitada en el segundo día de Rosh Hashaná, acostumbramos comer una
fruta nueva o usar una nueva prenda de vestir y decir She’hejianusobre ella. Cuando decimos She’hejianu, debemos tener en mente las mitzvot de encender velas, Kidush y escuchar el shofar.


El shofar


La mitzvá esencial de Rosh Hashaná es escuchar el sonido del shofar.
Los sonidos del shofar después de la Lectura de la Torá se llaman
“Tekiot M’yushav”.


La obligación mínima es escuchar nueve sonidos. Sin embargo, hay duda
si el sonido del shofar debe ser del tipo que suena como un gemido (Shevarim), o como un sollozo (Teruá), o una combinación (Shevarim-Teruá). Por eso, se llevan a cabo los tres sonidos, cada uno precedido y seguido de un sonido continuo, Tekiá.
Tres de cada serie da como resultado 30 sonidos en total, los que son
necesarios para quitar todas las dudas de que el precepto de la Torá ha
sido cumplido.


Se acostumbra tocar el shofar en el mismo lugar donde se lee la Torá,
para que el mérito de la Torá nos ayude. El shofar debe ser tocado
durante el día. En la antigüedad, cuando los romanos perseguían a los
judíos, los rabinos instituyeron tocar el shofar antes de Musaf, ya que
los romanos tenían guardias en las sinagogas temprano en las mañanas.


La persona que toca el shofar debe estar de pie. Debe ser instruido
inmediatamente antes de tocarlo de tener la intención de cumplir con la
obligación para todos los que lo escuchen. Similarmente, a todos los que
lo escuchen se les debe recordar el tener la intención de que su
obligación está siendo cumplida.


Antes de tocar, se recitan dos bendiciones: “escuchar el sonido de shofar” y She’hejianu. Una vez que las bendiciones se hayan hecho, no se debe hablar hasta el final del sonido del shofar.


Las mujeres pueden tocar el shofar para ellas mismas y recitar la
bendición (las mujeres sefaradiot no recitan la bendición). Un niño que
tiene edad suficiente para ser educado en mitzvot debe escuchar el
shofar.


El shofar no se toca cuando Rosh Hashaná cae en Shabat.


El shofar utilizado en Rosh Hashaná debe ser un cuerno curvo de
carnero, más largo que 10 cm. Está permitido utilizar un shofar hecho de
un animal que no fue sacrificado ritualmente. De hecho, cualquier
shofar es aceptable excepto el cuerno de una vaca, buey o una especie
animal no casher.


En el rezo de la “Amidá” en Musaf, hay tres bendiciones especiales:Maljiot (alabanza a Dios el Rey), Zijronot (plegaria a Dios de recordar los méritos de nuestros Ancestros), y Shofrot (el significado del shofar). Durante la repetición del jazan, tocamos 30 sonidos adicionales en las variadas combinaciones.


Se acostumbra a tocar 40 sonidos extra al final del servicio,
llegando a un total de 100. Se acostumbra a prolongar el sonido final,
el cual es llamado Tekiá Gedolá.


Otras costumbres


Se acostumbra a saludar a los demás de la siguiente manera:“L’shaná Tová – Ketivá ve-jatimá Tová”. Esto significa: “Para un año bueno – Que seas inscrito y sellado en el Libro de la Vida”.


Uno debe tratar de no dormir o hacer caminatas ociosas en el día de Rosh Hashaná. (El Arizal permite una siesta en la tarde).


Se recomienda evitar las relaciones maritales, excepto si Rosh Hashaná cae en la noche de la inmersión de la esposa en la Mikve.


Si un Brit Milá cae en Rosh Hashaná, debe ser realizado entre la lectura de la Torá y el toque del shofar.


Tashlij


El rezo de “Tashlij” se dice en la primera tarde de Rosh Hashaná en
una extensión de agua que preferentemente tenga peces. Estos rezos son
simbólicos para arrojar nuestros errores. Por supuesto, es tonto pensar
que nos podemos deshacer de nuestros pecados al vaciar nuestros
bolsillos. Más bien, el enfoque judío consiste en una profunda
introspección y un compromiso de cambio. Más aún, la idea completa de
“Tashlij” es en parte, conmemorar el Midrash que dice que cuando Abraham
fue a la Akeida (sacrificio de Isaac), él tuvo que pasar a través de
agua que le llegaba hasta el cuello.


Si Rosh Hashaná cae en Shabat, “Tashlij” se corre para el segundo
día. Si “Tashlij” no se dijo en Rosh Hashaná mismo, puede ser dicho en
cualquier momento durante los Diez Días de Arrepentimiento.


Ambos, la fuente de agua y los peces son símbolos. En la literatura
Talmúdica la Torá es representada como agua. ¡Tal como los peces no
pueden vivir sin agua, así también un judío no puede vivir sin Torá!


También, el hecho de que los peces nunca cierran sus ojos, sirve de
recordatorio que, así también, los ojos de Dios (por decirlo así) nunca
están cerrados; Él sabe de cada uno de nuestros movimientos.


Este es el texto de “Tashlij:”


¿Quién es como Tú, Dios, que elimina la iniquidad y pasa por alto
las trasgresiones del resto de Su heredad? Él no permanece enojado por
siempre porque Él desea la bondad. Él será misericordioso con nosotros
nuevamente, y eliminará nuestras iniquidades, y echará en las
profundidades del mar todos sus pecados.



Concede la verdad a Iaacov, la bondad a Abraham así como juraste a nuestros antepasados desde tiempos lejanos.


De los estrechos yo llamo a Dios, Dios me responde ampliamente.
Dios está conmigo, no tendré miedo ¿qué puede hacerme el hombre? Dios
está conmigo para ayudarme, y veré a mis enemigos (aniquilados). Es
mejor refugiarse en Dios que confiar en el hombre. Es mejor refugiarse
en Dios, que depender de los nobles.



Muchas personas también leen los Salmos 33 y 130



SHABAT SHALOM VE JANUKA SAMEAJ


SHABAT JANUKA




Un Milagro de Januká Contemporáneo


januUn
gran milagro sucedió allí. La semana pasada, dos equipos de científicos
reprogramaron con éxito células de piel humana para que funcionen como
si fueran células madres embrionarias. Muchos en la comunidad científica
creen que esta brecha permitirá eventualmente la investigación de las
células madre sin la necesidad crear y destruir embriones humanos,
evadiendo de esta forma los dilemas éticos y políticos que han plagado
este campo durante la última década. Las implicaciones de este grandioso
descubrimiento impactan en la investigación médica de todo tipo, y
acelera la carrera en búsqueda de la cura contra enfermedades que van
desde el cáncer hasta el Alzheimer.
Por supuesto, el descubrimiento, que no
ha sido considerado un milagro por la comunidad científica, no por ello
deja de ser milagroso. No es el tipo de milagro que quiebra las leyes de
la naturaleza, como la partición del mar. Es un milagro discreto, un
milagro que entra dentro de los parámetros humanos y naturales, no
obstante, es milagroso —y quizás más milagroso aun. Es un milagro que
ocurre en el mes de Kislev, el mes de Janucá, un mes de milagros y luz,
una época, según lo mencionado en la lectura de la Torá de este mes, en
el que Di-s pone fin a la oscuridad.
El debate moral sobre la investigación de
células madre abarca los aspectos éticos, morales y religiosos. Muchos
vieron esto como un punto irreconciliable entre la ciencia y la
religión, los defensores de ambos lados llevaron sus argumentos a los
juzgados y a los comités gubernamentales, dispuestos a luchar hasta las
últimas consecuencias. Una batalla moral que dividió a la sociedad en
dos bandos, ambos separados por una razón moral.
Pero parece haber surgido una solución en
el horizonte que reconciliaría estas dos fuerzas. Conducidos por un
pragmatismo férreo restringiendo sus investigaciones a los parámetros
éticos aceptables a todos, los investigadores científicos lograron una
solución científica al problema. La solución sorprende por su
simplicidad: Todo lo que tuvieron que hacer fue agregar cuatro genes.
Estos cuatro genes reprogramaron los cromosomas de las células de la
piel, dejándolas “en blanco”, lo que permitiría transformarlas en
células de cualquier parte del cuerpo, sea el corazón, el cerebro, la
sangre o los huesos.
El Dr. Yamanaka, uno de los principales
responsables de este descubrimiento, calculaba que encontrar los genes
correctos tomaría varios años. Milagrosamente, tomó solamente algunos
meses.
Pero la solución no salió a luz hasta que
preguntas teológicas fundamentales como: — ¿Cuándo comienza la vida?
¿Quién tiene derecho a definirla? ¿Di-s, alias “Diseño Inteligente”,
existe? ¿La creación sucedió? —fueron discutidas en cada aula, en cada
junta médica, en cada universidad, en cada legislatura nacional, en los
niveles más altos del gobierno, registrados en publicaciones
científicas, periódicos, y difundidas por los medios de comunicación del
globo entero.
Entonces y solamente entonces, cuando la
humanidad parecía a punto de aventurarse en la autodestrucción ética, un
descubrimiento milagroso, aparentemente simple, marca el camino
descubriendo células madres sin comprometer la santidad de la vida.
Quizás el milagro más grande de todos es
cuando transformamos los obstáculos en oportunidades —cuando
reconciliamos lo que pensamos irreconciliable, cuando transformamos
oscuridad en luz.
Ocho minúsculas velas nos recuerdan que los milagros siguen ocurriendo.
¡Feliz Janucá!
POR FEYGL CYLICH

Feygl Cylich es una mujer jasídica, maestra, escritora, madre y abuela
que vive en Melbourne, Australia. En sus años de estudiante en la
Universidad de Chicago, compartió cátedra con el Dr Leon Kass quien fue
recientemente elegido como Director del Comité Presidencial en
Bioéticas.

HISTORIAS DE JANUKA: El Candelabro de mi Abuela


ABUELAMi
abuela es una mujer dulce y pequeña, de apenas un metro y medio de
altura. Su candelabro, de más de medio metro de alto, era más que un
simple candelero. Era un símbolo familiar, un imán que nos reunía.
En las vísperas de Shabat, Bobe se ponía
un pañuelo de Shabat especial. Con gran fanfarria encendía cada vela.
Cuando terminaba de encender la última candela, permanecía delante del
candelabro con sus ojos cerrados. Lágrimas corrían por sus mejillas.
Ella oraba por su marido, sus hijos casados y sus nietos. Hablaba en
idish: “Estimado Padre en el Cielo, mira y protege a mi marido, hijos y
nietos. Sea Tu voluntad que crezcan personas buenas, fieles a nuestra
religión. Por favor concédele sustento y paciencia a mi estimado marido.
Cuídanos a todos” .
Todos estábamos de pie alrededor de la
mesa de Shabat con respeto. Bobe se parecía a una reina que hablaba al
Rey de Reyes, a Di-s Omnipotente. Cuando terminaba su Plegaria,
empezábamos nuestro Shabat.
Cuando nuestra familia creció, Bobe
estaba más tiempo con sus velas. Cuando cumplió 94 años, tenía muchos
nietos casados que también tenían hijos propios. Había cinco
generaciones en la familia de Bobe. Al encender las velas, Bobe oraba
por cada miembro de la familia.
Su candelabro estaba hecho de plata
sólida con una base fuerte de plata. Todo el año tenía tres ramas de dos
velas. En el medio un tallo era para otra vela. La costumbre
tradicional para la víspera de Shabat es encender una vela por el padre,
madre e hijos. Cuando nace un hijo, se agrega otra vela de Shabat. Mi
abuela encendía cinco velas. Durante la semana de Janucá, ella agregaba
dos ramas de dos velas cada una, haciendo un total de nueve velas. El
candelabro estaba construido de forma que los posa-velas podían quitarse
e insertarse en su lugar tacitas de aceite para el encendido especial
de Janucá. Su candelabro de Shabat se convertía en Janukiá.
Durante la semana de Janucá ella le
entregaba su preciado candelabro a mi abuelo para encender las velas de
la fiesta. Janucá era nuestro tiempo más feliz. Todos los hijos, nietos y
bisnietos venían a la casa de Bobe y Zeide para recibir el Janucá guelt
(dinero de Janucá) y unirse al encendido de la Janukiá. Zeide estaba de
pie orgullosamente, como un Cohen, el sacerdote del Gran Templo, cuando
encendía la Menorá.
Cuando Zeide murió, Bobe pasaba sus
inviernos en Miami. Y llevaba sus candelabros con ella. ¡Cada Shabat
Bobe lustraba los candelabros de plata y oraba:”¡Que mi mazl (suerte)
brille siempre!”
Todos esto se acabó cuando alguien robó
su Candelabro. Bobe estaba marchita. Su cuerpo pequeño se agitaba como
un sauce en la tormenta cuando hablaba sobre su más preciada posesión,
su candelabro. ¿Cómo podían robarlo? Su única preocupación era cómo
encendería sus velas.
Ella creía que su Candelabro volvería.
“He orado para que el Candelabro nos protegiera, y estoy segura de que
el Candelabro ha hecho eso.
Ahora rezo para que el Candelabro vuelva a
mí.” Con determinación silenciosa ella oró y oró. La familia no sabía
qué hacer. Inesperadamente un amigo de la infancia de Austria, el lugar
de nacimiento de Bobe, nos visitó y avisó:
“Nunca había visto una Candelabro como la
que vi hoy. Sorprendentemente vi una réplica de tu Candelabro, en la
vidriera de una tienda de regalos”
Nos quedamos mudos.¿Podría ser que
nuestro invitado había visto Candelabro robado? ¡Bobe saltó y
dijo:”¡Vamos a recuperar mi Candelabro! ¡¡¡Pronto será Janucá y lo
necesito!!!”
Bobe, mis padres, la dama de compañía de
Bobe, y un policía fueron a la tienda de regalos. Con un destello en sus
ojos y un grito de alegría Bobe tomó su Candelabro y dijo: “Nos has
protegido y ahora regresas a casa conmigo.” Antes de que cualquiera
pudiera decir algo, Bobe asió el Candelabro del estante y lo sostuvo
cerca de su corazón. Nadie podía detenerla. Los vecinos de Bobe, judíos y
no judíos, se unieron en su regreso triunfante a casa. Cuanto más se
acercaba a su hogar, más personas se le unían. Bobe, vestida al estilo
europeo, cargando un Candelabro casi tan grande como ella, seguida por
una procesión de familiares y amigos, era un espectáculo memorable. Era
de verdad un gran desfile de Janucá.
El Candelabro recibió una limpieza especial, y ese fue el Janucá más luminoso en la casa de Bobe.
¿Quién dijo que los milagros ya no suceden?
BY ELI HECHT

A MODO DE RECORDATORIO: TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE JANUKA


descargaJanuca,
la fiesta de las Luces, comienza el día 25 del mes judío de Kislev, y
dura ocho días. En el calendario gregoriano, generalmente cae en
diciembre.
Esta guía explicará:

(1) Un poco de historia.

(2) Instrucciones para el encendido de velas.

(3) Otras costumbres.
Un Poco de Historia
La palabra hebrea Januca significa
“inauguración”. En el siglo 2 AEC, la época del Segundo Templo Sagrado,
el régimen sirio-griego de Antíoco pretendió alejar a los judíos del
judaísmo, con la esperanza de asimilarlos a la cultura griega. Antíoco
declaró ilegal la observancia del judaísmo – incluyendo la circuncisión,
el Shabat y el estudio de Torá – castigando al trasgresor con pena de
muerte. Muchos judíos – llamados helenistas – comenzaron a asimilarse a
la cultura griega, tomando nombres griegos y casándose con no judíos.
Esto comenzó a deteriorar la base de la vida judía y la práctica del
judaísmo.
Cuando los griegos desafiaron a los
judíos y les ordenaron sacrificar un cerdo a un dios griego, unos pocos
judíos valientes tomaron las colinas de Judea en una flagrante revuelta
en contra de esta amenaza a la vida judía. Liderados por Matityahu, y
luego por su hijo Yehuda el Macabeo, esta pequeña banda de judíos
devotos desató un conflicto armado en contra del ejército sirio-griego.
Antíoco envió miles de tropas bien
armadas para aplastar la rebelión, pero después de tres años, los
Macabeos tuvieron un éxito milagroso en contra de todos los pronósticos,
y echaron de su tierra a los extranjeros. La victoria es equiparable a
una victoria israelí en contra de todas las potencias del mundo de hoy
en día, juntas.

Los guerreros judíos entraron a Jerusalem y encontraron el Templo
Sagrado en ruinas y profanado con ídolos. Los Macabeos lo limpiaron, y
lo reinauguraron el 25 de Kislev. Pero cuando llegó el momento de
re-encender la Menorá, revisaron todo el Templo, y sólo encontraron una
vasija de aceite puro que llevaba el sello del Sumo Sacerdote. De todas
formas encendieron la Menorá, y fueron recompensados con un milagro: Esa
pequeña vasija de aceite ardió por ocho días, el tiempo necesario para
producir un nuevo suministro de aceite.
A partir de entonces, los judíos han
observado una festividad durante ocho días, en honor a esta victoria
histórica y al milagro del aceite. Para publicar el milagro de Januca,
durante los ocho días se añaden al rezo de Shajarit las alabanzas
especiales de Halel, y en las noches se enciende la janukiá.
Instrucciones para encender las velas de Januca
De acuerdo a la tradición ashkenazí, cada
persona enciende su propia janukiá. En la tradición sefaradí se
enciende una sola janukiá por familia.
¿Cómo debe ser la janukiá?
Para publicar qué noche de Januca es
exactamente, todas las velas de la janukiá deben estar a la misma altura
– y preferiblemente en línea recta. Si no es así, las velas podrían no
ser distinguidas con facilidad, dando la impresión de ser una gran
antorcha.
Además de las ocho velas principales, la
janukiá tiene una vela auxiliar llamada “shamash”. Como tenemos
prohibido utilizar las velas de Januca para cualquier otro propósito que
no sea el “verlas”, cualquier beneficio que pudiéramos obtener de su
luz se considera que proviene del shamash.
Como el shamash no cuenta como una de las
ocho velas regulares, tu janukiá debe tener el shamash separado de
algún modo – ubicado más alto que las otras velas o fuera de la línea
recta.
¿Cómo deben ser las velas de Januca?
Lo más importante es que tus velas deben
arder por al menos 30 minutos después de que oscurezca (¡las famosas
velas de color con suerte duran eso!). En muchos lugares se pueden
conseguir velas de colores más largas.

De hecho, es preferible utilizar aceite de oliva, porque el milagro de
los Macabeos ocurrió con aceite de oliva. Se pueden poner vasos de
vidrio con aceite en los soportes de las velas de cualquier janukiá
común. En algunos lugares hasta se pueden conseguir kits de vasos
descartables con el aceite dentro, ya medido.
¿Dónde se debe encender la janukiá?
Para publicitar el milagro de la mejor
manera, lo ideal es encender la janukiá del lado de afuera del portal de
entrada de tu casa, del lado izquierdo cuando se entra (la mezuzá está
del lado derecho, de este modo estás “rodeado de mitzvot”). En Israel,
mucha gente enciende afuera en cajas de vidrio construidas especialmente
para una janukiá.

Si esto no es práctico, la janukiá debe ser encendida en una ventana que mire hacia la vía pública.
Quienes viven en un piso superior deben
encender contra una ventana. Si, por alguna razón, la janukiá no puede
ser encendida cerca de una ventana, debe ser encendida dentro de la casa
sobre una mesa, esto al menos cumple la mitzvá de “publicar el milagro”
para los miembros de la familia.
Como la mitzvá se cumple precisamente en
el momento del encendido, si uno mueve la janukiá a un lugar más
apropiado después de encenderla, entonces, no cumple con la mitzvá.
¿Cuándo se debe encender la janukiá
Preferiblemente, la janukiá debe ser
encendida en el momento del anochecer. Sin embargo, es mejor esperar a
que todos los miembros de la familia estén presentes. Esto aporta a la
atmósfera familiar y también maximiza la mitzvá de “publicar el
milagro”. La janukiá puede ser encendida (con las bendiciones) tarde en
la noche, siempre que haya personas despiertas.
La janukiá debe permanecer encendida por
lo menos 30 minutos después del anochecer, y durante dicho tiempo no se
puede obtener beneficio de su luz.
En la tarde del viernes, la janukiá debe
ser encendida 18 minutos antes de la puesta del sol. Y como la janukiá
tiene que arder durante 30 minutos en la noche, las velas que se
utilizan el viernes necesitan ser más grandes que las “velas de colores”
normales (que por lo general no arden más de media hora).
¿Cómo se debe encender la janukiá?
La primera noche, coloca una vela en el
extremoderecho, mirando de frente a la janukiá. Esto se aplica ya sea
que la janukiá esté al lado de una puerta o frente a una ventana.
Otra vela es colocada como shamash (vela
auxiliar más alta) que es utilizada para encender las otras. El shamash
no cuenta como una de las velas.
Primero enciende el shamash, luego recita las bendiciones, y luego utiliza el shamash para encender la vela de Januca.

En la segunda noche, coloca dos velas en el extremo derecho – y utiliza
el shamash para encender primero la que está más a la izquierda.
En la tercera noche, coloca tres velas en
el extremo derecho – y utiliza el shamash para encender en orden,
siempre de izquierda a derecha.
Sigue este mismo procedimiento cada noche
de Januca… ¡hasta que todas las velas estén encendidas y
resplandeciendo brillantemente!
Las bendiciones de Januca
Escucha las bendiciones del encendido de la janukiá.

Imprime el texto de estas bendiciones.

Las primeras dos bendiciones se recitan con el shamash ya encendido, inmediatamente antes de encender las velas de Januca.

Bendición #1BERAJA1
Baruj ata Ado-noi Elo-heinu melej ha-olam, Asher kid-shanu be-mitzvo-sav, Ve-tzi-vanu le-had-lik ner shel Januca.

Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, que nos ha
santificado con Sus preceptos y nos ha ordenado encender la vela de
Januca.
BERAJA2Bendición #2
Baruj ata Ado-noi Elo-heinu melej ha-olam, She-asa ni-sim la-avo-seinu, Baia-mim ha-hem baz-man ha-ze.

Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, que realizó
milagros para nuestros antepasados, en aquellos días en esta época.
BERAJA3Bendición #3

Esta bendición se dice sólo la primera noche.
Baruj ata Ado-noi Elo-heinu melej ha-olam, She-he-je-ianu ve-ki-imanu Ve-hi-gi-ianu laz-man ha-ze.

Bendito eres Tú, Hashem, Dios nuestro, Rey del universo, que nos ha
mantenido con vida, nos sostuvo y no ha permitido llegar a esta ocasión.
El siguiente párrafo se dice cada noche, después de que la primera vela ha sido encendida
hanerot2-Januca.
Estas velas encendemos por los milagros,
las maravillas, las salvaciones y las batallas que realizaste para
nuestros antepasados en aquellos días en esta época, a través de Tus
santos sacerdotes. Durante los ocho días de Januca, estas velas son
sagradas y no estamos autorizados para darles uso corriente, sino para
contemplarlas y así poder expresar agradecimiento y alabanzas a Tu gran
Nombre por Tus milagros, Tus maravillas y Tus salvaciones.
Costumbres de Januca
Después de encender la janukiá de Januca,
las familias disfrutan sentándose a observar la luz de las velas,
cantando y recordando los milagros de ayer y de hoy. La primera canción
cantada tradicionalmente después de encender las velas es Maoz Tzur .

También se desarrollaron muchas otras costumbres, incluyendo:

Comer comida “aceitosa” como latkes (panqueques) de papa fritos y
sufganiot (rosquillas de mermelada) en conmemoración del milagro del
aceite.

Dar Januca Gelt (monedas) a los chicos.

Hacer girar el Sevivón, un trompo de cuatro lados con una letra en cada uno de ellos.
¿Cuál es el origen del sevivón?
En tiempos de persecución, cuando el
estudio de Torá estaba prohibido, los niños judíos estudiaban igual.
Cuando los soldados investigaban, los niños sacaban un Sevivón y
simulaban estar jugando.

Las letras en el Sevivón son nun, guimel, hei, shin – las iniciales de
Nes Gadol Haiá Sham – “Un Gran Milagro Ocurrió Allí” (en Israel, la
última letra es una pei – “Aquí”). Una forma de jugar con el Sevivón es
ver quién puede mantener girando el suyo por más tiempo. O, como
alternativa, ver cuántos Sevivón puedes hacer girar simultáneamente.

Otra versión del Sevivón es donde los jugadores utilizan monedas,
nueces, pasas de uva o monedas de chocolate como fichas. Cada jugador
pone una parte igual en el “pozo”. El primer jugador hace girar el
Sevivón. Cuando el Sevivón se detiene, la letra que está arriba define:

Nun – no ocurre nada, el jugador siguiente gira el Sevivón.

Guimel – quien hizo girar el Sevivón se lleva el pozo.

Hei – quien hizo girar el Sevivón se lleva medio pozo.

Shin – quien hizo girar el Sevivón agrega al pozo la misma cantidad que hay.

En Januca añadimos “Al Hanisim” – un párrafo que describe el milagro de
Januca – en el rezo de la Amidá y en la Bendición Después de las
Comidas.

¡Feliz Januca!

JANUKA 5775





JAG MATAN TORAH — JAG SHAVUOT SAMEAJ


SHAVUOT 1




PERSONALIDADES DE SHAVUOT: RUTH


Rut-Booz-y-RutQuizás
la razón más importante para la lectura del Libro de Ruth en este
festival sea el hecho de que nos brinda una vivida descripción del
perfecto Guer Tzedek, el prosélito o converso al judaísmo.
Shavuot es la época de la “Entrega de
Nuestra Ley”, y cuando la recibimos, nosotros también, como el Guer
Tzedek, juramos aceptar la Torá y cumplir sus 613 Mitzvot
—mandamientos—.
Los sinceros judíos de todas partes, no
cesan de enorgullecerse por su aceptación sin vacilaciones de la Torá y
sus magnificas enseñanzas. A pesar de todas las aparentes restricciones y
responsabilidades, que coloca sobre los hombros de todo judío adulto,
éste siempre tiene conciencia del privilegio de formar parte del “pueblo
elegido” por Di-s. Nosotros, los judíos, no buscamos prosélitos, o
conversos.
Cuando un Guer viene y dice que quiere
abrazar el judaísmo, nuestra Torá nos dice que es deber nuestro
indicarle todas las dificultades y el peso de la responsabilidad que
cabe a cada judío para cumplir dignamente la Torá. Debemos demostrarle
que está eligiendo un camino muy difícil, y un modo de vida que no es
popular en el resto del mundo.
Si, a pesar de todas estas
consideraciones y advertencias, el Guer insiste en su deseo de abrazar
el judaísmo, entonces sí podemos estar orgullosos de aceptar un hombre
así en nuestra congregación, pues seguramente será un judío devoto y
sincero. Onkelos, el famoso autor del Targúm (traducción armaica de la
Biblia), fue un Guer Tzedek, y también lo fue Ruth.
Ruth era una princesa Moabita que profesaba altos ideales.
No estaba satisfecha con la adoración de
ídolos en su propio pueblo, y cuando se presentó la oportunidad,
abandonó los privilegios de la nobleza en su tierra para aceptar una
vida de pobreza entre el pueblo que admiraba.
He aquí cómo ocurrió.
Eran los días en que los Jueces regían Israel.
Los hijos de Israel se habían alejado de
la observancia de la Torá, haciéndose acreedores al castigo de Di-s. El
hambre reinaba en toda la tierra.
Había un cierto personaje en Judea
llamado Elimelej. Era un rico mercader que no estaba acostumbrado al
hambre y la pobreza, y pensaba que podía escapar a la miseria yéndose a
otro lado. Junto con su esposa Naomí, y sus dos hijos, emigró a Moav.
Ruth se hizo amiga de la familia judía, y comenzó a comparar su modo de vida, diferente, con el que ella llevaba.
Aprendió a admirar las leyes y costumbres
judías, y la desazón que había sentido ante la vacía adoración de
ídolos por parte de su pueblo se transformó en abierta crítica.
De esta manera, cuando uno de los hijos de Naomí le propuso matrimonio, se sintió feliz y orgullosa de aceptar.
No tuvo remordimientos por lo que dejaba
atrás, su vida plena de luz en el palacio, su título real, las
posibilidades de riqueza y honores en futuro. Todo lo que veía era el
egoísmo y la crueldad de su gente, y diferencia notoria con los judíos, a
quienes ya se sentía profundamente ligada.
Elimelej y sus dos hijos murieron, y Naomí se convirtió en una pobre viuda, sin saber hacia dónde ir o qué hacer.
Por eso, dijo a Ruth y a su otra nuera, Orpá (también moabita):
—Hijas mías, debo irme, y he decidido
regresar a mi ciudad natal, Bet-Lejem. Las cosas no pueden estar muy
bien allí, y no hay razón para que vosotras también sufráis. Aceptad mi
consejo, entonces, y regresad a la casa de vuestros padres. Vuestros
esposos están muertos, y quizás, si os quedáis en vuestra propia tierra,
podréis encontrar otros hombres y volver a casaros. Yo he perdido a mis
hijos para siempre, pero vosotras sois jóvenes, y podréis encontrar
nuevos maridos.
Orpá se entristeció, besó a su bondadosa
suegra y se despidió de ella. Ruth se aferró a Naomí llorando y le
suplicó que le permitiera ir con ella.
Se lo imploró con palabras emocionadas, diciendo:
—No me pidas que te deje y me vuelva,
pues donde tú vayas, allí iré yo, y donde tú te hospedes, allí me
hospedaré yo; tu pueblo es mi pueblo, y tu Di-s mi Di-s; donde tú mueras
yo moriré, y allí seré enterrada; que esto y más me haga el Señor si
nada más que la muerte nos separa.
Ruth era perfectamente consciente de lo
que hacía. Naomí le había recordado las dificultades que el judío
enfrentaba en todo momento, pero con todo, permaneció firme en su
propósito de seguir a su suegra y aferrarse a la fe de su adopción, que
se había vuelto tan preciosa para ella.
El futuro probaría que Ruth seria
recompensada con justicia por su resolución, mas, aún en su pobreza,
Ruth no tuvo remordimientos.
Era la época de la cosecha cuando Rut y Naomí llegaron a tierra de Iehudá —Judea—.
Ambas estaban cansadas de su viaje, y
Ruth insistió que Naomí descansara, mientras ella salía a los campos de
Bet-Lejem para encontrar algo con qué paliar el hambre.
Ruth penetró en un campo donde muchos
hombres estaban ocupados cortando trigo, mientras otros los ataban con
hojas y otros más los apilaban en carretas para su transporte.
Un poco vacilante, pero alentada por el
hambre y el pensamiento de que debía obtener algo de comer para su
suegra, Ruth ingresó al campo y se sentó a descansar, y ver si allí
tenía suerte. — ¡Di-s sea contigo, extraña!
Ruth hizo señas de haber recibido el amable saludo. Se sintió aliviada al escuchar a la misma persona bondadosa continuar:
— ¿Por qué no te adentras más en el campo? No temas. Junta algo de grano para satisfacer tu hambre.
Boaz mismo, el dueño del campo era el que así hablaba a Ruth. En ese momento, él era el Juez de Israel.
Ruth le agradeció y recogió algunas mazorcas.
Estaba por retirarse cuando la misma voz
bondadosa le instó a quedarse y juntar aquellas que los hombres habían
dejado de cosechar en las esquinas del campo, como “Peá”. — ¿Qué es peá?
—preguntó Ruth.
Nuestra Torá nos dice que cuando el dueño
de un campo ha cortado el grano, debe dejar las esquinas para los
pobres, los necesitados y los extranjeros, quienes pueden venir a
cosecharlo ellos mismos y llevarse el fruto de su trabajo —contestó
Boaz. — ¡Qué maravilloso! —exclamó Ruth.
Se quedó pues a cortar el grano de una punta del campo, y culminada su labor se preparó para retirarse.
—No necesitas irte todavía —insistió
Boaz— ¿Por qué no te quedas y te beneficias con Léket? — ¿Qué quiere
decir Léket? —preguntó nuevamente Ruth. — Según nuestra Torá, si un
cosechador no corta de un solo golpe la espiga, o no la ve, no puede
volver atrás, sino que debe dejar el grano que no ha cortado, o se le ha
caído, como beneficio para los pobres y extraños—explicó Boaz
pacientemente.
Ruth no dijo nada, pero no vio razón
alguna para rehusar beneficiarse con las leyes de la Torá que ella misma
había abrazado sin reservas.
Cuando hubo recogido toda una canasta, volvió a Boaz, le agradeció muy sinceramente por su bondad y se dispuso a partir.
—Aun puedes quedarte —insistió Boaz—. Puedes tomar Shijejá.
—La Torá es verdaderamente ilimitada al velar por aquellos menos afortunados —dijo Ruth— ¿Ahora dime por favor qué es Shijejá?
—Cuando el propietario de un campo lleva
su carga de grano hacia los depósitos, es posible que haya dejado por
olvido algunos fardos en el campo. Pues bien, la Torá le prohíbe
regresar y recogerlos, y debe dejarlos para los pobres, las viudas, los
huérfanos y los extraños.
Ruth se alegró con su buena fortuna.
Había juntado casi más de lo que podía
llevar. Naomí y ella estarían ahora a salvo del hambre, por un buen
tiempo. Agradeció a Boaz una vez más, y éste le hizo prometer que
volvería.
Ruth estaba llena de emoción mientras se
dirigía en busca de su suegra. Le relató todo lo que le había sucedido
en los campos de Boaz. Naomí se sintió feliz con el éxito de Ruth y con
el hecho de que ésta hubiera agradado a Boaz, el generoso terrateniente.
Además, le dijo a Ruth que Boaz era pariente de Elimelej. Entretanto,
Boaz había hecho averiguaciones sobre la extraña que había capturado su
corazón, y descubrió que era la nuera viuda de Naomí. Debido al
parentesco existente, y de acuerdo a las leyes de la Torá era
recomendable que Boaz contrajera enlace con Ruth y así se lo hizo saber.
Cuando Boaz pidió a Ruth que se casara con él, Naomí le recomendó aceptar.
De esta manera Ruth fue imprevistamente recompensada con riqueza y felicidad.
Ruth y Boaz tuvieron un hijo llamado
Oved, quien fue padre de Ishai. El hijo menor de Ishai fue David, quien
se transformó en el ungido del Señor y querido rey de todo el pueblo
judío.
Extraído de “Shavuot, día de días” . Gentileza de Kehot Lubavitch Sudamericana. Todos los derechos reservados.
Por Nissan Mindel

SHAVUOT: 50, el número de la trascendencia


SHAVUOTEl número 50 es el distinguido número de la trascendencia. La cuenta hasta 50 se compone de dos etapas esenciales y diferentes.
La primera fase es la progresiva
elevación paso a paso desde el 1 al 49. Como el cuadrado de 7 (7²=49),
49 denota el ciclo completo dentro del universo físico (1). Este es un
desarrollo natural. Puede ser el límite más extremo en lo que respecta a
la naturaleza, pero no es el punto final. El destino final de un judío
es su llegada a la segunda fase, la fase donde da el salto sobrenatural
necesario para pasar desde el 49 al trascendental 50.
La progresión desde el 49 al 50 tiene
como precedente el peldaño que lleva del 7 al 8. El alma se compara con
el séptimo centro de santidad dentro del cuerpo que santifica las 6
direcciones del mundo físico hacia búsquedas espirituales (2). A través
de este proceso, el alma puede elevarse (acarreando también al cuerpo)
hacia la perfección (3). En términos numéricos, el 8 es sinónimo de la
entrada a un plano más elevado y trascendental (4). Y la llegada al 50
marca similarmente la entrada a este estado elevado.

Un pasaje a Sinaí

Quizás la cuenta hacia el número 50 encuentra su expresión histórica más conocida en el Éxodo.
Éxodo: 50
El evento crucial que conmemora el
nacimiento de los hijos de Israel como nación fue el Éxodo de Egipto. No
sólo recordamos dos veces al día este hito (5), sino que gran parte de
la observancia de las mitzvot está marcada por repetidas referencias al Éxodo. Su importancia central se debe a que este evento celebra el nuevo estado de existencia del pueblo judío.
La salvación no fue solamente de la
esclavitud física, sino también de la visión de mundo egipcia. El Éxodo
nos liberó de una visión restringida por el ámbito natural (6). La
redención catapultó a Israel a un estado alternativo de realidad. Ellos
intercambiaron lo restringido por lo irrestricto, lo natural por lo
sobrenatural y lo ordinario por lo extraordinario. Fue el evento
trascendental que definió a Israel: el pueblo elegido de Dios. Su
calidad trascendental se volvió evidente luego de su liberación
vanguardista.
El evento histórico del Éxodo es
mencionado en la Torá un total de 50 veces (7). Y el proceso de
redención que comenzó en el primer día de Pesaj llegó a su completitud
50 días después en el monte Sinaí. De hecho, Dios liberó a los hijos de
Israel para que ellos aceptaran la Torá. La instrucción Divina
que Dios le dio a Moshé en la zarza ardiente fue guiar a Israel fuera de
Egipto y llevar a la nación a servir a Dios en esa montaña (8).
Shavuot: día 50
Las 50 etapas de redención requirieron un
intervalo mínimo de 49 días para lograr la metamorfosis nacional. Antes
de su liberación, los hijos de Israel se habían hundido hasta el punto
más bajo de impureza espiritual: el nivel 49 de impureza. El Éxodo
introdujo un proceso de limpieza espiritual. Israel se embarcó en un
camino gradual de ascenso, un nivel tras otro. El de ellos fue un
incremento fenomenal desde su degradada posición en el nivel número 49
de impureza hasta el nivel número 49 de pureza (9). Finalmente, ellos
llegaron al pináculo espiritual más alto en el día 50 (10).
Este periodo abarca las fiestas de Pesaj y Shavuot. Hay una alusión a dicho camino en la famosa mitzvá
que conecta este espacio de tiempo: la Cuenta del Omer de 50 días desde
el día de la recolección de la medida de un Omer de la nueva cosecha de
cebada, la cual era ofrecida en el Templo en el segundo día de Pesaj: “Y contarás para ti… 7 semanas que serán completas hasta la mañana después de la séptima semana; y serán 50 días…”(11).
Torá: 50.
Shavuot es la única fiesta que no es
mencionada en relación a una fecha específica del calendario judío
lunar. Su clasificación como el momento de la entrega de la Torá aparece
registrada como el día 50 después del Éxodo. Esto establece firmemente a
Shavuot como el clímax del Éxodo. En la relación entre Dios e Israel, la entrega de la Torá en Sinaí es llamada ‘el día de tu boda’ (12).
El matrimonio celebra el compromiso total de dos partes. Las obligaciones de un acuerdo matrimonial judío son registradas en la ketuvá, el contrato matrimonial. La compensación monetaria que fue asignada para una mujer soltera es de 50 shekels
de plata (equivalente a 200 zuz/dinares en la moneda de la época de la
Mishná) (13). Esta suma encuentra su perfecto paralelo en la entrega de
la Torá, en donde los deberes contractuales del día de boda de Israel se
hicieron efectivos en el día 50 después del Éxodo.
Allí Dios le entregó a Su querida nación
el mejor regalo de bodas de todos: el regalo de la Torá. La calidad
metafísica de la Torá generalmente es representada como cualidades del
intelecto Divino. Su naturaleza trascendental está por encima de la
existencia física de este mundo. De forma sumamente apropiada, la Torá
fue entregada al comienzo de la 8va semana después del Éxodo, con lo
cual ingresó en el simbolismo del número 8 que trasciende el ámbito
natural representado por el número 7. Además, el número 50, que viene
luego del ciclo de 7 semanas, comparte la cualidad de “fuera de este
mundo” del número 8 (14).
Shavuot, que corresponde al día número 50
después de la salvación egipcia —en la semana 8—, se relaciona con la
naturaleza trascendental de la Torá (15). En su forma singular, se dice
que la palabra Torá aparece 50 veces en la Torá (16).
Paralelo al número 8, el nivel 50 se relaciona con aquello que está “fuera de este mundo” (17). El Mishkán (Santuario) y posteriormente el Beit Hamikdash (Templo) giraban en torno a la Torá, que era representada por la Lujot (Tablas), las cuales eran guardadas en el Kodesh Hakodashim
(Santo Sanctórum). (En sí misma, la construcción de una Casa para Dios
sirvió para inmortalizar la entrega de la Torá en Sinaí) (18). La compra
del terreno del Templo se llevó a cabo a través de los 50 shekels de
plata que pagó cada tribu (19). La máxima edad para que un Levi sirviera
en el Templo era 50 años (20). La cámara más interna, el Kodesh Hakodashim,
se relaciona particularmente con este nivel trascendental del número 50
(21). Y había 50 ganchos dorados sobre la extensión del techo que
estaba directamente arriba de la cortina que cubría la entrada al Kodesh Hakodashim (22).

Por sobre la naturaleza

Hemos visto que 50 representa el camino
completo hacia la aceptación de la Torá en los 50 días que hay entre
Pesaj y Shavuot. El pasar por la vida hace un llamado al judío para que
imite el viaje nacional hacia Sinaí; él debe proceder hasta el final
natural, y luego seguir más allá de él. Debe trascender lo finito y
tocar la sublime 50ava puerta, la cual está más allá de las reglas naturales de este mundo (23).
50: a la distancia.
El número 50 se utiliza como la medida
que pone algo a la distancia. El Talmud habla del uso de una cuerda que
mide 50 codos para asuntos como la medición de una distancia de 2.000
codos del tejum de Shabat, la distancia que uno puede
recorrer en Shabat que está más allá de la ciudad (24). Debido al
impacto negativo de un granero, una curtiduría de cuero y un cementerio,
estos no tenían permitido halájicamente estar a menos de 50 codos de la
ciudad (25). Y obviamente el viaje de 50 días desde Egipto a Sinaí
aseguró que Israel dejara de estar bajo la pecadora influencia de su
pasado idolatra.
Se requirieron nada menos que 50 etapas
de redención, paralelas a las 50 veces que el Éxodo aparece en la Torá,
para alcanzar una clara ruptura con el pasado. Y en el día 50, Shavuot,
se rompieron finalmente las cadenas de la esclavitud. Esto aparece
registrado en el relato del Éxodo en el versículo de apertura de los 10
Mandamientos: “Yo soy Hashem tu Dios Quien te sacó de la tierra de Egipto de la casa de la esclavitud” (26).
50: Puertas de entendimiento.
La formación del pueblo de Israel en los
50 días entre Pesaj y Shavuot entra también en otro aspecto de
simbolismo que se encuentra en este número. Dios creo el universo con 50
Puertas de Entendimiento (Shaarei Biná) (27). Las 50 puertas se
relacionan con los niveles espirituales ascendentes en el mundo a través
de los cuales el hombre debe pasar para descubrir los secretos internos
de la creación y para comprender los poderes, las capacidades y las
fuerzas vitales que hay dentro de ella (28).
En cierto sentido, los 50 Shaarei Biná
representan la lejana distancia que existe entre el hombre y la
sabiduría de Dios. Es imperativo que el hombre atraviese estas Puertas
del Entendimiento en un viaje para descubrir la sabiduría Divina que
está escondida en las palabras de la Torá. Esto a menudo implica
utilizar el razonamiento deductivo (biná en hebreo) para derivar “una cosa de otra” (29). Biná se relaciona con la palabra bein, que significa ‘entre’ (30), lo cual indica la distancia que el hombre debe atravesar para acercarse a su Creador.
Los 50 días del Omer son paralelos a los 50 Shaarei Biná (31). La palabra biná se relaciona además con la palabra binián,
‘edificio’ (32). La cuenta del Omer hacia Shavuot es el proceso de
construcción en el cual el judío se construye a sí mismo desde el
precario nivel de un animal hasta las alturas espirituales de un ser
Divino (33). Es una invitación a recorrer los 50 portones de sabiduría
Divina, en la cual el hombre intenta trascender lo natural y tocar el
ámbito supernatural en el cual ganará una percepción más clara de Dios.
El nivel más alto que es humanamente
posible es el de 49 puertas; es Dios quien le permite a la persona dar
el salto final de 49 a 50. El ser humano que pasó a través de las 49
puertas completas fue Moshé (34). Sin embargo la ultima puerta, la
número 50, estaba más allá de su alcance. El secreto de este último paso
está dentro de la naturaleza secreta de Yovel (35).
Yovel: el año número 50.
Los 7 ciclos semanales de 7 días que duran hasta el día 50, Shavuot, tiene su paralelo obvio con los 7 ciclos de Shemitá, ciclos sabáticos de 7 años que culminan en el año 50, el Yovel (Año del Jubileo) (36). Yovel marca la conclusión de una época. Todo lo que ha ocurrido anteriormente —incluso algo que es llamado le olam,
para siempre (37)— termina. La pizarra queda limpia. Todo regresa a su
estado original para permitir que el proceso comience nuevamente.
Shemitá es clasificado como santo y como Shabat; Yovel es Santo de los Santos y “Shabat de Shabatot” (38). En realidad, la descripción de Yovel como Shabat de Shabatot es compartida por la fiesta de Iom Kipur, el Día del Perdón
(39). En esta fecha, la nación judía fue perdonada por el pecado del
Becerro de Oro que había menoscabado a la Torá que fue entregada en el
Día 50. Una nueva era comenzó cuando Moshé le entregó a Israel las
segundas Tablas en Iom Kipur (40). Esto demostró que Dios había
perdonado a Israel, asegurando que Él no los destruiría.
El proceso de teshuvá, arrepentimiento —el cual está relacionado con biná (41)—,
hace que el pecado sea erradicado. ¿Qué ocurre? La persona se relaciona
con sus raíces trascendentales, regresa a Dios, y emerge como una nueva
creación (42). Interesantemente, hay un total de 50 días de teshuvá desde Rosh Jodesh Elul (29 días) hasta el final de Hoshana Rabá (21 de Tishrei) (43).
La palabra yovel también se refiere al cuerno-shofar de un carnero (44). De hecho, el año 50 asumía el estatus de año de Jubileo solamente una vez que sonaba el shofar
(45). El yovel/shofar era tocado en Iom Kipur (46) del año 50.
Proclamaba que las personas y los objetos volvían a su posición
original. Los campos vendidos regresaban a sus dueños originales, y los
esclavos judíos eran liberados de su cautiverio (47). Ellos regresaban
libremente a su verdadera identidad.
Yovel replica el impacto del shofar de despertar al hombre hacia el arrepentimiento (48). La libertad de Yovel no tenía obstáculos de ningún tipo. Denota el punto trascendental que se estira más allá de cualquier atadura previa.
50: todo en uno


En este mundo no puede haber una
expresión humana independiente en el nivel 50; éste sigue siendo la
máxima e inalcanzable dimensión Divina, la cual puede ser caracterizada
como elevada o aparte de todo lo que la precede. Trasciende el mundo
natural y la experiencia humana (49).
En un aspecto, el 50 es el número incontable. El periodo del Omer dura por 50 días, pero sin embargo solamente se cuentan 49. La cuenta de 49 lleva automáticamente
a la llegada del 50. Este estado elevado fue alcanzado en Sinaí.
Sobrepasó todo lo que venía antes de él (50). Fue en el día 50, Shavuot,
que la unión entre Israel y Dios fue solemnizada al igual que un
matrimonio (51).


Con este acto, la nación judía trascendió sobrenaturalmente la
existencia de este mundo para unirse con Dios (52). Israel alcanzó esta
unidad cuando llegaron a Sinaí a acampar en un estado unificado: como
una sola persona con un solo corazón (53). Los nombres de las 12 Tribus
de Israel, que fueron grabados en las Piedras que usaba el Kohen Gadol, tienen un total de 50 letras (54), y fueron fusionadas como una sola entidad con su Creador.


Así, el 50 es el punto de llegada. Es el
punto en que el hombre ha llegado al final de su travesía. Este es el
nivel máximo; él hombre ha completado exitosamente las etapas del pasaje
natural que se requieren y ha progresado para trascender y elevarse al
nivel Divino de eternidad. Ésta es la dimensión de la Torá, de
entendimiento Divino, de verdadera libertad. Es donde Israel trasciende
para convertirse verdaderamente en uno con Dios.




(1) Ver “49: Medida completa”.


(2) Ver “7: Una chispa divina”.


(3)
Ramjal, Dérej Hashem 1:3. El reingreso del alma al cuerpo después de la
resurrección está destinada a impulsar al hombre a un nivel espiritual
más alto del que podría alcanzar en vida.
(4) Ver “8: Fuera de este mundo”.


(5) Brajot 12b.


(6) La
raíz de la palabra מִצְרַיִם se relaciona con la palabra מֵיצַר,
aprietos, como en el versículo, todos sus perseguidores la sobrepasaron
dentro de los aprietos (בֵּין הַמְּצָרִים) (Eijá, 1:3).
(7) Zohar 2, 85b; 3, 262a. Ver
Sfat Emet, Shabat HaGadol 5634, sobre cómo las 50 referencias al Éxodo
corresponden a las 50 semanas y 50 Shabatot en cada año. Ver también el
Gaón de Vilna, Tikunei Zohar, p. 84.



(8) Shemot 3:12.


(9) Ver “49: Medida completa”.


(10)
Su desarrollo es bellamente simbolizado en el periodo de maduración de
50 días de una manzana, una alusión a recibir la Torá. El Midrash cuenta
que la manzana tarda 50 días en madurar y que esto ocurre en Siván
(Shir Hashirim Rabá 2:2). Esto es una referencia al periodo de 50 días
que hay entre Pesaj y Shavuot, cuando la nación judía abrazó la Torá.
(La manzana simbólicamente se relaciona con la declaración Naasé
venishmá, “Haremos y escucharemos”, Shabat 88a. Ver Tosafot, ad loc.
sobre cómo la manzana se relaciona con el etrog).
(11) Vaikrá 23:15-16.


(12) Shir Hashirim 3:11 y Rashi ad loc.


(13) Mishná, Ketubot 1:2. Una
mujer viuda divorciada que vuelve a casarse tiene derecho a la mitad de
esta suma, es decir 100 zuz. La cantidad básica de 50 shekels de plata
para una soltera se aprende de las leyes de la penalización que debe
pagar un hombre que viola o seduce a una mujer soltera. (Devarim 22:29;
Ketubot 10a).



(14) Maharal, Tiferet Israel 25.


(15) Maharal, ibid. Aunque la
cuenta del Omer se dice que es por 50 días, solamente se cuentan 49. Uno
no cuenta, y de hecho no puede contar, el 50. No es simplemente otro
día que sucede al día 49. Es separado y está aparte; va más allá de lo
posible, más allá de lo contable.



(16) Rokeaj, Devarim 6:7.


(17)
Ver Tanjumá, Pinjas 15, sobre cómo Shminí Atzeret, el octavo día después
del comienzo de Sucot, debiera haber sido puesto idealmente 50 días
después de Sucot, tal como el día de Shavuot fue puesto 50 días después
de Pesaj. Ver “8: Fuera de este mundo”.
(18) Rambán, Shemot 25:1 (Introducción a Terumá). Ver “410: Primer Templo”.


(19) Zevajim 116b. Ver también Suca 53a y Sifri, Naso 42 por sobre cómo David compró el sitio del altar por 50 shekalim.


(20) Ver Bamidbar 4:3, 23, 30, 35, 39, 43, 47.


(21) Maharal, Jidushei Hagadot, Rosh Hashaná 21b. Ver “8: Fuera de este mundo”.


(22) Shemot 26:6. Ver Rokeaj,
Shemot 26:6, p. 141, sobre cómo los 50 ganchos de oro que unen las
cortinas son paralelos a las 50 veces que la palabra Torá es mencionada
en singular en el Jumash.



(23) Ver Maharal, Netivot Olam,
Netiv HaTorá 1 sobre cómo el 50 es incontable ya que pertenece al etéreo
y elevado mundo que no está subordinado al tiempo.



(24) Eruvin 57b.


(25) Bava Batra 24b-25a. Ver Rambam Hiljot Beit HaBejirá 7:13.


(26) Shemot 20:2.


(27)Rosh
Hashaná 21b; Nedarim 38a. “Las 50 ocasiones que el Éxodo es mencionado
en la Torá corresponden a las 50 Puertas de Entendimiento” (Gaón de
Vilna, Aderet Eliyahu, Balak).
(28) Rambán, Introducción a Sefer Bereshit. Ver también Gaón de Vilna, Safra D’Tzniusa 1.


(29)Ver Rashi, Shemot 31:3.


(30) Iben Ezra, Shemot 31:3; Rav S.R. Hirsch, Bereishit 41:33.


(31) Gaón de Vilna, Aderet Eliyahu, Balak.


(32) Ver Nidá 45b.


(33)
El Omer que se llevaba en Pesaj era una ofrenda de cebada, un grano que
se usa para alimento animal. En contraste, los dos panes de Shavuot eran
hechos de trigo, un alimento humano. Esto simboliza la transformación
de una bestia no espiritual a un humano espiritual. Ver Sota 15b;
Maharal, Tiferet Israel 25.
(34)
Rosh Hashaná 21b. Ver “49: Medida completa”. Paralelo a la inhabilidad
de Moshe de alcanzar las 50 Puertas de Entendimiento, él no pudo pasar
sobre el Río Jordán, cuyo ancho se dice que es de 50 codos (Tosafot,
Sotá 34b), ni pasar sobre ni siquiera 1 codo del suelo de la Tierra
Santa (ver Baal HaTurim, Devarim 3:25 y Rokeaj ad loc).
(35) Rambán, Introducción al Sefer Bereshit.


(36) Vaikrá 25:8-13.


(37) Shemot 21:6; Kidushin 21b.
Esto se refiere al sirviente judío que rechaza quedar libre después de
sus originales 6 años de esclavización.



(38) Maharal, Jidushei Hagadot, Rosh Hashaná 21b.


(39) Vaikrá 23:32.


(40) Ver Taanit 26b extendiéndose sobre el versículo, el día de Su boda (Shir HaShirim 3:11). Ver Rashi ad loc.


(41)
En la Amidá, la bendición de teshuvá es yuxtapuesta a biná (Megila 17b).
Ver Shelá HaKadosh, Julin, Tora Or 63, Shelá Toldot HaAdam, Beit Jojmá
(segundo) 24. Ver Rav Tzadok HaKohen, Pri Tzadik, Tu BeAv, 6, sobre cómo
el nivel de 50 Puertas del Entendimiento es el nivel de conocimiento
entregado a un penitente.
(42) Ver Rav Itzjak Hutner, Pajad
Itjak, Iom HaKipurim 1. Ver Shelá Toldot HaAdam, Beit Jojmá (segundo)
24, sobre como Iom Kipur es una fuente de biná, regresar el año pasado a
sus raíces y fuente.



(43) Ver Panim Yafot, Vaikra 16:30.


(44)
Rosh Hashaná 26ª y Rashi, Shemot 19:13 en la aceptación de la Torá en
Sinaí, un sonido extendido del yovel (shofar) indicó que la Shejiná se
había ido y el pueblo podía ahora subir a la montaña (Shemot 19:13).
Esto también se relaciona con el cese de una fase.
(45) Rosh Hashaná 9b.


(46) Ver Minjat Jinuj, Mitzvá 335.


(47) Vaikrá 25:10-13. Ver también “9: ¿Hacia dónde dirigirse?”.


(48) En Iom Kipur la puerta número
50 y la más profunda de todas se abre, el nivel más cercano de alcanzar
entendimiento sobre los caminos de Dios (Sfat Emet, Iom Kipur 5653).



(49)
Incidentalmente, podemos explicar con esto la razón de que, en la
narrativa de Purim, Hamán haya construido una horca que era
específicamente de 50 codos de alto (Ester 5:14). Simbólicamente, el
malvado Hamán se presentó a sí mismo como un dios que “supuestamente” no
estaba sujeto a la ley natural de la tierra (Maharal, Or Jadash, Ester
5:14). Ver también Maharal, Or Jadash, p. 175 y Beer Hagolá 4:14 para el
simbolismo de esta horca de 50 codos construida de madera del Arca de
Noaj (Yalkut Shimoni, 1056). Ver también Rav Tzadok HaKohen, Pri Tzadik,
Purim, 2, sobre cómo la horca de Hamán de 50 codos corresponde a las 50
Puertas de Entendimiento.
(50) Maharal, Rosh Hashaná 21b, Jidushei Hagadot.


(51) Quien abusa de una jovencita
debe darle a ella 50 monedas de plata para casarse con ella (Devarim
22:29). Esto es paralelo a que Israel recibe la Torá en Shavuot, el día
50 después de haber dejado Egipto (Rokeaj, Bereishit 32:11).



(52) Ver Tikunei Zohar, final del Tikún 22.
(53) Shemot 19:2 y Rashi ad loc.


(54) Las 12 Tribus de Israel
estaban representadas en las Avnei Shoam, las piedras que estaban
pegadas en los hombros de la vestimenta del Sumo Sacerdote. Había 6
nombres, que consistían de 25 letras, en cada una de las 2 piedras, un
total de 50 letras (Sota 36a-b).



Extraído del libro Jewish Wisdom in the Numbers


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behar“…en el Monte Sinai….”(Vayikrá 25:1)


Una conversación imaginaria:


– “Inventemos esta religión en la que
decimos a la gente que cada siete años tienen que abandonar las
herramientas, dejar de plantar y cosechar, y que milagrosamente van a
recibir una cosecha abundante en el sexto año, el año siguiente y el año
después de ese cuando, por supuesto, no va a haber nada para cosechar
ya que nada habrá crecido en el año séptimo…”.
-“¿Estás loco, cómo puedes predecir el
futuro?¡Tu religión va a fracasar en el primero de los siete años cuando
todos comiencen a estar hambrientos, cuando no haya nada que cosechar
ni que comer!”
La Parashá de esta semana se inicia con las palabras”Y Hashem habló con Moshé en el Monte Sinai…”.
¿Por qué la Torá se toma el trabajo de
especificar quefue precisamente en el Monte Sinai que Hashem le explicó a
Moshé la Mitzvá de Shemitá?¿Acaso en elSinai Moshé no recibió todas las
otras Mitzvot?
El motivo por el cual la Torá conecta el
Monte Sinai con la Mitzvá de Shemitá es para que entendamos que, asi
como la Shemitá proporciona una prueba verificable de la veracidad de la
Torá (pues seria imposible inventar una religión que tuviera un
precepto semejante), del mismo modo, el resto de laTorá, que fue
transmitido en el Sinai, es igualmente auténtico, tanto en lo general
como en lo particular.
(Rashi y Jatam Sofer Rabí Yehudá ha Levi – Kuzari)
“…en el Monte Sinai…” (Vayikrá 25:1)
Toda la enseñanza de la Shemitá es que
“la naturaleza” es una ilusión.Hashem dirige el mundo y asi como Él hace
que no haya pérdida por no trabajar en Shabat, asi también él asegura
que nada va a ser perdido por cesar de trabajar la tierra todo un
año.Esto es para enseñarnos a no convertirnos en esclavos de la
“naturaleza”, porque este mundo no es más que un corredor al verdadero
mundo de la espiritualidad.Pero el hombre no puede desasociarse a sí
mismo del marco del mundo en el cual existe; la Torá claramente le
ordena sembrar y cosechar por seis años, así como tiene que trabajar
seis días por semana.Pero a través de contar los días de trabajo en
relación al Shabat y los seis años de cultivo en relación al año de
Shemitá, podemos conectar lo mundano y la rutina con lo sagrado y lo
especial.
“La tierra observará un Shabat para Hashem…” (Vayikrá 25:2)
Cuando el pueblo judío estuvo esclavizado
en Egipto, Moshé fue a ver al Faraón y lo convenció de que debía
aliviar el yugo de los israelitas.Le explicó que cuando los esclavos
trabajan sin descanso, al final terminan muriéndose.Y asi fue como,
simulando que aconsejaba al Faraón como aumentar la producción, le
sugirió que le concediera al pueblo judío un día libre a la semana.El
Faraón aceptó su consejo, y le dio permiso a Moshé para que escogiera el
día.Cuando, más adelante, Hashem dio el precepto de que el Shabat
debería ser un día de descanso, Moshé sintió gran alegría de haber
anticipado cuál sería el día en el que el pueblo descansaría.
En otras palabras, en Egipto, el pueblo
judío ya contaba con el Shabat, pero únicamente como un respiro del
trabajo agotador, y no como un precepto.Pero cuando Hashem les mandó el
precepto del Shabat: “Observarán mis Shabatot”, Israel descansa en
Shabat, no porque necesite de un descanso, sino, única y exclusivamente,
porque esa es la voluntad de Hashem.
En la parashá de esta semana hallamos un
concepto parecido: “…La tierra observará un Shabat para Hashem”.En el
séptimo año, cuando dejamos que los campos de Eretz Israel permanezcan
inactivos, no es para darles un descanso, para mejorar su rendimiento o
para que los procesos ecológicos los renueven.Los dejamos inactivos
únicamente porque eso fue lo que nos ordenó Hashem.
(Kedushat Levi)
“.. en el Monte Sinai…” (Vayikrá 25:1)
La Mitzvá de la Shemitá le ordena al
Pueblo judío que deje de trabajar sus campos cada séptimo año, con la
promesa de que, milagrosamente, Hashem les proporcionará todas sus
necesidades.
Sin embargo, el milagro de la Shemitá variaba de acuerdo con su nivel de bitajón (confianza en Hashem).
Cuando el pueblo judío tenía un nivel
alto de bitajón, la cantidad de alimentos que se cosechaban en el sexto
año no variaba de un año a otro; no obstante, alcanzaba para proveer
nutrición durante tres años, en vez de uno.
Pero cuando el nivel de confianza en
Hashem era bajo, los campos daban, en términos reales, tres veces la
cantidad que se cosechaba en un año común.
En el primer caso, se producía un milagro
oculto; en el segundo, un milagro descubierto. ¿Por qué el nivel más
bajo invocaba un milagro aparentemente más grande, más abierto?El
milagro descubierto siempre es el “segundo mejor” en el plan de
Hashem.El Hombre es la criatura que está designada en forma especifica
para tener libertad de elección.Los milagros abiertos son tan
compulsivos que limitan la libertad de elección del Hombre.
No obstante, Hashem responde hasta al
nivel más bajo de confianza en Él y proporciona la pirotecnia de un
milagro abierto, si eso es lo que hace falta para hacer que el pueblo se
sienta seguro.
Una vez, Rabí Jaim de Volozhin le
preguntó al Gaón de Vilna qué es lo que quiere decir el Talmud cuando
dice que uno de los atributos de Hashem es “estar satisfecho con Su
parte”.El Gaón de Vilna le respondió que la parte de Hashem es el pueblo
judío.El querría que estuviésemos en un nivel más elevado, pero no
obstante está satisfecho con nosotros, cualquiera sea el nivel en que
nos encontremos.
“Y Hashem le habló a Moshé en el Monte Sinai, diciendo…” (Vayikrá 25:1)
Hashem le dijo a Moshé todas las Mitzvot
en el Monte Sinai.Entonces ¿por qué la Torá registra en forma específica
que la Mitzvá de Shemitá le fue transmitida a Moshé “en el Monte
Sinai”?¿Acaso todas las otras Mitzvot no le fueron también transmitidas a
Moshé en el Monte Sinai?
Uno de los efectos de la Mitzvá de
Shemitá es implantar en el corazón de pueblo judío la idea de que
Hashem, a pesar de toda Su Trascendencia, igualmente supervisa hasta el
más mínimo detalle de este mundo.
La Shemitá nos enseña que Hashem nos
proporciona todo lo que necesitamos a pesar de al parecer no somos más
que un punto minúsculo en el espacio intergaláctico.En Sus ojos, todos
esos billones de años luz no son más que un parpadear de ojos.
No está “por debajo de Su dignidad”, por
decirlo de alguna manera, el interesarse por este plano físico
nuestro.Pues “en el lugar de la grandeza de Hashem, allí está Su
humildad”.
Hashem eligió, como el sitial para Su
revelación, no al Monte Everest, la montaña más alta del mundo, sino al
humilde, bajo Sinai.Fue en el Sinai que Él quiso revelarnos Su Torá.
Pues a pesar de toda la inefable Majestad y Trascendencia de Hashem, la
humildad de espiritu Le son muy preciadas.
Y precisamente ahí está la conexión entre
la Shemitá y el Sinai: asi como la Shemitá pone de manifiesto que
Hashem se ocupa hasta de este mundo tan bajo, asi también Él nos reveló
la Presencia Divina en el Sinai, la más baja de las montañas.
“Y haréis Mis jukim, y Mis mishpatim, las observareis” (Vayikrá 25:18)
Todo el mundo sabe que los judíos no comen cerdo.¿Por qué?
La historia se remonta a hace tres mil
años, cuando larefrigeración no había alcanzado aún gran nivel de
sofisticación, y la contracción de triquinosis por comer cerdo era una
amenazadora realidad.
Pero ahora, que todos contamos con
heladeras queproducen cubitos de hielo a montones, y se puede congelar
una chuleta uno y hasta dos años, uno no tiene por qué negarse uno de
los deleites gastronómicos más finos de la “haute cuisine”.Ese es el
cuento que te cuentan…
Pero la verdad del asunto es que el
cerdo, al igual que el shatnez (la mezcla de lana y lino en la ropa) es
un jok, una ley que está más allá del entendimiento humano.
Las leyes que prohíben la conducta
antisocial en la Torá se llaman mishpatim.Toda persona razonable
entiende que está prohibido robar o asesinar.Ninguna sociedad civilizada
permite semejantes actos.
Sin embargo, para el judío el asesinato
esta prohibido debido a que la Torá dice que está prohibido.Matar auna
persona y llevar puesta una prenda que contiene shatnez son dos actos
que comparten una misma esencia: ambos fueron prohibidos por el Creador.
Hashem le permitió a nuestra lógica
comprender por qué está prohibido matar.Pero no hizo lo mismo con la
prohibición de comer cerdo.
En el versículo antedicho, la Torá habla
de “hacer” los jukim (los preceptos supralógicos), mientras que
alreferirse a los mishpatim (leyes aparentemente lógicas) habla de
“observar”.
¿Qué diferencia hay entre “hacer” y
“observar”?La esencia misma del jok reside en hacerla.El desafiódel jok
es decirse a sí mismo: “El mundo no se limita a lo que yo entiendo de
él.Y porque no pueda entender algo no significa que no sea cierto”.Por
eso, la esencia misma del jok es hacerla.Ese es el desafió.
Pero cuando se trata de los mishpatim,
nos enfrentamos a un desafió diferente.Es obvio que está prohibido robar
y matar.¿Cuál es la prueba?
Hace muchos años, ocurrió una tragedia
desgarradora.Habia una mujer que sufría una terrible enfermedad
incapacitada.Día tras día, su marido la veía sufrir.Un día, fuera de si
de tanta angustia, le dio una sobredosis de barbitúricos.
El desafió de los mishpatim es
observarlos.No excusar el asesinato, llamándolo “muerte piadosa” o
“eutanasia”. Aquel Cuya piedad es eterna decreta queno debemos matar.
¿Cómo vamos a ser nosotros más piadosos que Di-s, Cuyo Nombre es”El
Compasivo”?.El desafío de los preceptos “lógicos” consiste en no
manipularlos indebidamente, no pervertirlos según nuestros propios
conceptos de bien y mal.
Incluso cuando el corazón se quiebra de
dolor, cuando nuestros seres más queridos se enferman ymueren, a veces
con enorme sufrimiento, el desafío de los mishpatim es saber que nuestra
mente no puede ni podrá entender nunca la lógica más esencial de
hastaaquello que nos parece lógico a nosotros.
(Rabí Isajar Frand)
“Cuando vengáis a la tierra que os estoy dando, la tierra observará un descanso de Shabat para Hashem” (Vayikrá 25:2)
Al mirar el membrete de algunos estudios
jurídicos, uno podría pensar que está leyendo la guía de teléfonos de
Nueva York.Parecería que todo el mundo es un socio menor.
En cierto modo, nosotros también queremos
ser socios menores.Los socios menores de Hashem.Pensamos: “Está bien,
Di-s, Tú diriges el mundo.Tú eres el Jefe.Yo solamente quiero ser socio
menor en mi zona, para poder hacer lo que me plazca.Necesito tener
mipropio espacio”.
¿Cómo vas a tener tu propio espacio
cuando “SuHonor colma la tierra”?¿Cómo vas a ser el socio menor de Aquél
para el que no hay un “dos”?El judío está de servicio las veinticuatro
horas del día, los siete días de la semana, desde la cuna hasta la
tumba.
Nosotros somos el Pueblo que Di-s eligió
para que Lo sirviera.Pero esto tal vez suene un poco prohibitivo.¿Acaso
no soy más que una cifra?¿Un autómata sin mente que obedece
instrucciones?¿Dónde está mi espacio?¿Dónde está mi individualidad?
En realidad, Hashem sí nos deja ser los
socios menores.Pero no entramos en sociedad para poder “hacernos una
escapadita” para ir a jugar al tenis a la tarde.No.Esta es una sociedad
en la mismísima creación del tiempo.
Cuando Hashem creó el mundo, lo creó con
dos clases de santidad, que están expresadas en el Shabat, por un lado, y
en las Fiestas, por el otro.
La santidad del Shabat es fija e
inmutable.Cada siete días entramos a un mundo llamado “Shabat”.No
precisa de intervención de nuestra parte.El Shabat fluye desde los
mundos superiores sin nuestra asistencia, y por encima de nuestro
control.
Las fiestas de Pésaj, Shavuot y Sucot son
otro tema.Hashem le permite al Hombre, en tanto que Beit Din, que
establezca el día en que comienza el mes, y, por ende, las fechas
exactas de las fiestas.
Con respecto a la Shemitá (el año
sabático para la tierra), la Torá afirma: “La tierra observará un Shabat
para Hashem”.Exactamente la misma expresión que se emplea en la
creación del Shabat.”Un Shabat para Hashem”.
Asi como hay dos tipos de santidad en los
días y en los meses, el Shabat y las fiestas, también hay dos tipos
desantidad en los años.El séptimo año es como unShabat de la tierra.Su
santidad es “fija”, como la del Shabat.La santidad de yovel (el año de
jubileo) escomo la santidad de las fiestas.Su santidad representa la
relación de Di-s con el Hombre.”Porque es un yovel; santo será para
vosotros”.
Si no se toca el Shofar al comienzo del
año de yovel, entonces el año no es yovel.Si no se libera a los
esclavos, ese año no es yovel.Si no se devuelven los campos a sus dueños
originales, ese año no posee el status de yovel y está permitido
cosechar y sembrar, como en cualquier otro año.
El año de Shemitá es diferente.Su
santidad es fija, independiente del Hombre.Aunque no se hayan contado
los años, aunque el Beit Din no hay santificado el año como un año de
Shemitá, y no haya habido cese de cosecha y de siembra, el año de
cualquier forma es de Shemitá.
Es por eso que la Shemitá es llamada “un Shabat paraHashem”.La Semita, igual que el Shabat, no permite “socios menores”.
(Torat Cohanim, Rosh Hashaná 9, Rambán Hiljot Shemitá y Yovel. cap. 26, Meshej Jojma en Iturei Torá)
Shabat Shalom.




  • :)
  • PARA SHALOM BAIT (PAZ EN EL HOGAR)






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